DESCRIPCIÓN
DE MI BIOGRAFÍA DE CARLOMAGNO
Existen
cientos de biografías de Carlomagno. Entonces ¿para qué hace falta una más? ¿Es
que mi nueva biografía de Carlomagno aporta novedades? ¿Ayudará a conocer mejor
cómo fue el verdadero Carlomagno?.
Antes
de responder a estas cuestiones hay que tener en cuenta que el emperador tenía
una personalidad compleja y multifacética. No existió un único Carlomagno, lo
que complica la tarea de sus biógrafos, pues sus facetas eran tantas, tan
diversas e, incluso, aparentemente contradictorias, que resulta casi imposible
describir certeramente y de forma exhaustiva a este plural protagonista.
Cualquier historiador o escritor que se acerque al emperador intentando
conocerlo ha de hacerlo con modestia no exenta de valentía. Carlomagno no fue
uno de esos personajes a los que se los conoce en cuanto se repasa la
cronología de sus acciones: él no se dejó llevar solo por las circunstancias ni
por objetivos ambiciosos; su conducta siguió ciertas pautas de comportamiento acordes
con sus convicciones.
Entonces
¿cómo fue el verdadero Carlomagno?. Esta es la pregunta a la que se ha tratado
de responder durante muchos siglos, sin que hasta ahora exista una contestación
precisa y unánime, a pesar de que cientos de autores han dedicado su atención a
este grandioso y excepcional emperador.
En
mi acercamiento a este magno protagonista yo he sido consciente de que una
biografía no es solo una relación de las hazañas y de las acciones del
personaje, ya que el robusto joven Carlos, rey de los francos, siendo
inicialmente un palurdo llegó a ser un buen alumno de la escuela palatina y
acabó siendo un sabio emperador, por lo que era indispensable que llegase a
conocer y a describir las causas de esa positiva evolución sistemática y radical
de Carlomagno a lo largo de su dilatada vida.
En
esta biografía, yohe analizadoasimismo el fundamento y el significado de las
realizacionescarolingiasa la luz de su humanidad y de sus cualidades
personales, por las que todos sus súbditos lo consideraban a la vez amable,
admirable y temible. Además he tenido en cuenta la situación en la que se
encontraba entonces el pueblo de los francos, del que Carlos era supatriarca;
así como que fue también un rey feudal patricio de los romanos, además de una
especie de liberador cruzado en Sajonia, en la danubiana Panonia y en la
reconquista de la Marca Hispánica, sin olvidarme de la naturaleza específica
del Imperio que Carlomagno instauró.
Uno
de los rasgos más sobresalientes del emperador esque puede ser considerado como
arquetipo del carismático fundador de un conjunto de entidades, de poderes y de
instituciones, en diversos niveles:
· local: monasterios, condados, marcas
fronterizas, etc.
· estatal: Francia, Alemania, Italia,…
· supranacional: la Cristiandad como ente
político, el Imperio cristiano y Europa.
En
definitiva, Carlomagno fue un líder carismático que tenía
una personalidad fascinante y arrolladora, lo que le permitió ejercer una
realeza singular y extraordinaria: la realeza davídica carolingia, que era un
modelo de dominación carismática; e instaurar posteriormente un Imperio basado
en la utopía de la agustiniana Ciudad de Dios.En efectoel emperador,gracias a su carisma,fue capaz de apaciguar y de domar
los corazones de los duros y feroces francos y de otros bárbaros hasta límites
que nunca el poderío del Imperio romano consiguió; pues los convenció pacíficamente
para que en su Imperio cristiano solo hicieran lo que convenía al bien común.
Carlomagno,
que vivió en una época en la que la fuerza primaba sobre el derecho, se impuso
la misión de hacer prevalecer el espíritu de justicia y, en base al
universalismo cristiano, reguló las relaciones entre los hombres e instauró una
moral social en el continente europeo que todavía rige algunos de nuestros
comportamientos; todo ello en el marco de un fecundo renacimiento cultural,
denominado carolingio.
Desde
luego, una civilización común y unas creencias semejantes
que nos identifican a los europeos occidentales empezaron a ser distintivas nuestras
desde la remota Edad Media en que vivió el emperador, tal vez porque entonces hubo
en Europa unos líderes que, como el rey de los francos, compartían análogas
ambiciones y tenían unos comportamientos enraizados en convicciones que,
respecto al más allá, se referían al Dios único de la tradición cristiana.
Antes de finalizar
quisiera subrayar que en mi biografía de Carlomagno sí que existen novedades
que no aparecen, o lo hacen mínimamente, en otras anteriores biografías suyas:
en primer lugar, que antes de narrar las hazañas del personaje yo dedico un
amplio espacio a una minuciosa exposición del humanismo que había en él, que
fueuna persona con muchas virtudes y ciertos defectos; en segundo lugar, que también
dedico muchas páginas a la reconquista carolingia de la Marca Hispánica, que
abarcó todo el sur de los Pirineos y la mayor parte de la actual Cataluña, a
diferencia decasi todas las existentesbiografías de Carlomagno, que han sido obra
principalmente de autores alemanes, franceses o anglosajones que no han
dedicado el espacio y la atención que merece la victoriosa reconquista de la
Marca Hispánica, que llegó a ser más amplia más amplia territorialmente que el
reino astur-galaico-leonés contemporáneo de Carlomagno. La tercera novedad de
esta biografía es que resalta y describe los motivos por los que el emperador fue
el carismático fundador de Europa pues, cuando se tienen en cuenta los diferentes aspectos de la tarea
realizada por Carlomagno, se concluye que, sin haber terminado su obra el
emperador, la civilización europea quedó entoncesdiseñada para mantener su
vigencia durante milenios.
En efecto, su obra pervive actualmente. El Imperio
carolingio fue el núcleo originario de Europa, y Carlomagno, el primero de los
europeos, fue arquetipo de rey sabio y ejemplar. Por ello me parece que este
libro es oportuno, porque en la desnortada Europa de hoy, donde ejercen el
poder mediocres burócratas carentes de valores y, a veces, de ideas, hacen
falta hombres de Estado como Carlomagno; quien entonces supo encontrar un
dinámico denominador común –el cristianismo- capaz de unir secularmente a todos
los pueblos de Europa occidental.
Este
libro se ha hecho para contribuir a que el emperador sea más conocido, especialmente
por los europeos, quienes tanto debemos a su genio político y a la civilización
que implantó en nuestro continente. Los acontecimientos narrados en él
responden a la veracidad histórica y los datos en que se basa están
contrastados y documentados. Se ha intentado hacer una obra de fácil y amena
lectura que llegue al gran público, en la que Carlomagno aparece redivivo,
situado en la sociedad de su época, con las personas de su entorno, siempre
cercano a sus heterogéneos súbditos de los diversos países europeos integrantes
de su Imperio, al menos mientras su Corte fue itinerante, antes de ser fijada
establemente en la renana Aquisgrán.
JOAQUÍN JAVALOYS.
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