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sábado, 18 de febrero de 2023

EL ESPAÑOL CRECE, EL FRANCÉS SE DEBILITA

Puestos a implantar una lengua europea consolidada, mejor elegir la que más aporta. Por eso la hegemonía francesa languidece.
El francés es una de las pocas lenguas europeas de hablantes monolingües, la nuestra también, y el inglés, ruso, alemán, italiano y algunas más, pero no muchas más. Si Francia es el primer país francófono, el segundo es Marruecos y el tercero Costa de Marfil. La francofonía se extiende por muchas más naciones hasta alcanzar unos 235 millones de locutores como lengua materna y otros setenta como adquirida. Difícilmente logran las lenguas el nivel de elegancia que alcanzó el español en el siglo XVII y el francés en el XVIII. Una sintaxis culta y distinguida, una organización de la frase comparable a la del latín y el griego, una literatura de las grandes que acompañó los pasos de la nación de Carlos I y Felipe II, y luego la de Luis XV, lenguas de lujo que se vistieron de gala y se extendieron, por méritos incuestionables, como lenguas vehiculares con los honores que hoy acapara el inglés. La expansión de ambas es comparable a la que tuvieron el griego con Alejandro Magno y el latín con la extensión del Imperio, pero las situaciones cambian acompañadas de los cambios políticos y sociales. Con las limitaciones que ofrece la estadística, sabemos que el francés se estudia en Europa. Con más intensidad en las aulas del Reino Unido e Irlanda, España, Portugal, Italia, Alemania y Rumanía, pero en todos ellos su supervivencia y demanda se debilita porque se aprende más de lo que, en realidad, hace falta, y lo que no se necesita, se olvida. En estos momentos la necesidad que tienen los andaluces de aprender francés, si tenemos en cuenta el deterioro nacional de la enseñanza, es mucho más simbólica que real Una reciente prueba de su desafectación la dio Andalucía, donde se suprime el estudio de la segunda lengua extranjera. La Consejería de Educación lo considera innecesario. No solo afecta al francés, también, aunque en menor medida, porque se estudian menos, al alemán y al italiano. El aprendizaje de toda lengua exige un apoyo práctico, y este cada vez existe menos. En estos momentos la necesidad que tienen los andaluces de aprender francés, si tenemos en cuenta el deterioro nacional de la enseñanza, es mucho más simbólica que real. Frente a la motivación del conocimiento del inglés, la de las otras lenguas se queda en migajas. La pérdida más grande de francófonos se debe a la dificultad del idioma de París para entrar en los hogares y transmitirse de una generación a la siguiente. Fuera de los enclaves tradicionalmente francófonos como Bélgica y Suiza, arraiga en la cultura, en enseñanza, en las instituciones y en las publicaciones, pero no en la vida familiar que es donde las lenguas aseguran su continuidad. Los colonizadores franceses de Asia o África no formaron matrimonios mixtos con los colonizados, por eso es tan fácil perder influencia. Los espacios que abandona son ocupados por la arrollada robustez del inglés. No procede lamentar nada, o si se desea podemos sentir nostalgia, pero mejor aceptar el cambio natural que exigen los tiempos. De la misma manera el antiguo esplendor del griego ha quedado reducido a Grecia, donde ahora los helenos se ven abocados a estudiar inglés. Fue el francés lengua común entre las élites de la India, pero hoy el inglés empapa como esponja el territorio. La antigua zona de Indochina, formada por Camboya, Laos y Vietnam, solo cuenta hoy con reducidas comunidades francófonas, todas ellas semilingües. Su desaparición en Vietnam se inició con la independencia del país en 1945 y en pocas generaciones apenas queda rastro. Un cambio así nunca podría producirse en las antiguas colonias españolas donde se transmite sólido entre generaciones. América es el continente de las tres lenguas, español, inglés y portugués.Los canadienses también abandonan la lengua de Molière, aunque lentamente. La proporción de francófonos disminuye desde 2015 según indica el censo. La provincia de Quebec, la más fiel, no evita el declive. Entre 2016 y 2021 han pasado de 7,7 millones a 7,8, pero el crecimiento de francófonos es inferior al del porcentaje de población francófona, que pasa del 22,2% a 21,4% en los años citados. Esa tendencia se produce desde 1971. Nadie lo impone, pero el inglés araña. Quebec o Haití, no obstante, hacen del francés un escudo de identidades frente al mundo anglosajón y, por tanto, han de ser, todavía, islas importantes en América. En cuanto desaparezca de las escuelas, desaparece del país. Con una decisión tan contundente, la quinta lengua del mundo perderá más de veinte millones de hablantes En África se alzó, tras la descolonización, como lengua de cultura frente a la diversidad local de lenguas ágrafas o poco escritas. Los países musulmanes solicitan el árabe, pero la dialectalización lo impide, por eso el francés muestra un poder cultural unificador que facilita la integración. En las últimas décadas muchos africanos se acercan al inglés. Puestos a implantar una lengua europea consolidada, mejor elegir la que más aporta. Por eso la hegemonía francesa languidece. Desapareció en Ruanda, antigua colonia francófona belga. Como no se transmitía en familias se esfumó sin dificultades. Un nuevo ejemplo aparece en Argelia donde a partir del presente curso es sustituida progresivamente por el inglés. No hacen falta medios coercitivos. En cuanto desaparezca de las escuelas, desaparece del país. Con una decisión tan contundente, la quinta lengua del mundo perderá más de veinte millones de hablantes. Ya les gustaría, según sospecho, a los independentistas españoles aplicar en Cataluña y el País Vasco el mismo procedimiento para deshacerse del castellano, pero no existe esa posibilidad porque el español es la lengua que con más constancia se transmite en el seno de las familias. El francés se debilita, pero los periodos en las lenguas son tan largos que poco podemos aventurar sobre su futuro. Sea el que fuere, ningún hablante se quedará mudo, siempre hay otra lengua que ya estaba ahí para sustituirla.
Artículo de RAFAEL DEL MORAL vía VOZ PÓPULI.