Quienes agitan ahora el miedo son exactamente aquellos que permitieron que en España se extendiera, sin apenas oposición, la antidemocracia. La antidemocracia significó alentar la desmovilización cívica, condicionando al electorado a entusiasmarse por períodos breves, controlando su lapso de atención y promoviendo luego la distracción o la apatía. Desde el mercado de trabajo se traduce en un ritmo intenso de trabajo, horarios prolongados combinados con la inseguridad laboral como fórmula para la desmovilización política, para privatizar a la ciudadanía.
Quienes agitan ahora el miedo son los mismos que
facilitaron el dominio de la élite
Quienes agitan ahora el miedo son los mismos que
facilitaron el dominio de la élite. ¿Cómo? mediante un cuerpo legislativo
débil, un sistema legal obediente y represivo, un sistema de partidos en el que
un partido, esté en el gobierno o en la oposición, se empeña en reconstituir el
sistema existente con el objetivo de favorecer de manera permanente a la clase
dominante, los más ricos, los intereses corporativos, mientras que dejan a los
ciudadanos más pobres con una sensación de impotencia y desesperación política
y, al mismo tiempo, mantienen a las clases medias colgando entre el temor al
desempleo y las expectativas de una fantástica recompensa una vez que la nueva
economía se recupere. Exactamente como hoy.
Pero como ya introdujimos en un blog anterior, para
miedo, el panorama desolador que nos dejan: deuda, deuda, más deuda, sin
mejora alguna del aparato productivo y de nuestra fuerza trabajo.
Empobrecimiento futuro. En ese blog anterior analizamos la deuda soberana.
Permítanme escudriñar ahora la deuda externa patria.
La deuda externa, reflejo del dominio de las élites
En los cuadros 1 y 2 se recogen y estudian dos fotos
fijas, cierre de 2008 y el último dato disponible, cierre de 2014, para ver
cómo ha evolucionado lo que debemos al resto del mundo, nuestra deuda externa,
su cuantía y qué sectores patrios son quienes tienen esas deudas con el
exterior. Se trata de cifras que solemos actualizar cada trimestre.
La deuda que desde los sectores residentes españoles se debe a acreedores extranjeros, a cierre de 2008, ascendía a casi 1,08 billones de euros, cifra que representaba cerca del 99% del PIB español. Esta cantidad significaba el 27% de la deuda en su conjunto de la economía española. El resto era deuda entre sectores residentes.
En 2008 los actores privados debían al extranjero una
cantidad cercana al 80% del PIB español
De esas cifras, la parte de deuda pública en manos de
extranjeros representaba únicamente el 20% del total de la deuda externa patria
(212.900 millones de euros), mientras que todo el sector privado debía al
exterior el 80% restante (864.484 millones de euros). Las entidades financieras
eran las principales deudoras frente al exterior, con un 54% de la deuda
externa española (584.102 millones de euros), mientras que las sociedades no
financieras adeudaban el 26% restante (278.087 millones), y las familias apenas
un marginal 0,21%. Así, según los datos de Banco de España, en 2008 los actores
privados debían al extranjero una cantidad cercana al 80% del PIB español.
Según el último dato disponible, cierre de 2014, la deuda
externa asciende supera los 1,1 billones de euros, cifra que representa cerca
del 107% del PIB español. Esta cantidad significa el 26% de la deuda en su
conjunto de la economía española. El resto es deuda entre sectores residentes.
La cifra es muy parecida a 2008, pero la composición ha variado drásticamente.
El 44% de la deuda externa corresponde ahora al sector público, frente al 20%
de 2008. Por el contrario, las deudas que nuestras entidades financieras deben
al exterior representan “solamente” el 30% del total de nuestra deuda externa,
frente al 54% en 2008. Mientras, la deuda externa de las sociedades no
financieras representa el 26% del total de la deuda patria con el exterior,
cifra casi idéntica a 2008.
Lo que estos datos confirman es por qué desde
el exterior, con el apoyo entusiasta de las élites bancarias, se impuso
una política de austeridad. Se trataba de disponer recursos públicos
para destinarlos a financiar a terceros, a ellos. El rescate al sistema
financiero español consistía únicamente en proporcionar recursos al sistema
financiero para que pudiera hacer frente a sus deudas, aplicando duros procesos
de reestructuración interna con el fin de liberar recursos, por si acaso. En
realidad no se trataba de un rescate al sistema financiero español, sino a los
sistemas financieros alemán y francés, manteniendo de paso en sus sillas a la
gerencia bancaria patria.
Apenas hemos salido de la crisis y una nueva crisis de
balanza de pagos se cierne sobre nuestra economía
Un segundo aspecto complementario de este análisis es el fracaso
de las denominadas reformas estructurales, destinadas aparentemente a
mejorar nuestra competitividad. El "repentino" e intenso
empeoramiento de nuestro sector exterior durante los últimos trimestres ha
incrementado la deuda externa neta de España hasta alcanzar un nuevo récord
histórico, siendo el segundo país con el mayor volumen de deuda
externa del mundo. Apenas hemos salido de la crisis y una nueva crisis de
balanza de pagos se cierne sobre nuestra economía. ¡Pero es que el objetivo era
otro, proteger a acreedores foráneos y a nuestra gerencia bancaria! Son
exactamente los mismos que ahora meten miedo, de la mano de aquellos políticos
que en su momento permitieron el dominio de la élite.
JUAN LABORDA @JuanLabordah Vía VOZ POPULI
JUAN LABORDA @JuanLabordah Vía VOZ POPULI
No hay comentarios:
Publicar un comentario