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viernes, 31 de julio de 2020

CONTRA LAS BUROCRACIAS CULTURALES

Al hilo de la obra del historiador y ensayista francés Marc Fumaroli, el autor reivindica la necesidad de preservar una actividad cultural libre de la tutela de los poderes públicos y de los burócratas


RAÚL ARIAS

"¿Es usted un reaccionario", me decía Marc Fumaroli que le solían preguntar aquellos periodistas que no lo habían leído. Pero este catedrático de la Sorbona, miembro del Collège de France, académico, autor de libros tan fundamentales como La diplomacia del ingenio, París-Nueva York-París o La República de las letras, no rechistaba, se encontraba a gusto con esta calificación, aunque matizaba que, realmente, él era uno al que le gustaba «llevar la contraria». Es decir, le encantaba ir a contracorriente. Evidentemente, con razonamientos. ¿Acaso fue reaccionario combatir la peligrosa inclinación de la intelectualidad francesa a favor del totalitarismo comunista soviético o maoísta? Fumaroli -recientemente desaparecido- siempre defendió la independencia de la cultura, así como la necesidad de una élite intelectual que aconsejara para el buen gobierno. Criticó la marginación de las humanidades, luchó contra la dictadura de las nuevas tecnologías e, igualmente, criticó la desbocada industrialización, la banalización y el saqueo del arte a manos de arribistas como Warhol. De la misma manera, estuvo ferozmente enfrentado a las «imposturas» de la nouvelle critique y tomó como adversario a Barthes. El entretenimiento en vez del antiguo otium (disponer de tiempo para pensar) fue otro de sus combates. Los protestantes destruyeron el otium en favor del trabajo productivo. Esto afectó profundamente al espíritu de la cultura. Luego, el humanismo descarriló con Locke y Adam Smith. La belleza de la naturaleza dio paso a la fealdad de la misma, convertida en materia prima. Fumaroli fue un experto en el estudio de las élites europeas desde el siglo XV (el Renacimiento) hasta el XVIII (la Ilustración). Un tiempo que él consideraba como uno de los mejores de la historia. Y el ensayista, como culmen de todo esto, fue un defensor del Antiguo Régimen destruido por la Revolución francesa. Lo cual no quiere decir que este autor se dedicara a propugnar el retorno al mismo; nunca hizo política, sino que lo estudió en profundidad, rompiendo con tópicos.

La raíz de su pensamiento se encuentra en La República de las letras. El término apareció en el año 1417, en una carta del veneciano Francesco Barbaro al humanista Poggio Bracciolini. El primero se refería a una comunidad de eruditos que trasciende las fronteras y las generaciones. Las letras, como un bien común que une entre sí a todos cuantos las sirven, y las constituyen en ciudad del saber. Una comunidad erudita que cree en el conocimiento invisible para el común de la gente, más allá de la muerte, el apartamiento, la persecución de sus miembros. Era una red social selecta y elegida entre pares intelectuales. Una República aristocrática compuesta de sabios senadores. La República de las letras encarnaba una comunidad internacional de hombres preparados y unidos más allá de sus religiones, opiniones políticas, nacionalidades y oficios. Evidentemente, eran gentes que en el Antiguo Régimen tenían tiempo para el estudio y, por tanto, eran individuos que, por lo general, gozaban de una buena situación económica. De esta unión de eruditos surgirán las academias. La República literaria nació libre e independiente abarcando a católicos, protestantes y librepensadores. Un grupo de hombres cultos que, constituidos en cuerpo místico, trabajaban al mismo tiempo por un bien común cuya significación era universal. Una democracia de pares e iguales en medio de una libertad laica. Fumaroli rechazó la posibilidad de crear una República de las letras por Internet. Este instrumento, por lo general, y según su criterio, lo utilizan gentes bárbaras y presuntuosamente incultas. Una tecnología que destruye la memoria, la imaginación y coarta nuestra libertad.

Declarado enemigo de la tutela de la cultura por parte de los poderes públicos, la veía amenazada por la cantidad de burócratas que exceden en número a los propios creadores y consumen gran parte del presupuesto de forma holgazana. La industria cultural y el entretenimiento, según él, eran letales para el saber y el conocimiento. La cultura estatalizada extraviaba y corrompía a la cultura libre e independiente porque, inevitablemente, la consagraba tan solo a publicitar el poder político. Las críticas contra Mitterrand aún resuenan. Y el precursor y creador de este protectorado cultural fue De Gaulle y su ministro Malraux. Pero Fumaroli es más benévolo con estos dos últimos que con el presidente socialista y su ministro de cultura Jack Lang. Francia, durante la Segunda Guerra Mundial, había perdido su prestigio y tenía que recuperarlo a través de la cultura. Así surgió el Ministerio de Asuntos Culturales, las Casas de Cultura, un montón de nuevos y excelentes museos y actividades cinematográficas, teatrales o musicales. El autor de El Estado cultural anatemizó la «excepción cultural». Es decir, un trato de privilegio, fundamentalmente económico, que creaba un clientelismo y ayudaba al dirigismo político. Pero para mí, y este es uno de los asuntos de mayor discrepancia con él, eso era un error y, además, entraba en contradicción con una de sus ideas centrales. En el Antiguo Régimen alguien también subvencionaba la cultura, y ese alguien era la Iglesia y la Monarquía. ¿Por qué defendiendo aquello, critica esto? Aquellas instituciones claves en el gobierno del Estado becaban, daban pensiones, hacían encargos. Ya entonces muchos miles de personas vivían de estos trabajos. La gente que se dedica a la cultura también tiene que comer. Lo fundamental sería que el Estado aprobase sus cuentas con un presupuesto importante para la cultura, y que los propios creadores la gestionaran con total libertad. Además, que jamás se interviniera políticamente, debido a las discrepancias que pudieran surgir. Lo cual no quiere decir que tengan que estar al margen de la ley. Lo peor es cuando se entrega un dinero como favor, al cual luego hay que corresponder. Además, cada país es distinto. En Francia, la educación y la cultura siempre brillaron con prestigio, a esto se refiere Fumaroli en su libro Cuando Europa hablaba francés; mientras que en España ha sido, desgraciadamente, todo lo contrario: una carga molesta e insoportable. A España se le tuvo admiración, pero poca simpatía en Europa. ¿Por qué? Por su dogmatismo teológico, por su intransigencia, por la rigidez de costumbres, por la Inquisición y Trento, por la defensa a ultranza de la fe sobre la razón. En España llegamos a perseguir a nuestros santos. Francia se alejó de la Inquisición y la contrarreforma, dejó libres a los protestantes-conversos-herejes-judíos y librepensadores. Esta generosidad acogedora, que nunca tuvo España, provocó que la intelectualidad europea se inclinara siempre por Francia y París como capital. Fuimos intolerantes, aunque nos cueste reconocerlo, mientras Francia ¡no!. Fumaroli, irónicamente, un día me dijo: «Ustedes optaron por la teología, nosotros por el erotismo». Sin embargo, Fumaroli insistió en que en todos los colegios debería enseñarse el cristianismo como fuente simbólica esencial de nuestra identidad occidental, plasmada en miles de grandes obras de arte y pensamiento.

Fumaroli fue un ilustrado: no había mejor política que la de educar y culturizar al pueblo. Estaba horrorizado por la deshumanización y el odio a nuestro legado occidental. Para él todo se había convertido en un fast food. La alta cultura que trajo a los grandes genios y los avances de la humanidad fenecía a manos de vulgares matones. Y el mundo del arte era uno de los mayores afectados. En París-Nueva York-París califica al arte moderno como un entretenimiento para millonarios, con la complicidad del pueblo.

Por otro lado, en cuanto al deterioro de la educación, Fumaroli lo observaba incluso en Francia. Se debía educar primero a través de las humanidades, comenzando por leer a Homero, y luego ya venían las matemáticas y todo lo demás. Con Fumaroli desaparece un sabio y un gran polemista. Podemos estar en desacuerdo con muchas de sus opiniones, pero su pensamiento jamás fue sectario. Por el contrario, se basaba en el estudio y la reflexión. Para Fumaroli, lo mejor de las democracias occidentales era aquello que había sobrevivido del Antiguo Régimen.


                                                                   CÉSAR ANTONIO MOLINA*  Vía EL MUNDO

*César Antonio Molina es ex director del Instituto Cervantes y ex ministro de Cultura. Autor de La caza de los intelectuales (Destino), Las democracias suicidas (Fórcola) o Para el tiempo que reste (Vandalia).

Las nueve revelaciones de Pilar Urbano

“Ahora sale lo de JC para salpicar a Felipe VI, sospecho de Soros” La periodista explica que el multimillonario americano ha estado muy activo en la “revolución amarilla” en Cataluña. También aporta datos sobre los GAL.




Pilar Urbano continúa siendo una de las periodistas mejor informadas de España. Conserva fuentes en los centros neurálgicos del país, con ramificaciones en todo el mundo. 

Y, desde luego, posee información privilegiada sobre lo que sucede en el Palacio de la Zarzuela. Por esta razón, su análisis sobre la situación que está viviendo el exjefe del Estado, Juan Carlos de Borbón, va más allá de lo visible. Esta semana se ha sabido que la investigación judicial ha llegado al Tribunal Supremo.

La autora de libros como La Reina muy de cerca, El precio del trono, sobre Juan Carlos o La gran desmemoria afirma que las revelaciones actuales sobre el padre del Rey intentan perjudicar directamente a Felipe VI, a España como país y a la misma Europa.

Detrás ve la mano de personajes poderosos como el multimillonario George Soros y el eje anglo americano. La prueba, según ella, de que el escándalo sobre Juan Carlos obedece a un plan es que la mayoría de las denuncias eran conocidas y de menor calado que otras cuestiones de las que ellas tiene información, como que el anterior Rey conocía la actuación de los GAL dirigida por el entonces Gobierno de Felipe González.

Estas son las nueve revelaciones y observaciones de Urbano, extraídas de una entrevista realizada por  
                                                 Joanen Cunyat. 

1. Soros y salpicar a Felipe VI
"Los hechos recientes destapados por el diario británico The Telegraph, en relación con la fortuna de Juan Carlos y que salpican a Felipe VI, puede que le convenga a alguien. Casi siempre es en los periódicos donde se destapan las cosas, pero en este caso sólo es el correveydile. Detrás de un periódico hay un empresario y detrás un paganini.

Yo no quiero buscar brujas ni fantasmas, pero toda alianza anglo-americana y anti-europea siempre me hace sospechar de George Soros. Un magnate con mil vínculos de poder, que de pronto tiene 440 instalaciones de la nada en Cataluña, think tanks, ongs, fundaciones culturales, centros decisorios de influencia, donde se mueven personas y dinero...

Soros es el hombre de las revoluciones de color: Serbia, Ucrania, Túnez, Egipto, Libia, la Primavera Árabe, Hong Kong, varios puntos de África... Y Cataluña es otra revolución más de color, la amarilla.

Inglaterra destapa ahora esto, pero eso ¿qué significa? Pienso que hay un interés contra Europa, no sólo contra España, porque España no es el ombligo del mundo”.

2. Juan Carlos, un dólar por barril
— Lo que se ha destapado es una cosa antigua, ya se sabía. No quiero quitarle importancia, eh, porque es             muy grave que un monarca se lleve una comisión, un 3 o un equis %, por mucho que haga ganar a unos empresarios. Pero hay otros temas más serios. Entonces, ¿por qué sacan esto ahora? Juan Carlos es ya un ausente, abdicado con fórceps, y expulsado oportunamente y con dolorosa agilidad por su hijo, de modo que lo que hizo o lo que haga le mancha sólo a él. Felipe VI no ha querido ni saber qué había ahí, en las cuentas de esas sociedades. Ha renunciado a todo.

Si hablas con el que fue delegado de CEPSA, te contará que Juan Carlos, ya cuando era príncipe, se llevaba un dólar, y a veces dos, por cada barril de crudo, que nos llegaba de Arabia o de Emiratos. Hablamos de 10 mil o 100 mil barriles. En un flujo continuo de cargueros, durante muchos años. Son muchos millones”.

3. Felipe VI, Corinna y su padre

Hay un momento en el que Felipe, todavía príncipe, le para los pies a Juan Carlos, en una cena en El Landó. Y le dice "si quieres vivir un romance amoroso con Corinna y te quieres divorciar, abdica". Lo que ha hecho Felipe VI le dignifica, porque renunciar a unas riquezas no es barato, y poner firme a un padre es doloroso.

El rey Felipe ha aprendido ya varias lecciones: vivir con sobriedad y sin dar escándalos - trabajo y familia-; que los derechos reales adquiridos están alicatados con deberes hacia el país; que tiene que   
ganarse el sueldo día tras día. Y también ha aprendido a crear distancias, a cortar lazos fuertes con cuchillo.

Cuando un perro desvía al trineo, se le corta la cuerda. Una vez fue Marichalar, otra fue Urdangarin, otra su hermana Cristina ¡y era su preferida!, y otra su padre”.

4. JC y Corinna quisieron vender Repsol
— “Ha guardado las distancias con amigos peligrosos, cosa que no hizo su padre, y los tuvo sinvergonzones, aprovechados... ¿Quién hacia negocios con los KIO? Los amigos del Rey, Manuel Prado y Colón de Carvajal, JR, Javier de la Rosa...

Hubo dos operaciones económicas del viejo Rey, con Corinna de intermediaria, que menos mal que no prosperaron, porque se trataba de sectores estratégicos. Una era la venta del 30% de Repsol a la Lukoil rusa, con Putin detrás. No llegó a término, porque se opuso el Gobierno. Y luego, la OPA a Enagas, que se intentó en Alemania, en el castillo Schökingen, en Ditzingen. Un banquete al que asistieron don Juan Carlos y Corinna, muñidora de la cena, entre cuyos comensales estaban los jefazos de Daimler, Bosch, Thyssen-Krupp, Bertelsmann...

Y Wulf Bernotat, presidente de EON, como caballero blanco en la OPA de la eléctrica española Endesa. Allí mismo le comentó al rey Juan Carlos sus planes para hacerse con Endesa y arrebatársela a Gas Natural y a 
La Caixa. Por eso digo que resucitan historias un poco viejas.

Felipe VI sabe que recibe una herencia que le quema en las manos: una corona desprestigiada, devaluada. Y a él le está tocando devolverle prestigio y valor. Un valor de utilidad social. Es decir, socializarla y que los ciudadanos la estimen como un bien común”. 

5. Negocios cazando osos
— “No lo sé. Juan Carlos lo mismo negocia cazando osos en Polonia, que vendiendo los viejos Talgos a Sadam Hussein. El Rey ha tenido un gran prestigio como actor político en la recámara. Cuando Bush junior no recibe a Zapatero porque se ha retirado del frente armado contra Irak, animando a otros a hacerlo también, Juan Carlos, estando en EEUU, telefonea a Bush, va a verle y come con él y su familia en el Día de Acción de Gracias. Al final, Bush recibe a Zapatero. El mismo Rey dice, ya de vuelta "yo puedo mojarme por mi presidente del Gobierno, pero no puedo nombrar ministros, ni destituir a embajadores, ni dar un decreto".

Por eso, cuando el rey telefonea o escribe al presidente de un país, tiene que saber de antemano que va a haber una buena respuesta. Y ahí juega la diplomacia de antecámara. Juan Carlos, todo hay que decirlo, ha salvado muchos intereses de España; pero también ha satisfecho ambiciones suyas personales”.

6. Juan Carlos conocía los GAL
— “A Juan Carlos no se le han pedido cuentas de cosas mucho más graves. Él empieza a reinar con el compromiso de meter a España en la OTAN, una hipoteca política y militar, a cambio de las ayudas estadounidenses. Luego está el tema de Adolfo Suárez, su dimisión y el 23-F no son por ETA, son por OTAN. El tema de los GAL... Al Rey se le informa de las ’acciones en el sur de Francia’. 

El Gobierno de Felipe González quiso que tuviera noticia. Incluso de ello hubo un deliberado registro sonoro. Y como había very important persons involucrados, no hubo interés en desclasificar los papeles del CESID e investigarlo. Como le dijo Felipe González a Aznar: "Yo quiero salvar al Rey, pero si a mí me hunden...". 

Las X del GAL y del 23F están sin despejar. Antes te he citado CEPSA, Repsol, Enagas, KIO... Están también pendientes las obras públicas y las ventas de bienes de equipo para Arabia Saudí... El nuevo periodismo de investigación tiene mucho que hacer.

7. Las demandas de paternidad 
“Y luego están las demandas de paternidad, que no se han querido averiguar, pero están judicializadas. Me parece poco elegante atacar a un "ausente", pero tengo que decirlo en defensa del actual monarca. Uno no tiene responsabilidad más que de lo que hacen sus hijos, y sólo si son menores; pero ¿de los padres, de los cuñados, de las hermanas...? No.

Felipe no sólo ha renunciado a una herencia 
sospechosa, ha expulsado a Juan Carlos de la lista civil, del protocolo de la Casa Real, de la representación de España en el exterior. En otras palabras: institucionalmente, ha cortado los lazos con su padre. Lo ha tachado”.

En su libro, El precio del trono se hace referencia al precio que tuvo que pagar el rey emérito, Juan Carlos I para llegar al trono. ¿Se ha tenido que pagar precio alguno por la llegada de Felipe VI?

8. Felipe, un rey solitario y enjaulado.
“Fíjate en qué situación estaba la corona cuando tomó posesión Felipe VI, en junio de 2014. Bastante ha hecho... Solo y a pulso. Yo hubiera salido corriendo. Él considera que su deber es recibir la corona, reinar y luego entregarla a su hija. Si por reinar hubiese tenido que renunciar a Letizia, lo habría hecho. “Aunque se hubiera abierto la tierra bajo mis pies”, me dijo literalmente.

No tengo noticia de que haya pagado un precio por la corona. Hay que tener en cuenta que llega al trono y el patio político que se encuentra es un gobierno desmantelado, por moción de censura, rondas de consulta interminables, sin que los líderes quieran anudar acuerdos, y eso ya es un potro de desgaste para un rey. Después, un gobierno interino, desapoderado y sin definición exterior, durante mucho tiempo. Lo ha tenido ¿difícil?, no, lo siguiente.

Y yo no he visto, ni veo padrinazgo exterior. Me parece un rey solitario, sin mecenas ni arropos económicos o políticos extranjeros. Lo cual, por otra parte, garantiza una soberanía y una no-dependencia, en un mundo tan interdependiente y mutual. Veo a Felipe VI como un equilibrista... enjaulado. Esa soledad será quizá el precio de no haber pagado precio. Pero la buena soledad –la que ahuyenta rémoras y compañías oxidantes- genera autoridad, prestigio y libertad”.

9. Felipe, el papel que tiene que jugar
— “El Rey es un símbolo. La Reina de Inglaterra se ha retirado a uno de sus palacios y no ha aparecido en toda la pandemia. En cambio, el Rey de España, con guantes y mascarilla, ha mantenido reuniones presenciales y audiencias on line casi todos los días, con distintos sectores sociales, económicos, culturales, sanitarios, militares.

No cabía esperar que saliera vestido de astronauta hospitalario, con bata blanca, pero en mi opinión está jugando el papel que tiene que jugar. En Zarzuela, que es la primera casa de la nación, él, la familia real y todos los empleados, trajeados de negro, se adelantaron a declarar con su rito propio el luto nacional.

Yo ahí capté en Felipe el instinto de adivinar lo que el pueblo pedía. Como cuando se presentó en el Ifema convertido en un monumental hangar con dos mil camas...”.
                                                     


                                                             Reportaje de E. E.
                                                            Vía EL ESPAÑOL

La entrevista con Pilar Urbano, realizada por Joanen Cunyat Publicada en Chispas, revista mensual Política para la Acción

Arbitrariedad y sectarismo del gobierno de la Generalitat de Cataluña contra la Iglesia

¿Por qué en el intervalo de pocos días el gobierno de la Generalitat se ha dedicado a atacar a la Iglesia en dos temas importantes, las inmatriculaciones y la libertad de culto?


Es una angustiosa evidencia que el gobierno de la Generalitat de Cataluña se ha hundido en la incompetencia y la impotencia para controlar la Covid-19, primero en Lleida i su entorno, y después en la densa y poblada área metropolitana de Barcelona.

De hecho, muchos distritos de la capital y una buena parte de la segunda ciudad de Cataluña, l’Hospitalet, deberían estar confinados si nos atenemos a los criterios de 50 casos en la última semana por cada cien mil habitantes.

La situación es tan grave que el primer ministro del gobierno francés ha recomendado no viajar a Cataluña, con lo que ha terminado de hundir una temporada turística que ya estaba tocada. Bélgica ha prohibido los desplazamientos a Lleida, y el Financial Times ha publicado un articulo que es una crítica total a la incompetencia de Torra y su gobierno. 


El presidente vicario, según propias declaraciones de Puigdemont ha demostrado que, si algo se ha hecho mal, todavía se puede empeorar, mientras que la consejera de Sanidad Alba Vergés está desaparecida, políticamente liquidada, como antes sucedió con el Consejero de Trabajo y Servicios Sociales, ambos de ERC, con lo cual el argumento principal de Junqueras de ERC como partido que sabe gobernar, ha sido destruido por la pandemia. Todo esto además en un escenario donde unas elecciones sin fecha contaminan todas las actuaciones.

Todo esto es una evidencia que ayuda a entender por qué en el intervalo de pocos días el gobierno de la Generalitat se ha dedicado a atacar a la Iglesia en dos temas importantes, las inmatriculaciones y la libertad de culto, como hemos explicado en Forumlibertas.

ERC, y el propio Torra, con su ataque directo al Cardenal Omella, un hombre de la mas absoluta confianza del Papa, su prohibición a que se celebrara el funeral por los muertos por la epidemia, limitando el aforo a 10 personas, solo se explica por la búsqueda de un chivo expiatorio que desvíe la atención sobre sus graves responsabilidades.

La Iglesia en Cataluña ha respondido serenamente y con firmeza a estos ataques, y ha anunciado que formulará una denuncia contra la Generalitat por vulnerar los derechos constitucionales a la libertad de culto

En la decisión de intentar impedir el funeral en la Basílica de Sagrada Familia, que con una capacidad para 8000 personas convocaba a 500, el desprecio del gobierno catalán y del ayuntamiento al no asistir nadie al funeral, revelan el estado de cosas real, que la Iglesia haría bien en meditar pensando en el presente y el futuro. O construye un proyecto cultural y de  
doctrina social en el espacio público, que ponga fin a ser el saco de boxeo de la política, y mueve y organiza a los ciudadanos católicos, o lo puede pasar muy mal.

La arbitrariedad y el sectarismo anticatólico es patente cuando, con una decisión de rango administrativo, vulnera el derecho al culto y a la libertad religiosa, de rango constitucional. Además el mismo domingo se celebraron en todas las parroquias de la diócesis de Barcelona el precepto dominical, con plena normalidad y con asistencias mucho más numerosas que las 10 personas, que es el límite fijado por el PROCICAT. ¿Funeral, no, y misas dominicales y diarias, sí?

El gobierno de la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona empujaron a la apertura de la Sagrada Familia dado su atractivo turístico, y después querían impedir el funeral. ¿Turistas, sí, culto religioso, no?

No tiene ningún sentido limitar el aforo de bares y restaurantes al 50%, una magnitud relativa, y establecer para el culto una medida absoluta, máximo 10 personas, sin considerar la amplitud del recinto, las distancias y márgenes de seguridad.

Por si fuera poco, el nuevo partido de Puigdemont y Torra, JuntsxCat, realizaron el fin de semana su acto fundacional, reuniéndose 17 personas y 2 hologramas, algunas sin mascarillas. Un ejemplo más de la arbitrariedad que presiden las acciones de este gobierno.


                                                    EDITORIAL de FORUM LIBERTAS

jueves, 30 de julio de 2020

¿Dónde está el fondo de la recesión?

Si en la anterior crisis se desmoronó el castillo de naipes de la construcción, ahora el hundimiento ha sido de buena parte del mercado turístico


Sánchez impone a Montero como cabeza de lista del PSOE por Sevilla

Sánchez impone a Montero como cabeza de lista del PSOE por Sevilla EFE


Esa es la pregunta que todos nos hacemos desde principios de año cuando estaba claro la desgracia que se nos venía encima. Los economistas buscábamos, y buscamos, cuantificar el quebranto en términos del Producto Interior Bruto, los directivos de grandes empresas según el volumen de ventas por áreas de interés y los particulares según su entorno más próximo, pensando siempre en qué hacer para salir lo antes posible de semejante desastre. 
Junto a esa sociedad productiva, vital, están los que la parasitan y a quienes lo único que les importa es cómo hará el Estado para seguir costeándoles sus privilegios, prolongando así su vida de holgazanes y gorrones; en ese perverso sentido, se puede decir que el rescate de la UE a España ha sido un gran éxito de Sánchez y es normal que fuera aplaudido por su cuadrilla, según hacía el paseillo progresista. Nunca antes se le había dado tanto dinero a un gestor tan malo.
En ese mar de disfuncionalidades sistémicas, de hormigas y cigarras, de gente honrada sometida a sinvergüenzas, donde además soportamos una pesada losa de "instituciones", "observatorios" de todo tipo, que destacan por su silencio culpable, y de ejércitos de enchufados con mucho tiempo libre haciendo de las suyas en la red de redes, es donde debemos intentar respondernos a esa pregunta sobre un fenómeno inédito en términos de estadísticas económicas, ejercicio que intentaremos hoy partiendo de donde estamos para luego analizar qué prevén los principales agentes económicos.

El PIB ahora

Ese sería el deseo de todo economista: poder cuantifica la producción de bienes y servicios a fecha de hoy, algo que solo quienes desconocen lo que ello requeriría se atreven a exigirlo. Aún así, se intenta, y el Banco de Italia tiene un indicador mensual, que obviamente no estaba preparado para un cierre parcial y temporal de la economía, y cuyo cálculo hasta junio para la zona euro tienen en la siguiente gráfica.
1 - GDP Now Euro Area - Luis Riestra Delgado -www-macromatters-es
1 - GDP Now Euro Area - Luis Riestra Delgado -www-macromatters-es
Aquí lo destacable es que aún no ha llegado lo peor (cadena de quiebras, paro, morosidad, etc.) y siempre hemos de considerar que el turismo, con sus oferentes (ocio, hospedería, transporte, etc.), uno de los sectores más afectados y del que el INE estima es próximo al 12% de nuestro PIB (casi la mitad foráneo), al ser para muchos países un gasto exterior, su caída les resta menos PIB. Ocurre también que esos países han gestionado mejor la pandemia, con lo que la caída media inicial parece menos fuerte; finalmente, hay que señalar que ese picado se moderó en Junio, el tercer mes con registro negativo, pero que aún le queda para tocar fondo, lo que nos lleva al siguiente punto.

Indicadores adelantados

La OCDE, por su parte, tiene por un indicador que busca predecir los puntos de inflexión del ciclo económico y, al analizar las principales áreas económicas (siguiente gráfica), se podría decir que verán el fondo de la recesión en los próximos tres a siete meses, salvo China, donde el cierre empezó antes y viene con una enorme inercia, tras aprovechar durante décadas las oportunidades que daba la globalización. Todos tienen importantes paquetes de estímulo, sobre todo EE.UU., lo que beneficia a Europa, sobre todo a Alemania, dándose así las condiciones para, si se genera confianza, empezar la recuperación y a salir de crecimientos negativos del PIB.
2 - Composite Leading Indicator Ec Areas - Luis Riestra Delgado -www-macromatters-es
2 - Composite Leading Indicator Ec Areas - Luis Riestra Delgado -www-macromatters-es
En cuanto a las principales economías de Europa (siguiente gráfica), nuestra principal área de negocio, la situación es similar aunque, dependiendo, obviamente, de cómo se gestionó la pandemia y la subsiguiente crisis por el cierre parcial. Siendo el valor 100 la tendencia a largo plazo y un indicador dinámico de la producción potencial, el mejor resultado, tras el bajón del cierre económico parcial, lo da Alemania (98,4), siguiéndola Gran Bretaña (97,4), seguramente por esfuerzo que traían del Brexit, luego Francia (97,3), España (96,8) y la zombi Italia (95,4) Probablemente el gabinete de lunáticos con astronauta intente colgarse la medalla de superar a Italia, pero pasar a una economía zombi no tiene mérito, aparte que el Gobierno Sánchez venía de hacer una de las cosas más idiotas que se ha visto en Economía: enfriar sin necesidad el crecimiento económico, cosa que se refleja en la gráfica en la línea puntada morada.
3 - Composite Leading Indicator Main Europe - Luis Riestra Delgado -www-macromatters-es
3 - Composite Leading Indicator Main Europe - Luis Riestra Delgado -www-macromatters-es
Lo que no se puede hacer con ese indicador, como avisa la OCDE, es extrapolar esos datos a tasas de caída del PIB, pues su función es simplemente adelantar cuándo será el punto de inflexión del ciclo. Para temas de PIB se hacen otros cálculos y, por ejemplo, The Economist estima que EE.UU. alcanzará el PIB de finales de 2019 en el tercer trimestre (Q3) de 2022, Alemania y Francia en Q4-2022 y la zombi Italia, que está en niveles de PIB como en 1999, en Q3-2024, parecido a Japón, cuatro años horribles.
Los últimos dos datos son de interés, pues el progresismo nos quiere zombis como los italianos, intentando siempre que nos veamos en importancia como Portugal, tarea a la que se dedica con ahínco la socialdemocracia "española". De España no habla The Economist, que ya no pintamos nada, pero en nuestra previsión de finales de abril decíamos que, en 2021, estaríamos en una casilla de salida parecida a la de 2012.
Por otro lado, de nuevo, como en 2009-2012, todo el ajuste lo padece el sector privado y cuando el 31/7 den el avance de la estimación de PIB y salga, por decir algo, un desastre entre el -8% y el -14% (para el año), piensen que salvo la Sanidad y las fuerzas de Seguridad, que se han jugado literalmente la vida, en el paraíso de "lo público", casi el 45% del PIB, no ha habido quebranto económico, mientras que el sector privado, que mantuvo, por ejemplo, la oferta esencial en plena pandemia (ahí no hay casi teletrabajo), sufrirá un daño enorme y, además de levantar la economía, sus contribuyentes netos padecerán más pago de deuda y nuevas cargas para que los señoritos "efecto llamada y okupación" se lo gasten en inventos varios para ponerse morados.

Previsiones españolas

Si en la anterior crisis se desmoronó el castillo de naipes de la construcción, ahora el derribo ha sido de buena parte del mercado turístico, algo para lo que tropa de sin oficio ni beneficio que nos gobierna no tiene un plan para que, con vacuna o sin ella, o con el temido rebrote de otoño, alcancemos el máximo potencial de producción.
¿Y qué piensan los españoles del futuro económico? La previsión a un año vista de los consumidores (línea roja, siguiente gráfica), tras pasar por los peores datos registrados en diez años, es tan mala como la que tenían en los peores años de la crisis anterior tras cuatro años de recesión; aquí hay que destacar que desde que está Sánchez (Mayo 2018) el empeoramiento ha sido constante, lo cual es del todo lógico dadas sus constantes muestras de falta de criterio.
4 - Spanish Economic Expectations - Luis Riestra Delgado -www-macromatters-es
4 - Spanish Economic Expectations - Luis Riestra Delgado -www-macromatters-es
Tema distinto es el del sector manufacturero (línea azul, gráfica anterior), que suple a todos los demás sectores y es un exportador importante, cuya previsión coincide más con la de nuestros principales clientes foráneos. ¿Vuelve el nivel de producción anterior? No, obviamente, pero está próximo a estabilizarse en ese nivel más bajo para comenzar la recuperación, algo que dependerá del sector exterior, pues a nivel interno se anuncia más saqueo y parasitismo desde "lo público", sector, por cierto, blindado contra la productividad.
Luego, en los otros sectores (siguiente gráfica), las expectativas económicas, tras la reapertura, son parecidas a las que se daban entre 2011-2012, dependiendo todo, de nuevo, de la confianza que genere el ejército de sociópatas de la casta política y del Establishment que la apoya. Finalmente, hay que decir que en estos datos hay poca participación de las empresas más pequeñas, grandes empleadoras y donde la masacre está siendo terrible.
5 - Spanish Sectors Ec Expectations - Luis Riestra Delgado -www-macromatters-es
5 - Spanish Sectors Ec Expectations - Luis Riestra Delgado -www-macromatters-es

Gobierno y recuperación

Tenemos un Gobierno que es un desastre, empezando por Sánchez, el de la "escucha activa" y que, por solo atender a lo reciente, dijo la burrada de que el rescate de la UE equivalía al 60% del PIB, luego está el vice-chavista y sus amigas, la Chiqui de tesorera, Mr. Simón, ese "funcionario" surfista tan ocurrente y con vacaciones sagradas, la Calvo, González Laya, Marlaska, Ábalos y así hasta 22 que no van a arreglar nada, al contrario. ¿Y en el resto de partidos? Pues parecidos o peores.
¿Pero, de dónde salen estos sujetos? Todo empieza en el sistema electoral, lo hemos dicho muchas veces, con un sistema electoral como el francés esta tropa que nos arruina no saldría elegida nunca. Olvídense de hacer trampas partitocráticas, que siempre perderán, pues hasta que no cambiemos esta forma de gobierno seguirá el caos y el deterioro demográfico, dirigiéndonos derechito a un desastre histórico, algo que, para un país que ha demostrado sobradamente sus capacidades económicas, pero que se aferra a un orden y pensamiento dominantes suicidas, empieza a ser propio de idiotas.

                                                         LUIS RIESTRA   Vía VOZ PÓPULI
 

Alemania europea y Europa más soberana

La canciller alemana y el presidente de Francia han ejercido el liderazgo cuando Europa más lo necesitaba. El acuerdo de Bruselas es una oportunidad histórica para garantizar la estabilidad y la recuperación

 

Eduardo Estrada

 

 

La pandemia ha revelado algunas de las fragilidades ciertas de la construcción europea, pero también ha abierto la oportunidad histórica de crear un enorme colchón presupuestario y un activo financiero seguro paneuropeo que garantizan la estabilidad social y preparan a la UE para la recuperación tras el parón económico de la Covid-19. La interminable cumbre del 17-21 de julio, que a punto estuvo de naufragar en la noche del domingo 19, ha terminado por confirmar el empuje de una Alemania que, esta vez sí, se ha mostrado decididamente europea. Constituye un gran paso en la esfera presupuestaria y fiscal de la integración europea porque el paquete financiero que consagra 1,82 billones de euros en total (1,074 del presupuesto europeo para 2021-2027, y 0,75 del paquete de recuperación Next Generation EU) movilizará proporcionalmente más recursos de los que se van a dedicar a combatir las consecuencias económicas de la pandemia en EE UU y en China.
Aunque la Unión Europea ya emite deuda europea, la diferencia ahora es, por un lado, la magnitud, pues hemos pasado de unos 50.000-60.000 millones de euros existentes en la actualidad a los 750.000 que se van a emitir ahora. Y, por otro lado, el propósito, pues hasta ahora la UE emitía garantías y deuda para financiar préstamos a países de la política de vecindad, y algún que otro instrumento anterior a la creación del MEDE. A partir de ahora, sin embargo, se va a emitir deuda para financiar los déficit futuros, lo que equivale a reconocer una especie de déficit encubierto, cuando el artículo 310 del Tratado de Funcionamiento de la UE (TFUE) establece taxativamente: “El presupuesto deberá estar equilibrado en cuanto a ingresos y gastos”.
Todo ello dota al presupuesto de la Unión Europea de un carácter más soberano, por eso es especialmente esperanzador, en estos tiempos sombríos, que la cumbre haya acabado con los tabúes del pasado y anuncie la emisión de deuda europea mancomunada con garantía del presupuesto de la UE. Una auténtica revolución, impensable hace pocos meses. Por más que no tengamos todavía un deuda europea genuinamente común, es decir, plenamente mutualizada, la emisión en los mercados financieros internacionales de deuda europea mancomunada abre una brecha y sienta un precedente que permitirá profundizar en la esfera fiscal de la integración federal europea.
El acuerdo nos dota de un poderoso instrumento de política fiscal contracíclico, a la vez que contribuye a afianzar el euro como moneda internacional de reserva, pues al poder contar con un activo financiero seguro europeo, como será ahora esta deuda europea mancomunada, el euro se dota de un atributo financiero del que también disfruta el dólar y que contribuirá a que compita con el dólar casi con las mismas armas. La demanda de este nuevo activo financiero europeo seguro, aunque no esté plenamente desarrollado, reducirá, aún más si cabe, los tipos de interés en la eurozona y mejorará los mecanismos de transmisión de la política monetaria.
Asimismo, este activo paneuropeo resolverá la escasez de activos seguros de altísima calidad (triple A) que ha provocado el desendeudamiento y reducción de deuda alemanes, y ayudará a diversificar el activo del balance de los bancos europeos, ahora saturados de deuda soberana de sus respectivos Estados. Además, una mayor capitalización con deuda paneuropea debilitará el llamado vínculo diabólico de las crisis financieras: en ausencia de monetización de deuda pública, las garantías del gobierno al sistema bancario agravan la credibilidad de la deuda soberana en los mercados financieros.
Los europeos estamos en deuda con la canciller alemana, el presidente Macron y todos los Estados que han apoyado sus iniciativas, incluido el BCE en su discreto segundo plano, por haber ejercido su liderazgo político cuando más lo necesitaba la UE. Que la canciller haya aprendido de sus errores del pasado y haya dado vía libre a la emisión de deuda pública europea, desdiciéndose de su anterior rechazo (“Nicht, solange ich lebe”, “No, mientras yo viva”) constituye una inequívoca señal de la lucidez de su pensamiento, y de la gravedad y hondura económicas de la recesión que llama a nuestra puerta.
Muy probablemente, la Unión Europea se encontrará, en los próximos meses, con los habituales síntomas de una crisis de balances y de deuda. Quizá anticipándose a esta situación, el BCE fue el primero en reaccionar, hace meses, con una acertadísima política de ultrarrelajación monetaria, anunció el aumento de compras de deuda, sin restricciones en su distribución por Estados; asimismo, amplió el tipo de activos que iba a aceptar y que incluían no sólo deuda soberana sino también bonos corporativos que las empresas, principalmente las grandes, podrían utilizar para mantener su liquidez y proteger su solvencia. En cuanto a las Pymes y familias se actuó en varios frentes. El BCE prolongó sus programas de créditos a largo plazo a los bancos (LTRO) para que estos prestasen, lo que ha repercutido en Pymes y familias; igualmente, el brazo supervisor del BCE flexibilizó la exigencia regulatoria de capital para los bancos, lo que ha liberado recursos para prestar a familias y Pymes. El BEI, por su parte, expandió su balance quizás con el objetivo de apoyar a las Pymes. Por último, los Estados han dado garantías para que los bancos puedan prestar sin consumir todo el riesgo de crédito.
En estos momentos, ante la actual situación de exceso de ahorro a nivel mundial y con las economías al ralentí, sólo podemos crecer incrementando el gasto público financiado con emisiones de deuda, por eso es tan importante el resultado de la cumbre europea. Por eso, y porque ese ahorro excedente podrá ser captado por la UE mediante la emisión de esa nueva deuda europea mancomunada con garantía del presupuesto de la Unión, y con una capacidad renovada para recaudar mediante nuevos impuestos europeos. A pesar de todas las tensiones y desencuentros que se han vivido durante la cumbre, de ella se desprende el compromiso explícito de los Estados miembros con la construcción europea y con el futuro de sus ciudadanos, y ello tendrá, sin duda, un impacto determinante sobre el precio de emisión de la deuda europea mancomunada en los mercados financieros.
Ahora hay que esperar a que se den nuevos pasos para ir completando los atributos financieros de la deuda europea mancomunada. Incluso el BCE la reclama. Será cuestión de tiempo, pero la puerta ya está abierta. Si los cuatro frugales no quieren convertir la deuda europea mancomunada en deuda europea mutualizada, los nueve países que la defienden deberían anunciar que se comprometen a aplicar un plan europeo que permita su emisión mediante la mutualización de riesgos entre ellos.
Sin embargo, mutualizar los riesgos exige asimismo mutualizar las responsabilidades. De manera que la enorme y legítima euforia en la que nos encontramos gracias al acuerdo histórico del Consejo Europeo debería ir acompañada de cierta cautela. Deberíamos hacer honor a la confianza que nos van a conceder los mercados financieros y extremar las precauciones para que el gasto público tenga la calidad que exige revertir la débil productividad de la UE, y se reoriente hacia sectores con futuro como son el digital, el medioambiental, y el tecnológico, junto con la correspondiente formación profesional, formación en el puesto de trabajo, y formación continua. No va a ser fácil comprometerse a emitir deuda europea mutualizada únicamente con la garantía de los nueve Estados partidarios, pero hay que seguir empujando y transitando por el camino que se acaba de abrir.
          MANUEL SANCHIS i MARCO* Vía EL PAÍS
*Manuel Sanchis i Marco es profesor de Economía Aplicada de la Universidad de Valencia y doctor en Filosofía. Su último libro se titula El fracaso de las élites. Lecciones y escarmientos de la Gran Crisis (Ediciones Pasado & Presente).

DE PROFETAS Y PATRIAS

A raíz del reciente fallecimiento de Ignacio Sotelo, intelectual de referencia, el autor subraya el empeño de nuestro país en maltratar a mentes preclaras mientras encumbra a la fama a otras de escaso nivel

 

RAÚL ARIAS

 
El apotegma bíblico Nemo propheta in patria (Nadie es profeta en su tierra) se repite y se oye en todas las latitudes e idiomas como una verdad incontrovertible y lapidaria. La brevedad rotunda de la versión latina le da un marchamo de solemne certeza. Pero no es siempre cierto. Verdad es que muchos personajes (escritores, científicos, artistas) han tenido mayor y más temprano reconocimiento en el extranjero que en su propio país; pero no todos y no siempre. La nombradía, el prestigio y el reconocimiento públicos obedecen a menudo al azar. La fama es una deidad caprichosa. Pero hay también factores más constantes: hay profesiones que atraen más la atención pública que otras. La farándula ha concitado siempre más interés popular que la ciencia o la reflexión. Si esto siempre ha sido cierto, la televisión de hoy nos lo muestra todos los días: personajes y presentadores con coeficientes mentales muy bajos, alcanzan niveles de popularidad asombrosos. Esto, no por lamentable, es menos sabido.
Otro factor que influye en el ascendiente de los profetas en su propia patria es ésta misma. Hay países predispuestos a valorar a sus propios hijos y otros que no lo están. En esta cuestión hay grandes diferencias: yo le auguraría más eco en su tierra al profeta británico que al español. Hay que ver, por ejemplo, el prestigio alcanzado en su tierra por el historiador inglés Eric Hobsbawm, muy superior en mi opinión a sus merecimientos: todo el mundo le consideraba un historiador marxista (en mi opinión no lo era, pero él creía serlo) y, además, un historiador económico (con toda seguridad, no lo era, entre otras cosas porque no sólo no sabía una palabra de economía, sino que odiaba a esta ciencia, a la que a menudo acusaba de ser una «teología»). Militó en el Partido Comunista británico y tenía ideas contradictorias acerca del capitalismo, del que desconfiaba profundamente aunque reconocía que había producido niveles de crecimiento y bienestar sin precedentes.
Pues bien, uno pensaría que con estos credenciales una revista como The Economist, para la cual Marx personifica el error económico, hubiera criticado severamente a Hobsbawm. Pues no señor: cuando el historiador murió en 2012, el semanario le puso por las nubes, sin mencionar siquiera su inquina contra la teoría económica que la revista ha dedicado su larga vida a defender. Hobsbawm era inglés, y, como dirían sus compatriotas, la sangre (inglesa) es más espesa que las ideas. En contraste con esto, España ha sido muy cicatera con sus grandes profetas y sólo cuando años, siglos después de la muerte, su fama mundial ha subsistido y crecido, han comenzado los panegíricos y los monumentos. Hoy no se recuerda que, a principios del siglo XVII, un visitante francés en Madrid se asombraba del poco caso que los españoles hacían de Miguel de Cervantes, cuando el Quijote, traducido al inglés y al francés, le había convertido ya en un autor internacionalmente admirado. También Lope de Vega, pese a la popularidad, aunque efímera, de sus comedias, tuvo que dar coba al duque de Sessa, y actuar como su secretario y amanuense, para poder vivir y figurar.
Pero tampoco es la indiferencia ante el talento una ley de hierro en España: Juan Valera alcanzó en vida un prestigio desmesurado; sus contemporáneos le consideraban el summum de la inteligencia y del genio literario. Otro español que triunfó en su tierra fue Ortega y Gasset. Desde sus escritos de juventud, fue tenido en España como un gran pensador y filósofo. El prestigio que alcanzó en su tierra me parece mucho más justificado que el de Valera; el caso es que, insisto, la fama es caprichosa y veleidosa. Con todo, España me parece una gran derrochadora del talento propio e importadora de la mediocridad ajena.
Vienen estas deslavazadas reflexiones a propósito de la reciente pérdida de Ignacio Sotelo, catedrático que fue de la Universidad Libre de Berlín y también (¡ay!) de la Autónoma de Barcelona. Más adelante explicaré el lamento. Conocí a Sotelo allá por mis años mozos, en la Facultad de Derecho de la hoy llamada Universidad Complutense, entonces Universidad Central de Madrid. Sotelo descollaba entre los alumnos de primero. Más bien corpulento, siempre desaliñado (el nudo de la corbata, invariablemente, debajo de uno de los picos de la camisa), era el único estudiante que pedía la palabra para discutir con los catedráticos, que acostumbraban a quedarse mudos ante su elocuencia y sabiduría. Ignacio citaba a Hegel, a Wittgenstein, a Hobbes o a San Agustín con inmensa soltura. Los profesores le escuchaban estupefactos; los otros estudiantes, que no le entendían, le jaleaban con guasa. A mí me produjo intensa admiración. Pronto me hice amigo suyo y puedo decir sin exagerar que fue la persona de la que más aprendí en mis cinco años de carrera. La amistad perduró hasta su muerte. Además de una mente privilegiada, era un tipo bondadoso, dispuesto a discutir de cualquier cosa sin darse importancia; a pesar de su inteligencia, o quizá por ella, no era en absoluto engreído, todo lo contrario. Leía vorazmente y asimilaba sus lecturas asombrosamente. Era muy sociable. Gracias a él conocí a lo más granado del antifranquismo universitario. Entre sus amistades mayores se contaban José Luis Aranguren, Pedro Laín, Antonio Tovar, Dionisio Ridruejo y otras luminarias de la época.
Fue detenido por la Brigada Político Social y se rio de ellos. Me contaba que, furioso ante su negativa a firmar la declaración que le había preparado, el inspector Conesa rompía los folios con papel carbón y todo. Le tuvieron que dejar libre, pero se quedaron con su pasaporte. Aquello fue decisivo en su vida, porque él quería estudiar fuera a toda costa, hasta el punto de que se las arregló para salir clandestinamente y acabar matriculado en Sociologia en la Universidad de Colonia. Sin poder volver a España, en Alemania desarrolló el resto de su carrera. Al cabo de unos años recuperó su pasaporte y el fin de la dictadura facilitó su retorno. Pero, aunque él hubiera querido ser profesor aquí, su patria no le acogió como profeta, pese a haber ganado por oposición una cátedra de Sociología en la Universidad Autónoma de Barcelona en 1990. Le recibieron de uñas y le preguntaron qué venía a hacer en Barcelona si ya tenía su cátedra en Berlín. Había desplazado al candidato de la casa, y eso no se lo perdonaban. Muchos, yo entre ellos, le animamos a quedarse. A él le horrorizó el ambiente hostil que encontró, y es comprensible. Desmoralizado, regresó a Berlín y allí se jubiló.
Ignacio era un gran comunicador porque era una gran cabeza y tenía un pensamiento diáfano. Cuando participaba en una tertulia la ilustración, pero también el entretenimiento, estaban asegurados. La política europea resultaba más fácilmente comprensible gracias a sus columnas en El País durante tantos años. Pero publicó también trabajos excelentes sobre temas variados y eso me parece lo más importante. Un estudioso que se licenció en Derecho y se doctoró en Lenguas Clásicas en la Complutense, se doctoró en Sociología en la Universidad de Colonia y sentó cátedra de Ciencia Política en la Universidad Libre de Berlín tenía un registro de intereses y capacitaciones intelectuales muy fuera de lo común. Sus ensayos de A vueltas con España son brillantes y originales. Sus crónicas políticas (estuvo durante muchos años estrechamente ligado al PSOE; pero él era intelectual, no político, y lo sabía) excedían con mucho la calidad habitual en ese tipo de ensayos. Su El Estado Social tiene una soberbia primera parte sobre el origen y desarrollo del concepto de Estado bienhechor; de lo mejor suyo. Su ensayo sobre la democracia ateniense y la moderna en un libro que yo coedité es deslumbrante. Era su especialidad: leer a los mejores filósofos y hacérnoslos contemplar bajo una luz nueva. Pero no cabe aquí ni una simple enumeración de sus numerosas publicaciones.
Desde una cátedra en España, Sotelo hubiera cultivado las mentes de gente joven como cultivó la mía en nuestra juventud. Pero la Universidad española le rechazó, como a tantos otros. Su caso es de los más sangrantes, por lo excepcional de su talento y por el hecho de que ganara su cátedra por oposición. El baldón que cayó sobre la Autónoma de Barcelona no se borra fácilmente. Esperemos, al menos, que no se borre y olvide la obra de Sotelo. Todavía tenemos mucho que aprender de él. Como diría Quevedo, aún podemos escucharle con los ojos.

                                                                  GABRIEL TORTELLA*  Vía EL MUNDO
*Gabriel Tortella es economista e historiador; Clara Eugenia Núñez, del mismo gremio, es coautora de este artículo, que no firma por el modo en primera persona singular que éste requiere.