Los linajes davídicos que se unieron a los de la realeza europea configurándolos, según el gran genealogista David Hughes
El rey Carlos III de Inglaterra, tocado con una kipá. EFE
Recientemente se ha publicado en el diario La Vanguardia, de Barcelona, y en otros medios de comunicación un llamativo artículo cuyo subtítulo es el siguiente:
"La tradición de circuncidar al futuro rey del Reino Unido fue iniciada en el siglo XIX por la reina Victoria, convencida de que la familia real descendía del Rey David".
En ese artículo se dice, entre otras cosas, lo siguiente:
"Al negarle la circuncisión a su hijo William, la princesa Diana de Gales rompió una tradición que viene de la reina Victoria. La princesa Diana de Gales rompió la tradición de circuncidar al futuro rey del Reino Unido que fue iniciada en el siglo XIX por la reina Victoria, convencida de que la familia real descendía del Rey David. Carlos III ha sido el último monarca circuncidado hasta ahora.
Cuando nació Philip Arthur George, el primer hijo de la reina Isabel II y Philip Mountbatten, y actual rey Carlos III, el 14 de noviembre de 1948, su madre llamó al rabino Jacob Snowman, un conocido médico y mohel de Londres, para circuncidar a su hijo, revela Jewish Press, el semanario judío independiente de mayor difusión en los Estados Unidos.
La tradición de la familia real de contratar mohels judíos para circuncidar a sus hijos se remonta a la reina Victoria pero fue interrumpida en 1982 con el nacimiento del príncipe William, porque su madre Diana, la fallecida princesa de Gales, no lo permitió."
En realidad, "la tradición real británica de pedir a un mohel judío que circuncide a sus príncipes se remonta al rey Jorge I, quien nació en Hanover, Alemania, y reinó sobre Inglaterra desde 1714 a 1727. Jorge I llevó esa costumbre a Inglaterra. Años más tarde su tataranieta la reina Victoria contrató a mohalims judíos para circuncidar a todos su hijos, pues ella creía que su árbol familiar se remontaba directamente al rey David de la Biblia"
Por mi parte, confirmo ahora que, efectivamente, tanto la reina Victoria de Gran Bretaña como los grandes reyes europeos son descendientes del rey David de Israel, excepto los monarcas de Suecia, cuyo origen está en Bernadotte, un mariscal de Napoleón, el emperador francés, como demostré en mi libro titulado El origen judío de las Monarquías europeas, ilustrado con 28 páginas de cuadros genealógicos que avalan esa tesis mía que nadie ha impugnado. Este libro mío lo publicó la editorial EDAF en Madrid el año 2000, y lo subtituló El mayor secreto de la Historia.
Además, recientemente, Kálathos Ediciones ha publicado otro libro mío titulado El gran secreto de las monarquías europeas: sus raíces judías, en el que se confirma -incluso por genealogistas- dicha tesis mía y la historia de un tema tabú: las uniones entre príncipes cristianos y miembros de la realeza davídica, cuyos enlaces fraguarían gran parte del sustento sagrado de las monarquías. En este último libro también narro un recorrido por la Historia, desde el rey David de Israel hasta Felipe II de España, para conocer y decodificar las prácticas del ejercicio del "poder real".
La realidad histórica de que los reyes europeos son descendientes biológicos del bíblico rey David es una verdadera historia que se ocultó desde hace muchos siglos cuando Francia y otros países, en la Edad Media, expulsaron a los judíos de los territorios de Europa. Esta historia se ocultó para que se olvidase un asunto tabú: a lo largo de los siglos, las fuentes documentales, especialmente aquellas genealogías en las que deberían aparecer mezclados judíos con cristianos, como ocurrió en la realidad, han sido manipuladas, destruidas o sustituidas, en nombre de la limpieza de sangre (para que apareciesen o solo judíos o solo cristianos, sin mezclarse) o de otros intereses particulares o doctrinarios. Se fue ocultando así la verdad histórica, sobre todo por los cronistas de los reyes y de los magnates quienes, en la Edad Media, eran frecuentemente clérigos inquisitoriales. Y, todavía hoy, los partidarios de "la limpieza de sangre" siguen queriendo ocultar que los reyes europeos son descendientes del rey David de Israel. ¡Claro!, hay que tener en cuenta que, en la memoria histórica, perdura todavía el terrible recuerdo del holocausto, pues en los años 40 del pasado siglo XX varios millones de judíos fueron exterminados en Europa, por la única razón de ser hebreos.
Rey David de Israel
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En 1997 yo residía en Estados Unidos porque trabajaba como consejero de la embajada de España. Entonces, un día llegó a mis manos un libro de Historia cuya temática me pareció tan interesante como sorprendente, pues unos pocos años antes, cuando yo vivía en París durante el periodo 1989-1994, también como consejero de la embajada de España en Francia, había recogido muchísima documentación sobre los Carolingios; pues quería llevar a cabo, cuando mis ocupaciones profesionales me lo permitiesen, una biografía del emperador Carlomagno, una obra que por fin terminé y publiqué después de jubilarme, en el año 2013. En la infinidad de documentación que examiné entonces sobre los Carolingios jamás encontré ninguna referencia o algo donde se mencionara que en el siglo VIII hubiese un principado judío autónomo (cuasisoberano) en el sur de Francia. Ese sugestivo libro, descubierto por mí en América, se titulaba A Jews Princedom in Feudal France y su autor era un profesor universitario judío, llamado Arthur J. Zuckerman, quien lo había publicado en 1972, editado por la Columbian University Press.
Antes de leer el libro me informé de su autor, para saber si era digno de confianza. Y averigüé que era profesor de Historia y director de la Hillel Foundation en el City College de Nueva York, así como profesor de Civilización Judía Medieval en el famoso Reconstructionist Rabbinical College. Además el profesor Zuckerman había sido premiado con el National Jewish Book Award de American Jewish History. Con tales credenciales positivas me adentré inmediatamente en la lectura de esa apasionante obra.
Tras leer la presentación del libro, escrita por el prestigioso profesor de la Columbian
University Salo W. Baron, quien decía que se trataba de "un libro audaz", me leí el prefacio del autor y fui directamente al final de las páginas para saborear, despacio y minuciosamente, sus principales conclusiones, que son las siguientes:
"Esta obra describe el establecimiento de un Principado de los judíos de Francia en el año 768 cuya máxima autoridad ejercía el poder por derecho divino, porque era descendiente de la real Casa de David y por ello tenía legitimidad para existir autónomamente.
La preocupación de la dinastía de los Pipínidos era controlar a los condes rebeldes del Sur y mantener a raya a los sarracenos Omeyas hasta que pudieran echarlos a España, así como adquirir el derecho divino a gobernar como sucesores de los bíblicos reyes de Israel. Su ambición imperial condujo a los reyes Pépin y Carlomagno a aliarse con el califa Abbasida y con sus fieles súbditos habitantes en el Reino de los francos. A cambio de la promesa de Pépin de conceder feudos y patrimonio territorial a un príncipe judío, los judíos rindieron la sitiada Narbonne a los francos en 759. Pépin cumplió pronto lo prometido cuando Natronai-Makhir, un exilarca davídico, fue obligado a exiliarse en el "Oeste" por una insurrección política en Bagdad. Él se convirtió en el primer nasi (patriarca) sujeto a los Carolingios por invitación suya."
Esas sorprendentes conclusiones me parecieron de lo más interesante, pues se referían a la creencia que había en el siglo VIII acerca de la existencia de un bíblico “derecho divino a gobernar” –hoy no aceptable– y a la unión familiar de los reyes carolingios con los descendientes del rey David de Israel, lo que dio lugar a una todopoderosa estirpe davídico-carolingia. Al estar en conocimiento de que de Carlomagno y sus hijos descienden las principales dinastías gobernantes de Europa, de las cuales todavía algunas perduran ejerciendo el poder, comprendí la enorme importancia histórica y política de las conclusiones de Arthur J. Zuckerman. Entonces tomé la decisión de investigar a fondo todo lo relativo a esta aparente "historia oculta".
Durante mis investigaciones históricas me encontré en la necesidad de depurar, mediante el contraste continuo de diversas fuentes, los enlaces genealógicos que las fuentes más corrientes suelen ofrecer y las cuales, en algunos casos, por falta de rigor científico, se limitan a repetir únicamente informaciones seculares que, a veces, contienen errores y manipulaciones repetidas frecuentemente, pero sin dejar de ser falsas o, al menos, equívocas. En esas comprobaciones enfrenté y contrasté las fuentes cristianas con las judías o de otra ideología u orientación, en la medida de lo posible, gracias a las últimas técnicas informáticas y de comunicación.
Mis investigaciones pacientes y concienzudas confirmaron que, en efecto, Pépin dio la bienvenida a Makhir admitiéndolo en la nobleza de los Francos y le concedió el distinguido nombre de Teodoric (en francés Thierry). Los dirigentes carolingios entregaron a Makhir-Teodoric un dominio libre, que incluía anteriores propiedades eclesiásticas, localizado en Septimania y en territorio tolosano, y que abarcaba también parte de la España dominada por los Francos. Por una encomienda Makhir-Teodoric se convirtió en vasallo de los Carolingios quienes, a su vez, asumieron ese señorío como ulterior evidencia de haber accedido a la legítima sucesión bíblica. Esta decisión de Pepin y sus hijos disgustó enormemente al papa Esteban III, pero tuvo que conformarse. Makhir recibió una princesa carolingia como esposa, Alda o Auda, la hermana del rey Pépin, cuyo hijo fue Guillermo conde de Toulouse, en quien confluyeron unidas los dos poderosos linajes dinásticos de David y de los Carolingiosos, creando una estirpe davídico-carolingia que constituyó las grandes monarquías europeas y monopolizó el poder real./>
Emperador Carlomagno.
Todas estas conclusiones, con sus interesantes corolarios, los relaté en el número monográfico 275 de la revista HISTORIA16 desvelando así esa historia oculta y demostrando que los reyes europeos son descendientes del bíblico David, rey de Israel, y finalmente con todas mis datos e informaciones sobre este tema publiqué un libro titulado El origen judío de las monarquías europeas, en el que avalaba mi tesis con 28 hojas de cuadros genealógicos. La editorial EDAF publicó este libro mío en el año 2000, y lo subtituló El mayor secreto de la Historia, por sugerencia de don Juan Tomás de Salas, entonces director de la revista Historia16; y en el texto de presentación de mi obra, al final de la contraportada de mi libro, lo calificó escribiendo lo siguiente: "una obra fascinante que aporta una nueva luz a la lectura de la Historia europea y que, lógicamente, cuestiona planteamientos tales como el sionismo, el antisemitismo o "la limpieza de sangre".
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Este libro mío se convirtió en un gran éxito editorial y, a pesar de tratar de un tema conflictivo, no ha sido impugnado hasta hoy por ningún historiador ni genealogista. Si ningún historiador ha impugnado mi tesis de que los reyes europeos descienden genealógicamente de David, rey de Israel, por lo que las monarquías europeas tienen origen judío, ello se debe a que yo he avalado contundentemente esa tesis con 28 páginas de cuadros genealógicos convincentes que no pueden rebatir. Además, si mis cuadros genealógicos fuesen incorrectos o tuviesen falsedades, los genealogistas lo hubiesen denunciado, y tampoco lo han hecho. Desde la aparición en el año 2000 de mi libro y hasta ahora, nunca ha impugnado mi obra ningún genealogista, ni siquiera un solo cuadro de los que incluyo en mi libro El origen judío de las monarquías europeas. Al contrario, poco a poco, algunos genealogistas, sobre todo los israelistas y algún americano, han ido incorporando a sus obras alguno de mis cuadros genealógicos. Es digno de subrayar ahora que un famoso genealogista, que vive en Estados Unidos, David Hughes, publicó el año 2012 un certero y extraordinario libro de 584 hojas, titulado DAVIDIC DYNASTY que, generosamente y para general conocimiento, ha insertado en Internet, pues está disponible en el siguiente enlace:
https://prioratulromanobss.files.wordpress.com/2012/10/davidicdynasty.pdf
Pues bien, David Hughes no solo confirma la veracidad de mis cuadros genealógicos sobre Makhir-Teodoric y sus descendientes del linaje davídico-carolingio integrantes de la realeza europea, sino que además incluye en su libro muchos linajes davídicos que se han de añadir a los que yo describí en mi libro El origen judío de las monarquías europeas los cuales confirman que también los príncipes davídicos enlazaron y se mezclaron con los de la realeza europea, como el linaje de los duques de Aquitania, que se inicia con Adalesme, un hijo de Makhir-Teodoric, y que confluye con el rey Hugo Capeto de Francia y sus reales descendientes de las principales dinastías europeas; pues en su libro David Hughes detalla el itinerario genealógico de varios linajes davídicos que, generación a generación, individualmente, partiendo de los parientes de Jesucristo llamados "desposynis" o de los exilarcas o de otros príncipes davídicos, acaban mezclándose con la realeza europea y subraya que ciertos miembros de la configurada dinastía davídico-carolingia o capeta o borbónica o británica resultante de la unión de ambos linajes llegó a ser rey o reina de alguna de las principales dinastías de Europa: francesas, inglesas, españolas, alemanas, italianas, etc.; con lo que demuestra sobradamente que los monarcas europeos de las grandes dinastías son, con toda certeza, descendientes del rey David de Israel.
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A continuación reproduciré en este artículo algunos de esos linajes davídicos que, individualizados y por generación tras generación, David Hughes demuestra que terminan siendo reyes o príncipes europeos cristianos. Esos linajes davídicos se inician por los parientes de Jesucristo, los denominados 'desposynis', o por patriarcas o nasis tales como el exilarca Hillel "el Grande", que lo fue en los años 20 antes de Cristo hasta el 10 de era cristiana; o por exilarcas como Mar-Zutra II, que fue exilarca en 512-520; o por Makhir-Teodoric, príncipe davídico hacia el año 771; o por Solomon-Bernard, príncipe davídico hacia el año 850; o por Moisés "el Viejo" Kalonymos, nasi (patriarca) de Francia desde el año 918.
En primer lugar, voy a reproducir, generación por generación, el gran linaje de los 'desposynis" o parientes cercanos de Jesucristo que se unieron con los Francos y configuraron una dinastía real "sagrada", la de los Merovingios; concretamente el de los descendientes de Santiago el Justo, obispo de Jerusalén, al que los evangelios denominan "hermano" de Jesús, aunque en realidad solamente era medio-hermano o primo de Jesucristo.
Hay que tener en cuenta que Jesús de Nazaret, hijo y supremo heredero del rey David de Israel, como también es hijo de Dios vivirá eternamente, y ha heredado el davídico "derecho divino a gobernar" que Dios le concedió a David y a sus vástagos para siempre. Pero, tras la muerte, resurrección y ascensión a los Cielos de Jesucristo ¿quien tiene ese derecho divino a gobernar el trono de David?. Pues lo sigue teniendo Él, pero ahora no lo ejerce directa y personalmente, sino que lo concede a quien quiere y como quiere. Ahora, parece que lo ejerce mediante una delegación a ciertos líderes políticos que son elegidos "por voluntad popular", democráticamente.
Los descendientes de los denominados "hermanos" de Jesús de Nazaret en la Biblia, son llamados colectivamente los "desposyni". En los primeros siglos de nuestra era cristiana existió la creencia de que el ejercicio personal del "derecho divino a gobernar" correspondía a los parientes cercanos de Jesucristo, sobre todo a los denominados "desposynis", razón por la cual los Francos hicieron todo lo posible para enlazar matrimonialmente con ellos en numerosas ocasiones hasta que consiguieron que los aristocráticos Merovingios fuesen unos reyes de los Francos pertenecientes a una dinastía franco-davídica "sagrada", que decía ser sucesora del linaje real davídico, con "derecho divino a gobernar" el reino de los Francos.
En la Historia y en la literatura existen varios linajes que, partiendo de los davídicos desposynis terminan en los reyes merovingios, y algunos de tales linajes contienen incorrecciones o errores, pues junto a personajes ciertamente históricos insertan ciertas personas legendarias -algunas llamadas reyes-pescadores o miembros del real linaje del Grial-, y que no parecen totalmente verídicos. Ciertas ramas de los descendientes de los desposynis fueron ancestros de varias casas reales o nobles de Europa.
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El itinerario genealógico de los desposynis a los Merovingios, que reproduzco a continuación, es obra fidedigna de David Hughes en su Davidic Dynasty, y me parece un linaje muy verosímil . Dice lo siguiente:
"En la Biblia se menciona a los llamados "hermanos" o "hermanas" de Jesús de Nazaret, que son hijos de Ptolas (hermano de San José) y Escha. Los nombres de los cuatro "hermanos" son Santiago, denominado el Justo, Jose[ph] el "Ha-RamaTheo", Simon, y Judas "de Galilea". Ciertos vástagos de Santiago el Justo fueron Prefectos de provincia, como el príncipe judío Naashon o Nascien I.
Existe un linaje de descendientes de Santiago el Justo que fueron líderes de una colonia judía en la región francesa de Provenza, y antepasados de Conan "Meriadoc", a quien le fue concedida la provincia romana de Armorica (más tarde llamada reino de Britania o Bretaña) por el emperador romano Maximus, para que la poseyera y defendiese militarmente en el año 383. Conan "Meriadoc" fue antepasado de los primeros reyes de Armorica, así como de la familia real de los Estuardos/Stewart/Stuart de Escocia e Inglaterra.
Santiago, llamado "el Justo", para distinguirlo de otros con el mismo nombre, era el mayor medio-hermano (o primo) de Jesucristo (Matt 13:55; Marc 6:3; Gal 1:19). Fue el líder de la iglesia de Jerusalén (Acts 12:17; 15:13-21; Gal. 1:19) porque Jesús, tras su resurrección, lo designó como primer obispo de Su iglesia. El oficio de Papa de la iglesia de Jerusalén era electivo, dado que al candidato lo elegían en un cónclave los doce apóstoles; pero los candidatos tenían que ser desposynis, pues el cargo era hereditario solo en su estirpe.
Este linaje continuó con San Judas (Judas Justus "Gaiso"), el hijo menor de Santiago. Judas fue padre de Koresh, Prefecto de provincia 138-145, el primero en un linaje de hereditarios prefectos de una romana provincia. Otro hijo de San Judas fue El-Kasai (Elzasus) (Elchasai), quien llegó a Roma en el año 135 con su esposa, Ariobia, y su hijo Nahshon. Sus descendientes fueron denominados los Elchasaites.
La genealogía de la Sagrada familia de Santiago el Justo fue reconocida cuando Nahshon fue identificado como Nascien I, Prefecto de provincia, padre de dos hijos: Dolihane, Prefecto de provincia y Cyleddon (Celedoin), obispo de Alexandra, Egipto (en 150), que fue padre de Narpus (Warpus), Prefecto de provincia, padre a su vez de Nascien II, Prefecto de la provincia de Narbona (200/225), al servicio de Roma.
Los descendientes de Nascien II fueron los siguientes: Gallienus Quiriacus (año 250), el padre de Helyas (Elijah) (275), el padre de Ysayes (Isaac) (300), el padre de Ionans (Johannes) (Jonaanz), Prefecto de provincia y padre de tres hijos, que fueron: (1) Geronticus, Prefect of Viennensis, padre de Agripanius, Prefecto de provincia, llamado "el desposyni" quien se casó con Thametes, una princesa británica con la que tuvo un hijo, Conan "Meriadoc", primer rey de Armorica (Britania; Bretaña); (2) Saracintus, Prefecto de provincia, padre de Achellus, Prefecto de provincia, padre de Nascien III, último Prefecto de provincia, quien no tuvo hijos y fue asesinado por los bárbaros Visigodos, y (3) Fridolinus, Prefecto de provincia, padre de Frotmund[us], Prefecto de provincia, quien se casó con Hatilde, una princesa franca, con la que tuvo un hijo llamado Faramund (Pharamond), primer rey de Francia (año 418), quien con su esposa Rosamunde de los Francos, hija de Genobald, rey de los Francos, tuvo una hija, Argotta Siegse, que se casó dos veces, primero con Quintus Tarus, Prefecto de Provenza, un príncipe desposyni al servicio de Roma, con quien tuvo un hijo, Meroveo; y segundo, con Clodion el Melenudo rey de Francia."
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Bautismo del rey de los Francos Clodoveo I
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Otro de los grandes linajes davídicos que se unieron a linajes reales europeos, incluso del Imperio romano, configurando varias de los más importantes dinastías europeas es el que David Hughes menciona a continuación.
Cuando Palestina estaba sometida a Roma como un territorio de su gran Imperio, gobernaba Judea el rey Herodes y los davídicos tenían como líder de los judíos al patriarca de Jerusalén. Cuando nació Jesús de Nazaret el patriarca de Jerusalén era Hillel "el Grande", fundador de una dinastía de nasis davídicos en Palestina, cuyos descendientes, que voy a detallar seguidamente, generación por generación, se unieron matrimonialmente con la realeza de la naciente Europa y llegaron a configurar linajes aristocráticos de descendientes del rey David de Israel que fueron monarcas de las principales naciones europeas. David Hughes, en su citado libro Davidic Dynasty reproduce el itinerario genealógico, uno a uno y generación por generación, de cada miembro del linaje que comienza con Hillel "el Grande" y que llega hasta el rey Jacobo I rey de Inglaterra y de Escocia (1603-1625). Además David Hughes también concreta e individualiza otra rama de ese linaje que llega hasta el rey de Francia y Navarra don Enrique IV de Borbón.
Reproduzco literalmente lo que este gran genealogista dice sobre este principal linaje davídico-europeo, con sus dos ramas:
""Hillel "el Grande", Nasi de los palestinos, descendiente del rey David en la 40 generación. Es el 60 patriarca de Jerusalén. Fue fundador de una nueva dinastía de nasis palestinos: Hillel "El Grande", patriarca of Jerusalén (20 antes de Cristo-año 10), fundó una nueva dinastía [Hillelita Dinastía] de nasis palestinos, padre de (41) Simeón I nasi en 10-30, el padre de (42) Gamaliel I "El Viejo", cerca de 30/43-68, (43). Simeón II, 68-70, el padre de (44). Johanan, 70-90, nombrado por Roma (45). Gamaliel II, c 90-110 el padre de 46. Simeón III, c 135-165, el padre de (47). Judah I, llamado Juda El Nasi, 165-217, el padre de (48). Gamaliel III, 217-225 el padre de (49). Judah II, llamado Juda Nasi'eh, o Joullos, c 225-250, el padre de (50). Gamaliel IV, c 250-265, el padre de (51). Judah III, c 265-330, el padre de (52). Hillel II ["D"], c 330-365, el padre de (53). Gamaliel V, c 365-380, el padre de (54). Judah IV, c 380-400, el padre de (55). Gamaliel VI Nasi, Patriarca/Príncipe, c 400-415, (d426), el último de esta línea, depuesto por Teodosio II, el emperador bizantino, que abolió el patriarcado palestino.
Continuación de (55) Gamaliel VI Nasi fue: 56A Ezra, antepasado de una noble familia europea: padre de (57). Hezron, engendró (58). Erza, engendró (59). Solomon, engendró (60). Abinadab, engendró (61). Daniel, engendró (62). Jacob, engendró (63). Joseph, engendró (64). Manasseh, engendró (65). Ebenezer, engendró (66). Jehoash, engendró (67). Moshe, engendró (68). Malachi, engendró (69). Isaac, engendró (70). Jonathan, engendró a Nabal (71A) quien engendró (72). Juan, apellidado Paleólogo, fue el ancestro de la familia Paleólogos de Bizancio, cuya familia enlazó matrimonialmente con la imperial casa de Constantinopla y eventual e irónicamente heredaron al verdadero Imperio que antaño habían conquistado el reino de sus antepasados. Juan engendró a (73). Andres, engendró (74). Miguel, engendró (75). Teodor, engendró (76). Constantino, engendró (77). Alejandro, engendró (78). Juan, engendró (79). Teodoro, engendró (80). Manuel, engendró (81). Michael, engendró (82). Alexis Paleologo engendró (83). Andronicus, engendró (84). MICHAEL VIII, Emperador bizantino 1261-1282, engendró (85). Andronicus II, Emperador 1282-1328, depuesto, murió 1332 pero estaba casado con Yolande, heredera de Montferrat, que fueron padres de (86) Teodoro Paleologo, marqués de Montferrat (murió 1338) quien con su esposa Argentina Spinola, engendraron (87) Yolande, esposa de Aimon, conde de Savoya (murió 1343), madre de (88) Amadeo VI, conde de Savoya (murió 1383), quien se casó con Bonnie [hija de Pedro I, duque de Borbón], y engendró (89) Amadeo VII, conde de Savoya (murió 1391), quien se casó con Bonnie [hija de Juan I, duque de Berri], y engendraron (90) Amadeo VIII, conde de Savoya que se casó con María, hija de Felipe II, duque de Borgoña, y engendraron (91) Luis, duque de Savoya (murió 1465), quien se casó con Anna de Lusignan, heredera de Chipre, Jerusalén [el reino de los cruzados], Armenia, etc., engendraron (92) Margarita, que fue segunda esposa de Pedro II, conde de San Paul (murió 1482), y fue madre de (93) Maria de Luxemburgo, esposa de Francisco de Borbón, conde de Vendôme (murió 1495), y madre de (94) Antoinette, esposa de Claudio de Lorena, duque de Guisa (murió 1550), y madre de (95) Marie, esposa de James V, rey de Escocia (murió 1542) y madre de (96) Mary (d1587), reina de los escoceses, quien se casó con su segundo marido, Henry Stuart, Lord Darnley (murió 1567)(descendiente directo por via masculina de un linaje que inició Santiago el Justo, el "hermano" de Jesucristo), y fue la madre de (97) James I, rey de Inglaterra 1603-1625, el ancestro de todos los siguientes monarcas británicos.
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Rey de Francia Enrique IV de Borbón.
Este linaje tiene también otra importantísima rama, que es la siguiente:
- María de Luxemburgo + Francisco de Borbón, c. de Vendôme, murió en 1495, padres de
- Carlos, duque de Borbón y duque de Vendôme + Francisca de Alençon, padres de
- Antonio de Borbón, dq. de Vendôme + Juana III de Albret, reina de Navarra, padres de
- Enrique IV de Borbón, rey de Francia y de Navarra + María de Médicis""
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A continuación también voy a reproducir, generación por generación, el itinerario genealógico que ha especificado David Hughes en su libro Davidic Dynasty del importante linaje davídico-carolingio que comienza en el nasi Makhir-Teodoric y su esposa Auda Martel, con su hijo Adalesme . Es el siguiente:
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