Translate

martes, 31 de enero de 2017

Rifirrafe de Iglesias y Errejón en el escaño ante el asombro del Congreso

Los dos dirigentes de Podemos protagonizan una visible discusión en la bancada del Parlamento, con la pugna de Vistalegre II de fondo. No se veían desde la reunión que mantuvieron el pasado miércoles, junto a sus equipos, en la sede del partido.
 El líder de Podemos, Pablo Iglesias, y el número dos de la formación morada, Íñigo Errejón, han protagonizado una visible discusión desde el escaño en el pleno de este martes, el primero de 2017. La tensión entre ambos diputados, que confrontarán sus proyectos en la Asamblea Ciudadana estatal de Vistalegre (10-12 de febrero), ha llegado al hemiciclo con un rifirrafe a la vista de todos -diputados, fotógrafos y periodistas-, que se ha prolongado durante 40 minutos largos. Iglesias y Errejón han discutido vivamente, gesticulando y llamando la atención de los compañeros del grupo.


Ha sido Irene Montero, jefa de gabinete del secretario general y portavoz adjunta del Grupo, quien ha tratado de poner calma a la media hora de conversación, en un claro intento por pedir que acabaran con semejante espectáculo. Todo, ante el asombro del resto de diputados, que no daban crédito a la escena.
Tras la mediación de Montero, los dirigentes han intercambiado alguna frase más y se han enfrascado en sus respectivos teléfonos móviles. Iglesias y Errejón no se veían desde la reunión que mantuvieron el pasado miércoles, junto a sus equipos, en la sede del partido. Aquella intentona del líder de Podemos por acercar posturas no supuso ningún avance. Desde entonces, el cruce de velados reproches entre ellos y sus colaboradores ha ido escalando en tensión. Hasta que hoy ya han aparecido muestras evidentes de una relación política rota.
Iglesias sostiene que el futuro de Errejón como portavoz parlamentario será decisión del próximo Consejo Ciudadano
En una entrevista el pasado domingo en La Sexta, Iglesias dijo que su intención es la de seguir contando con Errejón como portavoz parlamentario si gana su proyecto en Vistalegre, pero matizó que esto será decisión del próximo Consejo Ciudadano. Dejó caer así que no sería él quien le defenestrara, sino "los compañeros". Además, días antes reveló en Las Mañanas de Cuatro que en su eventual Ejecutiva la actual secretaría Política que ocupa Errejón tendrá un papel menos protagonista.
Desde hace semanas suenan los nombres de Carolina Bescansa y Rafael Mayoral como posibles sustitutos de Errejón tanto a nivel orgánico como institucional. El propio portavoz parlamentario también dijo este fin de semana que asume que puede ser relegado si sus tesis políticas no triunfan en la Asamblea Ciudadana.

El último enfrentamiento

Este miércoles acaba el plazo para llegar a un acuerdo y evitar así concurrir en listas separadas a Vistalegre II. Sin embargo, ambas corrientes dan ya por hecho en privado que habrá choque en el cónclave. El último enfrentamiento guarda relación con la renovación de la Comisión de Garantías, el tribunal interno de Podemos. Antes del Pleno, Errejón ha acusado a los 'pablistas' de "imponer" esta elección al no aplazarla para después del cónclave como reclama su corriente y la de anticapitalistas.
El episodio en el Pleno se ha producido mientras se debatía la convalidación del decreto ley para mejorar el plan de garantía juvenil, que ha defendido desde la tribuna Fátima Báñez. Es una de las tres medidas del Gobierno a aprobar hoy en el Parlamento, junto al nuevo bono social y la mediación en el conflicto de las cláusulas suelo.

                                           SEGUNDO SANZ y DAVID MARTÍNEZ  Vía  VOZ PÓPULI

¿Desde cuándo es santo San José?


Curiosa pregunta, ¿verdad? a la que seguramente me responderá Vd.con toda naturalidad, ¡pues desde cuándo va a ser Antequera, desde siempre!
 
            Pues bien, hoy me la ha planteado un niño, fíjense Vds., un niño de nueve años, y efectivamente, no ha faltado quien ha respondido en los términos que acabo de reseñar a Vds., lo que me ha hecho prometerme a mí mismo investigar un poquito sobre el tema para responder a una pregunta que yo mismo me he formulado varias veces y a la que voy a intentar dar respuesta aquí y ahora.
 
            No son muchas las cosas que sobre José nos cuentan los textos canónicos. En uno de mis primeros artículos en estas páginas, las agrupaba yo en diez grandes epígrafes (pinche aquí si le interesa el tema). De hecho, en todo el Evangelio, José sólo es citado por su nombre en catorce ocasiones, ocho de ellas en el de Mateo, cinco en el de Lucas, una en el de Juan… ¡y ninguna en el de Marcos!
 
            A los efectos que hoy nos ocupan, la santidad de José, una de esas citas evangélicas que, como era de esperar, debemos a Mateo, se constituye en la más importante:
 
            “José, que era justo […] (Mt. 1, 19).
 
            Un término, este “justo”, que en la terminología judía que atribuye la santidad a Dios y sólo Dios, -“nadie es santo sino sólo Dios” (Mc. 10, 18) reconoce el propio Jesús- equivale a un reconocimiento de lo que luego la terminología cristiana dará en llamar 
“santidad”, aplicada también a los seres humanos, bien que a muy pocos.
 
            ¿Quiere eso decir que José fue reconocido y venerado como santo, según lo entendemos hoy, ya por los primeros cristianos? Ni muchísimo menos: en la primera comunidad cristiana sólo los mártires reciben el culto que hoy se da a los santos, y como José no era mártir, pues tampoco era santo. Es más, ni siquiera se lo va a venerar como tal en los tiempos, tampoco excesivamente tempranos, en los que con el reconocimiento de la maternidad divina de María (la Theotokos) en el Concilio de Efeso del año 431, se consolida entre los cristianos el culto de la Virgen María.
 
            Aunque laudado por muchos autores de la patrística, -San Jerónimo en su “Refutación a Elvidio” al defender la virginidad de María, defiende también la de San José- parece que son los cristianos coptos de Egipto los que primero practican algún tipo de dulía (veneración como santo) hacia el padre putativo de Jesús. Lo que no tiene nada de particular, pues entre los coptos, generada por el relato de su huída a Egipto que recoge, como no, Mateo, la devoción a la Sagrada Familia empieza muy pronto. Así lo atestiguan antiguos calendarios coptos que emplazan la festividad el 20 de julio, y un Synazarium, o libro recopilatorio de vidas de santos, de finales del s. VIII. No por casualidad, de parecida época, s. VI-VII, y de idéntico origen geográfico, data un famoso apócrifo de procedencia copta titulado “Historia de José el Carpintero”, fundamental por lo que a la tradición josefina se refiere (pinche aquí si desea conocerlo mejor), en el que el mismísimo Jesús, que hace el relato en primera persona, lo llama “nuestro santo padre José”.
 
            Esto por lo que hace a oriente. Por lo que hace a Europa sin embargo, Benedicto XIV, papa de la Iglesia Católica entre 1740 y 1758, en su obra “Il trattato de servorum Dei beatificatione”, afirma que “los Padres Carmelitas son los primeros en importar desde Oriente hacia Occidente la loable práctica de tributarle un completo culto a San José” (pinche aquí para conocer mejor la Orden del Carmelo), dato que situaría el inicio del culto del padre de Jesús en nuestro continente no antes de mediados del s. XIII, e incluso más bien en pleno s. XIV.
 
            Y puede que no le falte razón al sabio Prospero Lorenzo Lambertini, más conocido como Benedicto XIV, pues el culto pudo tardar en extenderse y generalizarse en el viejo continente, lo que no obsta para que ya antes hubiera dado sus primeros pasitos: así, algunos martirologios locales, principalmente centroeuropeos -Fulda, Ratisbona, Werden, Reichenau- de los siglos IX y X recogen ya la festividad; en 1129 encontramos en Bolonia una iglesia advocada a San José, San Giuseppe di Galliera (la actual Santa María Magdalena); y en el año 1118 circa, la santidad de José es ensalzada en cuatro famosas  homilías de San Bernardo de Claraval (1090-1153) que, aunque tituladas “Homilías sobre la gloria de la Virgen María”, contienen también numerosas alusiones a su persona, alguna tan explícita como la siguiente:
 
            “Hombre de bondad y fidelidad, dotado de prudencia y fidelidad. Hijo de rey, es más noble por corazón que por estirpe. Hijo de David por la sangre, la fe y la santidad, es un hombre según el corazón de Dios, en quien Dios confió plenamente”.
 
            A partir del s. XIII, la devoción se consolida. Cuando en 1264 Jacobo De la Vorágine escribe su “Legendi di Sancti Vulgari Storiado”, más conocida como “Leyenda dorada”, probablemente el tratado hagiográfico más importante del medievo, ya afirma:
 
            “San José es uno de los santos más gloriosos del paraíso”.
 
            No menos significativo lo que dice a continuación:

            “Obraremos muy acertadamente, y ojalá así lo hagamos, si nos vinculamos a él por medio de una gran devoción”.
 
            Bien indicativo de que dicha devoción aún no estaba tan consolidada.
 
            San Bernardino de Siena (1380-1444) escribe su “De sancto Joseph, sponso Beate Virginis”, de elocuente título. En su “Heraldo del Divino amor”, la alemana Santa Gertrudis de Helfta (1256-1302) relata una de sus visiones:
 
            “Vi el cielo abierto y a San José dentado en un magnífico trono. Me sentí maravillosamente impresionada cuando a cada vez que su nombre era mencionado, todos los santos hacían una profunda inclinación hacia él”.
 
            Uno de los grandes josefistas es el francés Jean Gerson, que en 1410 le dedica su “Josephina” y para el Concilio de Constanza de 1414 compone un “Oficio de los Esponsales de María y José”. Unos esponsales que, por cierto, están en el origen de otra hermosa tradición josefina que generará curiosísimas reliquias esparcidas por el mundo, pero de la que hablaremos en otra ocasión.
 
            La iconografía también concede un espacio importante a San José, con grandes obras en las que aparece retratado en solitario y, con más frecuencia, junto al Niño Jesús, que añadir, naturalmente, a aquéllas en las que aparece como componente de la Sagrada Familia.
 
            Así las cosas, en 1476, se produce la fecha clave del proceso que analizamos y el Papa Sixto IV establece la festividad de José en la fecha en que aún hoy la seguimos celebrando, a saber, el 19 de marzo, que ya venía promoviendo desde 1371 el Papa Gregorio IX. Y en 1621, a instancias de los Emperadores Fernando III y Leopoldo I y del Rey Carlos II de España, y al poco de ser elegido tal, el Papa Gregorio XV la define como fiesta obligatoria. El 8 de diciembre de 1870, Pio IX va un paso más allá y declara a San José Patrono Universal de la Iglesia, en 1955 Pío XII instituye la fiesta de San José obrero, José es declarado patrón de la familia, del Opus Dei, en 1920 Benedicto XV lo nombra patrón de los moribundos, etc.
 
            En resumen, como observará el lector, el de San José no es un proceso de canonización al uso, con declaración oficial de la iglesia, acto litúrgico de canonización etc.. Dicho de otro modo, José no es canonizado, sino que de una manera natural y espontánea, el pueblo cristiano va incorporando su santidad y va dando forma a su culto. Lo cual no es óbice para que dicho culto del que hoy se presenta como uno de los grandes santos de la Iglesia, el del padre putativo de Jesús, no sea demasiado temprano, nunca anterior al s. VIII, nazca en oriente y tarde mucho en llegar a occidente, donde no lo vemos emerger antes del s. XII ni consolidarse plenamente hasta bien entrado el s. XV.
 
            Dicho todo lo cual, que hagan Vds. mucho bien y que no reciban menos. Como siempre. Nos seguimos viendo por aquí. Si le parece a Vd., naturalmente.
 

                                                                
                                                                          LUIS ANTEQUERA  Vía RELIGIÓN en LIBERTAD
 
            Dedicado a Juan Pablito, sagaz muchachito de nueve años que me invitó a perseverar en la respuesta a una pregunta que me vengo haciendo yo desde hace ya mucho tiempo.

LOS JODIDOS MILITANTES

Los militantes, los jodidos militantes, han comenzado a ser un problema para los partidos cuando, al consultarlos, han comenzado a tomar decisiones al margen de esos aparatos


El ex secretario general del PSOE Pedro Sánchez saludando a su llegada al Parque Tecnológico de Dos Hermanas, donde anunció que se presentará a las primarias. (EFE)


Está comprobado: como la verdad en las guerras, en un conflicto de partido los primeros sacrificados son los militantes. Porque estorban a los aparatos y a sus líderes; porque lo pueden estropear todo, porque como masa, como toda masa, es una superficie inestable sobre la que no se puede construir nada firme. Los militantes están bien cuando solo son eso, militantes, pero cuando se les transfiere el poder, se convierten en un peligro, en una amenaza de inestabilidad, en un riesgo innecesario. Los militantes, los militantes… pero quién coño son los militantes, que diría Jordi Pujol. Pues los militantes son, se quiera o no, el signo de estos tiempos, y aunque se intente, ya es demasiado tarde para que los partidos políticos intenten quitárselos de en medio. Como diría un político cursi y relamido, los militantes han venido para quedarse. Aunque acaben destrozándolo todo. Pero ¿cómo empezó este embrollo? ¿Cómo se ha llegado a esta situación?
Los militantes, los jodidos militantes, han comenzado a ser un problema para los partidos políticos cuando, al consultarlos, han comenzado a tomar decisiones al margen de esos aparatos y, en la mayoría de las ocasiones, en contra de esos aparatos. El mismo fenómeno que colocó a Donald Trumpcomo candidato a la presidencia de Estados Unidos es el que ha aupado a Hamon en las elecciones primarias de la izquierda francesa y el que muchos esperan en España que devuelva a Pedro Sánchez a la secretaría general del PSOE. Tantas son las diferencias entre cada uno de esos tres líderes políticos, y tan distintas son las circunstancias de cada uno de ellos, que de lo primero que habría que huir es de la catalogación de estas oleadas de militantes como un fenómeno homogéneo. Dicho de otra forma, lo que no podría afirmarse con esos tres ejemplos es que estas mareas de militantes están dominadas por el populismo. Lo único que se puede detectar como común denominador es que, en todos los casos, el vuelco en favor de un candidato 'outsider' se produce como una reacción en contra del aparato del partido. Es la aversión a lo establecido lo que acaba creando un liderazgo nuevo; es la masa de militantes la que conquista a un candidato y lo hace suyo; no al revés, como ha sucedido siempre en política.
Los militantes son, se quiera o no, el signo de estos tiempos, y aunque se intente, ya es tarde para que los partidos intenten quitárselos de en medio
Para llegar a ese punto crítico de colapso del aparato de los partidos políticos, lo que ha ocurrido antes es que han sido los propios partidos políticos los que han generado una crisis severa de representatividad. El fenómeno es antiguo, se ha ido asentando al mismo tiempo que la crisis de las ideologías, y, a pesar de los estudios y las advertencias, ninguna de las medidas adoptadas ha conseguido frenarlo. Uno de los términos más interesantes al respecto es el que acuñaron Richard Katz y Peter Mair cuando hablaron del 'partido cartel': los partidos políticos se convierten en estructuras de poder elitistas, endogámicas y profesionalizadas, que solo tienen un objetivo, ganar elecciones, y se distancian progresivamente de sus bases electorales. ¿Afecta esa crisis a los partidos de izquierda más que a los de derecha? Tampoco en este aspecto convendría caer en grandes generalizaciones, porque las situaciones son variables, aunque en el caso español lo vivido hasta el momento nos llevaría a pensar que esa crisis de representatividad ha afectado más a la izquierda que a la derecha.
En cualquier caso, la realidad es que cuando la crisis de representatividad estalla, la consecuencia inmediata es que el ‘partido cartel’ comienza a perder en las elecciones. Es entonces cuando las élites que dominaban esos partidos pierden poder y son los militantes los que comienzan a gobernar desde las bases, menospreciando toda instrucción que provenga desde los líderes tradicionales. En el caso de España, la evolución ha sido distinta, aunque se haya llegado al mismo punto. Fue el Partido Socialista el que inició el camino de las primarias como respuesta a la crisis profunda en la que cayó cuando se agotó el felipismo.
Susana Díaz y Felipe González, en un acto con militantes. (EFE)
Susana Díaz y Felipe González, en un acto con militantes. (EFE)
Para salvar aquel escollo, en el PSOE optaron por las primarias como una huida hacia adelante. Un año después de perder las primeras elecciones que ganó la derecha en España, el congreso federal del PSOE aprobó en febrero de 1997 las elecciones primarias como modelo organizativo de futuro. “De nosotros se espera un comportamiento transparente y austero, porque son los componentes de nuestro ideario, nuestras señas como partido”, dijeron en aquel congreso. “Las primarias son innegociables. El debate se podrá centrar en procedimientos, criterios, métodos o lo que sea, pero no en el fondo. Ahí no hay debate”, recalcó Manuel Chaves, que tras la salida de Felipe González se convirtió en el principal referente histórico de los socialistas. En el PSOE andaluz lo recalcaron con más ímpetu aún: “Con las primarias, le hemos metido un gol por la escuadra a la derecha”.
Lo dijo Chaves y después lo repetiría con golpes de pecho Rodríguez Zapatero, aunque ninguno de los dos se presentaron jamás a unas elecciones primarias. Porque nada más implantarse ese modelo, el PSOE empezó a experimentar con Joaquín Almunia que el voto de los militantes es ingobernable, salvaje, al contrario que el voto de los delegados a un congreso, que suelen ser votos controlados, domesticados. Las primarias, el voto soberano de los militantes, se han rebelado contra quienes se apoyaron en ese modelo como salvavidas de su propia crisis. Y es ahora, 20 años después, cuando la militancia se muestra más díscola, más irreverente, más inesperada. Después de lo ocurrido en Francia, no faltará quien de nuevo levante la voz en el PSOE para que se eviten unas elecciones primarias de resultado incierto. O por lo menos, para que no se convoquen primarias en el PSOE si, previamente, no se controlan al extremo los censos de votantes. La cuestión es que, como ha dicho alguna vez Odón Elorza, desde el comité federal de octubre lo que hay en el PSOE es “una militancia jodida”. Pues atentos todos, jodidos militantes, a los meses que faltan porque en las primarias del PSOE puede ocurrir de todo.

                                               JAVIER CARABALLO Vía EL CONFIDENCIAL

 



 

El FMI insiste: España tiene que subir el IVA y endurecer la reforma laboral

Reconoce que la recuperación española ha sido "impresionante", pero cree que hay que seguir con las reformas y anima a estudiar la posibilidad de impulsar el contrato único y la 'mochila austriaca' para reducir la dualidad del mercado laboral.
El ministro de Economía, Luis de Guindos, junto a la presidenta del FMI, Christine Lagarde. EFE


Ya lo dijo a mediados de diciembre y ha vuelto a insistir este mes de enero: El Fondo Monetario Internacional (FMI) cree que España tiene que dar prioridad a las medidas de ingresos para reducir el déficit. Y en particular, a las menos distorsionantes, como el IVA o los impuestos medioambientales. Así lo señala en su informe anual sobre España, donde reconoce que España puede cumplir el objetivo de 2017 (3,1%) sin tomar nuevas medidas, pero cree que debería recurrir a los ingresos para seguir corrigiendo el desfase a medio plazo.

Y es que, tal y como sostiene el organismo, la recaudación del IVA en España es inferior a la media de la UE y la razón principal es que solo 60% de los bienes y servicios que grava el impuesto tributan por el tipo general (21%). En países como Francia o Alemania este porcentaje llega al 70% y el 80%. Recortar esta brecha aumentando gradualmente los tipos o pasando unos productos de un tipo a otro podría mejorar los ingresos del impuesto en unos 2.000 millones, lo que reduciría notablemente el ajuste fiscal pendiente.
En paralelo, se podrían conseguir más ingresos a través de la limitación del gran número de deducciones y exenciones del sistema tributario. Es cierto que estos beneficios fiscales se han reducido en los últimos años, pero el FMI cree que el sistema español sigue sigue teniendo demasiados. La lucha contra el fraude es otra de las vías para seguir mejorando los ingresos del sistema. 
Y se podrían subir de nuevo los Impuestos Especiales y las tasas medioambientales. A pesar de los aumentos en los últimos años, estas figuras siguen siendo bajas en España, en comparación con la media de la UE, sobre todo en lo que afecta a la energía. La armonización y el mejoramiento del desempeño de los impuestos ambientales podría elevar los ingresos en medio punto de PIB.
Pide también una revisión exhaustiva del gasto en Sanidad y Educación, retocar los copagos y controlar las prestaciones por desempleo
Según el Fondo, los ingresos deben ser la principal vía para reducir el déficit, aunque también existe cierto margen a través de la racionalización del gasto. No pide nuevos recortes, pero sí un examen exhaustivo de algunas partidas como la Sanidad y la Educación para mejorar la calidad y la eficiencia del gasto público. Y retoma el tema del copago de medicamentos. 
A su parecer, el uso de medidas como los copagos en el sistema de salud, con exenciones o compensaciones para los más vulnerables, también suele ayudar a reducir el déficit. Lo mismo ocurre con una mejor "focalización" de los subsidios de contratación, que deben tener mayor control y estar más vinculados a la búsqueda activa de empleo, así como con la racionalización de varios incentivos a la contratación. 

Una recuperación impresionante

A pesar de todo, el FMI reconoce que la recuperación de la economía española ha sido "impresionante", con una fuerte creación de empleo y una gran reducción de desequilibrios. A su juicio, las reformas han conseguido el efecto buscado, pero deben mantenerse y profundizarse porque los ajustes "son incompletos" y aún persisten debilidades estructurales, como el paro, la deuda y el débil crecimiento de la productividad.
En este sentido, cree que el Gobierno debería trabajar en las materias en la que existe un amplio apoyo político, como la mejora de las políticas activas de empleo, la reforma de las finanzas públicas regionales para salvaguardar las finanzas públicas generales y el fortalecimiento de las políticas de innovación y educación para aumentar la productividad de la economía.
Además, anima a las autoridades a tomar medidas que permitan a las pequeñas y medianas empresas mejorar su productividad, una aplicación más rápida de la Ley de Unidad de Mercado, avances en la liberalización de los servicios profesionales, aumentos en la inversión en I + D, mejoras en el acceso a la financiación no bancaria para la innovación fronteriza y la revisión de las regulaciones contingentes.
Cree que el contrato único y la 'mochila austriaca' son buenas opciones para reducir la dualidad del mercado laboral
En materia laboral, el FMI reconoce que la reforma laboral de 2012 ha contribuido a mejorar el funcionamiento del mercado de trabajo en España, pero considera que aún persisten "importantes rigideces" y apuesta por seguir trabajando para reducirlas. En concreto, por ejemplo, propone hacer más atractiva la contratación indefinida reduciendo el actual menú de contratos.
De hecho, va un poco más allá y reconoce que el contrato único de duración indefinida y con una indemnización que vaya aumentando de forma progresiva con el tiempo, podría ser una opción para reducir la dualidad. Además, podría coexistir con otro tipo de contratos que tengan en cuenta el empleo en sectores con altos niveles estacionales.
También recoge la posibilidad de introducir de forma gradual la 'mochila autriaca' para que los derechos a las indemnizaciones por cese en un puesto de trabajo pueden transferirse de un empleo a otro, de forma que pagos por indemnizaciones aumenten con la duración independientemente del tipo de contrato. Mientras tanto, deben abordarse las persistentes incertidumbres jurídicas y administrativas que obstaculizan la eficacia de las reformas del mercado de trabajo y afectan al empleo indefinido.

                                                            TERESA LÁZARO  Vía EL CONFIDENCIAL
 

lunes, 30 de enero de 2017

El enfado del Ibex con Montoro, Nadal y otros ‘rojos’ peligrosos del Gobierno

Las 35 empresas entienden que lejos de amainar los vientos contrarios a sus intereses, el segundo Gobierno de Rajoy está más ebrio de populismo antiempresarial que nunca

                                                                                            PLL

 

“Ni es explicable que un ciudadano, cualquiera de nosotros, esté tributando lo que está tributando por el impuesto sobre la renta o una pyme esté tributando un 18% y un grupo consolidado esté tributando el 7%, no se entiende. No se entiende ni se puede aceptar”.
Cristóbal Montoro, en su comparecencia en la comisión de Hacienda y Función Pública en el Congreso de los Diputados (25 de enero de 2017).
Muy pocos apostaban por la continuidad de Montoro para esta segunda legislatura Rajoy, especialmente los miembros del Ibex 35, que lo consideraban poco menos que el doctor Maligno, con el dedo meñique entre los dientes maquinando contra las grandes empresas. Lo daban por amortizado. O al menos aquel era su oscuro deseo. Pensaban que el ministro había quedado abrasado de tamaña sobreexposición pública y que a Rajoy no le quedaba más remedio que recoger las ascuas y colocar a un sustituto en su puesto.
Fallaron en sus pronósticos. El economista jienense no solo continúa en el cargo sino que se le ve más fuerte que nunca, un alfil indispensable para el jefe en su papel de ‘Pepito Grillo’ y “acumulando trienios al servicio de lo público”, como le gusta presumir al susodicho. En la Real Casa de la Aduana, Alcalá 5, sede de Hacienda, su nombre entinta las paredes del palacete como uno de los ministros más prolíficos y duraderos de la historia reciente.
Con la presencia omnímoda de Montoro en el Ejecutivo, el Ibex entiende que lejos de amainar los vientos contrarios a sus intereses, el segundo Gobierno de Rajoy se encuentra más ebrio de populismo antiempresarial que nunca, con ejemplos tales que el incremento del salario mínimo interprofesional (SMI) y la subida del impuesto de sociedades, por eso de que a las grandes compañías “les conviene pagar más, porque así se mantiene la cohesión social” y hay menos “desafección hacia la política”, según defiende el ministro.
Como se recordará, el Real Decreto-ley 3/2016, de 2 de diciembre, por el que se adoptaban medidas en el ámbito tributario dirigidas a la consolidación de las finanzas públicas, incluía una subida en el impuesto de sociedades que suponía un serio varapalo a las compañías, al reducir las deducciones a las que se podían acoger para así acercar el tipo real al nominal.
Mientras que hasta ahora una empresa media pagaba en torno a un 15% de sus beneficios, el tipo efectivo de los grandes grupos ascendía a solo el 7%. Hace cinco años, ni siquiera eso. Por aquel entonces, los grandes grupos pagaban menos del 3%, es decir, a precio de chamarilero.
El citado real decreto-ley implica a su vez una limitación en las deducciones por activos diferidos en balance (DTA), así como la eliminación de la deducción de los fondos de comercio en el exterior, lo que tendrá sin duda un impacto en las cuentas de resultados de las compañías, impacto que necesariamente tendrá que ser negociado con Hacienda. Montoro lo sabe y les está esperando en sus dependencias con la vara del colegio.
Si Montoro es un rojo peligroso, a Nadal lo señalan como a un esbirro de Podemos después de sacar el bono social y cargar contra las eléctricas
El cabreo sordo de las grandes empresas es incuestionable y sus miembros más representativos no dudan en calificar estas medidas de “socialdemócratas” y a Montoro, de “rojo peligroso”. Al resto de miembros del Ejecutivo de Rajoy les reservan adjetivos similares. Si Montoro es un rojo peligroso, a Álvaro Nadal lo señalan como si fuera un esbirro de Podemos después de sacar adelante el bono social con la ayuda del PSOE y cargar subrepticiamente contra las eléctricas a cuenta del recibo de la luz.
El ministro de Energía, Álvaro Nadal, durante una rueda de prensa en plena subida de la tarifa de la luz. (EFE)
El ministro de Energía, Álvaro Nadal, durante una rueda de prensa en plena subida de la tarifa de la luz. (EFE)
Las lamentaciones son 'sotto voce' y las salmodias, en 'petit comité'. “La subida del SMI se criticó con sordina. Sabíamos que era un pacto político y que ahí era mejor no entrar”, señalan desde una de las patronales. No se atreven a airear las críticas en público. Se prodigan poco desde que estalló la gran crisis y se puso todo del revés.
¿Por qué ha tardado tanto tiempo en salir a la palestra Eduardo Montes, presidente de la patronal eléctrica, para explicar el carajal de los megavatios? ¿Cuántos empresarios o consejeros delegados del Ibex han dado una entrevista a la prensa en los últimos 10 años, ya sea de Pablo Isla, presidente de Inditex, el grupo que más cotiza en el Ibex, o de Francisco González, Ana Botín o cualquier otro de los grandes? ¿Cuántos?
En el mundo del dinero, hay muy pocos que den la cara por miedo a que se la partan. Y cuando se lanzan, lo hacen con tan poca fortuna que se convierten rápidamente en la diana fácil de las redes sociales y acaban demonizados antes de que les dé tiempo a pedir disculpas y alegar que se les ha malinterpretado. Las redes sociales se asemejan al jurado del juicio a O. J. Simpson. Son emocionales. Respiran por las tripas y no atienden a razones.
Le pasó al presidente del Círculo de Empresarios, Javier Vega de Seoane, que se ‘marcó un José Carlos Díez’ la semana pasada, tras dejar caer que “los empresarios huyen como de la peste de situaciones como la de Cataluña” y que “había que bajar las pensiones”, recuperando de esta forma la incontinencia verbal de su predecesora, Mónica Oriol.
Los empresarios no dan la cara por miedo a que se la parta la opinión pública. Las redes sociales son peor que el jurado de O. J. Simpson
El ambiente ha cambiado. Lo lleva haciendo desde hace 10 años. El liberalismo no está de moda. Se cuestiona que existan paraísos fiscales y que multinacionales como Google no tributen en España pese a sus abultadas ganancias. También se defiende la regulación de los mercados para mantener el Estado del bienestar y evitar burbujas financieras.
De igual modo, se confunde ideología con identidad. De ahí que, de forma simplista, Montoro y Nadal sean tachados de rojos peligrosos a pesar de pertenecer al PP, como si los políticos conservadores no pudieran ser solidarios o los socialistas no pudieran creer en la meritocracia, por poner un ejemplo en el lado contrario.
Es ahora cuando se empiezan a analizar las consecuencias de la crisis que golpeó el mundo con gran virulencia a partir del año 2007. Occidente ha sufrido una metamorfosis y los empresarios, tarde y mal, se están percatando de ello a base de golpes.

                                                 NACHO CARDERO  Vía EL CONFIDENCIAL