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jueves, 22 de febrero de 2018

EL PARQUE HUMANO



Una parte no pequeña de las sociedades occidentales -la nuestra de manera destacada- avanzan decididamente impasible el ademán hacia su deterioro y destrucción. Lo único que sucede es que las máscaras que utilizan les impiden observar la evidencia. Son su orden moral caótico y contradictorio y los actos humanos que propicia, las causas de desastres sociales e individuales que podrían ser irreversibles. Es el caso de la combinación del aumento de esperanza de vida y el elevado número de rupturas matrimoniales, lo que conduce a una población de ancianos, en gran medida dependientes que viven solos. Pero nadie apunta que la causa de esta epidemia de soledad es la proliferación de los divorcios, ocupando España uno de los primeros lugares de Europa, y destacando en ella, Canarias, Baleares y Cataluña.

Para evitar un malentendido precisemos el sentido del concepto de moral usado más arriba. Se trata de la capacidad para identificar y realizar el bien y la justicia y discernir entre lo superfluo y lo necesario. Cuando esto no está claramente identificado y es ampliamente compartido se produce la atomización moral, la confusión de las éticas.

Pero lo peor de todo no son los daños que nos infligimos, sino la ceguera imperante sobre sus causas. Y para esta tarea no se repara en esfuerzos: Oscurantismo de la razón, negación de la evidencia, incluso empírica, censura, ostracismo y estigmatización. A todo eso se recurre para no asumir los motivos reales. Para desviar la atención, las llamadas izquierdas utilizan el espantajo del capitalismo como responsable de este tipo de males, algo que siempre es cómodo porque llena mucho discurso y después no conduce a nada, porque carecen de modelo real al margen de él. Pero el capitalismo es un modelo económico que responde a unas u otras premisas morales, como muestran los diversos modelos existentes ¿o, acaso no existe diferencia entre el capitalismo de estado chino, el liberal de Estados Unidos y el de economía social de Alemania y parte de Europa? No, no es el modo de producción que ayuda más o menos, según su tono, sino algo más profundo. Se trata de la raíz moral.

Parte de la crisis de la unidad europea surge precisamente de un malestar mal expresado sobre esta situación, a la que son más sensibles los países que proceden del bloque comunista, porque poseen una sensibilidad menos adormecida ante los sistemas, que nos conduce al despeñadero de la historia. En poco más de una docena de años, cuando los actuales alumnos de secundaria sean jóvenes adultos, y nuestros universitarios personas que inician la plenitud, seremos un geriátrico de seres humanos que viven en soledad con una productividad descendente -comparada con el resto del mundo- rodeada de la masiva presión demográfica africana y del Islam, rechazada por un nuevo bloque del Este, ninguneada por Estados Unidos, que ya tendrá como estado satélite al Reino Unido, y bajo la hegemonía china y la creciente competencia y ascendencia de la India. Y nuestra productividad será baja porque la media de edad de las personas activas se habrá desplazado más allá del óptimo productivo y creador. De hecho, ya se está ahí. Europa será un “Parque Humano” formado por ovejas, pastores, guardas y propietarios. Sloterdijk ha escrito sobre eso, duramente criticado por Habermas, en “Normas para el Parque Humano”, cuyo diagnostico coincide en parte, con el que formulo.

Sostiene Sloterdijk en su crítica al humanismo ilustrado, que la educación del ser humano mediante la lectura obligada de unos textos canónicos ha fracasado ante la sociedad de la información y el cotidiano embrutecimiento de las masas con los nuevos medios de desinhibición. Son ahora los medios de comunicación de masas, los fármacos y la biotecnología los que ejercen influjo decisivo en el hombre. Subrayemos tres ideas: la del fracaso en la educación de la persona, su embrutecimiento por los mas media, la desaparición de las inhibiciones, es decir, el desistimiento en el autocontrol, en el ejercicio de la templanza, y los estimulantes, no solo farmacológicos, sino ilegales, incluso incorporados a la dieta como ciertas bebidas energizantes. Eso significa dos cosas: mercado y ganancia, por una parte, y ruptura ética por otro

Pero también señalamos que el filósofo alemán olvida que no son en los textos formadores donde anida el fracaso de nuestras sociedades, que da lugar a la eclosión del mercado y a la satisfacción de la pulsión del deseo como máximo principio realizador, sobre todo, del deseo sexual. Mucho antes ya lo analizó MacIntyre en Tras la Virtud (1984) y Tres Versiones Rivales de la Ética: el problema no radica en los textos canónicos, sino en la incapacidad, o falta de voluntad de situarlos en la necesaria perspectiva histórica que los dota de plenitud de sentido (como muestran la mayoría de las adaptaciones de los clásicos, que son en realidad una traición a lo que el autor quería explicar). 
También la dispersión de las interpretaciones, fruto de un debate interminable, consecuencia de la razón instrumental, que conducen a la fragmentación de las éticas surgida con la Ilustración y a la subjetividad del bien y la justicia, que han terminado en convertirse, el primero, en una preferencia, y la segunda, en una conveniencia. Finalmente, tercera clave de la crisis de sociedad: la postulación de valores sin las virtudes necesarias para realizarlos.


                                                                                   EDITORIAL de FORUM LIBERTAS

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