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viernes, 31 de julio de 2015

EUROPA: HACIA UNA QUITA DE DEUDA DESORDENADA





Europa y el proyecto europeo se encuentran en un punto muerto. Por un lado, los profundos errores de política económica, donde la mayoría de los economistas aún no han entendido como interaccionan las dinámicas de deuda y el ciclo económico. La inmensa mayoría de ellos no tienen ni idea qué es una recesión de balances. Por otro, la utilización del Banco Central Europeo para extender el poder del bloque acreedor y mantener la hegemonía de la superclase bancaria a cambio de más sacrificios a los deudores. Incompetencia estructural y lucha de clases.
La austeridad fiscal y la flexibilización de precios y salarios están afectando negativamente al crecimiento económico de Europa
Existe suficiente evidencia para afirmar que las recomendaciones y recetas de la ortodoxia económica han fracasado. La austeridad fiscal y la flexibilización de precios y salarios, aderezado todo ello con una expansión monetaria, inefectiva cuando el origen de la crisis está en un proceso de sobreendeudamiento masivo, están afectando negativamente al crecimiento económico de Europa. Las consecuencias más graves ya las conocemos.
Los índices de miseria en aquellos países intervenidos han aumentado hasta niveles insospechados; y, para colmo, el volumen de deuda pública sobre PIB alcanza niveles jamás vistos, hasta el punto de que en diversos países, entre ellos el nuestro, la deuda pública y privada se encuentra en una senda dinámica explosiva e insostenible. Grecia, por ejemplo, no es posible que crezca sin una congelación de pagos de la deuda, simplemente será una nación zombi dedicada exclusivamente a pagar las deudas y, probablemente, necesitará otro rescate.
Instinto de clase
Por qué después de tanta evidencia continúan recomendando las mismas recetas. Sólo caben dos respuestas, la incompetencia estructural, o el instinto de clase. En realidad hay una mezcla de las dos hipótesis, pero el empecinamiento de la implementación de políticas fracasadas hace que la balanza se decante finalmente por la segunda. Detrás de las políticas económicas de la Troika (Fondo Monetario Internacional, Comisión Europea, y Banco Central Europeo) se encuentra la defensa de ciertos intereses de clase.
El proceso de socialización de pérdidas privadas ha disparado nuestra deuda pública a la vez que empeoraban nuestras condiciones de vida
Por un lado, se defienden a unos acreedores -especialmente al sistema bancario alemán que canaliza el ahorro de los teutones- que en ningún momento han asumido su mala gestión del riesgo y que no están dispuestos a perder ni un solo euro de su bolsillo por sus errores en la asignación de activos. Por otro lado, se protege a un sistema bancario cuyos balances inflados presentan en líneas generales notorios déficits de capital. Son ellos, acreedores del norte y sistema bancario europeo, quienes han impuesto erróneamente las políticas de austeridad a los habitantes del sur de Europa. Cuidado, digo a los habitantes porque por otro lado se ha rescatado a los diferentes bancos nacionales con dinero público. Este proceso de socialización de pérdidas privadas ha disparado, por ejemplo, nuestra deuda pública hasta niveles récord a la vez que empeoraban nuestras condiciones de vida.
Hipótesis falsas y paradojas económicas
Desde este blog hemos denunciado la falsedad de muchas hipótesis y teorías que alimentan a la pléyade de economistas ortodoxos que guían la política económica europea. Hemos combatido y combatiremos la hipótesis de mercados eficientes y de las expectativas racionales; hemos criticado y criticaremos la falacia de la maximización del valor de la acción; hemos puesto en tela de juicio la teoría monetaria neoclásica, la Ley de Say, la Curva de Laffer, las funciones de producción neoclásicas,… Pero a su vez ofrecemos hipótesis y teorías alternativas que preveían lo que ha pasado, que explican las paradojas que se encuentran por el camino la ortodoxia –paradoja de costes, paradoja del ahorro, paradoja de la tranquilidad,... –. Nos referimos a la hipótesis de inestabilidad financiera de Hyman Minsky, el principio rector dominante de la demanda efectiva frente a cualquier restricción de oferta, la endogeneidad del dinero -Teoría Monetaria Endógena de Steve Keen-, los modelos de Stock-Flujo de Wynne Godley y Marc Lavoie, la curva de demanda de trabajo Postkeynesiana, la racionalidad procedimental,…
¿Por qué Europa no redujo el tamaño de su sistema bancario acorde con la economía real, a costa de gerencia y acreedores?
Europa, frente a las políticas implementadas, tenía alternativas de política económica. Cuando se entra en una recesión de balances es necesaria una reestructuración ordenada de la deuda y de quien la concedió, el sistema bancario. ¿Por qué Europa no redujo el tamaño de su sistema bancario acorde con la economía real, a costa de gerencia y acreedores? Se trataba de una condición necesaria para la reactivación, pero no suficiente. En recesión de balances, además, es necesaria una política fiscal expansiva centrada en gasto social y en un vasto programa de nuevas infraestructuras e impulso tecnológico que arrastre a la inversión privada, que ni está ni se le espera. Esto último no supondría ningún aumento de la deuda pública. Se podría financiar vía bancos centrales, lo que además ahuyentaría el riesgo de deflación. Pero da igual, ¡la deuda pública para rescatar a la superclase y pagar a acreedores!
Tristemente después de siete años no solo no ha pasado nada de eso. Se continúa subsidiando, vía política fiscal y monetaria, a un sistema bancario completamente zombi, con balances inflados. Y se empobrece masivamente a los países deudores, mientras que la deuda de los mismos no deja de crecer. Pero al final del túnel serán los acreedores del norte quienes también sufrirán las consecuencias de tanto destrozo mediante una quita desordenada.

                                                                 JUAN LABORDA  @JuanLabordah          vía VOZ POPULI




jueves, 23 de julio de 2015

REFLEXIONES SOBRE EUROPA (I)


Las élites europeas -políticas, económicas y mediáticas- se han equivocado radicalmente a la hora de identificar cuáles son los problemas que de verdad acechan al viejo continente. La arrogancia, la ineficacia, la antidemocracia y la defensa de los intereses de clase son un coctel explosivo. Inicialmente lo estamos pagando la ciudadanía de los países del sur de Europa. A continuación se trasladará al resto, los habitantes del centro y norte de Europa, especialmente cuando éstos vean evaporar sus ahorros. Ya veremos cómo reaccionarán entonces.
El “problema de competitividad” de los países del sur de Europa fue consecuencia de una política monetaria brutalmente expansiva por parte del Banco Central Europeo
A mediados de 2012, el economista jefe de Nomura, Richard Koo, publicó una nota excepcional, a contracorriente, bajo el sugerente título The entire crisis in Europe started with a big ECB bailout of Germany. De ella ya hemos hablado hasta la saciedad. El “problema de competitividad” de los países del sur de Europa fue consecuencia de una política monetaria brutalmente expansiva por parte del Banco Central Europeo (BCE). Ésta tenía como objetivo último estimular la economía germana con el fin de que Alemania no tuviera que expandir su crecimiento vía política fiscal. Sin embargo, el impacto sobre la demanda interna de Alemania fue nulo, al encontrarse en recesión de balances. Pero aceleró e infló hasta límites insospechados las burbujas en la periferia, especialmente la inmobiliaria, lo que impulsó las importaciones alemanas, rescatando al país teutón de los miedos provocados por el estallido de la burbuja tecnológica, de la que apenas se beneficiaron los países del sur.
El Tratado de Maastricht no contemplaba, ni siquiera conocía, lo que era una recesión de balances. El actual problema de competitividad del sur de Europa sólo es atribuible al límite del 3% del Tratado sobre el déficit fiscal, lo que coloca exigencias poco razonables en materia de política monetaria del BCE durante este tipo de las recesiones.
Richard Koo vuelve a la carga
El economista de Nomura vuelve a la carga y nos ofrece uno de los mejores análisis de Grecia. El economista coreano apuntilla que "el PIB de Grecia se ha desplomado en los últimos años debido a que la consolidación fiscal impuesta por los acreedores se llevó a cabo durante una recesión de balances, lo que devino en una espiral deflacionaria destructiva que ha devastado la vida de los ciudadanos griegos. Mientras que la nación puede parecer que está haciendo progresos, cuando vemos los datos brutos muestran una economía en colapso. Esta diferencia de perspectivas amplió la brecha que separa a los acreedores europeos, que pensaban que todo iba bien, y el público griego, que ha estado sufriendo caídas graves en su nivel de vida."
El rescate de Grecia, desde un principio, según Koo, es “muy poco realista. La Unión Europea (UE) “se niega a reconocer los errores cometidos”, “se niega a aceptar la responsabilidad del colapso en la producción y economía griega”. Sólo ahora parece que el FMI “lentamente está comenzando a entender la economía griega”, tras la reciente publicación de documentos admitiendo que la carga de la deuda de Grecia es insostenible. Pero el Eurogrupo, erre que erre. El argumento de la Unión Europea es que los retrasos en la aplicación de reformas estructurales fueron una de las causas de las dificultades a las que Grecia se enfrenta hoy en día. Sin embargo, este argumento se basa en la suposición muy poco realista de que las reformas estructurales pueden dar un rápido impulso al crecimiento del PIB. Los acreedores de Grecia culpan al país heleno por el empeoramiento de su recesión, afirmando que si se hubiera desregulado la economía, gravado nuevos impuestos, y privatizado diversas empresas públicas, todo sería color de rosa. “Eso es basura”, dice Koo.
La UE y el FMI deben asumir parte de la culpa del colapso del 25% PIB heleno en los últimos cinco años. Las nuevas medidas de austeridad impuestas y privatizaciones masivas sobre un país cuya economía ya está debilitada “no resuelve ninguno de los problemas fundamentales que enfrenta la nación en bancarrota de Grecia.”... “No es posible que crezca sin una congelación de pagos de la deuda, simplemente será una nación zombi dedicada exclusivamente a pagar las deudas y, probablemente, necesitará otro rescate”. Las negociaciones, en definitiva, han sido “muy poco realistas” desde un principio.
El fracaso de la ortodoxia
Desde este blog, nuestro escenario base era muy claro. Avisábamos hace años que no sólo Grecia, sino el resto de los países periféricos de Europa sufrirían un deterioro continuo del nivel de vida. La razón, obvia, el brutal endeudamiento y la falta de un reequilibrio en los déficits/superávits de la balanza por cuenta corriente entre acreedores y deudores de la Unión Europea. Se ha confiado todo a una devaluación interna -hundimiento de los salarios, deflación, devastación económica- como única posibilidad de seguir siendo competitivos en la zona del euro.
El problema de fondo no es la falta de voluntad de los acreedores para interpretar honestamente la situación sobre el terreno en Grecia o España
Pero el problema de fondo no es la falta de voluntad de los acreedores para interpretar honestamente la situación sobre el terreno en Grecia o España. Yo personalmente pensaba inicialmente lo mismo que Richard Koo. Es mucho peor. No solo toda una nación de 11 millones de habitantes está sufriendo más que nunca en su historia reciente, como resultado de lo que es, a lo sumo, un fallido experimento. Hay algo más, especialmente teniendo en cuenta la insistencia de Alemania en no cancelar las deudas griegas, a pesar de que hoy ya es un hecho aceptado que sin una quita de deuda Grecia es simplemente inviable. Pero de ello ya hablaremos en el próximo blog.

                                                  JUAN LABORDA  @JuanLabordah  Vía VOZ POPULI




martes, 21 de julio de 2015

EL ESTADO DE LOS COBARDES



“El miedo a la muerte, en el cobarde, proviene en buena medida de su incapacidad de amar nada más que su propio cuerpo. Y es esa incapacidad de participar en las vidas de los otros lo que se interpone en el desarrollo de sus recursos interiores para superar el terror a la muerte.”
¿Qué empuja a algunos hombres a realizar actos de valor de una generosidad extraordinaria, mientras que otros son incapaces de mover un dedo para defender al hombre que tienen a su lado?
La cita es de J. Glenn Gary (1913-1977), filósofo y escritor, autor entre otros libros de The Warriors: Reflections on Men in Battle, ensayo en el que recopila sus experiencias y reflexiones a lo largo de cuatro años en el frente durante la II Guerra Mundial. The Warriors es básicamente un compendio de memorias filosóficas en el que Glenn analiza la naturaleza humana, intentando dirimir qué es lo que empuja a algunos hombres a realizar actos de valor de una generosidad extraordinaria, mientras que otros, paralizados por el miedo, son incapaces de mover un dedo para defender al hombre que tienen a su lado.
J. Glenn Gary, pese a ser un pacifista convencido, quedó hipnotizado por el poderoso influjo del caos de la guerra, donde, en palabras del corresponsal Jack Belden, “los millares de acciones entrelazadas arrojan millones de pequeñas fricciones, accidentes y azares de los que emana una niebla de incertidumbre que lo abarca todo”. En palabras de los combatientes veteranos, toda operación militar discurre invariablemente por tres fases consecutivas: el plan, el contra-plan y el caos. Y es que, cuando la niebla de la guerra se cierne sobre uno, en efecto, todo absolutamente todo, hasta la propia existencia, se vuelve incierto. La muerte te puede alcanzar en cualquier momento, en cualquier lugar y de la manera más absurda e inesperada. Esta incertidumbre, y el pensamiento angustioso y recurrente que anticipa una y otra vez lo peor, el “ahora estoy vivo, ahora ya no”, contribuye a crear un poderoso vínculo entre combatientes de un mismo grupo.
Abundando en esta idea, Sebastian Junger, periodista que convivió durante un año con los soldados de una compañía desplegada en el infierno de Kunar, llegó a la conclusión de que la disposición a arriesgar la vida para salvar al compañero, al camarada, es una forma de amor que ni siquiera las religiones son capaces de inspirar, y que “quien vive esta experiencia se transforma en una persona diferente”.
El valor es amor. Un vínculo fraternal que surge entre quienes se enfrentan hombro con hombro a una abrumadora incertidumbre
Con el tiempo, los sociólogos, los psicólogos y, en general, todos aquellos expertos que llevan décadas estudiando y analizando los factores que estimulan la valentía en el combate, han llegado a la misma conclusión expresada de manera intuitiva por Junger: que el valor es amor. Un vínculo fraternal que surge entre quienes se enfrentan hombro con hombro a una abrumadora incertidumbre. Cuanto más intensa es la angustia, más se fortalece el vínculo, y mayor es el desprendimiento y la generosidad entre ellos. Como contrapartida, los grupos que cooperan y actúan valerosamente tienen mayores opciones de supervivencia. Por lo tanto, los miembros de una sección o una compañía bien cohesionada se entregarán sin reservas, pero no lo harán para defender elevados ideales ni fines políticos, sino para protegerse mutuamente.
El tamaño y el valor de la “tribu”
Este vínculo fraternal entre combatientes tiene, sin embargo, un condicionante numérico. En la década de los noventa, el antropólogo Robin Dunbar desarrolló la teoría de que el número máximo de primates que podían convivir en armonía dentro de un mismo grupo estaba determinado por el tamaño de su neocórtex. Y que cuanto mayor era el neocórtex, más amplio era el grupo. Dunbar extrapoló la teoría al ser humano y estableció en 147,8 el número máximo de individuos con los que una persona podía mantener una relación personal y cotidiana. Esta cifra se redondeó a 150 y se conoce como Numero de Dunbar.
Hay abundantes ejemplos a lo largo de la historia de agrupaciones humanas que se aproximan al Número de Dunbar. Por ejemplo, los grupos nómadas de cazadores-recolectores y los tamaños de las tribus y villas de la era neolítica giraban invariablemente en torno a los 150 miembros. También se aproximan mucho a ese número las unidades militares básicas, desde el manípulo de la antigua Roma (130), hasta la compañía de los ejércitos de la era moderna (150).
Como ya digo, hay muchos ejemplos en los que el número calculado por Dunbar está más o menos presente. Pero lo relevante de la teoría del número “mágico” es que en estructuras sociales mucho más amplias y complejas los lazos entre individuos se diluyen, y los objetivos comunes se relativizan y se vuelven meramente teóricos. De hecho, en las ciudades y los estados, las sociedades tienden a “desestructurarse” cuando en una escala menor no existen entornos cohesionados y, por así llamarlos, “tribales”, en los que los individuos compartan y transmitan los valores y las conductas correctas.
El Estado, como ente impersonal y meramente administrativo que es, no puede proporcionar por sí mismo ni las convenciones generales ni las convicciones personales que el ser humano necesita
Burócratas y cultivos de bacterias
Otra circunstancia que refuerza la relevancia del grupo o la tribu como unidad de cohesión social es la paradoja del valor suicida. Resulta que el valiente, al asumir mayores riesgos, tiene más probabilidades de morir. Siguiendo las leyes de la selección natural, lo lógico es deducir que a medio plazo los valientes perderán la competición genética en beneficio de los que no lo son, por lo que el “gen del valor” debería extinguirse. Sin embargo, no sucede así. La razón está en que la valentía no es exclusivamente genética, sino que está relacionada con la educación dentro del grupo. Las historias de actos heroicos dentro del grupo se transmiten de forma verbal como actos ejemplares y valiosos, mientras que la cobardía es secularmente rechazada. Lo cual es un poderoso incentivo: mejor actuar en consecuencia que huir y ser despreciado por todos.
Es una creencia cada vez más extendida que el Estado puede establecer incentivos para que las personas actúen convenientemente, y así asegurar la convivencia y el orden elementales. Sin embargo, como ente impersonal y meramente administrativo que es, no puede proporcionar por sí mismo ni las convenciones generales ni las convicciones personales que el ser humano necesita. Por poner un sencillo ejemplo, los burócratas pueden endurecer las sanciones para reducir las infracciones de tráfico, pero al hacerlo lo que obtendrán será conductores más obedientes, no mejores conductores. La coacción administrativa no aumentará los reflejos ni las aptitudes al volante del conductor medio. Ni tampoco hará que éste desarrolle una mayor empatía hacia los comparten las vías públicas con él. De hecho, si se relajara la presión administrativa, es muy probable que las infracciones se incrementaran hasta alcanzar los niveles anteriores.
Los valores y las cadenas de valores no pueden ser suministrados por los burócratas como si fueran cápsulas mediante la planificación, los decretos, las leyes y los reglamentos
Parece evidente que las convenciones y las convicciones, los valores y las cadenas de valores no pueden ser suministrados por los burócratas como si fueran cápsulas mediante la planificación, los decretos, las leyes y los reglamentos, ni siquiera implantando para tal fin un modelo educativo a escala nacional. Los valores, como la valentía, la responsabilidad, la honradez, el amor al trabajo, el altruismo, la solidaridad, solo pueden ser inculcados, compartidos y ejemplarizados en el entorno de la tribu, donde el individuo cobra especial relevancia y aspira –no solo por razones materiales sino también anímicas– al reconocimiento.
Lamentablemente, el Estado poco a poco ha terminado arrogándose un papel que no le corresponde. Y los grupos que estructuraban la sociedad en su nivel primordial, con sus valores y sus cadenas de valores, están desapareciendo en favor de un ente con el que el individuo no mantiene ningún vínculo más allá de lo meramente formal. Aisladas, desprovistas de sus pares y de la beneficiosa ejemplaridad, las personas se vuelven cobardes y narcisistas. De hecho, la valentía es hoy un rasgo en franca decadencia. Frente a esta carencia, de nada servirá que los burócratas intenten gobernar con burdos sistemas basados en la coacción y en el elemental principio de acción y reacción: la sociedad no es un cultivo de bacterias en la cubeta de un laboratorio. Lo cierto es que nada puede proteger a una sociedad cuando la cobardía se convierte en su valor más extendido.

                                                    JAVIER BENEGAS  @BenegasJ    Vía VOZ POPULI










lunes, 20 de julio de 2015

OTROS RELATOS DE MIEDO




Quienes agitan ahora el miedo son exactamente aquellos que permitieron que en España se extendiera, sin apenas oposición, la antidemocracia. La antidemocracia significó alentar la desmovilización cívica, condicionando al electorado a entusiasmarse por períodos breves, controlando su lapso de atención y promoviendo luego la distracción o la apatía. Desde el mercado de trabajo se traduce en un ritmo intenso de trabajo, horarios prolongados combinados con la inseguridad laboral como fórmula para la desmovilización política, para privatizar a la ciudadanía.
Quienes agitan ahora el miedo son los mismos que facilitaron el dominio de la élite
Quienes agitan ahora el miedo son los mismos que facilitaron el dominio de la élite. ¿Cómo? mediante un cuerpo legislativo débil, un sistema legal obediente y represivo, un sistema de partidos en el que un partido, esté en el gobierno o en la oposición, se empeña en reconstituir el sistema existente con el objetivo de favorecer de manera permanente a la clase dominante, los más ricos, los intereses corporativos, mientras que dejan a los ciudadanos más pobres con una sensación de impotencia y desesperación política y, al mismo tiempo, mantienen a las clases medias colgando entre el temor al desempleo y las expectativas de una fantástica recompensa una vez que la nueva economía se recupere. Exactamente como hoy.
Pero como ya introdujimos en un blog anterior, para miedo, el panorama desolador que nos dejan: deuda, deuda, más deuda, sin mejora alguna del aparato productivo y de nuestra fuerza trabajo. Empobrecimiento futuro. En ese blog anterior analizamos la deuda soberana. Permítanme escudriñar ahora la deuda externa patria.
La deuda externa, reflejo del dominio de las élites
En los cuadros 1 y 2 se recogen y estudian dos fotos fijas, cierre de 2008 y el último dato disponible, cierre de 2014, para ver cómo ha evolucionado lo que debemos al resto del mundo, nuestra deuda externa, su cuantía y qué sectores patrios son quienes tienen esas deudas con el exterior. Se trata de cifras que solemos actualizar cada trimestre.


 

La deuda que desde los sectores residentes españoles se debe a acreedores extranjeros, a cierre de 2008, ascendía a casi 1,08 billones de euros, cifra que representaba cerca del 99% del PIB español. Esta cantidad significaba el 27% de la deuda en su conjunto de la economía española. El resto era deuda entre sectores residentes.

En 2008 los actores privados debían al extranjero una cantidad cercana al 80% del PIB español
De esas cifras, la parte de deuda pública en manos de extranjeros representaba únicamente el 20% del total de la deuda externa patria (212.900 millones de euros), mientras que todo el sector privado debía al exterior el 80% restante (864.484 millones de euros). Las entidades financieras eran las principales deudoras frente al exterior, con un 54% de la deuda externa española (584.102 millones de euros), mientras que las sociedades no financieras adeudaban el 26% restante (278.087 millones), y las familias apenas un marginal 0,21%. Así, según los datos de Banco de España, en 2008 los actores privados debían al extranjero una cantidad cercana al 80% del PIB español.
Según el último dato disponible, cierre de 2014, la deuda externa asciende supera los 1,1 billones de euros, cifra que representa cerca del 107% del PIB español. Esta cantidad significa el 26% de la deuda en su conjunto de la economía española. El resto es deuda entre sectores residentes. La cifra es muy parecida a 2008, pero la composición ha variado drásticamente. El 44% de la deuda externa corresponde ahora al sector público, frente al 20% de 2008. Por el contrario, las deudas que nuestras entidades financieras deben al exterior representan “solamente” el 30% del total de nuestra deuda externa, frente al 54% en 2008. Mientras, la deuda externa de las sociedades no financieras representa el 26% del total de la deuda patria con el exterior, cifra casi idéntica a 2008.
Lo que estos datos confirman es por qué desde el exterior, con el apoyo entusiasta de las élites bancarias, se impuso una política de austeridad. Se trataba de disponer recursos públicos para destinarlos a financiar a terceros, a ellos. El rescate al sistema financiero español consistía únicamente en proporcionar recursos al sistema financiero para que pudiera hacer frente a sus deudas, aplicando duros procesos de reestructuración interna con el fin de liberar recursos, por si acaso. En realidad no se trataba de un rescate al sistema financiero español, sino a los sistemas financieros alemán y francés, manteniendo de paso en sus sillas a la gerencia bancaria patria.
Apenas hemos salido de la crisis y una nueva crisis de balanza de pagos se cierne sobre nuestra economía
Un segundo aspecto complementario de este análisis es el fracaso de las denominadas reformas estructurales, destinadas aparentemente a mejorar nuestra competitividad. El "repentino" e intenso empeoramiento de nuestro sector exterior durante los últimos trimestres ha incrementado la deuda externa neta de España hasta alcanzar un nuevo récord histórico, siendo el segundo país con el mayor volumen de deuda externa del mundo. Apenas hemos salido de la crisis y una nueva crisis de balanza de pagos se cierne sobre nuestra economía. ¡Pero es que el objetivo era otro, proteger a acreedores foráneos y a nuestra gerencia bancaria! Son exactamente los mismos que ahora meten miedo, de la mano de aquellos políticos que en su momento permitieron el dominio de la élite.

                                                                    JUAN LABORDA  @JuanLabordah   Vía  VOZ POPULI