A MIS HIJOS:
Marta,
Miguel y Luis.
Í N D I C E
PÁGINAS
INTRODUCCIÓN
I.- De los Francos y de sus reyes Merovingios
a los Carolingios pasando por
los Pipínidos:
1) Origen y unificación de los Francos............................................................................
2) Los Merovingios reyes de los Francos.......................................................................
3)
El ejercicio del poder real por los mayordomos de palacio: los Pipinidos
II.-
Genealogía e Itinerario histórico de los Valois directos e indirectos:
1) Los cuatro
linajes de Valois sucesivos cronológicamente en la Historia.......
2) Semblanza personal del emperador Carlomagno,
patriarca del linaje de
los Valois........................................................................................................................................................
3) Los
Carolingios condes de Valois y la pervivencia del condado de Valois
integrado,
con la categoría de 'principado', en la casa real de Francia..............................
4) Del parentesco entre los
Valois y los Capetos hasta la fusión de ambas estirpes en el linaje real de
Francia................................................................................
5) Los reyes
franceses de la dinastía Valois y los príncipes que fueron
condes o duques de
Valois.......................................................................................................................
6)
El principado de Borgoña: de los Valois-Borgoñas hasta el emperador
Carlos V del Sacro Imperio
Romano Germánico.............................................................................
III.- El
caballero cruzado Vincent de Valoys Crépy, patriarca de los Valois de
España
(Rama de los Valois-Crépy-Nanteuil-Javaloyas):
1) La rama de los Valois-Crépy-Nanteuil y
su castillo de Crépy-en-Valois
como casa
solariega.......................................................................................................................................
2) Exposición detallada del linaje paterno de
Vincent de Valoys Crépy............
3) Algunos antepasados de Vincent de
Valoys Crépy por linea materna..........
4) Guerras en las
que participó el caballero cruzado Vincent de
Valoys-Crépy:
A) La primera guerra en la que participó fue la
II cruzada contra los cátaros
B) La fundación de la población de Jabaloyas
C) Sus hazañas conquistadoras al servicio del
rey Jaime I de Aragón, Mallorca
Alpuente y Valencia..............................................................................................................................................
IV.- De los reyes de Francia a los Valois de España:
1) Hugo Capeto
y su linaje descendiente hasta los Valois de España..............
2) Los reyes franceses de la dinastía
Valois, antepasados de algunos Valois
de
España............................................................................................................................................................
V.- Relación
de los documentos y de los hechos que acreditan que los
apellidados Javaloys, o Javaloyas
o Javaloyes, o sus variantes, son descendientes de los franceses condes de
Valois:
1) Cédula o albala de 1 de mayo de 1562 del rey
Felipe II de España..............
2) 'BLASONES de varias familias españolas': Apellido
Javaloyas........................
3) Certificado real sobre
la historia de la familia apellidada Javaloyas o Valoyas o Valois, por la
equivalencia de esos apellidos..................................................................
4) Diccionario
heráldico y genealógico de apellidos españoles. Por
Alberto y Arturo García
Carraffa. Apellido Javaloyas.......................................................................
5) Libro titulado
"La Villa de Alpuente". Por el canónigo de Segorbe don Valeriano
Herrero Herrero.....................................................................................................................
6) "El
apellido Javaloys o Javaloyas", un artículo publicado en la revista local
'La Taifa de Alpuente' por Rodrigo Cortés Rochina, cronista de la villa de
Alpuente.........................................................................................................................................................
7) Isabeau de Senlis, la esposa de Vincent de Valoys Crépy, señor de
Jabaloyas y reconquistador de Alpuente y alcaide de sus dos castillos, también
fue descendiente de los condes de Valois................................................................................................
VI .- Algunos linajes de personas apellidadas Valois que se afincaron en
España
o en países de América como emigrantes o exiliados; así como los
linajes
descendientes del caballero cruzado Vincent de Valoys Crépy que
perviven
actualmente:
A) PRELIMINAR
B) EL ÉXODO DE LOS APELLIDADOS
JAVALOYAS O JABALOYAS
C) LINAJES O RAMAS:
1)Primeros descendientes de Vincent de
Valoys Crépy.........................................
2)Linajes o ramas de los Valois o Valoys o
Balois en España..............................
3) Los Javaloyas-Javaloys de Alpuente y de Valencia...............................................
4)
Los Javaloyas-Javaloyes de Yátova (Valencia)........................................................
5)
Los Javaloyes de
Elche.......................................................................................................
6)
Rama ilicitana de los Javaloy de Alhama de Murcia..............................................
7)
Los Javalois de Guatemala y de
México......................................................................
8)
Los Javaloyas-Javaloyes de Orihuela y su rama de Cartagena y Murcia......
9) Rama de los Javaloyes de Benejúzar
(Alicante)......................................................
10) Una ilustre rama alicantina de
Javaloyes................................................................
11) Los Valois de
México..............................................................................................
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INTRODUCCIÓN
Esta es una historia familiar, la singular historia de una gran familia universal de origen franco, que supo dejar fecunda huella en la Historia de Europa, con las actuaciones de sus santos y de sus reyes.
Con esta modesta narración solo quiero recordar, aunque ciertamente con nostalgia, a unos Valois -grandes o pequeños- que forman parte del entrañable "álbum de fotos" familiar, a veces incluso mostrando sus propios retratos o imágenes.
Pertenecen a la extensa y
diversa familia Valois los apellidados Valoys o Valois o Vallois, y sus variantes
Balois, Devalois, Devallois, Valoyas, Valuas, Javaloys, Javalois, Javaloyas,
Jabaloyas, Javaloyes, Jabaloyes, Xavaloyes, Gabaloyes, Javaloy, Jabaloy,
Javaluyas, Javaluas,...
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Los Francos fueron una comunidad de diferentes pueblos, liderados por jefes guerreros o duques, que se instalaron en la Baja Renania y en los territorios situados inmediatamente al este del Rin (actual Westfalia) que, como muchas otras tribus germánicas occidentales, entraron a formar parte del Imperio romano en su última etapa en calidad de 'federados' cuando ya estaban también arraigadas en Bélgica y en el noreste de la actual Francia. Las más importantes de estas tribus: los sicambrios y los francos salios, suministraban tropas a las legiones romanas que protegían el 'limes' (las fronteras del Imperio). Los poderosos linajes tribales integrantes de los Francos habitaron, en una primera etapa, en una amplia zona que abarca la mayor parte de las actuales Bélgica y Holanda, así como en una parte del noreste de Francia y en la extensa región de Franconia en Alemania.
La dinastía merovingia protagonizó inicialmente la grandeza del reino de los Francos. El origen de los Merovingios es misterioso, pero parece que procedían de los jefes tribales de los sicambrios y, posiblemente, de los reyes de Troya, como concluyó la medieval y famosa Crónica de Fredegardo. Esa dinastía era venerada por su 'sacralidad', pues sus vasallos creían que su halo sagrado los protegía de sus enemigos, a pesar de que finalmente los reyes merovingios dejaron de ser guerreros y delegaban el poder y el gobierno de sus súbditos en sus mayordomos o mayores de palacio, que eran una especie de 'primeros ministros'.
A partir del siglo VI, la institución real se hizo permanente y los reyes de los Francos fueron elegidos siempre en la familia merovingia, porque estaba dotada de un carisma ligado a su 'sangre real', que les daba capacidad para conducir al pueblo franco a la victoria guerrera, protegiéndolo y asegurándole riqueza y prosperidad por adquisición del botín. En ese carisma se basó la legitimidad merovingia, que se manifestaba en sus reyes portadores de unos largos cabellos. Cuando se iba a elegir al rey franco, entonces se le alzaba sobre el pavés (un escudo grande), de acuerdo con un ritual puramente militar, que reconocía su realeza que, generalmente, era de carácter triunfal o de guerrero victorioso.
Entre los Francos destacó el ilustre linaje de los Pipínidos, que tuvo como patriarcas a dos grandes iniciadores: 1) San Arnoul, obispo de Metz, rico en virtudes y en propiedades, cuyos ancestros, según los principales genealogistas, fueron nobles galo-romanos, quien renunció a todos sus cargos y ministerios, y se retiró a un monasterio al final de su vida, tras haber sido preceptor del príncipe de los Francos, el futuro rey Dagoberto; así como 2) el franco Pépin[1] el Viejo de Landen, quien en el año 623 fue nombrado por Clotario II mayordomo o jefe del palacio real de Austrasia, la Francia oriental, al dejar ese cargo Arnoul de Metz. Ambos patriarcas eran los jefes del partido aristocrático dominante en Austrasia.
Los postreros Pipínidos, a los que también se los incluye a veces entre los Carolingios, gobernaron más bien como continuadores que como liquidadores de sus reales predecesores Merovingios.
G. Bordonove en su biografía de 'Charlemagne: les rois qui ont fait la France' (páginas 24 y 25), ha concluido afirmando que “…cuando se observa el comportamiento de los Pipínidos[2], es posible distinguir, aquí y allá, rasgos que caracterizarán, precisamente, al gran emperador Carlomagno: la actividad incesante, la valentía, la habilidad, la prudencia, el realismo. Pero el más extraordinario es la persistencia en ellos de una voluntad política evidente y de una ambición no disimulada de conquistar siempre el primer puesto".
En cuanto a la estirpe
de los condes de Valois, es descendiente de Carlomagno tanto por vía
paterna como materna. El
biznieto de Carlomagno, el conde de Vermandois y señor del Valois, Pépin II de Italia
o de San Quintín, fue por vía paterna el patriarca de los antiguos linajes
carolingios de los condes de Vermandois y/o de Valois. Efectivamente,
su hijo primogénito, Herbert, continuó el linaje de los condes de Vermandois,
mientras que Pépin III Berenguer de Senlís, su hijo menor, fue el primer conde
de la región del Valois, que se separó del Vermandois a finales del siglo
IX. Por lo tanto, los condes de Valois y los condes de Vermandois, al ser
del mismo linaje originario carolingio, han estado muy unidos a lo largo de los
siglos. El condado de Valois continuó siendo feudo de esa familia, pues lo
heredó Bernard I de Senlis, el hijo de
Pépin III Berenguer, y porteriormente Bernard II. La hija de este último conde Bernard, que fue Adela de Senlis,
compartió el condado de Valois con su marido Gautier II, conde de Vexin, Amiens
y Nantes, quien transmitió a sus inmediatos sucesores, llamados Raúl, la
propiedad y el dominio sobre unos territorios muy extensos y de gran
riqueza hasta que, tras el enlace matrimonial de Adela, la condesa de Valois
y de Vermandois con el Capeto príncipe Hugo 'el Grande' de Francia, se
constituyó el segundo linaje: el de los 'Valois-Capetos'. Finalmente Alienor
Capeto y Valois-Vermandois, condesa de San Quintín y señora del Valois, al
morir sin hijos, dejó sus títulos y sus feudos territoriales a su pariente más
próximo, su primo el rey Felipe II Augusto de Francia; por lo que el condado de Valois se
integró entonces en el dominio real y, en adelante, se convirtió en un
'principado', pues sus titulares fueron príncipes de la casa real de Francia.
Ese segundo linaje de los Valois-Capetos tuvo continuidad indirecta en el linaje de sus parientes los reyes Valois de Francia, ya que éstos eran en realidad una rama segundogénita de los Capetos que se denominaron Valois porque el rey Felipe III "el Valiente" de Francia dio a su hijo Carlos el importante condado vacante de sus parientes Valois. En 1328 un hijo de ese príncipe Carlos de Valois accedió a la Corona de Francia y se convirtió en el rey Felipe VI de Valois, iniciando el 'tercer linaje de los Valois', porque entonces la dinastía de los reyes Valois sucedió a sus parientes los Capetos directos como monarcas de Francia hasta finales del siglo XVI.
De
la dinastía de los reyes Valois de Francia; es decir, del
tercer linaje de los Valois descienden directamente los Valois-Borgoña, que
fueron los integrantes del cuarto linaje de los Valois. Efectivamente, cuando falleció el rey francés
Juan II de Valois 'el Bueno' repartió el Reino entre sus hijos varones, y a su
segundogénito, Felipe 'el Valiente' de Valois, le concedió el ducado de Borgoña, un rico principado situado entre Francia y el Sacro Imperio Romano
Germánico, que comprendía también el Artois y el Franco-Condado. El ducado de Borgoña acabó convirtiéndose
en un principado configurado como nuevo Estado dinástico (del cuarto linaje:
el de los Valois-Borgoña) estratégicamente situado.
Para identificar a los Valois, desde los
primeros miembros de la estirpe hasta los actuales, debe tenerse en cuenta que se caracterizaron por su magnanimidad, como
auténticos descendientes de Carlomagno, y
que generalmente fueron sobresalientes y ambiciosos, aspirando siempre a lo supremo: para unos, el
poder, la gloria y el amor humano; para otros, la caridad, el amor de Dios, la
vida eterna, la santidad, pues algunos acabaron renunciando gustosamente al
poder y al amor humano.
Además hay que subrayar que, a veces, el apellido Valois ha sido un apellido tan ilustre como peligroso, porque en ciertas épocas de la Historia, como durante la guerra de independencia de España contra las tropas del invasor Napoleón, iniciada en 1808, apellidarse Valois era mortalmente arriesgado porque indicaba origen francés o, incluso, pertenencia o parentesco con la dinastía que reinó en Francia durante siglos. Por la vecindad de España con Francia, a lo largo de la historia, especialmente en las épocas conflictivas (revoluciones como la francesa de 1789, guerras como la mundial de 1939-1945, persecuciones,...) muchos emigrantes Valois franceses vinieron a España, bien para afincarse aquí, o como país de tránsito hacia otras naciones, sobre todo a las que fueron colonias del antiguo Imperio español.
Efectivamente, al estallar la Revolución Francesa la mayoría de los apellidados Valois en Europa, incluso en España, ocultaron su apellido o se exiliaron marchándose a algún país de América. Además, al declararse la guerra de España contra las invasoras tropas de Francia en 1808, los Valois exiliados en los países americanos del Imperio español, sobre todo en México, ocultaron su apellido francés Valois para no encontrarse en peligro de apresamiento o muerte. Por ello, en las genealogías de Europa dejaron de aparecer los Valois, incluso en España, a partir de la Revolución Francesa de 1789, mientras que sí aparecieron los de los Valois exilados en algunos países americanos. Este proceso de ocultamiento del apellido Valois se completó en el año 1808 y siguientes en los países americanos del Imperio español, por la existencia de la guerra de independencia de España contra Francia. Entonces, el apellido Valois dejó de usarse en España y en los países americanos de habla española, porque sus titulares se exiliaron o modificaron su apellido para disimular su procedencia familiar francesa. Posteriormente, tras la desaparición del Imperio español en América con la independencia de sus naciones integrantes, y tras la finalización de la guerra de independencia de España contra Francia, afloraron los apellidados Valois en los países hispanoamericanos; pero entonces todavía en España no hubo quien se atreviese a denominarse Valois porque el odio a lo francés duró muchos años. Así podemos comprender cómo y por qué en las genealogías de España y de ciertos países americanos, como México, los apellidos Valois aparecen y desaparecen misteriosamente de los registros, o se convierten en variantes del apellido original. También es comprensible que actualmente haya muchos Valois en las islas Filipinas, porque algunos Valois llegaron allí procedentes de España en el siglo XIX; pero otros Valois emigraron a Filipinas en el siglo XX abandonando su residencia en la antigua Indochina francesa durante la guerra de Vietnam -o tras ella-, en la que lucharon Francia y Estados Unidos contra los comunistas del sureste de Asia, que acabaron consiguiendo la independencia de esa zona.
En las páginas de esta obra se hace una amplia referencia también a los Valois descendientes de ciertos nobles caballeros cruzados que vinieron a España en el siglo XIII para ayudar a los reyes cristianos a reconquistar Mallorca, Valencia o extensos territorios de Castilla que estaban sometidos al dominio musulmán, comenzando por su participación en la decisiva batalla de las Navas de Tolosa. Con gratitud se recuerda a algunos patriarcas: Gaucher de Valoys Crépy y su hijo Vincent de Valoys Crépy, directos vástagos de los carolingios condes de Valois, en Francia, pertenecientes a la rama de los Valois-Crépy-Nanteuil. Además en esta obra se trata de especificar en lo posible la filiación de los diversos Valois que en los últimos siglos se afincaron en la acogedora España.
Esos Valoys-Crépy-Nanteuil,
de los familia de los condes de Valois y señores del castillo-fortaleza
(o donjon) de Crépy-en-Valois, de Nanteuil-le-Haudouin y de
muchas poblaciones de la región del Valois francés, fundaron el
pueblo turolense de Jabaloyas, cooperaron en la reconquista de Mallorca y
conquistaron Alpuente y otras poblaciones valencianas; siendo los que iniciaron
la rama de los Valois-Crépy-Nanteuil-Javaloyas. A sus
descendientes (apellidados Javaloys, Javaloyas, Javaloyes, etc.), el rey Felipe
II de España les reconoció como descendientes de los franceses condes de Valois
en su cédula o albala de 1 de mayo de 1562, por la que el rey concedió a don Vicente Javaloyas o de Valoyas,
de Alpuente (Valencia), nuevas armas que añadir a las que ya poseía en su
escudo, "...en consideración tanto a
los servicios prestados a la Corona de España por el mismo y por sus
antepasados como a “vuestra ilustre sangre, y que descendéis por línea recta de
los Condes de Valois en Francia...".
Los fundadores de la población de Jabaloyas, en Teruel, fueron
denominados inicialmente Valoyas; pero, después de que el caballero Vincent
de Valoys Crépy conquistara la villa valenciana de Alpuente, fueron apellidados entonces generalmente
Javaloyas, porque él y su familia, afincados ya en Alpuente, procedían entonces
del pueblo de Jabaloyas (cuyo nombre significa etimológicamente 'monte de los
Valoyas').
A partir de ahí, y a medida que la reconquista avanzaba hacia el Sur por los territorios valencianos, los Javaloyas fueron colonizando diversas poblaciones. Como el reino de Valencia era -y es- bilingüe, en las tierras donde se hablaba el valenciano fueron denominados Javaloyes o Jabaloyes o Javaloies o Xavaloyes o Gavaloyes u otra denominación similar, en lugar de Javaloyas o Jabaloyas, como sí que solían ser apellidados en las zonas o poblaciones valencianas de habla castellana. En fin, la grafía exacta del apellido de cada individuo acabó dependiendo del oido o del criterio del sacerdote que hacía la inscripción parroquial correspondiente, o de si ese párroco era de habla castellana o de habla valenciana; o, desde 1872 hasta hoy, del funcionario que hizo la inscripción en su registro civil. Por ello es frecuente incluso que, en una misma familia, los hermanos se apelliden con distintas variantes del mismo apellido, según las diferentes anotaciones de los diversos sacerdotes o funcionarios que hicieron las inscripciones en los documentos correspondientes.
Concretamente, en el linaje de los Javaloyas-Javaloyes de una población de habla castellana fronteriza con otros pueblos de habla valenciana, como es el caso de Yátova (Valencia), existe una variada grafía del mismo apellido, a lo largo de un periodo que va desde principios del siglo XVII hasta casi el final del siglo XIX.
Un caso singular es el de las varias ramas de los Javaloyes de Elche, donde también se observa esta diversidad, pero limitada a grafías parecidas a Javaloyes. Ello es debido a que en Elche se hablaba entonces únicamente el valenciano.
La llegada e instalación de los Javaloyes en Elche se debe a lo siguiente: cuando los Valoyas o Javaloyas se afincaron en las altas tierras serranas de Alpuente, se dedicaron a la ganadería, que les era muy rentable porque eran propietarios de grandes fincas rústicas; pero, como la mayoría del ganado que tenían era trashumante y, dadas las heladas que había en los meses invernales en los altiplanos en que se encuentran las frías tierras alpontinas, los pastores lo llevaban por las cañadas valencianas a invernar en las cálidas tierras alicantinas, donde había abundancia de pastos todo el año, incluso en lo peor del invierno. Por ello, algunos Javaloyas propietarios de ganado, o sus hijos, pasaban la estación invernal en Elche y alrededores, donde los apellidaban en valenciano Javaloyes o algo similar, especialmente cuando se afincaron allí y se casaron con mujeres ilicitanas y tuvieron hijos con ellas, pues entonces los sacerdotes hicieron en lengua valenciana las pertinentes inscripciones parroquiales. Por ello, en Elche nunca fueron denominados Javaloyas, sino Javaloyes en sus diversas grafías o variantes.
En definitiva, podemos ya concluir que en España se denomina Valois tanto a los franceses apellidados Valois emigrantes como a los descendientes del caballero cruzado Vincent de Valoys Crépy; es decir, tanto los que se apellidan Valoys o Valois o Balois o Vallois o Walois, como los denominados Devalois, Devallois, Valoyas, Javaloys, Javalois, Javaloyas, Jabaloyas, Javaloyes, Jabaloyes, Xavaloyes, Gabaloyes, Javaloy, Jabaloy, Javaluyas... o que se apellidan con otras variantes o grafías similares del mismo apellido inicial Valois, y que residen en España o en otros países.
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I)
DE LOS FRANCOS Y DE SUS REYES
MEROVINGIOS HASTA LOS CAROLINGIOS PASANDO POR LOS PIPÍNIDOS.
Para conocer mejor a los
Valois es necesario llevar a cabo previamente una breve introducción histórica
de sus antepasados Francos y de sus linajes gobernantes: los Merovingios, los
Pipínidos y los Carolingios, una información que he extraído, en parte, de mis
libros "El origen judío de las
monarquías europeas"[3] y "Carlomagno. El
carismático fundador de Europa"[4].
1) ORIGEN Y UNIFICACIÓN DE LOS FRANCOS
Los estudiosos modernos dedicados al
período de las grandes migraciones intraeuropeas han concluido que el pueblo
franco podría haber surgido de la convergencia unificadora de diferentes
grupos germánicos anteriores pequeños, que habitaron en el valle
del Rin y en los territorios situados inmediatamente al este del río.
En el siglo primero de la era cristiana, unos pueblos venidos de Escandinavia comenzaron a ejercer presión sobre diversos grupos de guerreros-agricultores que habitaban en la Germania occidental. Las tribus instaladas al oeste del delta del río Rin no formaban un pueblo homogéneo étnicamente, pero se agrupaban para defenderse de sus enemigos o para llevar a cabo razias o incursiones en los territorios pertenecientes al Imperio romano. En efecto, diversas tribus bárbaras, a las que se da el amplio nombre de tribus germánicas por los romanos, que eran originarias de Escandinavia se dispersaron por vastas regiones de lo que hoy es Europa central y occidental.
En realidad, no se sabe mucho de los inicios de la historia de los Francos. Además de la Historia Francorum (del año 592) del obispo e historiador galo-romano Gregorio de Tours, existen también otras fuentes romanas anteriores que se refieren a ese tema, como los autores de hechos históricos Amiano y Sidonio Apolinar. La primera vez que los autores clásicos de la antigüedad nombran al territorio de los Francos es en la colección de relatos laudatorios de emperadores romanos, a principios del siglo IV. En esa época tal territorio se correspondía con el área situada al norte y al este del Rin, en la Renania actual, con unos límites difusos encerrados en el triángulo existente entre las ciudades de Utrech, Bielefeld y Bonn. En el citado territorio habitaban los siguientes pueblos germánicos francos: sicambrios, salios, téncteros, usípetes, vindélicos, brúcteros, ampsivaros, camavos y catos.
Para conocer el origen más lejano cronológicamente de los Francos hay que acudir al Liber Historiae Francorum del año 727, de autor anónimo, en el que se habla de los francos sicambrios como un grupo de refugiados troyanos que desde la costa del Mar Negro iniciaron su emigración a lo largo de las llanuras del Danubio hasta que llegaron a Renania. Esta afirmación del autor, probablemente un monje de Saint-Denis que escribió bajo la influencia de Carlos Martel, se basa en las conclusiones de Gregorio de Tours, pues este obispo escribió extensamente sobre Faramund, supuesto hijo de Marcomir, quien a su vez fue uno de los primeros reyes de los Francos, y que probablemente fue antepasado de Meroveo.
En definitiva, los Francos fueron inicialmente un gran agrupamiento de tribus germánicas más o menos desarticuladas por los ataques de las legiones romanas y que se constituyeron como una verdadera liga o coalición guerrera organizada mediante juramentos mutuos. Se localizaban en la parte occidental del bajo río Rin, entre Xanten, que se encuentra en la parte inferior de la Baja Renania en el noroeste de Renania del Norte-Westfalia y que ahora es un municipio de la ciudad del distrito alemán de Wesel; y Nimega, que es una ciudad y un municipio de la actual Holanda, la mayor ciudad de la provincia de Güeldres, localizada al este del país y muy próxima a la frontera con Alemania.
A ese primer grupo de francos del bajo Rin se
les fueron uniendo una amalgama de francos del interior de Germania
quienes, como afirma Gregorio de Tours, habitaban previamente
en Panonia, pero que finalmente se asentaron a las orillas del Rin. Se reagruparon con ellos a pesar de su
diversidad, por lo que inicialmente los heterogéneos Francos no tenían un
verdadero sentimiento étnico; ya que unos procedían de Escandinavia y otros del
sureste de Europa e incluso, probablemente, de Troya.
En
principio, la palabra franco quiere decir libre. Pero en una lengua escandinava
medieval: el viejo norrois, franco significa más bien osado, valiente o
intrépido; o sea, 'feroz'. En todo caso puede concluirse que los
francos fueron libres porque consiguieron sobrevivir debido a su ferocidad en
la guerra.
En fin, los Francos fueron una comunidad de diferentes pueblos, liderados por jefes guerreros o duques, que se instalaron en la Baja Renania y en los territorios situados inmediatamente al este del Rin (Westfalia) que, como muchas tribus germánicas occidentales entraron a formar parte del Imperio romano en su última etapa en calidad de federados asentándose en la Bélgica y en el norte de la Francia ctuales. Las más importantes de estas tribus: los sicambrios y los francos salios, suministraban tropas a las legiones romanas que protegían el limes (las fronteras del imperio). Los poderosos y duraderos linajes tribales integrantes de los Francos habitaron en una amplia zona que abarca la mayor parte de los actuales países de Bélgica y Holanda, así como en la extensa región de Franconia en Alemania y en el noreste de Francia.
Lo indudable es que los Francos aparecen claramente en la Historia en el siglo III después de Cristo pues, aprovechando una usurpación imperial, los Francos comandados por Gordian III (238-244) invadieron la Galia y atacaron a los romanos, pero fueron aniquilados cerca de Mayence por la sexta legión de Aurelio, futuro emperador. A partir del año 254 y hasta el 275 los Francos efectuaron sucesivas incursiones o razias devastadoras contra la Renania y contra una Galia que reforzaba su adhesión a Roma. Hacia finales del siglo III, aprovechando la debilidad del Imperio Romano, los Francos tomaron el control de la región del río Escalda (en la actual Bélgica), interfiriendo la ruta marítima con Bretaña. Roma pacificó la región pero no expulsó a los Francos.
En el año 288 el emperador Maximiano obtuvo la sumisión de un reyezuelo franco, Gonobaud I de Toxandria, acordando un tratado de paz por el que sus súbditos francos se convirtieron en 'confederados' de Roma. Toxandria es el nombre clásico de una región entre los ríos Mosa y Escalda en los Países Bajos y Bélgica. Los Francos se convirtieron en el primer pueblo germánico que se asentó de manera permanente dentro del territorio romano. El idioma holandés hablado en Flandes (Bélgica) y Holanda tiene su origen en las lenguas de origen germánico habladas por los Francos.
Toxandria hacia el año mil
A
pesar de las sucesivas derrotas que sufrieron en el siglo III, los Francos
lograron finalmente hacerse dueños de las posesiones romanas en el bajo Rin,
estableciéndose en Batavia, Toxandria, Holanda, Zelanda y Brabante. Por
entonces apareció la diferenciación de nombres entre los habitantes de las
costas principalmente, los Francos salios, y los habitantes en las orillas del
Rin, los Ripuarios. Efectivamente, los Francos estaban divididos en dos grupos
principales:
- Los Francos salios que
habitaban, a mediados del siglo III d. C., en el delta del río Rin,
en los actuales Países Bajos y en el noroeste de Alemania. Su nombre estaría
vinculado, según unos, al río Ijssel (forma antigua Isala);
según otros, al vocablo germánico «see» (mar).
- En cambio, los Francos
ripuario habitaban en el curso medio del río Rin, y su nombre derivaría
del vocablo latino «ripa» (río), por lo que eran designados como 'gente del
Rin'.
Los Ripuarios se establecieron en una franja de terreno entre el Rin y el Mosa y, como habitualmente hacían todas las tribus nómadas, nunca formó ninguna alianza permanente con los Salios de Toxandria, que se asentaron en la región en el siglo IV y que pasaron a ser conocidos también como toxandrianos. De estas tribus, posiblemente de los Sicambrios, procedían los reyes de la dinastía merovingia que llegó a dominar, sobre todo, lo que ahora es Francia.
En los años posteriores, los toxandrianos no siguieron vagando colectivamente de un lugar a otro como otras tribus germánicas; pues en lugar de ello empezaron a expandir su territorio, pero solo hacia occidente. Posteriormente, ciertos Francos penetraron en la frontera romana alrededor de Maguncia, pero pronto fueron expulsados por el emperador Probo. A pesar de las temporales derrotas, los enfrentamientos contra los cada vez más debilitados señores romanos dieron lugar a que entre los años 355 y 358, el emperador Juliano se propusiera dominar las vías fluviales del Rin bajo el control de los Francos salios, y una vez más volvió a pacificarlos.
El jefe franco Marcomir y su hermano Sunnon hicieron numerosas incursiones en la provincia romana de Germania en torno a los años 380-390. Por aquel entonces, finales del siglo IV, el Imperio romano comenzaba a sufrir un proceso de importante debilitamiento territorial, que tuvo su punto de partida en el siglo anterior, y su culmen en el siglo V. Las incursiones de los pueblos bárbaros en este siglo IV, como fueron la de los Godos y los Francos entre otros, son un reflejo de ello.
A pesar de ser aliados de Roma, —de hecho contribuyeron a defender las fronteras tras el paso de las tribus germánicas por el Rin en el 406— desde la década de 420, los Francos salios aprovecharon la decadencia de la autoridad romana sobre la Galia, para extenderse hacia el sur, de manera que fueron conquistando gradualmente la mayor parte de la Galia romana al norte del río Loira y al este de la Aquitania visigoda.
Los Francos en la primera mitad del siglo V
Los Francos salios
presionaron hacia al suroeste, más o menos entre el Somme y la ciudad
de Münster, y sobre todo avanzaron por la región parisina, donde
terminaron con el control romano que ejercía Siagrio en el 486,
y prosiguieron hacia los territorios al sur del río Loira, de donde expulsaron
a los visigodos a partir del 507.
2) LOS MEROVINGIOS REYES DE LOS FRANCOS
En el este, separados de los
Salios por el bosque carbonífero, un primer reino franco renano se instauró
allí, tal vez porque acordasen un tratado con los romanos. A mediados del siglo
V estos Francos ripuarios se apoderaron de Colonia y la convirtieron en la
capital de su reino, que tenía por eje al Rin. En el reinado de Sigebert, los Francos
renanos se convirtieron en un peligroso rival de los Francos salios de Tournai
acaudillados por su rey Childérico. Por entonces los Francos salios seguían
estando divididos en numerosas tribus, excepto los francos del reino de
Tournai.
En la Historia Francorum de Gregorio de Tours se hace la primera descripción de la genealogía de Marcomir, pues este jefe franco aparece como padre de Faramund, quien es a su vez considerado por algunos historiadores como el primer rey de los Francos y, por ello, y en tanto que rey, fundador de la dinastía que después sería llamada merovingia. La extensión de los dominios de Faramund comprendía las actuales Bélgica, Países Bajos, y el noroeste de Alemania. Era por tanto un territorio que no se correspondía con la Francia actual. Pero la historiografía moderna lo considera un rey legendario y su historia como carente de base histórica.
En todo caso, poco se sabe sobre la vida de Faramund, ya que ni se conoce su fecha de nacimiento, ni sus obras, ni como murió. Parece que Faramund se casó con Argotta (madre de su heredero) y, posteriormente, con Ymbergide. Se cree que hacia 420, cincuenta y seis años antes de la caída del Imperio Romano de Occidente, fue alzado sobre un escudo según la tradición de los pueblos germánicos, presentado a los ejércitos francos, y aceptado como jefe de las tribus.
A pesar de lo poco que se sabe sobre Faramund, y de lo mucho de leyenda que se cierne sobre el personaje, adquirió cierta relevancia historiográfica en el siglo XVI coincidiendo con la cristianización de su supuesto descendiente, Clodoveo I, y con el redescubrimiento de la ley sálica. Clodoveo, primer rey cristiano y primer rey sagrado de los Francos, primer titular de la flor de lis, concentró en él todos los aspectos sagrados de la realeza.
Faramund, que vivió varias décadas antes que Clodoveo, puede considerarse un antecedente de éste en lo referente a la doble legitimidad, la religiosa y la legal, como primer rey pagano de los Francos y como su primer legislador. Esa doble legitimidad sería una constante en el devenir histórico de ciertas monarquías europeas, y el caso de Francia es un muy buen ejemplo de ello. Si bien no se sabe cómo murió Faramund, se fija su muerte en el año 428, y cuando ésta acontece le sucede quien se cree fue su hijo Clodión el Cabelludo. El reinado del segundo rey de la dinastía estuvo protagonizado por la expansión territorial y por su lucha contra el general romano Aecio, último defensor destacado del Imperio Romano de Occidente.
Gregorio de Tours menciona a Clodión como el primer rey que inició la conquista de la Galia al tomar la actual Cambrai y expandir la frontera hasta el río Somme; esto es, que su territorio incluiría la región de la Toxandria (en el Brabante actual, entre las desembocaduras de los ríos Mosa y Escalda) y tendría como centro la ciudad y obispado de Tongeren.
Sidonio
Apolinar relata
como Aecio atacó a los Francos por sorpresa, haciéndoles retroceder
(probablemente hacia el año 431). Este acontecimiento fue el inicio de una
actuación que se prolongaría durante muchísimo tiempo: los Francos germánicos
se fueron convirtiendo en soberanos de un número cada vez mayor de
súbditos Galorromanos.
Hacia 448, después de unos veinte años de reinado el rey Clodión murió, según la leyenda de pena por el fallecimiento de su primogénito caído en el asedio de Soisson. Al igual que pasara con Faramund se desconoce el número de hijos que tuvo, aunque se cree que uno de ellos, el rey Meroveo, fue su sucesor y quién dio nombre a la dinastía. Lo poco que se conoce acerca de los reinos de los primeros jefes francos, Faramuns (aproximadamente entre 419 y 427) y Clodion (aproximadamente entre 427 y 447), parece tener más de leyenda que de realidad, por lo que su relación con la dinastía de los Merovingios es confusa.
Los Francos en la segunda mitad del siglo V
Los sucesores de Clodión son
figuras poco conocidas. Gregorio de Tours identificó sin demasiada
seguridad a Meroveo como rey de los francos, epónimo de la
dinastía, y posible hijo de
Clodión. A Meroveo le sucedió en el trono Childerico I, en cuya tumba se
encontró un anillo que lo identificaba como rey de los Francos, pues gobernó un
reino de francos salios en Tournai, en la actual Bélgica,
como 'federado' del Imperio romano.
El nacimiento de Meroveo, de igual manera a lo sucedido con los anteriores reyes francos, es un misterio al no tener certeza absoluta de si era o no hijo de Clodión. Si bien algunos historiadores piensan que era, en efecto su hijo, otros opinan que era de la familia de Clodión pero no su hijo. En todo caso es claro que Meroveo nació en el año 415 y ejerció de rey de los Francos salios desde la muerte de Clodión hasta el año 457, y parece que tuvo como rival al trono a un verdadero hijo de Clodión.
Meroveo dio nombre a la dinastía de los Merovingios
Meroveo se caso con Vérica, además de tener otras muchas mujeres, porque los Merovingios eran polígamos. Ciertos historiadores afirman que Meroveo fue yerno de Clodión, y que se casó con Clodesvinta, hija de Hildegunda de Colonia. Esta hipótesis podría encajar con el hecho de que Meroveo tuviera que enfrentarse a un hijo de Clodión, que bien pudo ser Clodwig o Clodebau. A pesar de todo, la legitimidad de sangre de Faramund continuaría a través de Clodesvinta, siendo además en este supuesto Clodwig abuelo materno de Clodoveo I, por ser la madre de Clodoveo Basina de Turingia, hija de Clodwig.
En el Siglo V, la invasión de los Hunos en territorios del Imperio Romano provocó un vacío de poder que aprovecharon los Sicambrios para desplazarse hacia Francia y Bélgica, concretamente a las regiones de las Ardenas y Lorena, creando el reino de Austrasia.
Fue en este contexto de final del Imperio cuando el rey franco Childerico I tuvo destacados éxitos militares. Derrotó cerca de Orleans a Odoacro, quien se había proclamado rey de Italia tras la deposición de Rómulo Augusto. Más tarde firmó un tratado de paz con Odoacro y se alió con los Sajones para acabar con los Alamanes, que habían invadido una parte de Italia. La conquista de Alemania sería su último gran hito, ya que poco después murió. Tras la muerte de Childerico I le sucedió su hijo, Clodoveo I, el rey merovingio más famoso, porque en el curso de su reinado tanto la orilla izquierda del Rin y las cuencas del Scheldt y el Somme, como el valle del Mosela, quedaron bajo su poder. Además, su decisiva victoria sobre Siagrio en Soissons en 486 quebrantó el poder romano en la Galia y extendió su autoridad hasta el Loira; y, posteriormente, su victoria sobre los Visigodos en el año 507 le llevó hasta el Garona, mientras que en el este, tras derrotar a los Alamanes (496) y a los Turingios (531) hizo al Neckar y al Rednitz los límites de su reino. En la orilla oriental del Rin los habitantes permanecieron siendo puramente Germánicos, pero en la Galia el elemento franco fue rápidamente absorbido por el romano y los Celtas romanizados.
La dinastía merovingia fue protagonista indiscutible
de la grandeza del reino de los Francos. Su origen es misterioso y mítico,
pero parece que procedían de los jefes tribales de los Sicambrios y,
por ello, de los reyes de Troya, como concluyó la medieval y famosa Crónica de Fredegardo.
Hay que tener en cuenta que los Sicambrios empezaron
a denominarse Francos, cuando se desplazaron hasta la zona norte de
la actual Francia. En resumen, la dinastía
merovingia fue una familia de estirpe germánica descendiente de
Meroveo que, tras el derrumbamiento del Imperio romano, gobernó la
actual Francia, Bélgica, y una parte de Alemania y
de Suiza entre los siglos V y VIII. El primer rey bien documentado en la historia de la dinastía merovingia, Childerico
I, hijo de Meroveo, dominó la antigua provincia romana de 'Bélgica Segunda'. La unidad política
del conjunto tribal de los Francos se consiguió bajo el reinado de Clodoveo I
(482- 511), verdadero fundador del reino franco y que fue considerado como el
primer gran monarca de los Merovingios.
El reino de los Francos al comenzar su reinado Clodoveo I
Clodoveo I se
convirtió en un rey avasallador que añadió, gracias a su poder militar, partes
de lo que hoy es Alemania a su Reino y que dominó un extenso
territorio que comprendía toda la actual Francia. En efecto, fue Clodoveo I quien por sus exitosas campañas
militares agrandó verdaderamente el reino de los Francos al este en Alemania y
al sur-oeste en Aquitania, dominada hasta entonces por los Visigodos. Esta expansión tuvo lugar después de su conversión y
bautismo hacia el año 496, cuando contó con el apoyo de la aristocracia
galorromana y la Iglesia occidental.
La personalidad del primer rey de todos los Francos se conoce poco, pero todas sus acciones revelan su gran habilidad política. Clodoveo respetó las costumbres ancestrales, pero fue vigoroso y temible, por lo que supo imponerse también guerreando con fortaleza y brutalidad. Además llevó a cabo una eficaz estrategia matrimonial al servicio de sus proyectos políticos.
En
el periodo de los años 508 a 511 tuvo lugar la consolidación del gran reino de
los Francos. En el año 508 Clodoveo I, al regresar de Aquitania, pasó por Tours
donde, según Gregorio de Tours, recibió una carta de Anastasio, emperador de
Oriente -quien entonces estaba en guerra contra el ostrogodo Teodorico-, en la
que le reconoció como Cónsul y Augusto, por lo que el poder soberano del rey de
los Francos fue así reforzado en su autoridad por el entonces legítimo emperador
romano. Clodoveo I, en el año 508
estableció la capital del reino de los Francos en París, donde falleció en el
año 511.
Clodoveo I y su esposa Santa Clotilde
En el decisivo progreso del pueblo de los Francos tuvo gran importancia la conversión al catolicismo romano de su rey Clodoveo I, quien fue bautizado, probablemente en el año 496 en Reims por San Rémi, en una ceremonia grandiosa, sin duda para impresionar a los guerreros francos. Que él no era enemigo del cristianismo desde el principio se demuestra por el hecho de que su esposa era cristiana y que sus hijos fueron bautizados con su permiso. Su propia conversión fue primordialmente impulsada por la creencia de que el paso era necesario para la consolidación de su Reino. Su conversión parece haber sido el resultado de la deliberación y de las exhortaciones de santa Clotilde, su esposa cristiana, siendo por entonces Francia el único reino bárbaro cristianizado, aunque ello tuvo lugar en el año 496; o sea, después de la conversión al cristianismo del emperador Constantino en Bizancio, capital del Imperio romano oriental. Por ello, a Francia se la llamó hija predilecta de la Iglesia.
El
obispo de Reims al bautizar a Clovis I tuvo una visión profética: que Clodoveo
I y sus descendientes gobernarían siempre. Por lo tanto, se dedujo que el linaje merovingio de Clovis
I fue elegido por la divinidad para regir al primer pueblo cristiano de Europa
Occidental. Por su bautismo, Clodoveo se
convirtió en el primer rey bárbaro cristiano de Occidente, por lo que asumió la
tarea, delegada del emperador, de proteger las iglesias y también a los
católicos, en el país de los Francos. En la naciente Europa, los Francos se
convirtieron en los mejores aliados de los Bizantinos, aunque la potencia de los
Ostrogodos era todavía muy fuerte. Desde entonces, todos los reyes de los Francos fueron ungidos con el santo óleo al ser
consagrados por la Iglesia. En su Reino fueron
convergiendo así las potencialidades de una incipiente pero fecunda cristiandad
occidental.
Bautismo de Clodoveo I, rey de los francos
La integración de las regiones conquistadas por Clodoveo en su Reino se hizo por reunión cordial y no mediante su colonización, con el fin de lograr una aceptación positiva de las poblaciones sometidas y de sus aristocracias. Además, al este del Rin, los reyes francos del siglo VI, no impusieron una verdadera administración. Pero, poco a poco, una 'cultura merovingia' se difundió progresivamente en todos los dominios de los reyes francos, a la vez que aumentaban los enlaces matrimoniales entre las diversas aristocracias. La cristianización fue un poderoso factor de integración cultural, y las cortes palaciegas de los reyes merovingios fueron el crisol de la fusión de los diferentes linajes aristocráticos.
A partir del siglo VI, la institución real se hizo permanente y los reyes de los Francos fueron elegidos siempre en la familia merovingia, que estaba dotada de un carisma ligado a su sangre real que les daba capacidad para conducir al pueblo franco a la victoria guerrera, protegiéndolo y asegurándole riqueza y prosperidad por adquisición del botín. En ese carisma se basó la legitimidad merovingia, que se manifestaba llevando los reyes unos largos cabellos. Cuando se elegía al rey franco, se le alzaba sobre el pavés (un escudo grande), de acuerdo con un ritual puramente militar.
Al morir Clodoveo I, el reino
franco fue dividido entre sus hijos según la costumbre de los
merovingios: Clotario I, rey de Soissons (511-561), de Reims (555-561) y
de los Francos (558-561), Childeberto I, rey de París (511-558), Clodomiro,
rey de Orleans (511-524) y Teodorico I, rey de Reims (511-534).
Otro
monarca destacado de la dinastía merovingia fue Dagoberto I (629-639)
quien, después de muchos años de divisiones territoriales, volvió a unir los
reinos francos bajo su gobierno.
Una serie de muertes prematuras de los monarcas merovingios que comenzaron tras el fallecimiento de Dagoberto I en 639 dieron lugar a una sucesión de reyes menores de edad, lo que debilitó la posición y el poder real de los Merovingios, que dejaron el ejercicio del gobierno en manos de los mayordomos o mayores de palacio (una especie de primeros ministros). Fue ese el caso, por ejemplo, de Dagoberto II (rey de Austrasia, 676-679), quien prefirió dedicarse a obras de piedad y de caridad.
Durante los siglos VI y VII el
reino merovingio pasó por sucesivas etapas en las que se desintegró para volver
a unificarse brevemente hasta su total desaparición, dejando paso finalmente a
la dinastía de los Carolingios. A pesar de las guerras fratricidas que
diezmaron a la dinastía y de unos aparatos de gobierno rudimentarios, los reyes
merovingios emprendieron una activa política de cristianización y asentaron las
bases de la gran Francia medieval.
CUADRO
GENEALÓGICO DE LOS MEROVINGIOS
Fuente: Histoire de la France: origines et premier essor 480-1180. Régine Le Jan. Eds. Hachette Superieur. París. 1996. Página 237.
Los reyes merovingios gozaron de una gran veneración popular porque se les atribuía poderes sobrenaturales y conocimientos mágicos. Sus largas e imponentes cabelleras les hacían muy respetables. Su emblema preferido era la abeja, antiguo símbolo judío de la sabiduría y de la perfecta organización social.
En conclusión, la dinastía de los Merovingios
gobernó a los Francos durante varios siglos, pues se consideraba una
estirpe sagrada tanto por su origen, como por su consagración religiosa por la
Iglesia católica y por las excepcionales facultades de sus venerados reyes taumaturgos,
quienes podían curar algunas enfermedades llamadas escófrulas, imponiendo sus
manos a sus súbditos. Efectivamente, en la Francia merovingia las
inflamaciones ganglinarias y otras enfermedades incurables, conocidas como
"mal del rey", llegaron a curarse cuando algún monarca taumaturgo
imponía sus manos a los enfermos. Esta potestad real se le atribuye
especialmente a Clodoveo I, quien reinó en el periodo 481-511.
Los reyes merovingios
afirmaban que pertenecían a la prestigiosa 'sangre real' correspondiente al linaje
del Santo Grial, iniciado por el pariente de Jesucristo José de Arimatea y
continuado por descendientes suyos, llamados los desposyni, quienes enlazaron por matrimonio con los Merovingios,
fecundando y sacralizando este linaje real.
La consagración por la Iglesia católica de los reyes de los Francos no sólo los hacía personas sagradas, ungidas, sino que, por esa unción, se legitimaba su derecho a gobernar. La consagración de esas personas de estirpe real por la Iglesia católica justificaba y daba sentido a su realeza
En la Edad Media la aspiración última de la Iglesia era la implantación de un Estado teocrático, por lo que era necesario que el rey fuese ungido para que, como rey por la gracia de Dios, promoviese la justicia y la paz en la Cristiandad; o sea, en el nuevo “pueblo elegido”. De esta manera, la Iglesia, guardiana de la fe, se apoyó en los reyes de los Francos y les ungió para que guiasen a la Humanidad hacia su redención, transformándolos en renovados reyes-sacerdotes cuyas hazañas fueron narradas en una nueva Historia Sagrada cristiana medieval.
El intento de
sacralización de la Historia de la Humanidad en la Edad Media, al menos en
Occidente, fue consecuencia de las creencias entonces existentes que marcaron y
caracterizaron al hombre medieval.
3) EL EJERCICIO DEL PODER REAL POR LOS MAYORDOMOS DE PALACIO: LOS PIPÍNIDOS.
La
dinastía merovingia era venerada por su sacralidad, a pesar de que los reyes
habían dejado de ser guerreros y delegaban
el poder y el gobierno de sus súbditos en sus mayordomos o mayores de Palacio,
que eran una especie de "primeros ministros". Los Francos siguieron venerando a sus soberanos porque
todos estaban convencidos de la sacralidad de los Merovingios, y sus vasallos
creían que su halo sagrado los protegía de sus enemigos.
Los
principales mayordomos de Palacio pertenecieron al linaje de los Pipínidos,
antecesores biológicos de los Carolingios. La dinastía carolingia no puede calificarse
de nueva ya que era, al menos en gran parte, una continuación genética de los Merovingios,
a través de los Pipínidos. Carlos
Martel, que es el verdadero fundador de su dinastía, era un descendiente del
propio rey Clodoveo I. Además el rey de los Francos Pepín “el Breve” se
casó con Bertrada de Laon quien tenía sangre merovingia directa, como hija del
merovingio Caribert, conde de Laon, por lo que el hijo de ambos, Carlomagno,
era indudablemente descendiente de los reyes merovingios. Por si todo ello no
fuese suficiente, el emperador se casó con Hildegarde de Suabia que descendía
del rey de los francos Dagoberto I a través de Houching o Theutbold, duque de
Alemania, por lo que todos los
descendientes de Carlomagno tienen ascendencia merovingia.
La ilustre dinastía de los Pipínidos tiene como patriarcas a dos
grandes iniciadores: San Arnoul, obispo de Metz, rico en virtudes y en
propiedades, cuyos ancestros según los principales genealogistas fueron nobles
galo-romanos, quien renunció a todos sus ministerios y se retiró a un monasterio
al final de su vida, tras haber sido preceptor del príncipe de los Francos y
futuro rey Dagoberto; así como Pépin el
Viejo de Landen, quien en el año 623 fue nombrado por Clotario II mayordomo
o jefe del palacio real de Austrasia, la Francia oriental, al dejar ese cargo
Arnoul de Metz. Ambos patriarcas eran los jefes del partido aristocrático
dominante en Austrasia.
Cuando Dagoberto fue coronado como rey, Pepin de
Landen dejó de ser mayordomo de palacio, pero recobró ese cargo al fallecer Dagoberto
en 639 y lo ejerció durante un año, hasta su muerte.
Santa Begga de Landen
Los antepasados paternos de Carlomagno son vástagos del matrimonio
habido entre Santa Begga, hija de Pépin de Landen, y Ansegisel, hijo de San
Arnoul.
Ansegisel de Metz, mayordomo
del Palacio de Austrasia
Sigebert III sucedió a
Dagoberto como rey de Austrasia pero no designó mayordomo de palacio a
Grimoald, hijo de Pépin de Landen, sino a su preceptor Otón, de la estirpe de
los Agilolfingos, adversarios de los Pipínidos.
Pronto los partidarios de
Otón asesinaron a Grimoald, hijo de Pépin, y a Ansegisel de Metz, el heredero
de San Arnoul, lo que debilitó sustancialmente a los Pipínidos quienes, sin
embargo, mantuvieron sólidas posiciones entre las grandes familias de los
francos dadas sus grandes propiedades.
Posteriormente Pépin II, el
hijo de Ansegisel y Santa Begga, jefe de los Pipínidos, eliminó al duque
Gunduin, el asesino de su padre, para vengarlo, y se convirtió en el mayordomo
del palacio de Austrasia.
El año 687 el ejército real
de Austrasia, comandado por Pépin II derrotó en Tertry, cerca de San Quintín, a
las tropas de Neustria, la Francia occidental, haciendo prisionero a Thierry
III de Neustria, apoderándose de su tesoro real y reunificando el reino de los
Francos.
Entonces Pépin II se
convirtió en príncipe de los Francos
ejerciendo, de hecho, el poder real, con lo que se inició la decadencia de la
dinastía de los reyes merovingios.
El anónimo autor de los Annales de Metz escribió lo siguiente:
“Pépin, después de haber reenviado al rey Thierry a su villa real de
Montmacq-sur-Oise, para ser guardado allí con honor y veneración, gobernó por
sí mismo el reino de los francos: el signo más tangible de ello es que Pépin
conservó el tesoro real de Neustria, “esencia y símbolo del poder””.
Pépin II de Landen 635-714,
mayor del palacio de Austrasia
Cuando murió Thierry III en
691 fue Pépin II quien eligió el sucesor, Clodoveo IV, entre los herederos merovingios. Cuatro años
más tarde, al fallecer este monarca, el príncipe pipínido eligió para sucederle
a Childebert III, hermano del anterior.
En 711, al morir Childebert
III, Pépin II hizo pasar la Corona de los Francos a su hijo Dagoberto III.
Aunque Pépin II mantuvo su lealtad a la dinastía merovingia, la continuidad en
el poder efectivo estaba en manos del Pipínido. El prestigio de los Merovingios
se iba difuminando.
Sin embargo,
paradójicamente, lo que se consolidó
entonces fue el derecho a la sucesión en el cargo de mayordomo de palacio, que
iba pasando de padres a hijos, siempre en el linaje de los dominantes Pipínidos.
Pépin II siguió una hábil
política religiosa apoyándose sistemáticamente en la Iglesia a la que procuró
favorecer en lo posible. Controló el nombramiento de obispos y de abades,
haciendo del juramento de fidelidad un eficaz instrumento de gobierno.
Para someter a los
levantiscos habitantes del este del reino de los Francos llevó a cabo algunas campañas
militares, sobre todo contra los Frisones y los Alamanes. Además, para
facilitar la cristianización de los vencidos favoreció la tarea evangelizadora
de los misioneros, como harían también posteriormente sus sucesores.
En el año 714 Pépin II, envejecido, designó a su nieto Théudoald, hijo
del fallecido Drogón para sucederle, instigado por su esposa Plectrude, lo que
no fue aceptado por Charles Martel, el hijo natural que había tenido con su
concubina Alpaida.
Cuando el 16 de diciembre murio Pépin II
dio comienzo una guerra fratricida por su sucesión, que acabó ganando Carlos
Martel al convertirse en mayordomo del palacio de Austrasia y apoderarse del
tesoro de los Pipínidos, tras lo cual aceptó como soberano al rey Chilperic II.
En 724 fue reconocido como príncipe de los Francos, asumiendo
prerrogativas de carácter real especialmente la protección de las iglesias. Sin embargo el “protector”
Carlos Martel se apoderó, por personas interpuestas, de las sedes eclesiásticas
y acentuó la secularización de los bienes de la Iglesia para utilizarlos en
favor de sus partidarios.
El ascenso de los Pipínidos
hacia el poder real fue narrada por un autor anónimo hacia 727, en el Liber historiae Francorum. También lo
conocemos gracias a la continuación de la crónica de Frédégaire, redactada por
los condes Childebrand y Nivelon, que pertenecían a la familia de los Pipínidos. En ese ascenso influyó mucho el éxito
que obtuvo Carlos Martel en sus acciones guerreras. Su enorme vitalidad le
permitía mantener una actividad desbordante, parecida a la que tendría
posteriormente su nieto Carlomagno. Su
mayor gloria fue su victoria sobre los sarracenos de Abderramán, a los que
venció en 732 en Poitiers, deteniendo así definitivamente el avance musulmán en
Europa.
Este triunfo le dio un
inmenso prestigio y lo convirtió en el defensor de la Cristiandad. Como los
sarracenos, a pesar de la derrota de Poitiers, continuaban sus campañas
guerreras al sur de la Galia, Carloss Martel descendió por el Ródano, los
expulsó de Provenza y los derrotó en la ribera del Berre, persiguiéndolos por
Septimania, aunque no pudo conquistar Narbonne.
Carlos Martel
En el año 737 murió el rey
merovingio Thierry IV que había sucedido a Chilperic II. Carlos Martel ejercía de hecho el poder real. Por ello no se
preocupó de buscar un sucesor a Thierry IV, si bien tampoco intentó usurpar su
título de rey, y continuó ejerciendo un poder soberano absoluto. Todos los
consideraban el príncipe de los Francos.
Hay que tener en cuenta que, como ha puesto de relieve Jean Favier[5],
“príncipe es una potestad superior a cualquier título. Es un concepto político.
Príncipe es el primero, el jefe. Ello significa que tiene el poder en su más
alto grado, no un poder diferente de los otros como puede ser el de un rey.
Dado que está en la cima de la jerarquía el príncipe es un soberano y, porque
la jerarquía ha sido querida por Dios, él es el intermediario político entre
Dios y el pueblo, en el que reside la fuerza fundamental que se denomina
“autoridad”.”
En consecuencia Carlos
Martel, como príncipe de los Francos, ya no necesitaba estar sujeto a un rey,
como sí que lo estaban los mayordomos de palacio.
En esa época, el papa Gregorio III veía cómo iba en aumento la amenaza de invasión de los dominios pontificios por el rey de los Lombardos, Liutpraud, lo que le llevó a pedir ayuda a Carlos Martel, quien entonces llevó a cabo una alianza con el Papado, pero no se apresuró a enviar los ejércitos francos a Italia, ya que bastó el anuncio de esa alianza para contener al rey de los Lombardos. Para los Pipínidos la alianza con el Papado había de ser muy útil en el futuro, dadas sus ilimitadas ambiciones de poder, pero los frutos de sus ambiciones se materializarían en el fecundo y glorioso reinado de su hijo Pepín el Breve.
Cuando en el año 741 murió Carlos Martel fue llorado como el mejor de
los soberanos europeos, a pesar de que no llegó a ser rey. Fue inhumado en la
abadía de San Denís, junto a los reyes merovingios.
Desde luego, como ha
subrayado Stéphane Lebecq[6], “…él
se había convertido en un verdadero monarca, y el carácter real de su gobierno
fue reconocido por sus contemporáneos. Si un siglo más tarde las fuentes
carolingias oficiales lo consideran un auténtico rey, mientras vivió fue
respetado como virrey o cuasi-rey. Efectivamente este título es el que da a su
“eminente hijo” el papa Gregorio III cuando le escribe en 739 para suplicarle
su intervención armada contra los Lombardos que amenazan “a la santa Iglesia de
Dios y al patrimonio del bienaventurado Pedro, príncipe de los apóstoles”. A
Carlos Martel le sucedieron, de acuerdo con la tradición franca, los dos hijos
que había tenido con Rotrude de Treves, llamados Carlomán y Pépin. Como ambos
querían mantener la realeza merovingia se pusieron de acuerdo para rescatar de
un claustro a un príncipe al que hicieron rey con el nombre de Childeric III y
los edictos que promulgaban lo hacían en su nombre. Carlomán era muy piadoso.
Dada la penosa situación de la iglesia franca decidió reformarla por lo que
encargó a San Bonifacio convocar en su nombre “un concilio para restablecer la
ley de Dios y la religión de la Iglesia”.
Por su parte también Pépin
convocó otro concilio en sus dominios con la misma finalidad, lo que hizo
posible que al año siguiente se reuniese una asamblea general de la Iglesia de
los Francos, de acuerdo con la petición que el papa Zacarías les había
sugerido, con lo que fortalecieron su ya buena relación con la Santa Sede.
Carlomán tenía vocación
religiosa, por lo que en el año 747 decidió abandonar sus cargos y pedir a su
hermano Pépin que atendiese a su familia y al reino de los Francos. En Roma fue
ordenado sacerdote por el Papa y fundó un monasterio en el monte Soracte; pero
deseoso de retirarse totalmente del mundo se enclaustró en el monasterio de
Monte Cassino. Pépin el Breve se dedicó inicialmente a conquistar los
territorios de los Francos sobre los que todavía no ejercía su autoridad,
especialmente en Septimania y Aquitania.
En fin, como ha concluido G. Bordonove[7],
subrayamos que “…cuando se observa el comportamiento de los Pipínidos, es
posible distinguir, aquí y allá, rasgos que caracterizarán, precisamente, al
gran emperador Carlomagno: la actividad incesante, la valentía, la habilidad,
la prudencia, el realismo. Pero el más extraordinario es la persistencia en
ellos de una voluntad política evidente y de una ambición no disimulada de
conquistar siempre el primer puesto.”
Por mi parte voy a añadir y subrayar que los
últimos Pipínidos también se caracterizaron por poseer en grado eminente la
cualidad que Leopold von Ranke atribuyó a Carlomagno: “en cada uno de sus actos
se percibe el impulso del presente junto al talento para conservar el pasado y
una gran perspicacia para penetrar en el porvenir”.
Durante
el reinado de Carlomagno se confirmaría que los postreros Pipínidos, a los que también se los incluye entre los Carolingios,
habían gobernado más bien como continuadores que como liquidadores de sus
reales predecesores Merovingios.
La ascendencia galo-romana del emperador Carlomagno se
especifica en el siguiente cuadro genealógico:
Cayo
Julio César, emperador romano
LINAJE DESDE LOS ROMANOS A
CARLOMAGNO PASANDO POR LOS GALO-ROMANOS Y LOS PIPÍNIDOS
Cayo
Julio César I de Roma, emperador de
Roma -100--44
|
Cayo
Julio César II de Roma, pretor romano †-84
|
Julia
Menor de Roma †-51
|
Atia
Mayor de Roma ca -85--45
|
Octavia
Menor de Roma -64--11
|
Antonia
"La Joven" Augusta
|
Tiberius
Claudius Caesar de Roma, emperador de Roma -10-54
|
Venissa
Claudia Julia †50 + Arviragus de Bretaña, rey de Bretaña 9-72
|
Marius
(Meric) de Siluria 50-125 + Penardun, hija de Anna Enygeus de Arimatea
y de Bran
|
Eurgen
ap Meric 100-
|
Gladys-I
verch Eurgen de Siluria, de Siluria ca 125-
|
Gladys-II
verch Lleifer Mawr de Bretaña, princesa de Siluria 181-
|
Coilus
II de Gloucester, rey de Gloucester ca 232-262
|
Helena
o Elaine de Bretaña, de Camulod (Colchester) 247-330
|
Constantino
el Grande de Roma Flavius Valerius, emperador
de Roma 272-337
|
Flavius
Julius Constancio II de Roma 317-350
|
Constantino
III de Roma, emperador de Roma 350-411
|
Magna
Constantina de Roma 370
|
Eparchius
Avitus, emperador de Roma en 455-456 ca 397-456
|
Papianilla
Avitus, hija del emperador romano Avitus 430-
|
Tonance
Férreol II de Narbonne, senador 455-517
|
Férreol
o Ansbertus de Narbonne, senador 490-
|
Ansbert
"el Galo" de Schelde 523-570
|
Arnoald
x, mq. de Schelde y obispo de Metz 550-611
|
Doda
de Schelde 590- + San Arnoul, obispo de Metz 582-640
|
Anségisel
de Metz, mayor del Palacio de Neustria y de Austrasia 615-685
+ santa Begga de Landen 615-693
|
Pépin
II de Heristal, mayor del Palacio de Austrasia 640-714
|
Charles
Martel, mayor de los palacios de Neustria y de Austrasia 685-741
|
Pépin
el Breve de Francia, rey de los Francos 714-768
|
CARLOMAGNO,
emperador y rey de los Francos 742-814
Fuentes:
- Geneanet. Árbol de Joaquín Javaloys García.
gw.geneanet.org/javaloys_w |
- 'Davidic Dynasty' . David Hugues. |
https://prioratulromano.bss.files.wordpress.com/2012/10/davidicdynasty.pdf |
La continuidad biológica y dinástica de los Carolingios,
descendientes de los Merovingios por los Pipínidos, se puede comprobar en los
linajes genealógicos siguientes, correspondientes a la rama paterna de
Carlomagno:
LINAJE DESDE LOS REYES
MEROVINGIOS A CARLOMAGNO - 2
Clotario I de los
francos, rey de los
francos 497-561
|
Sigebert I de Austrasie, rey de Austrasia †575
|
Childebert II de
Austrasie 570-596
|
Thierry II de Borgoña 587-613
|
Childebert de Bruyeres
|
Childebrand de Bruyeres
|
Alpaida de Bruyeres 660-705
|
Charles Martel, mayor de los palacios de Neustria y de
Austrasia 689-741
|
Pépin de Francia, rey de los francos 714-768
|
Charlemagne x, emperador y rey de los francos 742-814
LINAJE DE LOS REYES MEROVINGIOS A
CARLOMAGNO - 3
Meroveo II x, rey de los
francos 411-457
|
Childéric I x, rey de los
francos 436-481
|
Clovis I de los
francos,
rey de los francos 466-511
|
Théodoric
(Thierry) I de Austrasia, rey de Reims 486-534
|
Théodebert x, rey de
Austrasia 504-548
|
Théodebald x, rey de
Austrasia 536-555
|
Grimoald de
Aquitania
555-599
|
Itta de Nivelles, abadesa de
Nivelles 592-650
|
Santa Begga de
Landen
615-693
|
Pépin II de
Heristal,
dq. de los francos mayor de los palacios de Neustria y de Austrasia
|
Charles Martel, mayor de
los palacios de Neustria y de Austrasia 689-741
|
Pépin de Francia, rey de los
francos 714-768
|
Charlemagne x, emperador
y rey de los francos 742-814
Además la descendencia merovingia de los Carolingios
también se confirma fehacientemente si se observan los dos linajes de la
rama materna de Carlomagno, que se exponen a continuación.
La merovingia Bertrade de
Laón, esposa del rey Pepin el Breve y madre de Carlomagno
LINAJE DESDE LOS REYES MEROVINGIOS A
CARLOMAGNO - 4
Clotaire I de
los francos,
rey de los francos 497-561
|
Chilpéric I de
Neustrie,
rey de Neustria 523-584
|
Clotaire II el
Joven de los francos,
rey de los francos 584-629
|
Dagobert I de
los francos ,
609-639,casado con Ragentrude de las Ardenas, 610-642
|
Ragentrude de
Neustrie, 632-..., casada con San Theodard d'Oeren, obispo de Maastrich, 620-673
|
Irmina de Oeren 650-709,
casada con Hugobert, senescal de Baviera, 650-698
|
Bertrada Gisele
de Baviera
675-737 casada con Caribert II de Laon, c. de Laon 694-747
|
Bertrade de Laon, cdsa. de
Laon 715-783 casada con Pepin el Breve, rey de los francos 714-768
|
Charlemagne x, emperador
y rey de los francos 742-814
LINAJE DESDE LOS REYES
MEROVINGIOS A CARLOMAGNO - 5
Clotaire I de los
francos, rey de los
francos †561
|
Chilpéric I de Neustrie, rey de Neustria 523-584
|
Clotaire II el Joven de
los francos, rey de los
francos 584-629
|
Dagobert I de los
francos, rey de
Austrasie 604-639,
casado con Nanthilde de Bobigny 615-642
|
Clodoveo II de los francos, rey de
Neustria y de Borgoña 635-657 casado
con Santa Bathilde 626-680
|
Thierry III rey de los francos, 657-691,
casado con Santa Clotilde Doda de Héristal 650-699
|
Bertrade de Neustria 676-740 casada con Martín de Laon,
c.de Laon 655-696
|
Caribert de Laon, conde de Laon 696-747, casado con Bertrade Gisele de Baviera 695-745
|
Bertrade (o Berthe) de
Laon, cdsa. de
Laon 726-783
casada con Pepin el Breve, rey de los francos 714-768
|
Charlemagne x, emperador y rey de los francos 742-814
El traspaso del poder real de los Merovingios a los Carolingios se
llevó a cabo mediante el siguiente proceso:
Pepin y otros antepasados de Carlomagno
detentaron el máximo poder a pesar de que no eran reyes de los Francos sino
solamente mayordomos del palacio real; o sea, una especie de primeros ministros
del Reino. Pépin el Breve era consciente desde luego de que, como no era rey,
el mantenimiento de su poder supremo dependía de su fortaleza, que
permanentemente debía imponer o recordar a todos.
El rey merovingio Childeric
III era sólo un símbolo de una realeza vacía, pues todo el poder sobre los Francos
lo ejercía el mayordomo del palacio Pépin “el Breve” quien, ambicioso y
pragmático, creyó llegado el momento de sustituir a los inútiles Merovingios. Childeric III no gobernaba, porque se había
convertido en una figura meramente representativa que no ejercía ninguna
función ejecutiva, y su única aspiración vital era la de poder dedicarse a
rezar a Dios en una abadía o en un monasterio. Ante la pasiva actitud de
Childeric III, Pépin llegó a la conclusión de que era conveniente para el
pueblo franco que él pasara a ser rey titular por derecho, en vez de serlo
solamente de hecho.
Para conseguir este ambicioso objetivo,
compartido por la mayoría de los nobles del Reino, envió a Roma una embajada
integrada por dos ilustres prelados: Fulrad,
que era el abad de la abadía de San Denis, y Burchard, el obispo de Würzbuerg, para preguntar al papa Zacarías si era conveniente “mantener como reyes en
las tierras de los Francos a los que se titulaban así, pero que no tenían
ningún poder que ejercer.”. El Sumo Pontífice, que era muy sagaz, antes de
responder a tan intencionada cuestión tuvo en cuenta los servicios que los Pipínidos
habían prestado a
Con
esta aprobación tácita del papa, Pepin decidió seguir adelante en su ansiado designio.
Convocó enseguida a los magnates del Reino a una asamblea de notables que lo
eligió rey de los Francos por aclamación. Seguidamente accedió al deseo de Childeric III de
ingresar en un monasterio, concretamente el de San Bertin; donde no solo fue tonsurado
el depuesto monarca merovingio, también lo fue su hijo y probable sucesor Thierry
que, más tarde, fue enclaustrado en el monasterio de San Wandrile.
Posteriormente el santo arzobispo Bonifacio ungió con aceite a Pépin, una ceremonia
solemne y eficaz porque con esa sagrada unción la Iglesia lo reconoció como rey de los francos por la gracia de Dios,
en nombre del cual podía ejercer la justicia y, caso necesario, declarar la guerra a los enemigos del
pueblo cristiano y, por supuesto, del Papa. Esa unción dio al rey una
legitimidad distinta a la que tenían los Merovingios –que eran simplemente
coronados, no consagrados-; porque así la Iglesia había sustituido el
tradicional derecho de la sangre real instituyendo la realeza sagrada. A la
clásica función real de jefe guerrero y justiciero se añadía ahora al rey un
carácter semi-divino. En adelante el rey de los Francos iba a ser una especie
de rey-sacerdote, aliado fiel de la Santa Sede. La alianza entre el Trono y
el Altar quedó formalizada.
Esta alianza con el Papado fue decisiva
para la grandeza del Rey porque, según Jean Favier[8]
“sin ella Pepin hubiera sido un simple príncipe de los Francos, como los
príncipes de otras naciones. Además tal alianza sirvió para que Carlomagno se
diera cuenta enseguida de lo que el debía a la Iglesia y de lo que la Iglesia
le debía. Elegido por Dios y no solo por su aristocracia, el rey debía conducir
a su pueblo hacia la Salvación eterna. Eso le creó deberes, como el de la
rápida evangelización de los pueblos germánicos, lo que suponía una ruda
conquista y fuertes coacciones”.
Pépin el Breve, rey de los Francos
Cuando los Francos
comprobaron la continuidad dinástica entre los linajes reales de los
Merovingios y de los Carolingios aceptaron gustosamente la nueva dinastía, pues
se convencieron de que, en cierto modo, los Merovingios seguirían reinando en
sus descendientes.
Al encontrarse el Papa personalmente
con el rey Pépin le suplicó que defendiese la
causa de San Pedro y de la República
romana, a lo que, inmediatamente, accedió Pepín jurando que le libraría de
sus enemigos, los anexionistas lombardos. El compromiso se ratificó en una
asamblea de los magnates del Reino en el mes de abril del 754 en Quierzy. El
Papa, agradecido, quiso consagrarle de nuevo como rey de los Francos lo que se
llevó a cabo en un solemne acto celebrado en la abadía de Saint-Dénis el 28 de
julio del 754, que Georges Bordonove[9]
describe así:
“El Papa no se limitó a
consagrar a Pépin y a su esposa, la reina Bertrada sino que ungió también a sus
dos hijos, Carlos y Carloman. E hizo todavía más, prohibiendo a los Francos,
bajo pena de excomunión, elegir un rey fuera de la familia de Pépin elevado por
la divina piedad y consagrado, por la intercesión de los santos apóstoles, por
las manos de Su vicario, el soberano pontífice”. Esta proclamación solemne borraba definitivamente el derecho de los
príncipes merovingios a reinar. Pépin y sus sucesores no serían meros
soberanos, sino “reyes por la gracia de Dios” ... Pero esta elevación conllevaba
una cierta reciprocidad y engendraba deberes específicos para los reyes de los
Francos: la alianza entre el trono y el altar se consolidó este día 28 de
julio. El Papa concedió, además, el título de patricio de los Romanos a
Pepín y a sus hijos, lo que hacía de ellos los protectores de la ciudad de Roma
... El Papa acababa de modificar la
naturaleza misma de esta monarquía y de fundar una nueva dinastía, la de los Carolingios”.
Desde luego, Pépin “el
Breve” cumplió su promesa guerreando contra Astolf de Lombardía hasta que el
italiano cedió a las exigencias del carolingio y devolvió al Papa el exarcado
de Rávena y otros territorios, que fueron básicos para la consolidación del
Estado pontificio. Pero el nuevo rey
franco no se conformaba sólo con guerrear, pues como subraya Georges Bordonove[10] “Pépin no era
exclusivamente un conquistador sino un organizador de primer orden, un
reformador y un diplomático, manifestando en sus decisiones y en sus actos un
pragmatismo ciertamente extraordinario, por lo que era, en la plenitud del
término, un jefe de Estado, una cabeza política ... Convertido en el segundo
personaje de la Cristiandad de Occidente, tras el Papa, resultaba normal que
tuviese relaciones diplomáticas con el emperador de Oriente ... Pero Pépin mantenía
también relaciones con el califa Abbasida de Bagdad ...".
En efecto, el rey Pépin “el
Breve” celebró una asamblea general de los grandes del reino de los Francos en
Attigny en el año 765. A esta asamblea y a sus consecuencias se refiere Arthur
J. Zuckerman[11] quien llega a unas
importantes conclusiones, pues afirma que “... las decisiones de Attigny son
desconocidas, aunque pueden deducirse de la actividad diplomática que Pépin
realiza entonces, pues en el mismo año envió una misión a Bagdad que, sin duda,
estaba relacionada, principalmente, con el peligro que entrañaba la España
árabe de los Omeyas e, inevitablemente, con Narbona. En el mismo año también
despachó una legación diplomática a Bizancio que volvió a finales del 766
acompañada por una delegación griega. Pepín emprendió entonces una ofensiva
general contra Waifar de Aquitania al que derrotó y obligó a prestarle
vasallaje y a pagarle excepcionales tributos y ofrendas... Estos éxitos guerreros
colocaron, obviamente, a Pépin en una ventajosa posición negociadora frente a
Bagdad... Estas negociaciones eran inminentes... A principios del 768 la misión
de Bagdad volvió a Marsella después de tres años de ausencia, acompañada por
embajadores del califa Al-Mansur. Pepín los recibió en primavera, el 10 de
abril, a su vuelta de Aquitania, de la campaña contra Waifar. Los resultados de
las negociaciones se desconocen pero su positivo desenlace se concretó en los
regalos que les hizo el Rey y que los árabes transportaron por mar a su tierra.
En cualquier caso, la intención anti-Omeya y anti-Waifar de tales negociaciones
parece obvia”.
El mismo Zuckerman[12]
menciona la conclusión de F. W. Bucker sobre este asunto, que cita
literalmente: “La misión diplomática a
Bagdad del año 765 sirvió para completar un círculo de alianzas entre el Papa,
el califa Abbasida y el rey de los Francos contra los Omeyas y Constantinopla”.
Además, como subraya Arthur J. Zuckerman[13], “la asunción de la dignidad real por Pépin
“el Breve” y su posterior investidura como patricio romano estimularon su ambición para alcanzar un status superior al de rey germano. Él y su hijo Carlomagno intentaron conseguir el 'derecho de origen divino para gobernar' mediante el
reconocimiento de que eran los sucesores de los indudablemente legítimos reyes
de Israel”. Sobre este tema clave Zuckerman precisa[14] que P.
Munz[15]
ha identificado cuatro puntos de vista diferentes y, en parte, conflictivos respecto al status y a la misión imperial de
Carlomagno: la del mismo Emperador, la de Alcuin, la del grupo de Aix-la
Chapelle y la de Papa León III. En el
propio pensamiento de Carlomagno fue básica la idea de que él era sucesor de
los reyes bíblicos del pueblo judío... Los Carolingios fueron sensibles a
la acusación de que habían usurpado la Corona y de que habían obtenido el poder
mediante conquista. La sucesión de los
reyes bíblicos de la antigüedad podría legitimar su autoridad real...Para ello,
los Carolingios llevaron a cabo su alianza permanente de sangre con los
descendientes de David.
El historiador Arthur J.
Zuckerman[16] afirma rotundamente que “...se puede llegar a la conclusión de que el
rey Pépin y sus hijos establecieron un dominio en el Sur de Francia como un Principado
judío en el 768. Su líder o gobernante (nasi, patriarca) fue Natronai-Makhir,
anterior Exilarca de los judíos en Bagdad y erudito príncipe de la real Casa de
David...”.
David rey de Israel
Para confirmar esta
conclusión, Zuckerman reproduce una parte del contenido del Addendum a ShK[17] que literalmente
dice así:
“ Entonces el Rey Carlos
(Carlomagno) envió una petición al rey de Babilonia (el Califa de Bagdad) para
que le remitiese uno de sus judíos descendiente de la real Casa de David. Él la
acogió y le envió uno de allí, un magnate y sabio, de nombre Rabbí Makhir. Y
(Carlos) le estableció en la capital de Narbona y le instaló allí, donde le dió
grandes posesiones cuando la capturó a los ismaelitas (árabes). Y él (Makhir)
tomó como esposa a una mujer de entre los magnates ... y el Rey le hizo noble. Este Príncipe (Nasi) Makhir se convirtió en
el caudillo (de Septimania). Él y sus descendientes emparentaron con el Rey y
con todos sus descendientes...”
Munz no aclaró las bases racionales en las que se pudo basar la
reivindicación de Carlomagno respecto a su sucesión de los reyes bíblicos de
Israel. Sin
embargo, obviamente, el matrimonio con uno
o más descendientes actuales del linaje de David podía proporcionar el enlace
que faltaba, con lo que se puso así la base para la proclamación del derecho a
gobernar, de origen divino, que acabó correspondiendo a la dinastía carolingia[18].
En todo caso, Carlomagno
dedicó su vida a consolidar y a engrandecer con conquistas territoriales un
Reino que ya alcanzaba una categoría imperial. Veamos la descripción literal
que, a modo de balance, concluye relatando Georges Bordonove[19]:
“Carlomagno había casi reconstituido
la potencia tentacular de los Césares, había doblegado a los pueblos del Este,
se había anexionado territorios donde las legiones romanas habían conocido
sangrientos fracasos. El reino carolingio de dimensiones imperiales no se
parecía en nada a aquel de límites inciertos que tenían los merovingios.
Existía, además, una diferente naturaleza entre los guerreros francos y las
legiones romanas. Estos últimos combatían para aumentar el patrimonio de Roma,
sin importarles las creencias religiosas. Los
francos eran un nuevo “pueblo elegido”. Ellos combatían por el Cristo Redentor
de quien su Rey era el delegado, el representante. No se trataba ya de
restaurar el Imperio de los Césares, cualquiera que fuesen los sueños sobre
este tema, sino de instaurar un Imperio
cristiano de Occidente, del que Carlomagno ya se había declarado
“gobernador”...
... La fe cristiana fue uno
de los motivos -e incluso el motivo esencial- de la promoción de Carlomagno al
Imperio. Pero también existían razones políticas. En los albores del año 800,
el reino franco era un Imperio de hecho por sus dimensiones, aunque fuese por
yuxtaposición de los pueblos que lo integraban. El Reino que había dejado Pépin
“el Breve” se había convertido en una potencia europea, mientras que el Imperio
bizantino había decaído y perdido su influencia. Además, Carlomagno había
llamado a su Corte a lo mejor de los pensadores, de los administradores y de
los soldados. Su Corte era, valga la expresión, “internacional” ... Nuevo rey
David, él no tenía ninguna necesidad del título de Emperador para aumentar su
gloria o para fortificar su autoridad. El era efectivamente todopoderoso y
gozaba, además, de una inmensa popularidad. Pero existía el futuro. Dos hijos de
Carlomagno eran ya reyes: Pépin de Italia y Luis de Aquitania. Era, pues,
conveniente que el príncipe Carlos, su primogénito, heredase un título superior
al de rey .. Una hábil propaganda había llevado a las gentes la oportunidad del
coronamiento de Carlomagno. Como soldados de Cristo, los Francos veían en esta
elevación de su jefe el fruto resultante de sus sacrificios”.
Por ello, el 23 de diciembre del 800 una asamblea en
Roma de prelados y magnates presidida por el Papa León III decidió que
Carlomagno fuese coronado emperador, lo que tuvo lugar en la Basílica de San
Pedro el 25 de diciembre del 800, siendo de hecho el restaurador de la unidad
política de Europa.
La coronación del emperador
Carlomagno
Carlomagno fue también el restaurador del Imperio, pero no del romano de los
Césares, sino del formado por la
comunidad de los pueblos cristianos presididos espiritualmente por el Sumo
Pontífice de Roma. Por ello, en el nuevo emperador se unieron tanto la
realeza ungida característica de los reyes bíblicos como la realeza cristiana
expuesta en “la Ciudad de Dios” de San Agustín. En Carlomagno se fundieron el poder político sobrenaturalizado y el
poder espiritual temporal.
El 22 de enero del año 814,
el emperador dejó de existir al final de una vida fecunda y gloriosa. Su
biógrafo Georges Bordonove[20] dice
que “... cuando se consideran los diferentes aspectos de su acción
político-religiosa, aparece claramente que, sin haber terminado su obra, era la
historia de Europa la que había quedado preparada para un milenio ...
Carlomagno intentó, en efecto, en una época en la que la fuerza primaba sobre
el derecho, hacer prevalecer el espíritu de justicia y, mediante el
universalismo cristiano, regular las relaciones entre los hombres e instaurar
una moral social que, todavía, rige algunos de nuestros comportamientos". En este sentido puede decirse que la obra
del Emperador pervive actualmente. A los Carolingios les sucedieron sus
descendientes los Capetos que fueron también el linaje legitimado para gobernar
la Cristiandad en la Edad Media.
En resumen, los Carolingios
al unirse matrimonialmente con la Casa de David crearon supuestamente (según las creencias entonces existentes) una dinastía Davídico-carolingia que asumió la legitimidad para gobernar a
las naciones que Dios había concedido al rey David de Israel y a sus
descendientes. De esta forma, los sucesores del rey Pepín el Breve tuvieron
plena potestad de gobierno por derecho divino y ya, concretamente, su hijo Carlomagno pudo ser coronado emperador de
los romanos como heredero en Occidente de los antigüos Césares y como caudillo
del nuevo pueblo elegido de Dios que
era toda la Cristiandad,
confirmando y haciendo permanente la
alianza entre el trono y el altar que le comprometió a proteger a la
Iglesia y al Papa de Roma.
La dinastía Davídico-carolingia, que tiene la
sangre real de David, ha liderado y gobernado Europa, como el linaje elegido para proteger la
Cristiandad. Efectivamente, cuando
los Capetos directos se extinguieron, sus descendientes continuaron como reyes
de los principales paises de Europa Occidental ya que las casas reales de esas
naciones pertenecían también a la dinastía Davídico-carolingia. Los Capetos y los Valois, e incluso los
Austrias y los Borbones, fueron descendientes directos de Carlomagno y de otros
reyes carolingios. Todavía hoy, algunos descendientes de esa singular realeza
son los soberanos de ciertos Estados europeos, con lo que se pone de manifiesto
el carácter perdurable de esa Dinastía.
============
II) GENEALOGÍA E ITINERARIO HISTÓRICO
DE LOS VALOIS DIRECTOS E INDIRECTOS:
|
1) LOS CUATRO LINAJES DE VALOIS SUCESIVOS CRONOLÓGICAMENTE
EN LA HISTORIA. Valois es el apellido de una familia carolingia originaria de la antigua región ducal llamada también Valois, situada en Francia al noroeste de París, en la actual región administrativa de Picardía. Los Carolingios proceden del linaje de los Pipínidos, cuyos postreros miembros gobernaron como mayordomos del palacio de los reyes merovingios hasta que, con autorización del Papa, sustituyeron en el trono al último rey "holgazán" de los Merovingios siendo los continuadores de sus reales predecesores Merovingios. Los Valois son una estirpe descendiente directamente del emperador Carlomagno, tanto por vía paterna como materna. Los Valois han ejercido el poder real a lo largo de la historia de Europa, desde los reyes carolingios; pues han existido cuatro linajes sucesivos cronológicamente de Valois en la Historia: 1) Los
Carolingios condes de Valois-Amiens. 2) Los
Capetos condes de Valois-Vermandois. 3) Los
Valois-Capetos, en los que destacan los reyes de Francia de la dinastía
Valois y los duques del 'principado' de Valois, y también los reyes Borbones
descendientes de Enrique IV, rey de Francia y de Navarra -incluso Felipe VI
de España-, porque ese Enrique IV de Borbon era descendiente de la Casa real
de los Valois de Francia por su abuela, Margarita de Valois-Angulema, y por
su tatarabuela, la princesa de Francia Magdalena de Valois; y además Enrique
IV de Francia enlazó matrimonialmente con la Casa real de los Valois cuando
se casó con la princesa Margarita de Valois, duquesa de Valois; por lo que el
último rey de la dinastía Valois, Enrique III, designó a su cuñado como
sucesor suyo en el trono de Francia, marginando a su hermana Margarita de
Valois, en aplicación de la Ley Sálica. 4) Los
Valois-Borgoñas y sus descendientes los reyes o emperadores de la
dinastía de los Austrias. ++++++++++++ Fue el abad
Claude Carlier el primero en detallar completamente el linaje de los condes
de Valois, generación por generación, si bien con algunas imprecisiones y con
pequeños errores que otros autores posteriores han subsanado, como Jean-Marie
Tomasini, quien dice lo siguiente: "Se ha creído desde hace tiempo que los condes de Amiens, del
Vexin y de Valois eran descendientes de Carlomagno por Bernard de Italia. Las
recientes investigaciones de los genealogistas han permitido saber que esos
condes descienden también de Carlomagno por las mujeres; pues la madre del
primer conde identificada, que se llamaba Héluise, fue la nieta de Luis el
Piadoso, hijo de Carlomagno. El primer conde indudable poseedor del condado
de Valois fue Raúl de Gouy. Su biografía es mal conocida. Es originario de
Gouy en Arrouaise en la frontera del Cambresis. Se casó con Hildegarde,
sobrina del conde Hermenfroi de Amiens que debió ser conde de Vexin y de
Valois. Hildegarde le dió dos hijos: Raúl y Gautier. Murió en 926. Un
conjunto de apariencias lleva a deducir que Raúl de Gouy heredó las
posesiones de Hermenfroi...Tras la muerte de Raúl de Gouy tuvo lugar una
lucha para apoderarse de sus tierras. Herbert de Vermandois se apoderó del
país de Amiens y probablemente también del Vexin. El hijo mayor de Raúl,
llamado también Raúl, solo pudo mantener el Valois; pero guerreando por
recuperar su herencia falleció en 943...Le sucedió su hijo Gautier I de
Valois quien posteriormente recuperó los condados de Vexin y de
Amiens...". Lo que dice Tomasini es
cierto para los condes de Amiens y de Vexin, pero ese historiador parece
ignorar que los condes de Valois descienden también de Carlomagno pero por
vía masculina, como bien afirmó Carlier, porque Adela de Senlis, que se caso
con Gautier II el Blanco, era hija de Bernard II de Senlis, conde de Valois y
de Senlis, y nieta de Bernard I de Senlis, conde de Valois y de Senlis, y
biznieta de Pepin II de Italia o de San Quintin, conde de Vermandois y señor
del Valois, y tataranieta del rey Bernard de Italia.
Efectivamente el carolingio rey de Italia Bernard era nieto de
Carlomagno e hijo del rey Pépin I de Italia. Cuando en 818 murió trágicamente
el joven rey Bernard, ajusticiado por su tío el emperador Luis el Piadoso,
dejó un único vástago: Pepín II de Italia o de San Quintín, conde de Vermandois
y señor del Valois. Para Carlier, el primer conde carolingio de
Valois por vía paterna fue Pépin III Berenguer de Senlis, hijo segundogénito
de Pépin II de San Quintin o de Italia, conde de Vermandois y señor del
Valois. Pépin III Berenguer de Senlis nació en el año 846 y fue conde de
Valois, de Bayeux y de Senlis. En
definitiva, los primeros condes de
Valois son Carolingios porque descienden del emperador Carlomagno tanto por
vía masculina como por vía femenina. El conde de Vermandois y sr. del
Valois Pépin II de Italia y San Quintín fue, por vía directa paterna, el
patriarca de una antigua estirpe carolingia que se renovó prestigiosamente en
los condes de Vermandois y/o de Valois. En efecto su hijo primogénito,
Herbert, prolongó el linaje de los condes de Vermandois, mientras que Pépin
III Berenguer de Senlís, su hijo segundogénito, fue el primer conde de la
región del Valois, que se separó del Vermandois a finales del siglo IX.
Por tanto, los condes de Valois y los condes de Vermandois, al ser de la misma estirpe originaria carolingia, han
estado muy unidos durante siglos. Pero hay que subrayar también que de los condes de Valois y de Vermandois descienden los primeros
Capetos reyes de Francia, como
se comprobará más adelante en dos cuadros genealógicos significativos. Además, hay que tener en cuenta que, poco
tiempo después de que el conde de Valois Simón de Crépy se consagrase a Dios haciéndose
monje, falleció su hermana y heredera Adela, condesa de Valois; por lo que su
sobrina Adela heredó el título y el dominio del condado de Valois, y
posteriormente esta joven condesa, tras heredar también el condado de
Vermandois al fallecer su padre, se casó con el Capeto príncipe Hugo 'el
Grande', en cuyos vástagos confluyeron dos potentes linajes:
Valois-Vermandois y Capetos. Entre los
condes de Vermandois y de Valois, y los reyes capetos existieron estrechas
relaciones de parentesco, pues algunos miembros de las familias de los
condes de Valois-Vermandois y de los Capetos se unieron en matrimonio en
varias ocasiones, principalmente a través de los condes de Champagne y de los
condes de Vermandois. Príncipe Hugo de Francia,
conde de Valois, de Vermandois y de París Fuente: Las
Cruzadas-WordPress.com Con
el enlace matrimonial entre Adela, condesa de Valois y de Vermandois, y el
Capeto príncipe Hugo el Grande, conde de París, hijo de Felipe I de Francia y
de Ana de Kiev, el linaje de los Valois se integró en el regio de los Capetos
y se consumó el fin del carolingio linaje directo de los condes de Valois-Amiens
y la historia de su creciente dominio territorial; pero entonces el Valois se convirtió en un rico principado integrado ya en el
dominio de los Capetos, enriquecido con los extensos feudos territoriales de
los Valois-Vermandois. En definitiva, en el siglo
XII el primer linaje de los
Valois-Amiens se unió al de los reinantes Capetos, formando el nuevo linaje de los
Valois-Vermandois-Capetos. Posteriormente, en 1213, este segundo linaje de los Valois se
extinguió por ausencia de sucesión filial; pero su poderoso condado y sus dominios
territoriales fueron heredados por sus más próximos parientes, los reyes Capetos
de Francia, que integraron el condado de Valois en su dominio real con la
categoría de 'principado'. Un siglo más tarde, el linaje de los Capetos-Valois se engrandecería más aún con un miembro destacado de la casa de Francia, que fue
el príncipe Carlos, emperador nominal de Constantinopla y conde de Valois,
hermano del rey de Francia Felipe IV porque, cuando en 1328 murieron los hijos de este rey sin descendencia
masculina, el conde de Valois Felipe -hijo
primogénito del Capeto príncipe Carlos, que también fue conde de Valois-, se convirtió en el nuevo rey de los franceses, denominándose
Felipe VI de Valois, quien inauguró así la etapa de gobierno
de la dinastía de los reyes Valois de Francia: el tercer linaje de los Valois, que duró hasta finales del siglo
XVI, y de la que descienden los Valois-Borgoña: el cuarto linaje de los Valois, los Austrias y los Borbones,
entre otros. La dinastía Valois tuvo 13
reyes y duró hasta 1589, en que fue sucedida por sus parientes de
la Casa de Borbón. Príncipe capeto Carlos, conde de Valois Fuente: Wikipedia.org Como la dinastía real francesa de los Valois ha sido analizada y relatada por muchos historiadores, no es preciso que nosotros hagamos aquí un examen descriptivo de los reyes Valois franceses. Nos limitamos a mencionar alguna de las excelentes obras dedicadas a la historia de la dinastía de los Valois: - LES VALOIS Histoire d'une
maison royale (1328-1589) por Gaston Dodu. Librairie Hachette. Paris. 1934. - LES VALOIS. Por Georges
Bordonove. Ed. Pygmalion. Paris. 2010. - THE VALOIS. Kings of France.
1328-1589. Por Robert Knecht. Ed. Hambledon Continuum. Londres. 2007. - LES VALOIS.
Patrick Van Kerrebrouck. 1990. |
2) SEMBLANZA PERSONAL DEL EMPERADOR CARLOMAGNO, PATRIARCA DEL LINAJE DE VALOYS.
La obra que realizó el emperador
Carlomagno durante su fecundo reinado no fue una improvisación surgida de
repente. En efecto, como acertadamente ha puesto de manifiesto G. Bordonove en
la página 17 de su ya citada biografía: “Carlomagno no era un hombre
nuevo, sino un continuador. Procedía de un ilustre linaje. Sus antepasados, y
especialmente su padre, le legaron no solamente un reino e inmensas riquezas,
sino también los instrumentos que le permitieron triunfar; es decir, un
pensamiento político, una forma de gobernar y unas ambiciones claramente
definidas. Los caminos que debía seguir su reinado ya estaban trazados. Él fue
suficientemente inteligente para seguirlos y bastante bienaventurado para
extender su reino hasta alcanzar la dimensión de un imperio…Carlomagno recogió
los frutos de los trabajos realizados por los Pipínidos”..
Carlomagno
fue un hombre de su tiempo en su ideología y en sus comportamientos. Sin embargo él, que
vivió en una época en la que la fuerza primaba sobre el derecho, se impuso la
misión de hacer prevalecer la justicia y, tomando como base el universalismo
cristiano, reguló las relaciones entre los hombres e instauró una moral social
en el continente europeo que todavía rige algunos de nuestros comportamientos. Para conocer bien al Emperador en lugar de
centrarnos en su ideología, que hoy está anticuada y superada, expondremos
seguidamente su actitud vital y sus comportamientos que, a veces, llegaron a
ser heroicos.
La vida de Carlomagno
es en la realidad mucho más interesante y maravillosa que cualquiera de las
ficciones legendarias que se han publicado sobre el emperador “de la barba
florida”. El Emperador tenía una
personalidad compleja y su figura era multifacética, lo que complica la
tarea de sus biógrafos, pues sus facetas eran tantas, tan diversas e, incluso,
aparentemente contradictorias, que resulta casi imposible describir
certeramente y de forma exhaustiva a este polifacético protagonista.
Carlomagno es el prototipo del fundador carismático.
Pero ¿de qué fue fundador?. Él fue el creador de un conjunto de poderes
y de instituciones que, a pesar de las discordias y las disensiones que hubiera
entre ellos, siempre tenían en el emperador su referencia. Las autoridades y
las instituciones que proceden de él abarcan tanto al nivel local –monasterios
o condados, por ejemplo- como al nivel de los Estados –Francia, Alemania,…- y
al supranacional –la Cristiandad, el Imperio, Europa-.
Carlomagno fue una
persona de carne y hueso, con virtudes y defectos; aunque actualmente sea más
conocido como personaje que como persona. Era
corpulento y robusto, de estatura elevada pero no desproporcionada, pues se
sabe que medía siete veces la longitud de su propio pie. Medía aproximadamente
1,92 metros, una estatura muy elevada, sobre todo para su época. Tenía el
cráneo redondo, los ojos muy grandes y vivos, la nariz un poco más larga de lo
normal, una abundante y hermosa cabellera y el rostro agradable y alegre. Todo
ello le confería un gran aspecto de autoridad, majestad y dignidad.
Su
naturaleza robusta y fuerte se hizo más vigorosa por su continua práctica de
diversos deportes y ejercicios físicos, principalmente la natación al aire
libre en verano o en piscinas de agua termal el resto del año, la equitación y
la caza, siendo ésta su gran pasión.
Era
moderado en la comida y en la bebida, y lo era especialmente en la bebida
porque le horrorizaba la embriaguez en cualquier persona y, mucho más aún, en
él o en los suyos. En cambio, en las comidas no se veía capaz de ser tan parco
y a menudo se quejaba de lo mal que le sentaba a su cuerpo cualquier ayuno.
Para
el Rey era muy importante su numerosa familia patriarcal. Él
amaba apasionadamente a sus mujeres y a sus hijos. Carlomagno era un hombre dominante
y egocéntrico, que quería vivir rodeado de los suyos como si fueran su corona
de gloria, y la satisfacción egoísta que obtenía por ello obstaculizaba que
tuviera suficientemente en cuenta los sentimientos de sus familiares. No
le gustaba estar solo, tal vez porque necesitaba estar rodeado de las personas
amadas, sobre todo de su esposa, sus hijas y sus hijos. Tuvo sucesivamente
cinco esposas legítimas y simultáneamente varias concubinas.
Necesitaba
dormir poco. Por ello, a pesar de sus insomnios, se levantaba casi
todos los días a la misma hora. Para
compensar su déficit de sueño por el insomnio, solía acostarse y dormir un rato
más o menos largo, según lo que necesitase, a mediodía después de almorzar,
a veces solo de media hora; pero con frecuencia hacía siestas largas, de dos
o tres horas, especialmente en verano, que es cuando tenía más insomnio,
tal vez porque entonces hacía más calor y los días eran más largos que las
noches. En las siestas largas se quitaba la ropa y el calzado, como hacía al
irse a dormir por las noches.
En
el trato con sus palatinos se mostraba como era: amable, relativamente sencillo y
acogedor, pues conversaba con ellos afablemente. Su fama de seductor
y de que sabía cómo hacer amigos con facilidad era bien merecida. Además, los
que lo acompañaban no se aburrían con él porque era un ameno conversador. Era espléndido y magnánimo, por lo que su
generosidad y su munificencia fueron universalmente reconocidas.
Practicó
escrupulosamente y con suma devoción la religión cristiana.
Mientras su salud se lo permitió, acudía regularmente a la iglesia por la
mañana y/o por la tarde, y también asistía a los oficios nocturnos. Carlomagno
se entregó con gran dedicación a socorrer a los pobres. En la vivencia de su fe
actuó auténticamente, sin hipocresías, aunque procuraba dar buen ejemplo.
Con
las debilidades humanas era indulgente, porque sabía que todos somos pecadores.
Sin embargo, aunque no era un puritano, sí que le gustaba que todos fuesen
buenos cumplidores de sus obligaciones religiosas, pero sin caer en minucias ni
escrúpulos.
Estaba
dotado de una gran facilidad de palabra y sabía
expresar con la mayor claridad todo lo que quería, con tal soltura que incluso
podía llegar a parecer algo locuaz. Cultivó con gran entusiasmo las artes
liberales y colmó de grandes honores a los que las enseñaban, pues sentía
por ellos un profundo respeto.
Su
curiosidad intelectual y su afán de saber hacían que buscase con avidez la
compañía de los doctos para tener el placer de charlar con ellos y escucharlos
gustosamente, sin que ello le cansara o hastiase. Además, dándose cuenta de la
ignorancia en la que él había vivido inicialmente, hizo un esfuerzo inaudito
para salir de su incultura y decidió asistir, a pesar de ser un rey muy
atareado, a la escuela palatina de Alcuin como alumno, ¡a los cuarenta años!,
y acabó aprendiendo las disciplinas que le hacían falta: la retórica, la
dialéctica, la aritmética y la astronomía. Carlomagno
no cesó jamás de aprender, a lo largo de su vida.
Finalmente
consiguió ser una persona muy bien instruida para su tiempo, hablando el latín
como su propia lengua, comprendiendo el griego y poseyendo, gracias a sus
investigaciones y a los regalos de sus amigos, una biblioteca palatina llena de
libros. Carlomagno, un aprendiz escolar de vocación tardía, se convirtió en
un rey sabio. Así tuvo autoridad moral para exigir a sus súbditos que ellos
fuesen también a la escuela y se dejasen instruir.
Carlomagno
fue también el promotor del Renacimiento cultural en su Imperio. El
Renacimiento cultural no se limitó a la cultura clásica y a las artes
liberales, pues se extendió también a otros dominios, singularmente a la
arquitectura.
Los frutos del Renacimiento cultural
fueron visibles y duraderos en la vida social y en el funcionamiento de la
administración real y de la justicia, pues todos se beneficiaron de la
generalización del uso de documentos escritos. Los tribunales impartieron
justicia conforme a unas leyes y normas escritas conocidas por todos (de
general conocimiento), lo que aumentó la seguridad jurídica en los contratos y
en las transacciones comerciales.
La
semblanza humana de Carlomagno puede resumirse en los siguientes rasgos
característicos: una condición
física excelente que le permitió desplazarse por Europa activamente durante
más de cuarenta años interviniendo en infinidad de asuntos; una piedad sincera que se encuentra en
todas las manifestaciones de su comportamiento, público y privado; una cultura general, a la vez profana y
sagrada, que no cesa de agrandarse con el transcurso del tiempo hasta alcanzar
la sabiduría; y un gran carisma o
capacidad de seducción en el que cayeron sus parientes, sus amigos y los numerosos
extranjeros a los que recibía en la Corte.
Todas
estas virtudes son verdaderamente propias de un gran rey; pero, además, hay que
subrayar que, en gran parte, fueron queridas y fomentadas por él mismo, pues su virtud dominante era su gran fuerza
de voluntad; ya que cuando se empeñaba en algo ningún obstáculo era capaz
de disuadirlo, ni siquiera en la adversidad, pues su tenacidad le permitía
sobreponerse a las desgracias.
Tenía
gran dominio de sí mismo y conservaba la calma siempre, porque no se dejaba abatir
por los reveses ni embelesar por la fortuna. Por último hay que subrayar una
cualidad que distinguía su carácter y que influía en sus acciones: la prudencia o sabiduría práctica.
En
fin Carlomagno fue también el supremo jefe de la guerra y un devoto servidor
de la Iglesia, pero sin exceso de celo; ejercía la prerrogativa judicial en
última instancia, y la ejercía de un modo implacable, sin que el derramamiento
de sangre le arredrara; al mismo tiempo, gobernaba
y administraba un gran reino con una prudencia meticulosa; era tenaz hasta el heroísmo y mostraba para el mando una energía ante la
que no valía la contradicción; pero, a la par con ello, sabía ser un patriarca para sus súbditos.
Poseía un gran talento de administrador, atento a todos los detalles.
Escudo del emperador Carlomagno
En cuanto a su función real Carlos conocía bien
su origen, su naturaleza y su alcance. Como
soberano absoluto era legislador y juez supremo. Su realeza, además de ser
absoluta, era también sagrada porque había recibido la santa unción del papa
Esteban II en la abadía de San Denis, por lo que reinaba por derecho divino.
Había sido elegido por Dios y su poder soberano le venía de Dios.
La alianza entre la Iglesia
romana y el rey de los Francos obligaba a Carlomagno, patricio de Roma ungido
por el Papa, y a su nación, a ser “el brazo armado de la Iglesia”. El Papa dio la
primacía entre los monarcas occidentales al rey de los Francos como protector
de la Cristiandad y como responsable de su expansión entre las naciones paganas
europeas, razón por la que tenía que guerrear para cristianizar a los sajones, a
los eslavos y a los musulmanes hispanos, entre otros pueblos.
Además de la
reconquista de la Marca Hispánica en España, las principales guerras que hizo
Carlomagno fueron:
- Las que hizo contra los Sajones (que
fueron las más feroces y duraderas).
-
La conquista de Lombardía y la pacificación del centro y sur de Italia (el
bizantino ducado de Benevento).
-
La de la incorporación de Baviera.
- La guerra contra los Avares del Danubio.
El
papa Adriano I quería que invadiese España y que expulsara violentamente a los
moros de las tierras que ocupaban, para restablecer allí el cristianismo. Con
esa finalidad en el año 778 Carlomagno invadió España con un ejército 'internacional',
porque su reconquista era una empresa común de los cristianos contra los
infieles musulmanes en la que, junto a las tropas francas, lucharon también
borgoñones, lombardos, aquitanos, provenzales y septimanos.
El ejército de Carlomagno se dividió en dos grandes
cuerpos: el oriental, que invadió España por la Vía Augusta gerundense,
comandado por su valeroso primo Guillermo de Toulouse; y el occidental, que
mandó el propio rey personalmente y que entró en tierras hispánicas por los
Pirineos navarros. Ambos cuerpos de ejército se reunificaron en Huesca y
avanzaron hasta Zaragoza, pero no pudieron apoderarse de esta plaza. En el regreso a Francia por los Pirineos de
Navarra, las tropas francas de Carlomagno fueron atacadas en su retaguardia en
el puerto de Roncesvalles.
En
el año 785 las tropas septimanas y francas se apoderaron de casi toda la provincia
de Gerona y crearon gloriosamente la
Marca Hispánica. En 801 conquistaron Barcelona. En los años siguientes
prosiguió la reconquista franca de los territorios catalanes hasta que en 811, con la caída de Tortosa, se logró
la reconquista de casi todo el territorio de la actual Cataluña.
En
Navarra la primera ofensiva franca se llevó a cabo a finales del siglo VIII con
la colaboración de los asturianos. En el 799 el partido pro-franco de los
Velascos se hizo con el poder asesinando al gobernador sarraceno de Pamplona.
En 802 los aquitanos fundaron el condado de Aragón, que tenía a la pirenaica
Jaca como capital y a Oriol como su primer señor.
Al
morir Carlomagno en 814 la Marca Hispánica se extendía por la mayor parte de la
Cataluña actual y por los Pirineos desde el Mediterráneo al Atlántico, pues por
allí solamente quedó un foco de resistencia sarracena en Huesca. Su
sueño de reconquistar la España musulmana del norte de la cuenca del Ebro ya se
había cumplido, en gran parte.
Sus contemporáneos
daban a Carlomagno el calificativo de 'pacífico', a pesar de ser un victorioso
guerrero. No debemos sorprendernos de ello porque, en la forma de
hablar del siglo VIII, 'pacífico' no significaba que fuese enemigo de guerrear,
o sea, un pacifista, como se diría actualmente; sino que el emperador era el
guardián vigilante de la unión pacífica y justa entre sus súbditos, una de sus
preocupaciones esenciales, porque para
él la paz debía ir asociada con la concordia y la justicia. Él proclamaba
la necesidad de la concordia y de la paz entre todos sus súbditos, y les
animaba a que fuesen caritativos, hospitalarios y a que no cometiesen
injusticias con nadie.
Fue
coronado emperador en Roma por el
papa León III en la Navidad del año 800 y como tal ejerció una dominación
imperial carismática, personalísima. Pero ¿de qué era emperador?. De
Roma no, aunque sí en apariencia. En realidad fue titular del Imperio Cristiano, que se
concretó en el Imperio de Occidente de Europa (El Imperio de Oriente era
Bizancio) al que dio unidad jurídica y social como fundador del núcleo político de lo que sería Europa. Efectivamente, el emperador
implantó un modo de convivencia en el continente europeo que pervive en buena
parte. Carlomagno, ante la diversidad de los pueblos que integraban aquella
Europa, supo llevar a cabo un proyecto de civilización común, que tenía
en cuenta los principios cristianos, desarrollando un ideal colectivo
unificador.
Además el
modelo carolingio de Europa ha configurado la denominada cultura occidental que
se extendió a una gran parte del mundo.
En
“Karolus Magnus et Leo papa”, un poema atribuido tradicionalmente a Angilbert,
uno de los 'miembros' de la academia palatina de Aquisgrán, Carlomagno es
calificado en varias ocasiones de faro de Europa y de padre de Europa.
Carlomagno fue un líder carismático capaz de construir una gran Europa
civilizada, justa y pacífica.
Carlomagno
murió, pero su memoria permanece y su obra sigue vigente por su carácter
modélico.
Efectivamente, no se puede considerar que su destino se acabó cuando en enero
de 814 el anciano emperador se extinguió. Personaje de leyenda, héroe frecuente
en los relatos de gesta, él es también un legado que se reparten o se disputan
los gobernantes, los clérigos, los principales linajes.
El emperador es
considerado como fuente de legitimidad, como ejemplo de trayectoria política y
como modelo de comportamiento moral, pues incluso fue “canonizado” por el antipapa Pascal
III en 1165.
Estatua de "San" Carlomagno en el museo de la catedral de la carolingia Gerona
El Imperio carolingio fue el núcleo originario de la Europa política, y el emperador -que fue el primero de los europeos-, ha llegado a ser prototipo de rey sabio y ejemplar. Su obra pervive actualmente.
Al morir Carlomagno, y conforme a sus previsiones sucesorias, le sucedió como emperador su hijo Luis, que sería denominado “el Piadoso”. Después del año 821, al irse generalizando la anarquía en el Imperio se intensificó la disolución del poder y del concepto imperial. Luis “el Piadoso”, por su pusilanimidad, fue el principal responsable de su derrumbamiento. Finalmente Luis “el Piadoso” murió también el 840, después de un reinado nefasto. Tras su fallecimiento sus hijos intensificaron más aún, si cabe, sus luchas fratricidas con la consiguiente descomposición del Imperio carolingio. En agosto del 843, cerca de Verdún, llegaron a reconciliarse y firmaron un Tratado que consagró el desmembramiento de los territorios que integraban ese Imperio. El Tratado de Verdún puede considerarse como el acta de nacimiento de la Europa de los Estados.
El
Imperio carolingio sirvió de fundamento a otros imperios que habían de abarcar
el continente. El poder central fundado
por Carlomagno podía desaparecer, pero los pueblos que englobaba y la
civilización común europea creada por él estaban llamados a sobrevivirle.
En el desmoronamiento del Imperio carolingio se consiguió
preservar lo esencial, que eran los
valores intelectuales y espirituales que había promovido Carlomagno y que se
concretaron en una manera común de ser, de creer y de pensar: la que caracterizaba, y todavía caracteriza, a lo que llamamos
Europa: una fraternidad sin
fronteras, basada en una síntesis armónica entre el humanismo, la
espiritualidad y el racionalismo.
Carlomagno fue tan
extraordinario que es reclamado como propio por muchas naciones; pues no perteneció a una sola, sino a todas y a
cada una de las existentes en la Europa occidental cristiana de su tiempo.
============
3) LOS CAROLINGIOS CONDES DE VALOIS Y LA PERVIVENCIA DEL CONDADO DE VALOIS INTEGRADO, COMO 'PRINCIPADO', EN LA CASA REAL DE FRANCIA.
Los primeros condes de Valois son
Carolingios porque descienden del emperador Carlomagno tanto por vía masculina como
por vía femenina, lo que se puede observar en el siguiente cuadro genealógico:
ORIGEN Y GENEALOGÍA DE LOS VALOIS
I) LOS
CAROLINGIOS CONDES DE VALOIS-AMIENS
Carlomagno, emperador y rey de los Francos, 742-814
|
|-------------------------------------------------------|
Judith de Baviera + Luis el Piadoso, emperador,
778-840 Pépin
(Carloman), rey
de Italia, 773-810
| |
Gisela
de Francia, 819-876 + Eberhard de Friouli Bernard, rey de Italia,
797-818
|
|
Hucbald,c.de Ostrevant,850-890
+ Heluise
o Helvide de Friouli, -895 Pépin II de Italia o de S.Quintin
|
c.
de Vermandois y señor del Valois, 817-878
|
|
Hildegarde de Amiens +Raúl I sr.de Gouy,890-926 Pépin III Berenguer, c. de Valois,
Senlis y Bayeux, 846-893
hija de Ermenfroi de Amiens, |
conde
de Valois
|---------------------------|
c.de Amiens, Vexin y Valois |
|
|
|-----------------| Rollon, 860-933 + Poppa deValois Bernard I, ...-927
| | dq. de Normandía | c.de Senlis y Valois
|Raúl
II, c.de
Valois, -943 |------------| |
Gautier I, c.de
Amiens,Valois y Vexin, 922-995 | |
|
+ Adele de
Anjou Guillermo+Adele
(Gerloc) Guillermo+Sprotta de
Senlis-Valois |
| dq. de Aquitania | de Normandía dq. de Normandía ca900-942 |
| |
| |
| Adelaida +HUGO
CAPETO Adele de +Bernard II c.de Valois
| de Aquitania
| rey
de Francia Normandía| y de Senlis
|
| 941-996 |
Gautier II deValois,c.de Valois,
Vexin y Amiens 966-1060 | + Adele de Senlis
| |
Roberto II 'el Piadoso' rey de Francia Raúl III de Valois + Adele de Nanteuil
|
c.de Valois, de Amiens y |
sra.deNanteuil-le-Haudouin
|
sr. de Crépy, 985-1060 | 992-1051
|---------------------------------|--------------------|--------------------------------------|
Thibaud I de Valois Crépy | Raúl
IV de Crépy, 'el Grande' + Adele
sr.de Nanteuil-le-Haudouin y del
castillo de Crépy | c.de Valois, Vexin, Amiens y Vitry,
1010-1074 | de Bar-sur-Seine
| |
|-----------------------|---------| cdsa.de Montdidier
| Ana de Kiev+Enrique I | |
Adam 'el Rico' de Valois Crépy rey de Francia San Simon de
Crépy
Adele
deValois+Herbert IV
sr.de Nanteuil-le-Haudouin y del
castillo de Crépy | c.de Valois cdsa.deValois |c.deVermandois
| |
|-------|
Thibaud II de Valois Crépy + Isabel
Hugo'el Grande'Capeto'+ Adele de Vermandois Eudes de
sr.de Nanteuil-le-H.y castillo de
Crépy |deChâtillon c. de Paris y de Chaumont | cdsa.de
Valois
y de Vermandois
|
|Vermandois,1062-1124 el insensato,1068-...
|-------------|
|--------|
| 2) LOS CONDES DE
VAL|OIS-VERMANDOIS-CAPETOS
|
|
Henri I + Isabel de Raúl
V Capeto-Valois-Vermandois+Eléonore
+Petronila de +Laure
sr.de Châtillon sur |Valois-Crépy c.de Chaumont, Valois y Vermandois,
...-1152 |
de Blois | Aquitania de
Marne,1080-1116 | sra.de Nanteuil-le-H.
coregente y senescal de Francia | 1104-1141 |
1123-... Alsacia
|
| |-------------|
Thibaud III de Valois Crépy +
Clemence Hugo de
Vermandois Raúl VI Alienor
Capeto
sr.de Nanteuil-le-H.y del castillode
Crépy |de Bar-le-Duc (S.
Felix de Valois) el Leproso cdsa. de S. Quintín y
|------------------------------| 1127-1212 ...-1167 del Valois ...-1213
|
| |
|Helwide-Heilwich de +Gaucher
deValoys Crépy (Al morir la
condesa Alienor Capeto sin sucesión,
|
|Ferrette-Bar Mousson|-------| heredó el cdo. de Valois el rey Felipe II Augusto, su más próximo
pariente) |
Felipe I de Valois Crépy | 3) LOS REYES VALOIS (de Capetos)
sr.de Nanteuil-le-Haudouin Vincent
de Valoys Crépy + Isabeau de Senlis |
y del castillo de Crépy sr.de Jabaloyas (Teruel) y alcaide de Alpuente FELIPE VI de VALOIS
1160-... caballero cruzado en España, 1185- h.
1250
rey de Francia en 1328-1350
_____________
Como puede
observarse en el anterior cuadro genealógico, del carolingio Bernard, rey de
Italia, desciende el antiguo linaje de los condes de Valois y de Vermandois, pero no los condes de Amiens y Vexin,
pues estos proceden inicialmente por vía materna. Los Valois, sobre todo en
los tres siglos que reinó su Dinastía, fueron protagonistas destacados de la
historia de Francia.
Pépin II de Italia o de San Quintín, conde de Vermandois y señor del Valois
En el último cuadro genealógico puede verse
también que el primer señor carolingio de la región francesa de Valois, por vía
paterna, fue Pepín de Italia o de San Quintín, conde de Vermandois. Los
siguientes señores o condes de Valois o de Crépy-en-Valois son los que se
detallan seguidamente en el linaje que se relaciona a continuación:
LOS CAROLINGIOS DIRECTOS SEÑORES O CONDES DE VALOIS
1) Pépin II de Italia o de San Quintín, conde de Vermandois y
de Valois (817 -878).
2) Pépin III Berenguer, conde de Senlís, de Valois y de Bayeux
(847-893).
3) Bernard I, conde de Senlís y de Valois (875-927).
4) Bernard II, conde de Valois y de Senlis (915-956).
5) Adela de Senlis, condesa de Valois (956-1012), casada
con Gautier II “el Blanco” conde de Valois, Amiens, Vexin y Mantes
(949-después de 998)
Pépin
III Berenguer de Senlis, c. de Senlis, de Valois y de Bayeux
6) Raúl
II conde de Valois y Crépy, de Amiens, de Vexin y de Vitry (980-1030) c.c.
Adela de Breteuil sra. de Nanteuil-le-Haudouin (992-1051), que tuvo tres hijos:
- Raúl
III “el Grande” de Crépy, conde de Valois, Amiens, Vexin y Vitry (1010-1074).
- Thibaud
I de Crépy-Nanteuil.
- Alice
de Valois, esposa de Thibaud III conde de Champagne, Blois y Troyes, antepasado
de los reyes de Navarra de la Casa de Champagne.
++++++++++++
De Pépin III Berenguer de Senlis, conde de Valois, de
Senlis y de Bayeux, así como de su hija, Poppa de Valois, descienden los
Capetos reyes de Francia, como se demostrará más adelante, en el capítulo IV,
1. Por ello, voy a dar seguidamente algunos datos más sobre la distinguida
Poppa de Valois, la duquesa de Normandía. Nació en el año 872 y falleció el 11
de agosto de 930, cuando tenía 58 años. Con su esposo el normando duque Rollon
Rognvaldsson tuvo dos hijos: Guillermo 'Larga espada', que se casó con Sprotta
de Senlis-Valois; y Adela (Gerloc), esposa de Guillermo, duque de Aquitania.
Poppa de Valois fue enterrada en la catedral de Nuestra Señora de Ruan, en
Normandía.
Fuente ornamental coronada con una estatua de la duquesa Poppa de Valois,
que se halla en la plaza De Gaulle, de Bayeux, en Normandía
Fuente: flickr.com
Con el enlace matrimonial entre Poppa de Valois y el
normando duque Rollon se estableció una firme y duradera alianza de sangre
entre los linajes de los condes de Valois y los duques de Normandía que duró
varias generaciones, pues se casaban entre ellos: el hijo de Rollon y Poppa,
Guillermo, se casó con Sprotta de Senlis-Valois, hija del hermano de Poppa,
Bernard I de Senlis, conde de Valois. Despues también se casaron entre si sus
respectivos hijos: Adela de Normandía con Bernard II de Senlis, conde de
Valois. Por lo tanto, entonces hubo un gran parentesco, amistad y cooperación
entre las familias de los duques de Normandía y la de los condes de Valois,
fortalecida más todavía por su buena relación con sus parientes Robertinos y
primeros Capetos, en una época en la que esos grandes señores feudales eran
cuasisoberanos en sus principados y en otros dominios.
Adela de Senlis,
la hija de Adela de Normandía y del conde de Valois Bernard II de Senlis, compartió su condado de Senlis con su marido
Gautier II, conde de Valois, Vexin, Amiens y Mantes; quien transmitió a su
inmediato sucesor, llamado Raúl, un principado de gran extensión y riqueza. Además, al casarse con Adela de Breteuil, Raúl
III aumento su dominio porque Adela aportó como dote el condado de
Nanteuil-le-Haudouin. Al fallecer el conde Raúl III repartió su territorio
entre sus dos hijos varones: a Raúl IV le correspondió el condado de Valois, y
a Thibaud I le adjudicó el condado de Nanteuil-le-Haudouin y el
castillo-fortaleza (donjon) de
Crépy-en-Valois.
Posteriormente, como
ya se ha mencionado anteriormente, la unión familiar entre los reyes Capetos de
Francia y los condes de Valois se hizo mayor todavía cuando en el siglo XI se
casó Adela, condesa de Valois y de Vermandois con el príncipe Hugo 'el Grande',
hijo del rey Enrique I de Francia y de la reina Ana de Kiev; por lo que los
siguientes condes de Valois, que también eran Capetos, se integraron jurídicamente
y de hecho en la Casa real de Francia. Por ello, cuando en 1213 murió sin
sucesión Alienor Capeto y Valois-Vermandois, la condesa de San Quintin y señora
del Valois, su herencia pasó integramente a su pariente más próximo, su primo
el rey Felipe II Augusto de Francia, y el título de conde de Valois se integró
en el dominio real. A partir de entonces el Valois se convirtió en un
'principado', del que fueron titulares generalmente ciertos príncipes de la
Casa de Francia.
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El más importante de los Carolingios condes de
Valois-Amiens fue Raúl IV de Valois 'el Grande', también conocido como Raúl de
Crépy, que fue un conde ambicioso, osado y guerrero; pero también romántico y
apasionado, con una personalidad arrolladora. Su condado de Valois le pareció poca cosa
para él, pues su ansia de poder era ilimitada. Un cronista de su época,
Guibert, abad de Nogent sous Coucy, le retrató asi: "Tanta fue la potencia del conde Raúl que fue famoso por toda
Francia: fue conquistador de muchas villas y de muchos castillos, tras haberlos
codiciado astutamente; de lo que son testigos muchas personas que viven todavía
y que recuerdan sus gestas. Para evaluar su grandeza, será suficiente tener en
cuenta que hasta llegó a casarse con la esposa del rey Enrique I, al quedarse
viuda." Raúl fue un vasallo leal del Rey, al que defendió siempre que
fue necesario. Por ello el conde acabó siendo uno de los personajes dominantes
en la corte real.
Raúl IV se casó
inicialmente con Adela de Bar-sur-Aube, que le aportó en dote los señoríos de
Vitry y de Bar-sur-Aube y que le dio cuatro hijos: Gautier, Simón, Alix y
Leonor. Posteriormente, heredó de su tio Dreux, cuando falleció, los condados
de Amiens y de Vexin, con lo que se convirtió en un gran señor feudal. Tras
enviudar de su esposa Adela, volvió a casarse con Haquenez, perteneciente a la
familia de los condes de Champagne, que le aportó una generosa dote. Pero como
era un ambicioso y experto guerrero también aprovechó todas las ocasiones que
tuvo para anexionarse, violentamente o no, muchas ciudades y castillos
señoriales. Como era el más prestigioso de los generales del ejército
real, el rey Enrique le convocó a la guerra en Corbie en 1065 y,
posteriormente, puso sus tropas al servicio del Rey para, tras la sucesión del
conde de Flandes, emprender una campaña contra Balduino donde,
desgraciadamente, murió su hijo primogénito Gautier. Por ser el hombre de confianza
del Rey estuvo presente en los acontecimientos principales de la corte. Fue
encargado por el Rey de acoger a la princesa Ana de Kiev cuando, desde las
tierras lejanas de Rusia, llegó a Francia para esposarse con Enrique I. El 23
de mayo de 1059 estuvo en Reims en la consagración real del príncipe Felipe,
donde Raúl acabó siendo citado el primero entre los magnates del reino. Efectivamente,
en el acta de consagración del príncipe
Felipe, el conde de Valois Raúl IV fue mencionado tras el rey de Francia, la
reina y el príncipe, como el principal noble del reino. Sus posesiones
territoriales eran inmensas y su principado era un dominio muy extenso, superior
al que tenía el propio Rey. Entonces, en Francia, el territorio comprendido
entre los ríos Sena y Somme se dividía en tres partes que pertenecían a las
tres personas más importantes del noreste de Francia: el Rey, el conde de
Valois y el conde de Champagne. Pero Raúl fue famoso no solo por la grandeza de
sus feudos y sus posesiones; también por su fogosidad y su osadía, tanto en la
guerra como en los asuntos amorosos.
El rey capeto Enrique I de Francia tuvo cuatro hijos de su esposa, la rusa Ana de Kiev: el mayor nació al cabo de un año después de la boda, y por deseo de la reina llevó el nombre de Felipe. Nadie hasta entonces se había llamado así en la corte de Francia. De hecho, no era un nombre usual en todo Occidente. Poco después nacerían otros hijos del matrimonio: Emma, Roberto, y el menor de todos, el príncipe Hugo de Francia, quien se casó con Adela, condesa de Valois y de Vermandois, nieta del conde Raúl IV 'el Grande', uniendo así para siempre el linaje de los Valois con el regio de los Capetos.
Ana de Kiev, reina de Francia
El joven Felipe iba a reinar pronto en solitario: su padre falleció al verano siguiente de la consagración de su hijo en la catedral de Reims, y entonces la reina Ana de Kiev se convirtió en regente en nombre de su hijo, que subió al trono como Felipe I. La reina contó con Balduino V de Flandes como co-regente.
Ana de Kiev se retiró con su hijo al castillo de Senlis, un lugar que le agradaba especialmente, donde la reina comenzó a organizar recepciones muy concurridas. Muchos señores de la corte y de alrededores de Senlis iniciaron la costumbre de visitarla, pues ella, que solo tenía 35 años, era todavía joven y muy bella, por lo que los nobles rivalizaban por cortejarla. Pero había entre ellos uno mucho más entusiasmado y osado que el resto, y casualmente era el que ella prefería entre todos. Se trataba de Raúl, el conde de Valois, uno de los señores más poderosos de Francia, quien acabó perdidamente enamorado de ella.
Finalmente decidieron casarse; pero había un grave obstáculo: Raúl ya estaba casado. Durante el transcurso de una cacería el conde Raúl realizó el que fue seguramente el más osado de sus gestos: se apoderó de Ana y la alzó a su propio caballo y así, juvenilmente entusiasmados, cabalgaron juntos hasta una iglesia, donde el conde ordenó al sacerdote que los casara. El rapto de la reina y su boda clandestina causaron gran escándalo en todo el Reino, pero ellos, enamorados, parecían no darse cuenta de la indignación que crecía en su contra. Entonces Raúl de Valois repudió a su legítima mujer con el pretexto de adulterio en 1062; pero su pobre esposa Haquenez, que no se sentía en absoluto culpable, pidió justicia al papa Alejandro II, quien encargó una investigación de los hechos a los arzobispos de Reims y de Ruan. Resultado: el Papa ordenó al conde Raúl que volviera con su legítima esposa y que despidiera a la reina; pero como su pasión era muy fuerte, el continuó su vida marital con Ana de Kiev, lo que provocó que el Papa dictara su excomunión y la nulidad del matrimonio con la reina. Nada de ello perturbó la eterna luna de miel de la pareja. Juraron no separarse nunca, y mantuvieron su palabra.
Indiferentes a la hostilidad que despertaba su unión, viajaban juntos por el Reino sin esconderse, hasta que al final consiguieron que la gente acabara por aceptarlos. A pesar de esta situación incorrecta, el rey Felipe I conservó un profundo cariño por su madre; por lo que se reconcilió con ellos y volvió a recibirlos en la corte al cabo de un tiempo.
En el catálogo
de las actas del reinado de Felipe I de Francia se hizo la mención de 'Reina
Ana' hasta 1063, pero a partir de su unión con el conde Raúl IV de Valois, ella
firmaba solamente con el título de 'madre de Felipe rey'.
La muerte de Haquenez permitió al conde
regularizar su situación y hacer que le fuera levantada la pena de excomunión.
Sin embargo, el conde de Valois murió excomulgado por segunda vez, por el modo
en que se había apoderado de las ciudades de Péronne y Montdidier, que habían
pertenecido a su repudiada esposa. Y fue precisamente en Montdidier donde murió
el 8 de septiembre del 1074. Entonces Ana de Kiev se refugió en la corte, junto
a su hijo el rey Felipe, que la acogió gozosamente; pero ella no intervino ya
nunca más en los asuntos de Estado.
La reina Ana falleció en Francia, probablemente en 1076, y se cree que fue enterrada en la abadía cisterciense de Villiers, cerca de La Ferté-Alais, donde se descubrió su tumba en 1682.
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Tras la
narración de la vida y hazañas del potente y belicoso Raúl IV 'el Grande',
conde de Valois, de Vexin y de Amiens, que compartió el poder amistosamente con
su pariente el rey Enrique I de Francia; ahora
relataré, como contrapunto, la extraordinaria vida y hazañas de Simón de Crépy,
otro famoso Valois nacido en 1048, el hijo y heredero del propio conde Raúl IV
de Valois quien, en contraste con el proceder de su padre, renunció al poder, a
la gloria, a las riquezas y al amor humano, y dedicó su vida a amar a Dios y a
servir al prójimo; y lo hizo con tal intensidad que alcanzó la santidad tras
una vida consagrada a restablecer la justicia y los derechos quebrantados por
los poderosos. Finalmente murió en Roma,
a los 32 años, en brazos del Papa Gregorio VII, quien le hizo los mayores
honores funerarios y mandó enterrarlo en el panteón papal. Más tarde, el Papa Urbano II hizo colocar el
siguiente epitafio en el sepulcro de San Simón de Crépy-en-Valois: "Del
linaje de la sangre real de Francia, abrazó la pobreza y abandonó su patria y
el siglo para amar a Dios, prefiriéndolo a todos los tesoros terrenos".
Desde luego, la vida de Simón de Crépy, conde
de Valois, es tan intensa y sorprendente, como ejemplar. Cuando
murió su madre, Adela, en 1053, como solamente tenía cinco años, fue enviado a la corte del duque Guillermo de
Normandía -pariente y fiel aliado de su padre, quien por conquista llegó a ser
rey de Inglaterra-, para que su esposa Matilde de Flandes, prima de los Valois,
lo tutelara y le diera una educación principesca y guerrera. Tras una intensa y
sólida educación militar y civil, Simón gozaba de la confianza y los favores
del duque Guillermo quien, a pesar de la juventud del conde de Valois, le llevó
consigo a las campañas bélicas que mantenía contra Felipe I de Francia, quien
había invadido tierras de Normandía. Allí permaneció Simón con el duque hasta
que cumplió 16 años, porque a esa edad se incorporó a la corte real francesa
donde tenía que ejercer el cargo de porta-estandarte del rey de Francia, un
privilegio que correspondía a la Casa de los Valois.
Cuando murió en Montdidier Raúl IV de
Valois, su segundogénito hijo Simón de Crépy-en-Valois, hijo del conde y de su
primera esposa Adela de Bar, que era un juvenil varón pacífico, más inclinado a
los ejercicios piadosos y a la vida monacal que a la guerra, se encontró dueño
de extensos dominios territoriales y de muchas y aguerridas tropas, como
titular de los feudos paternos. Dada su inmensa fortuna personal, Simón era el
más poderoso señor feudal de Francia, con un patrimonio superior incluso al
real de Felipe I. El rey de Francia
quiso aprovechar la ocasión para apoderarse de los enormes y ricos dominios del
conde de Valois, por lo que entonces el
joven heredero tuvo que enfrentarse valerosamente durante tres años a las
tropas reales hasta que consiguió derrotarlas; pero sus dominios quedaron
asolados y muchas de sus poblaciones destruidas en gran parte.
Mientras guerreaba para mantener intacto su
enorme patrimonio territorial, Simón reflexionó frecuentemente sobre el destino
eterno que tendría su malvado padre, quien murió excomulgado y fuera del seno
de la Iglesia. Cuando de nuevo se
restableció la paz en el Valois, Simón de Crépy emprendió la penosa pero
caritativa tarea de ir a recoger los restos mortales de su pecador padre Raúl
III, que habían sido enterrados en Montdidier para trasladarlos a la iglesia de
San Arnould en Crépy-en-Valois, donde serían inhumados para reposar allí junto
a sus antepasados y a la madre del joven conde Simón. Y sucedió que en el
largo trayecto el cadaver del conde entró en descomposición; pero, a pesar de
ello, su hijo estuvo velándolo toda la noche en solitaria meditación sobre lo
vanidosa y transitoria que es esta vida.
Por entonces, el joven conde de Valois firmó una carta de donación a
dicha iglesia de Crépy en la que decía lo siguiente: "Considerando que los
días de esta vida no son nada, y queriendo orientar mi alma a la contemplación
de la eternidad, por mi propia salud eterna y por la de mi terrible padre el
conde Raúl, yo he trasladado su cuerpo desde Montdidier, donde él reposaba,
hasta la iglesia de San Arnould, construida por sus antepasados y enriquecida
con sus dotaciones y las de los suyos, en Crépy".
Las reflexiones que hizo durante este
traslado de los restos mortales de su padre y la triste ceremonia final de su
definitivo enterramiento convencieron a Simón de la vanidad de las cosas de
este mundo y de la conveniencia de retirarse a un claustro monacal para llevar
allí una vida contemplativa rezando mucho por el alma de su padre. Con esa
finalidad decidió preparatoriamente peregrinar a Roma y visitar las tumbas de San Pedro y de San
Pablo y entrevistarse con el Papa. Sin embargo, cuando visitó al Papa en Roma,
el pontífice aconsejó a Simón de Crépy, contrariamente a sus propósitos, que
debía continuar administrando sus dominios y que debía parlamentar con su rival
y pariente, el rey Felipe I, para acordar la paz duradera que Francia
necesitaba.
Entonces, el joven y sensato conde de
Valois, obsesionado con su determinación de hacerse monje, no sabía cómo
renunciar a casarse con su prometida, la hija de Hildebert, conde de Auvergne y
de la Marche, hasta que, finalmente, decidió mantener una profunda conversación
con ella y convencerla para que también ella ingresara en un convento. Efectivamente, tras esa larga conversación
convenció de ello a su prometida y con tal fin, un buen día, los dos novios
huyeron juntos de la corte, pero no para casarse, como lo pensaban todos los
cortesanos, sino para entregarse a la vida del claustro. La joven quedó a buen
resguardo en un convento con las monjas, pero cuando Simón se dirigía a otro
monasterio para hacer lo propio, fue alcanzado por los enviados del Rey,
quienes le llevaron de nuevo a la corte. Allí,
el que fue su tutor, el duque Guillermo de Normandía, el futuro rey de
Inglaterra, le reveló que deseaba que se casase con su propia hija Adela, pues
no quería casarla con Alfonso VI, rey de León y de Castilla, que la había
demandado. Ante esa proposición, Simón alegó que entre ellos había una
estrecha consanguinidad porque era pariente suya en un grado no admisible para
la Iglesia y que, previamente, iba a ir a Roma para solicitar personalmente la
dispensa al Papa.
Efectivamente, enseguida emprendió su viaje
a Italia con una escolta de amigos caballeros, pero ni siquiera llegó a
recorrer la mitad del camino porque, como relató su biógrafo Aubry des Trois
Fontaines, a su llegada a la ciudad de Condal, en el Jura, se hospedó en la
abadía de Saint-Claude, y decidió tomar el hábito monacal para inmolarse como
Cristo. Posteriormente se retiró al monasterio de San Eugend. El ejemplo de un
tan gran señor feudal que despreció poder y riquezas asombró a todos, desde
Flandes a Normandía pasando por Francia, e incluso en Alemania.
Cuando
por fin Simón de Crépy profesó como monje, su hermana Alix, también conocida
como Adela o Hildebrante, que se había casado con su primo Herbert IV, conde de
Vermandois, entró en posesión del condado de Valois; pero los enormes
territorios integrantes de los feudos de Simón se repartieron entre los más
cercanos parientes de su hermano el conde. Las tierras de Vitry y de Bar-sur-Aube pasaron al
conde de Troyes. En cuanto a la iglesia de San Arnoul la confió a Hugo, el abad
de Cluny. El rey de Francia fue el gran
beneficiario de la retirada de Simón, porque Felipe se quedó con el Vexin
francés que se halla al oeste de Poissy, del rio Oise al Epte, que comprendia
las dos riberas del rio Sena, con Mantes y Pontoise. Efectivamente, el rey Felipe I de Francia,
hermano mayor de Hugo “el Grande” de Francia, futuro esposo de Adela de Valois,
la hija y heredera de la nueva condesa de Valois, adquirió el Vexin francés por
herencia de sus cercanos parientes los Valois, según dice Georges Duby[21] porque “lo
heredó en 1077 de los condes de Valois cuando su último vástago masculino,
Simón (san Simón de Crépy), después de haber rehusado obstinadamente casarse,
procrear, prolongar su linaje, se retiró a un monasterio...”.
Lo mismo que a muchos otros monjes
pertenecientes a la alta nobleza, los superiores y los familiares de Simón
insistieron para que emplease su influencia en arreglar discordias y
restablecer derechos. Hugo de Cluny le envió ante el rey de Francia para que
recuperase unas tierras que habían sido quitadas al monasterio y, asimismo,
intervino activamente para obtener la reconciliación entre Guillermo de
Normandía 'el Conquistador' y sus hijos. En Francia visitó Compiègne cuando se
transfirió el santo sudario a una nueva caja de oro, ricamente adornada, y
seguidamente entró en Normandía. Al paso del buen Simón "los hombres y las
mujeres, entusiasmados por la pureza de su rostro y la humildad de su alma,
decidieron seguir el mismo camino que él, y numerosísimas personas de ambos
sexos acabaron haciéndolo".
Cuando el papa San Gregorio VII, en
conflicto con el emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, decidió
concertar un acuerdo con Robert Guiscard y sus normandos que ocupaban parte del
territorio de Italia, mandó llamar a San Simón para que le ayudase en las
negociaciones. Estas concluyeron felizmente en la ciudad de Aquino, en 1080 y, desde entonces, el Papa conservó a su lado
a Simón para que, como extraordinario diplomático, le ayudase a resolver
contiendas. Simón de Crépy, con su humilde hábito de monje, llegó a prestar
muchos más servicios a la sociedad y a la Iglesia que si el conde hubiese
permanecido en el siglo rodeado de su numerosa corte francesa de caballeros
belicosos compañeros de armas.
Finalmente Simón murió el 30 de septiembre
de 1080, siendo todavía relativamente joven porque, sin duda, ya estaba maduro
para alcanzar una merecida santidad. Entonces, por deseo del papa Gregorio VII,
fue inhumado en el Vaticano, en el propio panteón de los Papas, con el
ceremonial de una sepultura apostólica. Allí recibió infinidad de homenajes,
tanto de la realeza europea como de su patria, una Francia que le veneró como
uno de sus mayores santos. La reina de Inglaterra, su piadosa prima Matilde,
envió a Roma el dinero necesario para costear un soberbio mausoleo en honor del
bienaventurado Simón de Crépy. El humilde fraile que, en vida, abrazó la
pobreza fue reconocido y venerado por todos como un gran santo.
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Otro personaje extraordinario fue Raúl V Capeto, conde de Valois y Vermandois, nieto del rey Enrique I, quien fue el primogénito de los siete hijos que tuvieron el Capeto príncipe Hugo 'el Grande' y su esposa Adela, la condesa de Valois y de Vermandois. Como Raúl V, el conde de Valois y de Vermandois, era primo hermano del rey de Francia Luis VI, entre ellos hubo siempre una entrañable amistad y mutua lealtad y confianza; por lo que Raúl V se dedicó exclusivamente al servicio de la realeza capeta pues, incluso al morir Luis VI en 1137, el conde de Valois y Vermandois continuó sirviendo al rey heredero Luis VII, también pariente suyo, con la misma intensidad y fidelidad absoluta que tuvo con su padre, Luis VI el Batallador. Raúl cabalgaba siempre junto al Rey, su primo y amigo inseparable.
Además de ser el principal guerrero del
Reino, Raúl V fue también un bienhechor piadoso. Efectivamente, leyendo los
relatos de su contemporáneos sobre las hazañas del conde de Valois y
Vermandois; sobre todo, la vida del rey Luis VI que escribió Suger, el abad de
San Denis, quien describe a Raúl V como un valiente guerrero, siempre fiel al Rey,
además de ser muy generoso con los centros religiosos; siendo siempre un señor
magnánimo y compasivo con sus vasallos.
Luis
VI, consciente de la valía de su primo Raúl V como guerrero, y teniendo en
cuenta su fidelidad absoluta, le nombró senescal de Francia; o sea, segundo
personaje del Reino, encargado de mandar el ejército real y de organizar y
vigilar a los funcionarios.
Desde el comienzo del siglo XII la transformación del armamento hizo necesario
el uso de los escudos de armas y uno de los primeros que se conoció fue el del
senescal: jaquelado de oro y azul; es decir color real, pues el oro y el azul
servían para identificar al rey y a su familia. Como jefe del ejército real
francés, el senescal llevaba la bandera roja de San Denis, enarbolada por
primera vez en la guerra de 1124 contra el emperador alemán.
Cuando la Cristiandad estuvo revuelta por
los sucesos habidos en Roma por la muerte del papa Honorio el 3 de febrero de
1130, el papa Inocencio II tuvo que refugiarse en Francia porque Luis VI lo
reconoció como legítimo pontífice, y el Papa residió en Francia todo el año
1131, viviendo de forma itinerante, sin apenas recursos. Entonces se instaló en
Crépy-en-Valois como huesped de Raúl V y residió allí en su castillo condal durante
mucho tiempo.
Un gran concilio tuvo lugar en Reims del 18
al 26 de octubre de 1131, con asistencia de 13 arzobispos, de 263 obispos, de Bernardo
de Claraval, el futuro San Bernardo; así como el futuro San Norberto y
numerosos abades. Bernardo de Claraval había expresado al desplazado Papa, tras
el concilio de Etampes, el incondicional apoyo de los clérigos. Por su parte, el
rey Luis VI, aprovechando la presencia del Papa, le pidió que consagrase a su
hijo el que sería Luis VII, para asegurar la continuidad de la dinastía capeta.
El joven Luis fue consagrado por Inocencio II el 25 de octubre de 1131. Pero
como el Rey no podía dedicarle todo su tiempo al Papa, a pesar de que era
necesario que le atendiese y vigilase permanentemente el monarca, Luis VI encomendó
esa importante misión diplomática a su primo Raúl V de Valois-Vermandois.
La
gran lealtad que el conde profesaba a su primo no fue obstáculo para que, por
el carácter impulsivo y enredador del conde, el Rey decidiese tener también
como otro consejero privilegiado suyo a Suger, el abad de San Denis, un hábil
negociador, conciliador y pacífico. En 1135, cuando el Rey enfermó gravemente, designó
como tutores de su hijo a los condes Thibault de Champagne y a Raúl de
Valois-Vermandois; pero como su enfermedad no era mortal Luis VI siguió
reinando dos años más hasta su fallecimiento.
El 25 de julio de 1137 se celebró en
Burdeos la boda del joven Luis VII con Leonor de Aquitania, unos días antes de
que el rey Luis VI falleciera el 1 de
agosto y dejase el Reino en manos del inexperto Luis VII, que solo tenía 17
años; por lo que comenzó a gobernar con el asesoramiento de Suger y del conde Raúl, quienes, dada la
diversidad de sus caracteres y de sus opiniones, a veces dejaban confuso al Rey;
por lo que poco a poco Luis VII fue confiando más en su primo Raúl, quien acabó
convirtiéndose en su consejero principal. Todos los diplomas reales de Luis VII
en 1131 fueron suscritos como senescal por Raúl, especialmente la carta
concedida por el Rey a la provincia eclesiástica de Burdeos. El conde Raúl se
mantuvo como senescal de Francia hasta su fallecimiento en 1152.
Pero, anteriormente, la corte vino a
trastornarse por un acontecimiento inesperado: en 1141 la reina Leonor de
Aquitania trajo a la corte real a su bella hermana Petronila, que solo tenía 17
años, y que enseguida fue cortejada por un conde Raúl V que, a pesar de tener
ya 40 años cumplidos, se enamoró apasionadamente de ella. Y Petronila se sintió
atraida por este valiente guerrero cuya virilidad le recordaba a los vigorosos
duques de Aquitania, su padre y su abuelo, tan diferentes del tímido rey Luis
VII. El emparejamiento fue bien acogido tanto por el rey como por la reina;
pero había un gran inconveniente: Raúl estaba casado desde hacía varios años
con Eleonor, sobrina del conde de Champagne, aunque no tenían hijos.
La
disolución del matrimonio de Raúl V de Valois-Vermandois podría fundamentarse
invocando consanguinidad. Tres
obispos complacientes defendieron la petición del senescal: su hermano Simón de
Vermandois; Pedro, obispo de Senlis y Bartolomé de Jur, obispo de Laon; por lo
que pronunciaron la anulación del matrimonio, pues esa consanguinidad era
cierta, pero menor incluso de la existente entre Raúl y Petronila. El conde de Champagne, furioso porque su
sobrina había sido repudiada injustamente, decidió apelar al Papa, quien nombró
un legado instructor del caso que, consciente de la maniobra de los tres
obispos, y conocedor de que Bernardo de Claraval consideraba ilegítimo el nuevo
enlace matrimonial, excomulgó al conde Raúl. El Rey reaccionó violentamente
ante la sentencia contra su senescal y, entonces el ejército real se puso en
marcha contra el conde Thibault e invadió su condado de Champagne en 1142.
Al principio los combates fueron limitados. El conde Raúl creía que lo mejor
era entrar en negociaciones; pero el Rey opinaba que antes de ello era
necesario hacer una conminación devastadora. Luis VII, deseoso de afirmar la
autoridad real ante uno de los principales magnates del reino ordenó el ataque
ante Vitry. La soldadesca destrozó y quemó todo y la enloquecida población se
refugió en la iglesia; pero, como la carpintería se incendió, 1.300 personas
murieron calcinadas. El Rey, abrumado y anonadado por esta tragedia se propuso
hacer penitencia, pues esta catástrofe iba a marcar su vida. El Papa Inocencio
II amenazó con un interdicto sobre el Reino. Mientras que la guerra se reanudó,
ambos contendientes pensaban que era necesaria la paz, pero la solución era
difícil y tardó en materializarse.
Pero la superioridad militar del Rey no se tradujo en
un avance en su objetivo de validar el matrimonio de Raúl V de
Valois-Vermandois y de Petronila; pues el Papa, apoyado por San Bernardo, no
quiso reconocer como válido su enlace matrimonial. Hubo que esperar hasta el
fallecimiento del Papa en 1144 para que la Iglesia quisiera reconsiderar el
asunto. El nuevo pontífice, Celestin II, levantó la excomunión del conde
condicionada a que abandonase a su mujer ilegítima. Pero Raúl decidió continuar
conviviendo con Petronila. Menos mal que el fallecimiento de su ex esposa,
Eleonor, desbloqueó el asunto e hizo posible la regularización del matrimonio.
En 1148, el nuevo Papa, Eugene II, durante un concilio celebrado en Reims,
legitimó esa unión matrimonial.
Entretanto, para expiar sus pecados, el rey Luis VII quiso hacerse cruzado. Y
la reina Leonor decidió acompañarlo. Los viejos consejeros del Rey intentaron
persuadirlo por los riesgos de la empresa y las incertidumbres que correría el
Reino durante la ausencia del Rey, pero no lo convencieron y Luis VII se afirmó
en su proyecto. El rey y la reina
partieron para Tierra Santa el 14 de junio de 1147. Entonces quedaron como
regentes del Reino el abad Suger y el conde Raúl V de Valois-Vermandois, el
senescal de Francia; a los que ayudó el arzobispo de Reims. En 1149 Suger
escribió al Rey, diciéndole: "vuestra tierra y vuestros vasallos, gracias
a Dios, gozan de una paz duradera"; pero posteriormente el belicoso
conde Raúl V se alzó en armas contra Renaud II de Clermont porque se había atrevido
a casarse con Adela de Vermandois, su viuda madre, en segundas nupcias.
Pero, en definitiva, aquellos a quienes el Rey confió la regencia de Francia lograron
mantener la paz y la prosperidad en el Reino. En 1149 el rey Luis VI y su
esposa regresaron a Francia. La concordia entre ambos había desaparecido; pero
a pesar de todo Suger y Raúl V aconsejaron al Rey que no se divorciase de la
reina, pues eran conscientes de lo costoso que sería para Francia mantener la
paz en sus territorios y temiendo que los feudos de la reina Leonor de
Aquitania pasasen a manos enemigas de Francia.
Suger
murió el 13 de enero de 1151. Raúl falleció en 1152 y San Bernardo en 1153. Los
mantenedores de la paz y el orden en el reino de Francia desaparecieron a la
vez. Y para colmo de
desgracias el Rey, mal aconsejado, promovió el concilio de Beaugency que en
marzo de 1152 pronunció la nulidad del matrimonio de Luis VII y Leonor de
Aquitania invocando su grado de parentesco. Y entonces, Leonor se casó con
Enrique Plantagenet, conde de Anjou y duque de Normandía, que se convirtió en
rey de Inglaterra en 1154. Lo peor acabó
sucediendo: se inició una rivalidad entre Francia e Inglaterra que iba a durar
tres siglos en desaparecer, tras varias fases de intermitentes guerras entre
ambos paises, incluso la de los Cien Años, reinando ya los monarcas Valois.
En
cuanto al vigoroso conde Raúl V de Valois-Vermandois, tras la prematura muerte
de su esposa Petronila se volvió a casar con Laure, hija de Thierry de Alsacia.
Finalmente, Raúl V falleció el 14 de octubre de
1152. Durante toda su vida el conde fue
muy generoso con las comunidades monásticas del Valois: fue fundador de
Lieu-Restauré y de la abadía de Longpont y aportó muchas donaciones a las
iglesias de San Arnoul y a las abadías de Cluny y Ourscamp. Tal vez el conde
esperase, con estas donaciones, obtener el perdón de sus pecados y salvar su
alma. Falleció cuando moraba en su castillo
de Crépy-en-Valois, tras haberse arrepentido de sus faltas y de sus fechorías.
Los monjes de San Arnoul lo enterraron en su abadía, en el panteón de los
condes de Valois. La orden de Cluny, en reconocimiento de sus actos
bienhechores y de sus generosas donaciones, le rindió honores semejantes a los
reservados para los reyes, y acordó que durante treinta meses se celebrasen
misas todos los días en Cluny y en Crépy "a fin de obtener del
Todopoderoso que colocase al magnánimo conde entre sus elegidos y predestinados
a la vida eterna".
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Cuando falleció el senescal Raúl V, conde
de Valois y de Vermandois, se planteó el problema de saber a quienes
correspondía heredar su enorme patrimonio, sus feudos y sus títulos. Inicialmente, el principal heredero suyo
debería ser su hijo primogénito, Hugo de Vermandois, que lo tuvo por su primera
esposa, Eleonor de Blois. Pero Hugo hacía muchos años que se había hecho monje
y que había adoptado el nombre de Félix de Valois, renunciando a todo lo que pudiera
corresponderle al fallecer su Padre.
Según una tradición que recoge el Breviario
de la Orden de los Trinitarios, fue
Félix de Valois de sangre real, porque era biznieto del rey Enrique I de
Francia. Su padre fue Raúl V Capeto, conde de Valois y de Vermandois, senescal
de Francia, y nieto de Teobaldo III, conde de Champagne y de Blois por su
madre, Leonor. También se afirma en el Breviario que Félix habría nacido en San Quintín o en la
ciudad de Amiens en el año de 1127. Al
bautizarlo se le dió el nombre de Hugo; un nombre que recibió en
recuerdo de su abuelo el príncipe Hugo de Francia —nobilísimo caballero muerto
en 1102 a consecuencia de las heridas que recibiera en Tarso de Cilicia
durante las Cruzadas— y asimismo por la gran devoción que la condesa, su madre,
profesaba a San Hugo, obispo de París y más tarde arzobispo de Ruán.
El escudo de San Félix de Valois muestra su pertenencia a la casa de Vermandois, con su ajedrezado de cuadros en azul y amarillo. Hugo fue un niño piadoso y caritativo, que incluso pidió a su padre, primo hermano y senescal del rey de Francia, que concediera el perdón a un condenado a muerte por homicidio, prometiéndole proféticamente que, si se lo concedía, él se haría monje y sería ejemplar. En su juventud ya su corazón ardía deseando estar en soledad para dedicarse a la penitencia y a la oración. En fin, que acabó retirándose del mundo, y entró en la orden del Císter como discípulo de San Bernardo. Pero como desaba tener una vida todavía más austera y silenciosa, se hizo ermitaño y se retiró al bosque en Cerfroid (Aisne, Francia). Allí, lejos del mundanal ruido y olvidado de los quehaceres humanos, sintió el ermitaño iluminarse su espíritu con nueva fe e inflamarse su corazón en el más intenso amor divino. Desde entonces desapareció Hugo de Vermandois del mundo para convertirse en un humilde solitario conocido por el nombre de hermano Félix.
Cuando el fraile Juan de Mata celebró su primera
misa el 28 de enero de 1193 en la catedral de París, es creencia
general que recibió una visión divina que le inspiró fundase una nueva orden religiosa en la
Iglesia. Entonces Juan de Mata se retiró a un desierto de oración cercano
a París, próximo a Meaux, un lugar llamado Cerfroid, en donde encontró a
un grupo de ermitaños, encabezados por Félix. Es a estos hombres de oración a
quienes contó su proyecto y de los que recibió el impulso que necesitaba y
buscaba para hacerlo realidad. En la
tradición de la Orden de los Trinitarios siempre se ha considerado a Félix de
Valois como el primer compañero de Juan de Mata en la tarea fundacional
de la Orden.
Cuarenta años llevaba Félix de Valois en su retiro, plenamente entregado a contemplar las cosas de Dios, cuando acudió a verle Juan de Mata, que era doctor por la Universidad de París, pero que era mucho más eximio aún por la grandeza de sus virtudes y por la santidad de su vida.
También
él, olvidado de las promesas con que le tentara el mundo, habíase recogido a un
lugar solitario para llevar rigurosa vida eremítica. No bien se conocieron,
abrazáronse ambos santos y ya no pensaron sino en compartir las asperezas de la
mortificación en aquel estado de penitencia y en cantar juntos las alabanzas de
Dios.
Cuenta la leyenda que cierto día en que los dos solitarios conversaban junto a una fuente acerca de la Divinidad, vieron venir hacia ellos un ciervo blanco que traía en la frente una esplendorosa cruz azul y roja. Buscaba Félix el significado de tal aparición, cuando le explicó el futuro San Juan de Mata cómo Dios le había ya manifestado su voluntad, por medio de un prodigio análogo, y cómo los invitaba Dios a fundar, de común acuerdo, una Orden nueva que se denominaría de la Santísima Trinidad, y cuyo fin había de ser rescatar a los prisioneros cautivos de los maltratadores piratas.
Al oír referir Félix tan inauditos sufrimientos de los cautivos, sintió que su corazón se inflamaba en ardientes ansias de libertar a tantos desventurados o, por lo menos, de aliviar su martirio. Mientras ambos santos recapacitaban acerca de los medios de realizar sus propósitos, recibieron en sueños, y por separado, el mandato, reiterado por tres veces, de presentarse al Sumo Pontífice. Abandonaron sin demora su gruta querida y, con el bordón en la mano, encamináronse hacia Roma para presentar al papa Inocencio III el proyecto de fundación de una nueva orden religiosa, denominada Orden de la Santísima Trinidad y de los Cautivos. Los peregrinos Juan y Félix fueron recibidos por el Papa como enviados del Señor. Era a principios del año 1198.
Inspirado por Dios, aprobó Su Santidad los proyectos de Juan de
Mata y de Félix de Valois, que iban a darles a sus monjes por hábito el mismo que habían
visto al ángel y, después de bendecirlos
cariñosamente, enviólos a cumplir la nueva misión para la que el cielo los
había designado. El Papa, en varias bulas confirmatorias, reconoció las casas
trinitarias de Cerfroid, Fontainebleau y Boug la Reine, y en ellas la
presencia de los hermanos de la Casa de la Santísima Trinidad
soñada conjuntamente por Juan y Félix.
Después
de su regreso a Francia, Félix de Valois y Juan de Mata vivieron aún juntos
algunos días. Al cabo de ellos, volvieron a separarse y ya nunca más se vieron en
la tierra. Juan de Mata encaminóse a Túnez, donde pudo libertar a unos
trescientos cautivos.
Félix fue ministro de la casa trinitaria de Marsella, la más
importante de la Orden, en 1203, mientras Juan estableceía y fundaba más casas.
Posteriormente Félix fue encargado del
monasterio de Cerfroid, construido en el mismo lugar en que el ciervo milagroso
se les apareciera.
El longevo siervo de Dios Félix de Valois, agotado por los años y por los trabajos del apostolado, sumados a las austeridades de la penitencia, cayó enfermo. Supo por revelación celestial la proximidad de su muerte, y la noticia inundó de gozo su alma. En un arrobamiento amoroso exclamó el santo anciano: "¡Oh día feliz aquel en que troqué la corte por el desierto! ¡Benditas las lágrimas que he derramado y las austeridades con que he afligido mi cuerpo: ellas me llevan hoy a la bienaventurada eternidad!…". Tomó después un crucifijo, llevólo por última vez a sus labios y, en prolongado y extático ósculo de divino amor, entregó apacible y dulcemente su alma el 4 de noviembre de 1212, siendo ministro del convento trinitario de Cerfroid. Tenía a la sazón ochenta y cinco años.
La tradición de la Orden Trinitaria siempre ha
considerado a Félix de Valois como el complemento de Juan de Mata. Siendo
esta la primera Orden aprobada por la Iglesia de carácter no monástico, fundada
en ciudades y en casas, Félix representó la dimensión contemplativa y orante de
la misión trinitaria mientras que Juan de Mata representó la dimensión activa,
redentora, tan característica de la Orden.
San Félix de Valois
Fuente: Iglesia.info
No
se conoce la época de su elevación a los altares. Refiérese que Urbano IV,
Papa, le concedió en 1267 los honores de la canonización, así como a San Juan
de Mata. Cuesta creer, sin embargo, que un acto de tal importancia no se halle
consignado en la historia de la época, y que el documento pontificio relativo a
los dos patriarcas de la Orden de la Santísima Trinidad haya podido extraviarse
sin dejar la menor huella. En el siglo XVII, emprendieron los religiosos
Trinitarios la ardua tarea de probar que ambos siervos de Dios eran ya
objeto de un culto inmemorial. En su investigación, encontraron unas Bulas de
Urbano VIII, en particular la fechada en mayo de 1632, donde les confiere el
nombre de santos; y otro documento pontificio, del 9 de octubre de 1646, que permitió
a los Padres Trinitarios de España celebrar la fiesta de ambos fundadores el 17
de diciembre. Por fin, las gestiones de la Orden consiguieron en agosto de
1666, en el pontificado de Alejandro VII, el reconocimiento oficial de su
culto.
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Poco antes de su fallecimiento, el senescal
de Francia conde Raúl V de Valois-Vermandois, que tenía tres hijos menores de
edad, designó tutor de sus hijos a Ives de Nesle, conde de Soissons, quien se
ocuparía tanto de la educación de los tres pequeños como de la administración
del extenso patrimonio del conde.
Una de las tareas principales del tutor fue,
además, la de negociar y aceptar cónyuges adecuados para los tres hijos del
conde: en 1156, la mayor, Elisabeth, se
casó con Felipe de Alsacia, hijo del conde de Flandes; Alienor se casó con
Godefroid, hijo del conde de Ostrevant y el pequeño Raúl fue prometido a
Margarita, la hermana de Felipe de Alsacia. Sin embargo, nunca se consumó este
último enlace matrimonial porque Raúl enfermó de lepra, lo que exigió su
marginación social. Ante la perspectiva de una muerte cercana de Raúl, el
grueso de la herencia: feudos y títulos pasaron a la primogénita, Elisabeth, lo
que aumentó la potencia del dominio territorial del conde de Flandes y señor de
Artois cuando su esposa heredó las posesiones de Vermandois y de Valois. Felipe
se convirtió así en el dueño de una gran parte del norte de Francia. Además el
conde de Flandes fue padrino y posteriormente tutor del joven príncipe francés y
futuro rey Felipe Augusto, quien se casó con su sobrina Isabelle de Hainaut.
Pero la potencia territorial del conde de
Flandes se vio pronto en peligro porque el 26 de marzo de 1182 Elisabeth de
Vermandois falleció sin dejar hijos. Entonces, Felipe debería devolver el
Valois, el Vermandois y otros dominios territoriales que eran propiedad de su
esposa. Y, para complicar la situación, el otro Felipe, el joven rey de
Francia, que todavía no era Augusto, compareció para reclamar la herencia de su
prima Elisabeth, una joya muy apetecible. Y entonces, con pleno derecho,
Alienor Capeto y Valois-Vermandois, la hermana menor de Elisabeth, reclamó el Valois
y el Vermandois porque pertenecieron a su padre, el conde Raúl V.
Como los aspirantes a la herencia de
Elisabeth no lograron ponerse de acuerdo, el conde de Flandes pretendio
resolver el asunto manu militari, y
se levantó en armas contra el rey de Francia. Mientras tenían lugar los
enfrentamientos entre los ejércitos de los dos Felipes el rey de Francia llegó a un acuerdo con su prima Alienor, que era
esposa de Mathieu de Beaumont, el camarero de la casa real, por el que la
reconocía como condesa de San Quintin y señora del Valois a cambio de que su
prima le cediera la mayor parte del Vermandois, lo que debilitó las
pretensiones del conde de Flandes, quien no aceptó tal acuerdo y continuó su
ofensiva guerrera contra el Rey.
La
lucha entre el Rey y el conde de Flandes concluyó en 1185 por el acuerdo de
Boves, que dividió las antiguas tierras del conde Raúl V en tres partes: Felipe de Flandes se quedó con la
posesión de las ciudades de San Quintín y de Peronne mientras viviese; Alienor fue reconocida como propietaria del
Valois y de lo restante del Vermandois, incluso Ribemont. Por su parte, el
Rey se quedó con el condado de Amiens, así como con Montdidier y, además,
Alienor enfeudó sus posesiones territoriales a favor del Rey, para el caso de
que ella falleciese sin hijos, pues entonces su primo el Capeto Felipe Augusto
sería su único heredero. Cuando falleció el conde de Flandes el 1 de junio de
1191, en Acre, dado que estaba como cruzado en Tierra Santa, se concluyeron
definitivamente los asuntos de las herencias del conde de Flandes y del conde
Raúl V de Vermandois y Valois: Alienor
fue reconocida como heredera principal de su padre y una carta real de enero de
1192 reconfirmó el conjunto de sus pretensiones sobre el Valois y el
Vermandois, y le dio la inmediata posesión del señorío de Valois y de la ciudad
de San Quintin como condesa suya y, además, reafirmó que el Rey sería su
heredero si ella falleciese sin sucesión.
En efecto, John Baldwin[22]
ha relatado y confirmado todo esto escribiendo lo siguiente: "Mientras el
rey lleva a cabo la conquista del Auvergne, Felipe Augusto resuelve (también)
la sucesión del Vermandois. Alienor, condesa de Valois y de Vermandois muere
sin sucesión en junio de 1213, como era previsible. El rey, su primo, heredó en
virtud del acuerdo de 1182, sus dominios que comprendían el Valois (con,
principalmente, Crépy), y el resto del Vermandois (esencialmente Chauny, San
Quintin y Ribemont). La adquisición de los territorios del Nordeste, iniciada
por los Capetos desde hacía medio siglo, llega así a su término.". La
entrada de los feudos territoriales del conde Raúl V en el dominio real tuvo
mucha importancia porque el Rey, como sus Capetos antecesores, poseían pocas
tierras.
En definitiva, Alienor, "la buena señora de Valois", al morir sin hijos,
dejó sus feudos y honores a su pariente más próximo, su primo el rey Felipe II
Augusto de Francia, por lo que el condado de Valois se integró entonces en el
dominio real y, en adelante tuvo categoría de 'principado' y sus titulares
fueron siempre príncipes de la casa real de Francia. En fin, repasando la trayectoria de los Valois y de los Vermandois se observa
que ambas familias pertenecen al mismo linaje carolingio, y que actúan coordinadas
pero separadas durante un par de siglos hasta que ambas ramas, fundidas en un solo linaje que se integró en
el real de los Capetos, se extinguieron
unidas en 1213.
=============
4) DEL PARENTESCO ENTRE LOS VALOIS Y LOS CAPETOS HASTA LA FUSIÓN DE AMBAS
ESTIRPES EN EL LINAJE REAL DE FRANCIA
El primer linaje de los condes de Valois, el de los Carolingios condes de
Valois-Amiens, se expuso anteriormente en un cuadro genealógico, en el que se puede
observar que el biznieto de Carlomagno, el conde de Vermandois y sr. del
Valois Pepín II de Italia y San Quintín, fue el patriarca de la antigua estirpe
carolingia de los condes de Vermandois y/o de Valois. Efectivamente, su
hijo primogénito, Herbert, continuó el linaje de los condes de Vermandois, mientras
que Pepín III Berenguer de Senlís, su hijo segundogénito, fue el conde de la
región del Valois que se separó del Vermandois a finales del siglo IX. De los condes de Valois y de
Vermandois descienden los primeros
Capetos reyes de Francia, como se puede observar en el siguiente cuadro
genealógico:
Carlomagno, emperador y rey de los Francos
|
Pépin (Carloman), rey de
Italia
|
Bernard, rey de Italia
|
Pépin de
Italia, conde de Vermandois y sr. de Valois y S. Quintin
|
|--------------------------I--------------------------|
| |
Herbert I
conde de Vermandois Pépin III
Berenguer de Senlis, c. de Valois y Bayeux
|
|
Beatriz de
Vermandois
Poppa de Valois
+ Roberto I rey de los francos + Rollon (Roberto) duque
de Normandía
| |
Hugo 'el
Grande' duque de los francos
Adela (Gerloc) de Normandía
+ Hedwige de
Sajonia
+ Guillermo duque de Aquitania
|
|
Hugo Capeto rey de Francia
+ Adelaida de Aquitania
|
|
Roberto II 'el Piadoso' rey de Francia
+ Constance
de Provenza-Arles
|
|
Enrique
I rey de Francia
Ana de
Kiev
|
|--------------------------------------------------------------------------------|
Dinastía de los reyes Hugo 'el Grande' Capeto, conde de
París y de Chaumont
Capetos de Francia + Adela de Vermandois, condesa de
Valois y de Vermandois
|
|
|
|
| Raúl V
Capeto-Valois-Vermandois,
| coregente
y senescal de Francia
| conde de
Valois, Vermandois y Chaumont
|
|
|
|
| Alienor,
condesa de San Quintín y del Valois,
| que murió
sin sucesión y sus feudos del Valois
| y de
Vermandois los heredó su primo el rey de
Dinastía
de los reyes Francia Felipe II Augusto, por lo
que se integraron
Valois
de Francia en el
dominio real
En este cuadro genealógico se comprueba la veracidad de
unas conclusiones fundamentales para la historia de Francia: que los reyes
Capetos son también descendientes de los carolingios condes de Valois y de
Vermandois y que, además, los primeros reyes Capetos se fortalecieron cuando
se fusionaron con los poderosos condes de Valois y de Vermandois, hasta el
punto de que el linaje real resultante de la unión de ambas estirpes gobernó
Francia durante seis siglos, inicialmente con la dinastía de los Capetos
directos y, seguidamente, con los reyes de la dinastía de los Valois, por cuyas
venas corría también la sangre capeta.
En ese cuadro genealógico se
observan varios hechos sustanciales: el primero es que la carolingia Beatriz de
Vermandois enlazó matrimonialmente con el linaje de los Robertinos al casarse
con Roberto, rey de los Francos, abuelo de Hugo Capeto; el segundo es que la hija del conde de Valois y de Bayeux, Pepin
III Berenguer de Senlis, la duquesa de Normandía Poppa de Valois, segunda
esposa de Rollon, el normando primer duque de Normandía, es la abuela de
Adelaida de Aquitania, la esposa del rey de Francia Hugo Capeto; el tercero, que Adele, condesa de Valois
y de Vermandois se casa con el príncipe capeto Hugo 'el Grande', por lo que sus
descendientes ya son Capetos-Valois-Vermandois; y el cuarto se produce en 1213 cuando Alienor, la condesa de San
Quintín y del Valois fallece sin sucesión, por lo que sus feudos y sus
posesiones territoriales se integraron en el dominio real porque las heredó su
pariente más próximo, que fue el propio rey de Francia, el capeto Felipe II
Augusto. A partir de entonces, el Valois se conviertió en un principado cuya
titularidad solía darse a un príncipe de la casa de Francia, al que se
denominaba conde de Valois, como ocurrió con don Carlos, el hijo del rey Felipe
III el Hermoso y padre del rey Felipe VI de Valois, el monarca que inició la
dinastía de los reyes franceses Valois que gobernaron Francia hasta 1589 cuando
falleció Enrique III de Valois; a quien le sucedió en el trono su cuñado
Enrique IV de Borbón, que estaba casado con su hermana Margarita, la duquesa de
Valois.
En conclusión, Hugo Capeto fue nieto
de la carolingia Beatriz de Vermandois y, por otra parte, de Poppa de Valois y de su padre, el conde
de Valois y de Senlis y de Bayeux Pepin III Berenguer de Senlis, descienden
todos los Capetos, desde el rey Roberto II 'el Piadoso' en adelante; y los
miembros de las dinastías reales que proceden de los Capetos: Valois, Castilla,
Portugal, Austrias, Habsburgos, Borbones,...
Desde la época del rey Felipe II Augusto la generalidad de los autores aceptaron que las dinastías
merovingia, carolingia y capeta eran tres ramas de un linaje real común,
bendecido siempre por Dios como gobernantes de los cristianos. Por ello, el rey de Francia, que en 1214 en la batalla de Bouvines comandó
personalmente el victorioso ejército real, estaba seguro de que Dios lo había
elegido a él para que mantuviese al conjunto de la Cristiandad católica y
romana en la ortodoxia frente a la actitud del Emperador alemán. La batalla
de Bouvines ha sido magistralmente expuesta y analizada por Georges Duby. La
profunda y esclarecedora exposición que hace ese historiador de la Batalla y de
sus consecuencias termina con este significativo párrafo[23]:
"Del espléndido torneo que había sido Bouvines el rey Felipe II
Augusto regresaba rico, mucho más rico que cualquier otro rey de Francia y
dispuesto a discutir y negociar como lo hizo con la condesa de Flandes; también
a dominar por mucho tiempo los principados más reacios. Bendito sea Dios: de
nada priva a los que le sirven bien. Gracias a la victoria conseguida, la
monarquía capeta aparece verdaderamente -démosle a la palabra su plena
significación- consagrada. El jovencísimo Luis, un bebé de tres meses, ya tiene
su santidad preparada."
La gloriosa historia del condado de Valois no terminó
cuando se integró en el dominio real sino que se fortaleció y engrandeció pues,
a partir de entonces, ese ilustre título condal, elevado a la categoría de
'principado', tendría siempre como poseedores a príncipes o monarcas de la
realeza francesa, como bien ha relatado
Jean-Marie Tomasini[24]:
"Después de la incorporación del condado de
Valois al dominio real, los reyes residieron en Crépy-en-Valois frecuentemente.
Felipe Augusto, estando en Crépy, concedió una carta en favor de los burgeses
de Chauny. San Luis residió muchas veces en el castillo de Crépy, donde firmo
varios edictos. Además ese santo rey le
concedió a su madre Blanca de Castilla el señorío del Valois, y posteriormente
dio a su hijo Jean Tristan el título de conde de Valois para preservar la
integridad de su posesión. A su fallecimiento, el Valois retornó a la
Corona. El rey Felipe III 'el Valiente' erigió las dos castellanías de Crépy y
de la Ferté-Milon en un condado-principado de Valois, que confió a su segundo
hijo Carlos, siempre en virtud del mismo principio que procuraba dotar al
segundo hijo con pequeños feudos que no amenazasen la integridad del dominio
real...El nuevo conde adoptó el nombre
de Carlos de Valois. El Valois contaba en 1328 con 107 parroquias y 9.392
hogares. Este conde murió en 1325,
legando el principado a su hijo Felipe. Tres años más tarde, Carlos IV, el
último de los hijos del rey Felipe IV 'el Hermoso', murió sin sucesión.
Entonces (el hijo del conde Carlos de Valois), Felipe de Valois, primo del rey,
"el más próximo de la casa real", por vía masculina, accedió ese
mismo año al trono de Francia.".
Efectivamente cuando murió el último rey Capeto sin
descendencia masculina en 1328, un sobrino suyo llamado Felipe (VI), que ya era
conde titular del principado de Valois, se convirtió en el nuevo rey de
los franceses, siendo el primero de la dinastía Valois. A los Valois correspondió entonces la dirección y el gobierno de una
Francia desconcertada y arruinada que no sabía cómo salir de la precariedad en
que los últimos Capetos directos la habían dejado.
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5)
LOS REYES FRANCESES DE LA DINASTÍA VALOIS Y LOS PRÍNCIPES QUE FUERON CONDES O
DUQUES DE VALOIS.
DE LOS CAPETOS A LOS
VALOIS
Fuente: Wikipedia
El advenimiento de la dinastía Valois se llevo a
cabo sin necesidad de tener que demostrar que el nuevo rey, Felipe VI, tenía
'derecho divino a gobernar'; pues su padre, el príncipe Carlos de Valois, era
hijo de Felipe III, rey de Francia; o sea, de la estirpe Capeta, una dinastía que, como la Carolingia en su momento,
ya había probado su legitimidad de origen para gobernar por derecho divino dada
su 'ascendencia davídica', una creencia vigente en la Edad Media.
De
LA DINASTÍA DE LOS VALOIS
Fuente:
revendeurs.rmngp.fr
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El acceso
al trono de Felipe VI de Valois en 1328 tuvo lugar tras su elección por la
asamblea de los magnates de Francia por una decisión política, tras el fallecimiento sin hijos ni hermanos de Juan I
el Póstumo en 1316 y de Carlos
I (o IV) en 1328, para evitar que
la corona de Francia recayera en una rama secundaria o incluso en otra dinastía
extranjera. Efectivamente hay que tener en cuenta que también Felipe de Valois, el duque de Borgoña,
y Eduardo III de Inglaterra (hijo de la princesa Isabelle de Francia) — y
los futuros Luis II de Flandes, segundo nieto de Felipe el Largo y Carlos II de
Navarra, nieto de Luis 'el Valiente', que iban a nacer en 1330 et en 1332,
respectivamente, — fueron cuatro descartados de la sucesión en beneficio
de un primo de sus madres. Tras su advenimiento, Felipe VI tuvo que negociar
también con Juana II de Navarra, hija de Luis X le Hutin, descartada
de la sucesión en 1316 porque era una mujer. En 1328 se aplicó la antigua ley sálica, que excluía a las mujeres del
trono, y el conde Felipe de Valois, descendiente de los Capetos por vía paterna,
fue elegido rey de Francia.
El nuevo
rey fue bien acogido por los magnates y por el pueblo: la continuidad con los
Capetos estaba asegurada porque era de ese mismo linaje real y tenía
legitimidad de origen para gobernar. En lo único en que se diferenciaba de
ellos era en que él, el joven conde de Valois, no había sido educado para
reinar y no se sabía como iba ejercer el oficio
real. Además, Felipe VI tenía un carácter débil e irresoluto. Sin embargo,
era un buen creyente, más bien piadoso, fiel esposo y magnífico padre de
familia. Podía ser un aceptable heredero y continuador de los cristianos reyes
capetos. Había que dar tiempo al tiempo: tenía que madurar. Su primera preocupación fue la de confirmar
los derechos y libertades que sus predecesores habían reconocido a las iglesias
y a los monasterios: con los Valois iba a seguir vigente la 'alianza entre el trono y el altar'.
El monarca Felipe VI de Valois comenzó muy bien
su reinado: con una victoria en Cassel contra los flamencos, con el homenaje
que le prestó en 1331 el rey de Inglaterra y con la designación del rey francés
como comandante de una cruzada en 1334 en una Francia bien considerada por el
resto de Europa, que creyó acertada la decisión del Papa de instalarse en
Aviñon. Lo negativo de esa época fue la epidemia de la peste negra en 1337-1340
y la crisis que dio lugar al comienzo de la guerra de los Cien Años.
Eduardo III de Inglaterra atacó en dos frentes: avanzó en las tierras de Aquitania y derrotó a Felipe de Valois en la la batalla de Crécy el 26 de agosto de 1346; quien no pudo impedir además que Eduardo III tomase Calais tras once meses de asedio el 3 de agosto de 1347. Después de la pérdida de Calais, Felipe VI cedió a su hijo Juan, duque de Normandía, el mando del ejército real. Ese mismo año Francia se anexionó el Delfinado y en 1349 adquirió Montpellier. El rey murió en 1350, cuando Francia se hallaba en dificil situación. Le sucedió en el trono su hijo Juan el Bueno.
Para completar
la semblanza del primer monarca Valois, hay que subrayar que, a diferencia de
los sobrios reyes Capetos, Felipe VI de Valois, según afirma Patrick Van
Kerrebrouck "...inauguró el gusto por la ostentación fastuosa y el
espíritu caballeresco, que caracterizó a los reyes Valois".
++++++++++++
Entre todos
los monarcas de la dinastía Valois yo creo que merece ser destacado Carlos V,
un rey sabio y prudente, que ejerció muy bien su oficio real, siempre al
servicio del pueblo. La originalidad de Carlos V es que, imitando a su
antecesor San Luis, aplicó a sus reales decisiones las reglas morales y gobernó
Francia conforme a reglas y principios objetivos. Por una parte, imitaba a los reyes bíblicos:
David, Saúl,...Por otra, procuraba que sus acciones se dirigieran siempre al
beneficio de sus súbditos y, para conseguirlo, elaboró una especie de código de
derecho administrativo en el que recopiló sus mandamientos, decretos y
ordenanzas, para dar permanencia a los criterios y formas de gobernar, a fin de
garantizar la seguridad jurídica de los administrados. Por ello, puede decirse que
Carlos V se anticipó a los reyes modernos. Sin embargo, no dejó de ser un
rey medieval guiado en su actuación por los principios morales, pero también
ejerciendo una arbitrariedad bien intencionada, pero absoluta: ante su real
voluntad todo debía someterse, porque el
Rey era la encarnación visible de un poder consagrado que emana del Cielo y
que, por el respeto que inspiraba a sus súbitos, parecía tener algo de religioso.
Su realeza puede ser calificada de davídica sapiencial.
Por otra parte,
creo que es injusta la opinión negativa contra los primeros Valois sobre la
guerra de los Cien Años, tal vez porque hay un desconocimiento o un desprecio
de la causa profunda o de las causas circunstanciales de ese conflicto del que
los Valois no fueron mas que una causa aparente, la de que Felipe VI accedió al
trono en lugar de su pariente el rey de Inglaterra Eduardo III. Por ello, se suele decir que, sin Felipe VI
de Valois, no hubiera habido guerra contra los ingleses; lo que no es cierto,
porque hay que recordar que la rivalidad entre Francia e Inglaterra se agudizó
ya cuando la ex reina de Francia Leonor de Aquitania se casó con el conde de
Anjou, Enrique Plantagenet, que se convirtió en rey de Inglaterra en 1154, casi
dos siglos antes del acceso al trono de Francia del primer rey de la dinastía
de los Valois. Entonces, en 1154, la Aquitania pasó a ser inglesa y Francia vió
reducido sustancialmente su dominio territorial.
Además, hay que
tener en cuenta que la descomposición de la Francia feudal no se debió a la
guerra de los Cien Años, puesto que fue una desorganización que ya había
comenzado a realizarse mucho antes del advenimiento de los Valois; por lo que
no fueron ellos, sino dos de los más ilustres sabios entre los príncipes
Capetos quienes no supieron prever las consecuencias de los acuerdos que
firmaron con los ingleses, el primero en 1259 en París, y el otro en 1299 en
Montreuil-sur-Mer, que sí están en el origen del conflicto. Antes del
enfrentamiento de Inglaterra con los Valois, la Francia de los Capetos ya se
había enfrentado a los ingleses durante otros cien años.
Por lo menos,
los Valois consiguieron -aunque ello les llevara muchísimo tiempo-, echar a los
ingleses completa y definitivamente del actual territorio francés y proseguir,
tras esa expulsión, la obra secular de los Capetos por una vía recta y
continua, con apenas interrupciones. Entonces, gracias a los Valois, el destino de la realeza y el de Francia se
consolidó y pudo programarse para que durase siglos, dado que se fortaleció
mediante una bien organizada centralización administrativa cada vez más
perfecta y completa, especialmente la instaurada en el reinado de Carlos V.
Tras esos breves
comentarios míos para describir la naturaleza del ejercicio real del poder de
algunos monarcas Valois, y con el fin de
tener una visión más objetiva y completa de esa dinastía real, a continuación
voy a reproducir algunas conclusiones que sobre los franceses reyes Valois
escribió Gastón Dodu[25]
en su libro titulado 'Les Valois':
"Durante los reinados de los
Valois, en Francia resalta la continuidad con la que la institución de la
realeza, a pesar de la debilidad de ciertos reyes, de los desastres y de las
guerras civiles, se mantuvo y se desarrolló. Mientras todo sucumbía a su alrededor:
nobleza, caballería, repúblicas municipales y poder temporal de la Iglesia, la
realeza superaba las pruebas, a menudo crueles, que le afectaban y, retomando
de nuevo su tarea en el punto en el que lo interrumpieron, sacaban provecho de
las ruinas acumuladas...En ningún momento, ni en los Estados generales, ni en
el seno del Parlamento, la realeza tuvo que enfrentarse verdaderamente a la
nobleza, fuese militar o de hábito; al contrario, los reyes encontraron en ella
a consejeros dispuestos a protegerlos contra sus abusos...la historia de los
Valois confirma la tesis de que la formación de la nación francesa fue menos
obra de los reyes que del esfuerzo de una voluntad colectiva ciudadana más o
menos consciente, pues la tarea de los reyes se limitó a una comprensión
maravillosa de esa voluntad popular.
Si no se admitiese la hipótesis de una
voluntad permanente y perseverante que, durante los años que reinaron los
Valois, vigiló por encima de las cambiantes e inciertas actitudes reales, no se
explicaría ni el progreso de la autoridad real, tan útil a Francia, que tuvo
lugar entre los primeros Valois, inconscientemente y a pesar de sus faltas, ni
que las mil peripecias de las guerras de Italia conseguirían, a pesar de toda
clase de contrariedades, enriquecer la nación con los territorios que eran
necesarios, aunque se tratase de empresas iniciadas por sus dirigentes con la
finalidad de satisfacer sus deseos de aventuras militares...Lo que no parece
correcto es hacer de los reyes Valois unos padres del Renacimiento, pues sería
confundir la influencia que algunos monarcas Valois tuvieron sobre la eclosión
que hizo que la erudición, las letras y las artes brillaran en su tiempo por el
amor innato del lujo y de la representación que sí tuvieron los Valois, y que
ya se había manifestado al final de la Edad Media, por consiguiente antes del
Renacimiento, sobre las grandes construcciones y entre los apasionados
coleccionistas de las cosas bellas. Los Valois sí que tuvieron esa actitud
renacentista tanto en sus reinos como en sus principados, en París como en
Borgoña o en la región de Valois; quizás por gusto o por vanidad, y a menudo
por ostentación, o para adornar la majestad real o la dignidad ducal con un
conjunto de bellezas que impresionaron tanto a sus súbditos como a los
extranjeros.".
Por otra parte, Robert Knecht[26], al referirse a los reyes Valois subraya que: "En 1494 la monarquía francesa se había hecho tan poderosa internamente que ya podía dedicarse a conquistar territorios extranjeros...Carlos VIII de Valois, por herencia, tenía derecho a reclamar el reino de Nápoles y emprendió su conquista como una primera etapa para dirigir una cruzada a Tierra Santa. Sus sucesores Luis XII y Francisco I querían apoderarse del ducado de Milán y para lograrlo provocaron una serie de guerras que también sirvieron para que la nobleza francesa se entretuviera...Como Francia se familiarizó con el Renacimiento italiano acabó absorbiendo su cultura. La corte francesa, especialmente, consiguió implantar una nueva sofisticación de sus hábitos y destacó por su mecenazgo de las artes. Los castillos construidos por orden de Francisco I muestran el esplendor que corresponde a su monarquía. Combinan interés por las artes con un fuerte autoritarismo que, a veces, se confunde con absolutismo. Fue 'absoluto' en el sentido de no tener nada superior al monarca, salvo Dios; aunque no pudiese conseguir todo lo que pretendía. El rey dependía del apoyo de su nobleza y tenía que operar con limitados recursos financieros -sus rentas propias y los impuestos, directos e indirectos- procurando mantenerse al día, a pesar de los crecientes costes de las guerras.".
Francisco I de Valois-Angulema, rey de Francia
Fuente: Es.Academic.com
Seguidamente voy a reproducir otras importantes conclusiones que, sobre la dinastía de los Valois, también expuso Gaston Dodu en su citada historia de 'Les Valois':
"...En todo caso, la actuación de los reyes Valois tuvo luces y sombras. Incluso los dos mejores reyes de la Dinastía: Carlos V y Luis XI, cometieron errores graves...Pero, en los relatos de Historia no es correcto analizar el pasado y los hechos con mentalidad actual. Cuando se juzga severamente la conducta del rey de Francia en Poitiers o en Pavia, es porque nuestro concepto de la guerra moderna nos dice que es erróneo que el jefe del Estado capitanee una batalla...Entonces el alcance de la diplomacia francesa se extendió hasta los confines del mundo conocido. Y nada ocurría en Europa, sin que previamente el rey de Francia habiese opinado sobre ello...Dado que tiene un personal bien organizado, cuya finalidad es la de poner a la disposición real apoyo moral y financiero, Francia pudo concurrir con otras potencias europeas a resolver los asuntos internacionales de la manera mejor posible para sus intereses...El aparato administrativo heredado de los Capetos y adaptado a las transformaciones del estado social fue la muralla donde, a pesar de los cambios sucesivos en menos de veinte años de la dinastía reinante, se estrellaron las codicias de los países extranjeros. Al advenimiento de los Valois, las diversas partes del reino solo estaban ligadas al trono por obediencia feudal; y entre ellas no había ninguna cohesión. Cuando los reyes Valois desaparecen, la unidad de Francia estaba completada. La estrella francesa pudo palidecer en ciertas épocas bajo el reinado de alguno de los Valois; pero solo fue para que con otro monarca de la misma dinastía brillara enseguida con mayor esplendor.".
Por último, voy
a completar esta breve relación de lo que opinan diversos historiadores sobre
los Valois citando a Patrick Van Kerrebrouck[27],
quien los califica como "...una raza inteligente y fina, ilustrada y con
gusto por lo artístico...
...Sin embargo, los últimos miembros de
la realeza Valois: Charles IX, Henri III, el duque de Alençon, Catherine y la lasciva
Marguerite han sido objeto de injurias y de desprecios. Pero hemos de tener en
cuenta que los últimos Valois, por ser odiados en su belicosa época por los
protestantes, tuvieron que soportar los panfletos y las difamaciones que les
dedicaron maliciosamente".
En fin, como ha
concluido Gaston Dodu en su biografía de "Les Valois", "...Si la mediocridad de los tres últimos
reyes Valois no fue mortal ni a la unidad del Estado ni a la de la nación
francesa, ello fue porque los diez reyes anteriores, sin que ellos tuviesen
siempre consciencia de ello, habían logrado, tal vez por medios discutibles,
pero generalmente bien intencionados, dar a las instituciones del Reino
suficiente flexibilidad y solidez para permitirles sobrevivir a cualquier
suceso".
La francesa dinastía Valois tuvo 13 reyes y duró hasta 1589, cuando le sucedió Enrique IV, de la Casa de Borbón. Los monarcas Valois gobernaron Francia interviniendo decisivamente en la configuración de la Historia de Europa.
LOS
CONDES Y DUQUES DEL PRINCIPADO DE VALOIS DESDE EL REY FELIPE II AUGUSTO HASTA
1850
Recordemos que al morir sin descendencia la condesa Alienor Capeto y Valois-Vermandois, señora del Valois, prima del Capeto rey Felipe II Augusto, este condado pasó al dominio real, por ser los reyes de Francia los parientes más cercanos de los Valois; y desde entonces el principado de Valois perteneció a la Corona francesa y los condes o duques de Valois siempre fueron miembros de la Casa real de Francia.
PRÍNCIPES
o REYES que fueron CONDES DEL PRINCIPADO DE VALOIS
1)
El rey Felipe II Augusto fue también conde de Valois.
2)
El rey Luis VIII fue igualmente conde de Valois.
3)
El rey San Luis fue también conde de Valois, aunque inicialmente concedió el
señorío del Valois a su madre, la reina viuda Blanca de Castilla.
4)
El príncipe Juan-Tristán (1269 -1270), hijo del rey San Luis, fue conde de
Valois.
5)
El rey Felipe III fue asimismo conde de Valois.
6) El hijo segundogénito del rey de Francia Felipe III, el príncipe Carlos
(1284 -1325), también fue conde de Valois, y
7) Su hijo Felipe fue conde del principado de Valois durante 1325 -1328; pero, finalmente, desde 1328 en
adelante, fue además el primer rey de Francia de la dinastía Valois.
8) El príncipe Felipe II (1344 -1375), fue también conde de Valois.
9) El príncipe Luis I (1386 -1406), fue igualmente conde de Valois.
En 1406 el rey de Francia Carlos VI, teniendo en cuenta que los últimos condes de Valois siempre eran príncipes decretó que, en adelante, los poseedores de ese principado de Valois tuviesen mayor categoría nobiliaria, la de duques, por su pertenencia a la familia real de Francia.
DUQUES DE VALOIS
Carlos de Orleans (1406 -1465)
Luis (1465 -1498)
Francisco I, rey de Francia (1494-1547)
Margarita de Valois (1553-1615)
Gaston (1626 -1660)
Juan Gaston de Orleans (1650 -1652)
Felipe de Francia (1660 -1701)
Felipe Carlos de Orleans (1664 -1666 )
Alejandro Luis de Orleans (1673 -1676)
Felipe de Orleans (1701 -1723)
Luis de Orleans (1723 -1752)
Luis Felipe de Orleans (1752 -1785)
Felipe de Orleans (1785 -1793)
Luis Felipe de Orleans (1773 -1850).
============
6)
EL PRINCIPADO DE BORGOÑA: DE LOS VALOIS-BORGOÑAS HASTA EL EMPERADOR CARLOS V DEL
SACRO IMPERIO ROMANO GERMÁNICO.
Cuando falleció el rey francés Juan II de Valois 'el
Bueno' se repartió el Reino entre sus hijos varones, y a su segundogénito Felipe
el Valiente le concedió el ducado de Borgoña, un rico principado situado entre
Francia y el Sacro Imperio Romano Germánico, que comprendía también el Artois y
el Franco-Condado. Felipe se casó con la única heredera del condado de Flandes,
Margarita, que incluía asimismo los condados de Rethel y Nevers. Por ello el
duque de Borgoña fue poseedor de una gran parte del nordeste de Francia y
algunos teritorios del Imperio. El
ducado de Borgoña se convirtió entonces en un principado configurado como nuevo
Estado dinástico (de los Valois-Borgoña) estratégicamente situado, que se
identificó con el duque, su propietario. Sus vasallos le debían fidelidad
porque tenía un vínculo personal y feudal.
La
corte ducal del principado de Borgoña llegó a ser un emporio de florecimiento
artístico y cultural, e incluso, por su pompa ceremonial, un modelo de etiqueta
para las cortes europeas de su época. Como Francia se había empobrecido por la intermitente pero costosa guerra
de los Cien Años contra Inglaterra; entonces el ducado de Borgoña acabó
desvinculándose de Francia y destacó por su prosperidad, por su fortaleza y por
su independencia de facto de Francia.
Entre las dos ramas de los Valois: la casa real francesa y los Valois-Borgoña
hubo siempre una rivalidad tan fraternal como enconada. El ducado de Borgoña
fue apetecido tanto por Francia como por Alemania, que se lo disputaron incesantemente.
En 1419, cuando fue asesinado el duque Juan 'sin Miedo', le sucedió su
hijo Felipe III el Bueno como nuevo
duque del principado de Borgoña quien, tras la paz de Arras con Francia en 1435, se convirtió en un
Gran Duque, con hechuras de príncipe ideal cristiano. Fue el fundador en 1429 de la Orden
del Toisón de Oro, conmemorando la celebración de su matrimonio con la princesa
portuguesa Isabel de Avis, hija del rey de Portugal Juan I, boda que se
celebró en la ciudad de Brujas el 10 de enero de 1430. Esa Orden fue creada "por amor a la
caballería, para protección y difusión de la creencia católica". En sus Estatutos se cita expresamente la reconquista de los Santos Lugares
y de Jerusalén como objetivo ideal de la Orden porque sus nobles caballeros
aspiran a ser verdaderos cruzados. La bula de confirmación
de la Orden y de aprobación de sus constituciones y ordenanzas la dio el
Papa Eugenio IV el 7 de septiembre de 1433, siendo las
dignidades de la Orden cuatro: el canciller, el tesorero, el rey de armas y el
secretario.
La
Orden del Toisón de Oro ha sido siempre un lugar de encuentro y de concierto de
los poderosos, donde los caballeros podían conjugar sus altos ideales
cristianos y caballerescos con sus intereses políticos. El Toisón de Oro es una Orden muy ligada a la dinastía de los
Habsburgo y a las coronas de Austria y de España. El actual
gran maestre de la rama española es Felipe VI, rey de España, y el actual
de la rama austriaca es Carlos de Habsburgo-Lorena, jefe de la Casa de Habsburgo.
El duque Carlos el Temerario, heredero de Felipe III
de Borgoña, quien murió en 1467, introdujo un mayor boato en el ceremonial, el
ropaje, el cónclave y los oficios religiosos. Carlos I
de Borgoña, llamado 'el Temerario', nació en
Dijon, el 10 de noviembre de 1433. El
duque Carlos, que gustaba de la Antigüedad sagrada y profana, fue un hombre a
caballo entre el Medievo y el Renacimiento, instruido conocedor de los
clásicos y dotado de un gran genio político. Fue, sin embargo, su carácter
violento e impulsivo el que le haría famoso. Sus modelos estaban
en Ciro, Aníbal, Julio César y Alejandro Magno, pues
tenía belicosos sueños de Imperio y de dominación universal. Poseedor de un
coraje excepcional, Carlos acabó perdiéndose por su orgullo, su impulsividad y
su insensibilidad a los consejos. La fortaleza y la prosperidad de Borgoña
contrastaba con la decadencia y la miseria que había en una Francia devastada,
que luchaba permanentemente con los ingleses.
La prosperidad del ducado de Borgoña
alcanzó su apogeo bajo su reinado, pero iba a acabar por desaparecer por los
hábiles golpes políticos del rey de Francia Luis XI, en la guerra existente entre Francia y la próspera Borgoña,
ya que el rey Luis XI recelaba del creciente poder del duque Carlos el
Temerario quien, osadamente, llegó a pedir al emperador Federico III de
Habsburgo que, como ya había solicitado su padre, el Emperador aceptara la
conversión del principado de Borgoña, con Flandes, Luxemburgo, Holanda y otros
muchos dominios territoriales suyos en el Rin y en Alsacia, en un reino
parecido al que antiguamente fue la Lotaringia; una propuesta que el Emperador
consideró factible a condición de que María, la hija única del duque, se casara
con el archiduque de Austria Maximiliano. Carlos aceptó la condición que exigía
el Emperador y se celebró el propuesto enlace matrimonial; pero, antes de que
Borgoña se convirtiera en reino, el duque de Borgoña murió en el sitio de Nancy
el 5 de enero de 1477, y su hija María vió que todos los paises vecinos de
Borgoña, sobre todo Francia y Alemania, querían arrebatarle su principado.
El monarca francés Luis XI de Valois tomó la delantera
en la caza de la sucesión y en enero de 1477 se apoderó militarmente de las dos
Borgoñas, de Picardía, del Artois y de la comarca de Boulogne. Maximiliano tuvo
que negociar entonces con el belicoso rey de Francia. El tratado de Arrás del
23 de diciembre de 1482 dejó al francés la Borgoña y la Picardía, mientras que
el Artois y el Franco-Condado constituyeron la dote de Margarita de Austria, la
hija de Maximiliano y de María, que se comprometió en matrimonio al futuro
Carlos VIII de Francia. Maximiliano solo pudo conservar el dominio de los
Paises Bajos.
Con la herencia borgoñona los Habsburgos
recibieron también una hostilidad secular: la que mantenían los reyes franceses
Valois con los Borbones, una enemistad que duraría hasta la llegada de la reina
María Antonieta a Versalles, en el siglo XVIII.
Y ello a pesar de que, cuando falleció la duquesa María de Valois, el
principado de Borgoña dejó de existir. Sus hijos, Felipe el Hermoso y
Margarita, aunque también eran Valois-Borgoña, ya se apellidaron 'de Austria'. Felipe el Hermoso se casó con la reina de España
Juana la Loca y tuvieron seis hijos, entre ellos dos varones que fueron
emperadores del Sacro Imperio, Carlos V y Fernando I, como se puede observar en
el siguiente cuadro genealógico:
DE LOS VALOIS-BORGOÑA A LOS IMPERIALES AUSTRIAS O HABSBURGOS
Fuente: Wikipedia.
José Antonio
Vaca de Osma[28] ha subrayado que
"subsistía también en los Paises Bajos y en Borgoña el espíritu
caballeresco, al que pronto me referiré, así como unas normas basadas en el
derecho romano, con el centro prestigioso de la Universidad de Lovaina. Había
una cultura cortesana y otra religiosa que se expandía por todo el país desde
las abadías y monasterios...
...En Borgoña, y en el Flandes simbólico
por antonomasia de nuestros tercios y de nuestros clásicos, aparecían siempre
unidas como las dos caras de la misma moneda, las glorias
religioso-caballerescas, como las de la orden del Toisón de Oro, con las
expresiones sensuales y exuberantes que a veces llegan hasta lo grosero...
...En ese otoño del medievo con aires
renacientes se produce una gran literatura en francés que se extiende hasta en
los territorios alemanes. Carlos I (de España) vivirá ese ambiente francófono y
en ese idioma se expresará casi siempre...El ideal de conducta de un rey que
hereda Carlos I, y al que querrá ser fiel toda su vida, sigue siendo el del (borgoñón)
"caballero cristiano de honor y reputación"...Y siempre al servicio
de la dinastía."
++++++++++++
Carlos V
emperador del Sacro Imperio Romano Germánico y I de España, nació en Gante el
24 de febrero de 1500, hijo de Juana 'la Loca' reina de Castilla y de Felipe 'el
Hermoso' de Habsburgo y de Valois, hijo y heredero del emperador Maximiliano y
de la duquesa del principado de Borgoña María de Valois, además de primer par
de Francia y presidente de su Parlamento. Su hijo, el niño Carlos, fue
caballero del Toisón de Oro antes de cumplir un año, y ostentó el título de
duque de Luxemburgo hasta 1506, año en que falleció su padre; por lo que
entonces Carlos pasó a ser el archiduque único heredero del emperador
Maximiliano: es decir, candidato al Imperio; y comenzó a compartir el título
real con su madre, Juana I de España. Carlos de Habsburgo y Borgoña-Valois fue
bautizado en San Babon por el obispo de Tournai, y se le impuso su nombre en
recuerdo de su bisabuelo Carlos 'el Temerario', duque de Borgoña.
Pero ¿cómo era Carlos?, ¿cómo era su educación y su
preparación para llegar a ejercer adecuadamente tan altos destinos como le
correspondían?.
Para contestar a estas preguntas vamos a recurrir a un buen conocedor suyo, el
historiador José Antonio Vaca de Osma, quien al referirse a Carlos I prioriza,
muy acertadamente, la descripción minuciosa de la persona y sus cualidades
antes de narrar los hechos de los que fue protagonista.
Afirma Vaca de
Osma[29]
que Carlos: "...no podía considerarse plenamente como un Habsburgo, pues
de sus treinta y dos (primeros) antepasados solamente una línea procedía de
Alemania, la de su abuelo Maximiliano. Todos sus otros abuelos no eran de
sangre alemana y corrían por sus venas las de Castilla, Aragón, Portugal,
Visconti, Borbón y Valois...Era
voluntarioso y cruel, pareciéndose a Carlos el Temerario, el viejo duque de
Borgoña...También era obstinado y machacón, aún en contra de los dictámenes de
la conciencia política...Dicen que era reflexivo, tímido, poco expresivo y
expansivo, impasible, bonachón de aspecto y nada precoz...pero de 'corazón
valeroso'...flemático, moderado, paciente...Pero la cualidad más marcada de
Carlos fue su extraordinaria voluntad, con la que fue capaz de superar alguna
de sus deficiencias, en especial su delicada salud, las debilidades de su
cuerpo...otros cronistas cuentan que mostraba la alegría y la vitalidad de su
abuelo el Temerario...
...Las primeras lecciones que recibió el
futuro emperador se las dieron ciertos flamencos...De los maestros de los
Paises Bajos aprendió lecciones de historia, las crónicas del país y las
hazañas de sus antepasados, con lo que reforzó sus entusiasmos borgoñones y
dinásticos (Valois-Borgoña)...No fueron muy afortunados en cambio los maestros
españoles, pues poco asimiló de cuestiones y del pasado hispano...
...Al pobre muchacho le obligaban a leer
las Consolaciones de Boecio y las Meditaciones de San Agustín. Apenas
sabía latín y el flamenco lo aprendió malamente hacia los trece años. Mal
también aprendió el alemán, que tuvo que utilizar como emperador con bastante
dificultad, y lo mismo le ocurrió con el italiano. En cambio, el francés fue su idioma natural, nativo,
y lo habló y escribió siempre con claridad, orden y hasta con galanura...Carlos
tuvo gran pasión por la música...
...Maximiliano (el emperador)
consideraba a los franceses "como los enemigos de nuestra casa". Luis
XII (rey de Francia), por su parte, consideraba al joven Carlos como feudatario
suyo, igual que lo fue su padre, Felipe el Hermoso...El niño todavía duque de
Luxemburgo vivía rodeado de la nobleza profrancesa...".
En España, a Carlos I se lo consideró un
'extranjero'; lo que si bien era cierto por su nacimiento y por su educación,
no lo era en cambio desde el punto de vista genético pues, como ha
concluido Michel Péronnet [30]:
"...Carlos V desciende por siete cuartos, de la Casa Real de Francia por las
ramas Borbón y Valois (Borgoña); por cinco cuartos de la Casa Real de
Castilla; por dos cuartos de los Enríquez, grandes de Castilla; por cuatro
cuartos de la Casa Real de Aragón; por cinco cuartos por la Casa Real de
Portugal. Asi pues, por más de la mitad de sus ascendientes, Carlos está unido
a casas reinantes de la Península Ibérica...Carlos desciende de la casa reinante de los Habsburgo por cuatro
cuartos, y por dos cuartos de las casas reinantes de Inglaterra."
Con esta amplia
y minuciosa semblanza del futuro César Carlos, podemos adentrarnos ya en una buena comprensión de los hechos y de las
hazañas de los que fue protagonista; pero lo haremos mucho mejor si tenemos en
cuenta también la obsesión que tuvo su abuelo el emperador Maximiliano, de
"recuperar el ducado del principado de Borgoña", que para Carlos era
su verdadera 'casa materna dinástica'.
Según Janko von
Musulin[31]
"...la época de Carlos V lleva al apogeo a los Habsburgos; en la figura de
este emperador se piensa siempre con nostalgia; a él se dedican continuamente
nuevos estudios, análisis y ediciones de lujo; se habla de la vastedad de su
imperio, que causa confianza, de la fuerza de la visión imperial, que espolea a
los hombres y los dispone a cualquier sacrificio, de la claridad y belleza de
las artes figurativas en su tiempo; el mismo emperador fue retratado por
Holbein el Joven y por Tiziano en cuadros que todavía nos fascinan...".
Fue el monarca
más poderoso de Europa. Su reinado fue una continua lucha. Como gran guerrero
que fue, impuso su poder absoluto en España tras sofocar las sublevaciones de
las Comunidades (1521) y las Germanías (1521-23), mantuvo seis guerras con
Francia y luchó contra los turcos en el centro de Europa y en el Mediterráneo.
Trató de frenar por todos los medios el avance de los protestantes en Alemania.
Logró derrotarlos en la batalla de Mühlberg(1547), aunque finalmente se vió
obligado a firmar la paz de Augsburgo (1555), por la que se reconocía a
protestantes y a católicos igual libertad religiosa.
Uno de los
mejores biógrafos del emperador Carlos V del Sacro Imperio Romano Germánico, el
historiador Manuel Fernández Álvarez[32],
subraya su figura como líder de la Cristiandad. Efectivamente, dice así:
"...su ideal era la paz en la
Cristiandad...Hasta los tiempos de Carlos V había llegado la idea de cruzada, y
él la recibe como un legado precioso. Por supuesto, la cruzada en su más puro
sentido histórico, esto es: la empresa militar que libere los Santos Lugares,
que vivían bajo la opresión del Imperio turco; si bien las circunstancias del
siglo XVI imponían objetivos más humildes, tales como la defensa de la propia
Europa cristiana, amenazada en mar y en tierra por las formidables ofensivas de
Solimán el Magnífico...Los años veinte en el Quinientos son también los del
desarrollo de la Reforma. Llegará un momento en que esa cuestión acabe
absorbiendo la atención de Carlos V...Él era el brazo defensor de la
Cristiandad contra sus enemigos externos e internos; y el más peligroso de los
internos, si es que había de hacer caso a los teólogos, pues era la
herejía."
Carlos V intentó que su 'monarquía universal'
abarcase la mayoría de Europa, pues se consideraba legitimado no solo para
gobernar en sus dominios sino para liderar y defender la Cristiandad en toda
Europa,
por lo que luchó incesantemente contra los turcos para frenar su avance en la
Europa central y en el Mediterráneo; y también se enfrentó a la herejía
luterana en el resto de Europa. Además, Carlos V no solo se dedicó a ejercer
una política ideológica, pues asimismo siguió una política dinástica de
solidaridad entre los diversos miembros de la Casa de Austria.
============
III.- EL CABALLERO CRUZADO VINCENT DE VALOYS CRÉPY,
PATRIARCA DE LOS VALOIS DE ESPAÑA (Rama de los Valois-Crépy-Nanteuil-Javaloyas)
1) LA RAMA DE LOS VALOYS-CRÉPY-NANTEUIL Y SU CASTILLO DE
CRÉPY-EN-VALOIS COMO CASA SOLARIEGA
Los fundadores de la población de
Jabaloyas, Gaucher de Valoys Crépy y su hijo Vincent de Valoys Crépy, eran descendientes
directos de los antiguos condes de Valois en Francia, y ambos pertenecían a la rama de los Valois-Crépy-Nanteuil.
Sobre el linaje de los condes de Valois es conveniente recordar ahora que fue
el abad Claude Carlier[[33]] el primero en especificarla, por vía paterna, generación por generación,
si bien con algunas imprecisiones y con pequeños errores que otros autores
posteriores han subsanado, en su mayor parte.
El conde de Vermandois y sr.
del Valois, biznieto de Carlomagno, Pepín II de Italia o de San Quintin, fue el
patriarca del linaje carolingio de los condes de Vermandois y/o de Valois. Efectivamente,
su hijo primogénito, Herbert, continuó
la rama de los condes de Vermandois, mientras que Pepín III Berenguer de
Senlís, su hijo segundogénito, fue conde de la región del Valois
(Crépy-en-Valois y Senlis), que se separó del Vermandois a finales del siglo
IX, y también del condado de Bayeux, en Normandía.
Escudo
de la Casa de Vermandois
Fuente: Pinterest
Jean Mesqui ha detallado correctamente
esta rama de los Valois, por vía paterna, en una documentada y minuciosa obra[[34]], en la que dedica un
importante apartado de la misma a la historia del castrum de Crépy y de los condes o señores del castillo-fortaleza
(o donjon) de Crépy-en-Valois, del que reproducimos a continuación los párrafos más significativos:
“1) Los señores del castrum de Crépy:
A)
El periodo de los (Carolingios) condes de
Valois-Vermandois.
Crépy-en-Valois, una villa situada al nordeste de París a unos sesenta
kilómetros de la capital fue, de los
siglos X al XIII, un señorío cuyos titulares figuraban entre los más poderosos
feudatarios de la corte real; la familia de los señores de Crépy, condes de
Valois, Vexin, Amiens y Vermandois, se encontraban entre los más grandes del
reino (de Francia). Situada sobre la encrucijada de los caminos que llevaban
de Flandes a Champagne y a Ile-de-France, la villa adquirió –en los siglos en
que se desarrollaron las grandes ferias comerciales- una posición económica
destacada, reforzada por su importante situación estratégica cerca del dominio
real.
Sin duda, el apogeo de esta villa
principal se sitúa precisamente en estos siglos X a XIII, pues posteriormente,
a pesar del fasto que conllevaba el principado
de Valois concedido a los príncipes de Francia, que le valieron la dignidad de
capital del Valois, la villa de Crépy decayó
progresivamente, como las grandes ciudades en que se celebraban las ferias en
Champagne. Por ello, se tiene el privilegio de poder analizar una estructura de
villa que se ha modificado poco respecto a su primitiva situación medieval;
mejor aún, se han logrado conservar monumentos, entre ellos un edificio
insigne, llamado hoy Castillo o Fortaleza o Auditorio, flanqueado de una
capilla de buena factura, junto a monumentos religiosos verdaderamente
notables, como el priorato cluniacense de San Arnoul o la colegial de San
Tomás.
La familia de los señores de Crépy aparece a principio del siglo X, con Raúl
y con Gautier. El segundo
Raúl, entre 935 y 943, según un relato legendario, habría incitado al clérigo
Constancio, depositario poco escrupuloso de la reliquias de San Arnoul en
Yvelines, a llevarlas definitivamente a Crépy, después de que se conservasen
algún tiempo, primero en Rocquemont, y después en Vez. Con tal motivo, se fundó
en el castillo de Crépy una colegiata de canónicos. El relato hagiográfico del
suceso, que tuvo lugar al principio del siglo XI, es de una precisión notable,
pues dice que la iglesia fundada entonces estaba situada in angulo castelli.
El primer señor de Crépy-en-Valois identificado perfectamente por la historiografía
es Gautier II, llamado “el Blanco”, que era también conde de Amiens y de Vexin,
y que vivió a finales del siglo X y en la primera parte del siglo XI. Gautier II, casado con la condesa Adela
de Senlis, tuvo el privilegio de reformar la colegiata de canónigos en 1008,
fundando un monasterio consagrado a San Arnoul dirigido por el abad Gérard,
alumno de Gerbert, en el castrum de
Crépy. Su hijo Raúl III (o II, para algunos), también conde de Senlís, se casó
con la heredera del señorío de Nanteuil-le-Haudouin; según dice Carlier, heredó
a la muerte de su padre el señorío de Crépy, que se había reservado Gautier II.
Más adelante se detallará el reparto que hizo Raúl III de sus
posesiones entre sus hijos Raúl IV y Thibaut, con las que éste último formó el
patrimonio inicial de los Valois de Crépy-Nanteuil (casa de los
Valois-Crépy-Nanteuil). Su hijo primogénito Raúl IV fue uno de los más
poderosos feudatarios del Reino: conde de Amiens, Valois, Vexin, Tardenois,
Montdidier, Bar y Vitry; se sabe que llegó a esposar, ilegítimamente, a la
viuda del rey de Francia Enrique I, Ana de Kiev, tras haber repudiado a su
mujer. Después de su muerte, en 1074, su hijo primogénito Simón, conde de
Amiens, Valois, Montdidier, Bar, Vitry y Vexin, abandonó sus bienes dejándoselos
a su hermana Adela o Alix para hacerse monje de la orden de Cluny a la que
había concedido el monasterio de San Arnoul entre 1077 y 1081; periodo
importante en el que esa iglesia de San Arnoul se integró en la órbita de los
monasterios cluniacenses.
Este episodio es interesante, pues se sabe
que Simón hizo traer de Montdidier el cadaver de su padre que hizo colocar en
esta iglesia de San Arnoul en que había sido bautizado, junto a sus antepasados
y a su primera esposa. A pesar del carácter relativamente marginal en
comparación con toda la serie de feudos y territorios que poseía Simón, tanto para él como para su padre, el castrum de Crépy, con su iglesia de San
Arnoul, continuaba siendo un lugar sentimentalmente privilegiado.
Crépy pasó, como casi todas las posesiones de San Simón, a su hermana Adela
o Alix, esposa del conde Herbert de Vermandois; su hija Adela aportó la dote
del Valois y del Vermandois al Capeto príncipe Hugo 'el Grande' de Francia
cuando se casó con ese hijo del rey Enrique I y de Ana de Kiev. Su hijo el
Capeto Raúl V, conde de Vermandois y de Valois, senescal de Francia, murió en
1152; fue inhumado, como sus antepasados, en San Arnoul de Crépy que se había
convertido en la necrópolis de esos príncipes....(Finalmente,
cuando su hija y heredera) Aliénor Capeto y Valois-Vermandois murió sin hijos
en 1213, la totalidad de sus posesiones, pasaron a la Corona de Francia.
B)
El
periodo de los principados.
Después de esta fecha, Crépy-en-Valois,
que era a la vez “buena villa”,
castellanía real y capital del señorío del Valois, vivió al ritmo de las
concesiones o de los infantazgos reales. De
Pero de nuevo, en 1344, el Valois fue concedido al príncipe Felipe de Francia, duque
de Orleans, hijo de Felipe VI. Este príncipe añadió en 1353 al principado,
las castellanías de Pierrefonds, Béthisy y Oulchy, por un intercambio con el
rey Juan “el Bueno”; y después de su muerte, en 1375, su viuda Blanca conservó en dote el Valois hasta que
falleció en 1392...
Hasta principios del siglo XVII fueron sucesivamente poseedores del
principado del Valois varios miembros de la Casa real de Francia, titulándose
duques de Valois...En fin, tras la muerte en 1615 de la princesa Margarita de
Francia, duquesa de Valois, la Corona recuperó el principado del Valois, y ocho años más tarde, a petición de las
monjas hermanas de Santa Úrsula que deseaban establecerse confortablemente en
Crépy, el rey Luis XIII les concedió, el 15 de septiembre de 1623, “las
viviendas del castillo de la villa de Crépy, que consiste en tres cuerpos de
edificio con la capilla, con el conjunto de patios y jardines, y hasta el
cierre que los separa de los patios de la antigua fortaleza y castillo donde se
encuentran las torres de entrada al castillo, en el ducado del Valois, e
incluso una parte del patio existente entre la citada capilla y el Auditorio (o Casa feudal solariega), que
serán separados por una muralla....”. Fue
el final del castillo ducal”.
Termina así Jean Mesqui el primer apartado
de su documentado libro citado, que dedica a relatar la historia del castrum de Crépy-en-Valois. Pero, como
yo mismo he comprobado personalmente en mi visita al mismo, el final del castillo ducal de los Valois
no supuso la destrucción de ese 'Auditorio'
o Casa solariega, edificio insigne que se conserva actualmente con el
nombre de Castillo-fortaleza (o Donjon),
junto a la capilla de San Aubin, que ha sido magníficamente restaurada. Este
castillo, que fue la Casa solariega de los Valois, sobre todo de la rama de los
señores de Crépy-Nanteuil, alberga hoy los Museos de Arte Sacro y del Valois, que
están abiertos al público.
Castillo-fortaleza (o donjon) de Crépy-en-Valois
Además, en su citada obra Jean Mesqui dice[35] también lo siguiente:
“2) El
señorío del castillo-fortaleza de Crépy-en-Valois (o Donjon), desmembramiento del castrum
primitivo.
El castrum
de Crépy no permaneció como estaba primitivamente, pues fue cambiando a lo
largo de la evolución de la época feudal. En efecto, como ha dicho Carlier, y no ha sido desmentido por los más recientes
historiadores, Raúl III (o II, para algunos) había dividido hacia 1030 el
castillo de Crépy en dos mitades: “...reservó el cuerpo de hotel con sus
dependencias para Raúl IV de Valois, su primogénito, y dio el donjon a
Thibault...” su segundo hijo. Thibault fue el origen de un linaje de
dignatarios llamados “de Crépy, señores de Nanteuil”. El desmembramiento
efectuado por Raúl III abarcó, además del castrum
de Crépy, a sus posesiones condales de Nanteuil-le-Haudouin, Lévignen,
Villers, Betz, Morcourt, Saintines y Néry, que pasaron al dominio de Thibaut
quien, según Claude Carlier, instaló dentro del recinto del donjon, en su señorío de Crépy, una
capilla dedicada a san Aubin, obispo de Angers, a la que transfirió diversas
reliquias de santos que tenía en propiedad.
La genealogía establecida por Carlier
muestra que a Thibaut, el primer señor de Crépy-Nanteuil, le sucedió su hijo
Adam llamado “el Rico”, quien hacia 1080 fundó en esta capilla una cofradía
denominada “cofradía de los sacerdotes”, transferida hacia
Fachada
fortificada actual de la iglesia de Nanteuil-le-Haudouin
A Adam le sucedió Thibaut II, y mucho más
tarde Thibaut III de Crépy-Nanteuil (mencionado en 1150-1182); en el mandato de
éste último se señalan, por primera vez, en 1180, los capellani capellae fidelis Theobaldi de Crispeio. Este señor, que estaba casado con Clemence
de Bar-le-Duc, testó en 1182.
Poco después de su fallecimiento en 1185,
su viuda Clemence hizo, en nombre de su primogénito Felipe I de Crépy-Nanteuil,
un acuerdo con el recién creado ayuntamiento de Crépy-en-Valois. El acuerdo fue
renovado por Felipe en 1197, en presencia de Aliénor, la condesa de Vermandois
y del Valois; en él se fijan los respectivos derechos de los burgueses y de los
señores de Crépy-Nanteuil. Específicamente, se encuentra en él, respecto a
estos derechos, la mención del censo percibido en la puerta de Crépy, de los que cincuenta sous se destinaban a los canónigos de San Aubin, mencionados aquí
como tales. Además, este convenio o
acuerdo, definía precisamente la extensión del territorio que estaba sometido a
la justicia de los señores de Crépy-Nanteuil; se encuentra aquí por primera vez
la mención al castillo-fortaleza (o Donjon) de Crépy.
Castillo-fortaleza (o donjon) de los Valois en Crépy-en-Valois: vista general actual
Felipe I de Crépy-Nanteuil y su hijo
Felipe II aparecen seguidamente en numerosas cartas. El primero, muerto en
1227, transformó antes de 1197 la capilla de San Aubin en colegiata, dotándola
progresivamente de cuatro prebendas; el segundo la dotó de una quinta prebenda
en marzo de 1231; en 1222 Felipe I fue designado como patrón de la colegiata...
...Curiosamente, Carlier indujo a error a
todos los historiadores del siglo XIX, como afirman Mulrac y Bergeron,
afirmando que el señorío del Donjon de
Crépy fue cedido por Felipe I de Crépy-Nanteuil al rey Felipe Augusto entre
1215 y 1218. Sin embargo, como acabamos de decir, después de estas fechas,
Felipe II actuó a favor del capítulo de San Aubin, parte integrante de su
señorío de Crépy...
...Los autores antiguos llegaron a
equivocarse por la falta de fuentes directas; no obstante, es fácil de
demostrar que el señorío del Donjon de Crépy permaneció como señorío
privado hasta la mitad del siglo XVI.
En efecto, se encuentra en una relación de los feudos del Valois que se hizo en
1375-1378 el reconocimiento del feudo del Donjon
de Crépy por Jean de Châtillon, señor de San Hilliers y de Dours. Pues este
Jean de Châtillon no era otro que el hijo de Gaucher de Châtillon, señor de los
mismos lugares, yerno de Felipe II de Passy-Nanteuil, él mismo biznieto de
Felipe II de Crépy-Nanteuil. Es
indudable que el feudo del señorío del Donjon
de Crépy pasó de los Crépy-Nanteuil al dominio de sus sucesores los
Passy-Nanteuil, hasta el reparto de la herencia de Felipe II de Passy-Nanteuil,
ocurrido en 1356, fecha en la que este señorío pasó a una hija menor, saliendo
así de la familia para integrarse en una rama de la imponente familia de los
Châtillon...
En mi visita al castillo
fortificado o donjon o casa solariega
de los Valois; y a la aneja capilla de San Aubin. Estoy en la puerta de la actual
entrada lateral al castillo.
...Según J.M. Tomasini, el señorío del Donjon de Crépy fue revendido a María de
Clèves, viuda de Carlos de Orleans, en 1470 por Robert II de Châtillon; de esta
forma el antiguo feudo se integró en el dominio real dado el hecho del acceso
de los Valois-Orleans al trono de Francia. En 1522, el feudo fue de nuevo
separado del dominio real, y vendido con opción de recompra, al maestro Arthur
d'Aunoy, canónigo de
De esta forma, el señorío o feudo del Donjon de Crépy, desmembrado sin duda en
el siglo XI a favor de una rama segundogénita de la familia condal de los
Valois, permanecerá hasta 1430 independiente del castillo propiamente dicho, al
cual fue de nuevo agregado cuando lo abandonó la familia de los Châtillon.
Cuando fue otra vez desmembrado, hacia 1520, solamente la granja señorial fue
objeto de venta feudal; el hotel o casa solariega o 'Auditorio', que era lo
principal del lugar, quedó sometido al dominio real (o ducal, según los
mencionados principados) afectado por justo título.
Es preciso pues subrayar, en la historia
del señorío, la evidente fractura que se produjo cuando el Donjon pasó a la familia de Passy, en 1268, tras el matrimonio de
Alix de Crépy-Nanteuil con Pedro II de Passy; en adelante, el patronímico de
Crépy no se siguió utilizando, relegado sin duda a menor fortuna, eclipsado por
las castellanías rurales de la familia. Puede concluirse que después de Felipe
II de Crépy-Nanteuil, es decir más allá de la mitad del siglo XIII, el señorío
del Donjon de Crépy no fue más que
una fuente de renta para sus detentores, que no quisieron residir en el antiguo
castrum; en todo caso, su relación
con el hecho feudal se había
extinguido tras la última creación de prebendas a favor del capítulo de San Aubin
en la segunda mitad del siglo XIII.......
"3)...El conjunto del castillo-fortaleza (o Donjon): ¿palacio feudal, palacio urbano?.
En definitiva, el Donjon de Crépy figura entre estos edificios todavía poco
conocidos, poco o nada estudiados, que se catalogan entre el palacio
principesco, la mansión señorial feudal y el palacio burgués.
Murallas defensivas del castillo-fortaleza
(o donjon) de Crépy-en-Valois
Está entre estas tres categorías de
edificios, pues ese conjunto arquitectónico no corresponde a ninguno de estos
arquetipos, pero presenta caracteres típicos de todos ellos y, además, añade
otras formas arquitectónicas, comenzando por la torre-residencia. De hecho, en
el plan estrictamente tipológico, el Donjon de Crépy-en-Valois es lo que puede
llamarse “salón con torre”, complementado con una capilla. Se trata pues de un
conjunto completo respecto a la trilogía aula/camera/capella
que se considera como lo característico de la arquitectura noble
medieval...
...Una de las funciones principales
atribuídas al edificio del Donjon ha
sido, sin duda alguna, la ostentación: la presencia de ventanas decorativas con
mucha mayor frecuencia que en otras construcciones similares permite afirmar
que la voluntad de su constructor fue la de confirmar exteriormente su riqueza
más bien que su potencia o su poder. La colocación de otro piso superior en la
capilla expresa dicho propósito: la posesión de una capilla con dos plantas,
siendo colegiata, ¿no era, en esa época, un simbolo evidente de éxito?.
Es curioso comprobar en este edificio la
suma de contradicciones que resultan de la superposición de estos roles
sociales: casa urbana, con su acceso
por la planta baja, sus ventanas excesivas propias de una torre-residencia, por
su volumen y por su empaque; palacio
feudal, con la trilogía ya mencionada; mansión
señorial de carácter rural compacta y desarrollada en altura, con dos grandes salones. En resumen, el Donjon de Crépy se sitúa realmente como
bisagra entre varios tipos de construcción: ni palacio, ni casa, ni mansión
señorial en puridad, se trata de un
edificio singular que corresponde principalmente a la voluntad de un señor,
Felipe I de Valois-Crépy-Nanteuil, que pretendió afirmar dentro de un castillo
regio la posición prominente que había adquirido, gracias a su parentesco y fidelidad
al soberano francés, sobre el feudo que desde la antigüedad detentaba su
familia Valois y que mantuvo hasta que fue integrado en el dominio real.
Extraordinaria complejidad de la voluntad
del propietario-constructor; extraordinario resultado, que no tiene equivalente
apenas en los tipos de contrucción contemporánea. Si bien existen, en la
región, ejemplos de torres o de salones-torres de carácter rural, el Donjon de Crépy es un raro ejemplo de
construcción en plena villa, pero dentro de una fortaleza o castrum, desmarcándose así de lo que
pudieron ser casas o palacios urbanos pertenecientes a caballeros del castrum o a familias nobles, al
presentar una calidad arquitectónica sobresaliente, en el sentido profundo, es
decir en cuanto a su adecuación funcional...En conclusión, el castillo o Donjon
de Crépy-en-Valois en mi opinión representa lo típico de una época o de un
contexto social, más bien que un estilo o una tipología. Este edificio, medio
palacio feudal, medio palacio burgués, es el producto de una nobleza que se
fortalece en las guerras del rey Felipe Augusto; es la residencia de un señor
cortesano del rey; y ha servido también para la ostentación de la importancia
de un señor enriquecido con numerosas posesiones, que reconstruyó el castillo
familiar....En el Donjon de Crépy nos
hallamos ante un caso en donde el desmembramiento del castrum primitivo se ha efectuado en beneficio de una rama
segundogénita de la familia Valois (los Crépy-Nanteuil); pero, sobre todo,
en un caso en que el feudo así desgajado ha continuado integrado en el castrum original, pero dando lugar a un
conjunto autónomo de edificios.”.
++++++++++++
Hasta aquí se ha reproducido extensamente
el relato esclarecedor de Jean Mesqui
sobre la evolución del castrum o
fortaleza de Crépy y sobre el singular castillo o mansión feudal que hay dentro
del recinto del castrum; así como sobre la historia de la familia de los
señores del castillo o donjon de
Crépy-en-Valois, que residió en ese edificio durante varios siglos. Termina
así su interesante relato, que ha descrito minuciosamente lo que fue el
castillo o donjon o 'auditorio' que fue la mansión señorial de la rama de los
Valois-Crépy-Nanteuil, a la que perteneció Vincent de Valoys Crépy, el
caballero cruzado reconquistador de Alpuente, en España, villa real en donde
estableció su casa señorial, que fue también la de sus descendientes, los
Valois de España, hasta finales del siglo XVI, cuando la mansión señorial de
los Javaloyas se trasladó a la capital y corte del reino de Valencia.
En su anterior
relato, Jean Mesqui ha mencionado al abuelo paterno del caballero Vincent de Valoys Crépy, que fue Thibaut III de Valoys-Crépy, señor de
Crépy, de Nanteuil-le-Haudouin y de otros feudos en la región francesa de
Valois; quien tuvo tres hijos; su primogénito fue Felipe I de Crépy-Nanteuil, que
le sucedió en sus principales feudos y dominios. Felipe y su hermano Guy fueron caballeros abanderados al servicio de su
pariente el rey Felipe Augusto de Francia[36]. El tercer vástago de Thibaut III fue Gaucher de
Valois Crépy, quien fue señor en Valois: de Lévignen, de Saintines y de Néry.
Gaucher se casó con una prima lejana de su madre, de la estirpe de los
'Bar-le-Duc', denominada Helwide o Heilwich de Ferrette o de Bar Mousson, y que murió joven, a los 21 años; por lo
que tuvieron solamente un hijo: Vincent
de Valoys Crépy, quien quiso labrarse un buen porvenir guerreando como
caballero, principalmente en las cruzadas reconquistadoras de los reinos
hispánicos.
Algunos parientes próximos de Vincent de Valoys Crépy se encuentran citados nominalmente en diversos documentos que se reproducen en “Les Registres de Philippe Auguste”[[37]].
En efecto, la mención nominal de su abuelo
paterno Thibaut III de Crépy-Nanteuil, señor de Crépy-en-Valois y de
Nanteuil-le-Haudouin, se halla en los documentos incluídos en esos Registros
reales, concretamente en las páginas 447, 448 y 457. Además su tío paterno,
Felipe de Crépy, señor de Crépy y de Nanteuil-le-Haudouin, es mencionado
específicamente en los documentos reproducidos en las páginas 319 y 459 de los
citados “Les Registres...”. Asimismo,
en la página 319 de esta 'Relación de caballeros' aparecen mencionados nominalmente
los tíos paternos de Vincent de Valoys Crépy, que son Guy y el primogénito Felipe.
En fin, a continuación voy a reproducir, traducido al castellano, un
documento en latín que se encuentra en los ya mencionados Registres de Philippe Auguste, en las páginas 458-459, dentro del capítulo titulado Cartas diversas, relacionada como la carta número 20, y fechada en el año 1187, en la que se cita expresamente
a varios parientes próximos de Vincent de Valoys Crépy, entre ellos a sus dos
tíos paternos, cuyos nombres he destacado con letra negrita en el texto de la
carta.
Esta carta número 20 dice lo siguiente:
“Alienor (apellidada Capeto y Vermandois-Valois), condesa de San Quintín y señora del Valois, concede a
Carta a
Yo, Leonor(Alienor), condesa de San Quintín y
señora del Valois, quiero conceder ahora y para siempre, por amor de Dios y
para redención de mi alma, de las de mis padres y de las de mis antepasados,
dada en perpetua y libre voluntad, a
Firman la presente como testigos los
siguientes: Pedro, cura decano de San Tomás (de Crépy); Felipe de Valois-Crépy-Nanteuil; su hermano Guy (de Valoys Crépy); Bartolomé
de Thoyri y su hijo Bartolomé; Arnulfo Búgaro y su hijo Juan; Alberto de Faiel;
Pedro de Vals, Esteban de Bonneuil, Bernardo prepósito (de Crépy). Dada en el
año del Señor 1187, reinando Felipe (Augusto), rey de los Francos.”
Finalmente, hago referencia de otro destacado pariente de Vincent de Valoys
Crépy: se trata de Felipe II de Crépy-Nanteuil, señor de Nanteuil-le-Haudouin,
denominado “el Poeta”, quien ha sido citado por Jean Richard en su famosa biografía
sobre el rey San Luis de Francia[[38]].
============
2) EXPOSICIÓN DETALLADA DEL LINAJE
PATERNO DE VINCENT DE VALOYS CRÉPY.
En el libro que
el historiador don Valeriano Herrero Herrero, canónigo de Segorbe (Castellón), publicó
en 1993, titulado La Villa de Alpuente,[39] en el que dedica
un apartado, que comprende las páginas 141 a 144, a los Jabaloyas (o Valoyas o
Valoys), donde específicamente reproduce en esas página una gran parte del
texto de una real cédula o albala de
Felipe II de España, de 1 de mayo de 1562, por la que el rey concedió a don
Vicente Javaloyas o Valoyas de Alpuente (Valencia) nuevas armas que añadir a
las que ya poseía en su escudo, en
consideración tanto a los servicios prestados a la Corona de España por el
mismo y por sus antepasados como a “vuestra ilustre sangre, y que
descendéis por línea recta de los Condes de Valois en Francia (según hemos sido
informados).....”[40].
Felipe II, rey
de España
El texto íntegro de esa real cédula o albala de
Felipe II de España se encuentra en la Biblioteca Nacional de Madrid, en su
manuscrito número 11393, que contiene la historia de los Valois de España, que
comienza cuando el caballero Gaucher de Valoys Crépy, señor de Néry, Saintines y Lévignen en la región del
Valois en Francia, descendiente directo de los condes de Valois de Francia, vino a nuestra patria para participar en la
cruzada de la batalla de las Navas de
Tolosa y, tras la victoria cristiana, se afincó en Albarracín.
La
mencionada cédula o albala de Felipe II dice, literalmente, lo siguiente:
"Don Felipe,
por la Gracia de Dios Rey de Castilla, de Leon, de Aragon, de las dos Sicilias,
de Jerusalen, de Navarra, de Granada, de Toledo, de Valencia, de Galicia, de
Mallorca, de Sevilla, de Cerdeña, de Cordova, de Corcega, de Murcia, de Jaen, de
los Algarves, de Algeciras, de Gibralttar, de las Islas de Canarias, de las
Indias, Islas y Tierra firme, del Mar Oceano, conde de Varzelona, Señor de
Vizcaya, y de Molina, etc. Por quantto por parte de vos Vicente de Valoyas o
Javaloyas, Natural de la Villa de Alpuente, en nuestro Reyno de Valencia, nos
fue fecha relazion de los loables servicios echos por buestros anttepasados en
servicios de Nuestros Predecesores, y en partticular de los de Vicente de
Valoys, vuestro Progenitor y de donde venis que paso de Francia con Oliver de
Termens y aiudaron al Señor Rey Don Jaime de Aragon llamado el conquistador en
la conquista de Mallorca el año de mil doscientos y veintte y nueve, donde obro
memorables echos, en cuia remuneracion le concedio nottables honrras y privilegios
para si y sus descendientes y despues nos sirvieron en ttiempo de los Señores
Reyes Catholicos Don Fernando y Doña Isabel, mis gloriosos bisabuelos, en la
Guerra de Granada, y en partticular en el Reinado de la Majestad Cesárea del
Emperador Don Carlos quinto, mi Señor y Padre, en las hermandades que hubo en
dicho Reyno de Valencia, en que procedió con la fidelidad que otros muchos
Nobles de él, asistiendo con gran peligro de su Vida contra los desleales que
ttraian postergado aquel Reyno, lográndose por estte medio la paz y la
ttranquilidad, con castigo de los culpables, y porque es propio de la Majestad
Real ensalzar y sublimar con magníficas mercedes a los nobles descendientes de
los que por su esfuerzo y heróicas Proezas, merecen que sus Casas y familias
sean Ilustradas con honores y mercedes para que permanezca en ellas con
Recuerdos loables, por mí considerados los servicios echos a estas Coronas por vos, el
dicho Vicente Jabaloyas y buestros ascendientes, echos en conquista de
Ciudades, Villas y Plazas fuertes que ganaron a los Moros en cuia consideración
y la de vuestra Ilustre Sangre ya que descendeis por línea recta de los Condes
de Valois en Francia (según hemos sido informados) cuyos subcesores fundaron el
Lugar de Jabaloyas, en nuestro Reino de Aragón, donde quedó el propuesto
Vicente Jabaloyas por Casttellano de los dos Castillos de la Villa de Alpuente
en mio Reyno de Valencia, y sus testimonios, y juntamente le hizo merced del
Palacio del Rey Moro, que ttenía dicho Señor Rey D. Jaime, en aquel Lugar,
honrando vuestro linaje y Nobleza, y para que esta quede perpetuada en vuestros
descendientes, y continueis el Real servicio a imitazion de buestros
Ascendientes, y os concedemos perpetuamente para siempre jamas, a vos y a los
que vinieren de vos por linea recta de Varon, podais ttraer, y ttraigan despues
de vuestras Armas antiguas que son en campo dorado con cinco flores de Lis,
orladas de Jaqueles de Plata y Rojo en torno que fueron de buestros Maiores, y
las que añadió de un Castillo de Piedra en rojo sobre una Puente de dos ojos,
Armas propias de dicha Villa de Alpuente, el dicho D. Vicente Jabaloyas quando
se enttrego aquella fortaleza por los Moros que la ocupaban a los cristianos,
señoreándola el Señor Rey D. Jaime, por ser el primero que la entró, tomando
posesión en su nombre, un León de Purpura Coronado, sobre campo de Plata,
quartel de mias Armas Reales para que las podais llevar y lleveis junto con las
dichas vuestras, y buestros subcesores, poniéndolas en vuestra Capilla,
entierros, sepulchros, edificios, Sellos, Reposteros y demas partes que os
convengan y les convengan, en todos los Lugares públicos y privados que así es
mia Voluntad considersando vuestra Infanzonía, Hidalguía y la de buestros
Maiores, y si quereis o quisieren vuestros subcesores, ahora o en tiempo alguno
se les despache Real privilegio y confirmación de esta nuestra merced, mando a
mis conttadores y cuidadores de mis Privilegios y a mis Notarios y Chancilleres
Maiores y a los demas oficiales que os la den, pasen, libren y sellen, segun y
en la forma que les pidiereis, y en razon de ttodo lo sussodicho menestter sea
para que mas cumplidamente se os guarde, sin impedimento alguno que así es mi
merced y Voluntad.
Dada en la Villa de
Madrid, a primero dia del mes de Maio de mil quinientos y sesenta y dos años.
Yo el Rey: Por mandado de S.M. Francisco de Erasso.".
En esta real
cédula, el rey Felipe II de España afirma que los Javaloyas o Javaloyes
"descienden en linea recta de los franceses condes de Valois". A continuación se especifica detalladamente el
linaje de los Carolingios directos que fueron señores o condes de Valois o de
Crépy-en-Valois por su linea paterna, y que fueron antepasados de Vincent de
Valoys Crépy:
1) El rey Bernard de
Italia, nieto del emperador Carlomagno, tuvo un hijo llamado
Pépin II de
Italia o de San Quintín, que fue conde de Vermandois y señor del Valois (vivió
en 817 -878). Sus sucesores en el condado
de Valois y, finalmente, en el señorío de Crépy-en-Valois y Nanteuil-le Haudouin,
(rama de los Valois-Crépy-Nanteuil),
fueron los siguientes:
2) Pépin III Berenguer, conde de Senlís, de Valois y de Bayeux
(847-893).
3) Bernard I, conde de Senlís y de Valois (875-927).
4) Bernard II, conde de Valois y de Senlis (915-956).
5) Adela de Senlis, condesa de Valois (956-1012), casada
con Gautier II “el Blanco” conde de Valois, Amiens, Vexin y Mantes
(949-después de 998)
6) Raúl III,
conde de Valois y Crépy, y también conde de Amiens, de Vexin y de Vitry
(980-1030) casado con Adela de Breteuil, sra. de Nanteuil-le-Haudouin
(992-1051), que tuvo tres hijos:
- Raúl IV “el Grande” de Crépy, conde de
Valois, Amiens, Vexin y Vitry (1010-1074).
- Thibaud
I de Crépy-Nanteuil: el siguiente (patriarca
de la rama de los Valois-Crépy-Nanteuil)
- Alice
o Alix de Valois, esposa de Thibaud III, conde de Champagne, Blois y Troyes,
antepasado de los reyes de Navarra de la Casa de Champagne.
7) Thibaud I de Crépy-Nanteuil, sr. en Valois: del
castillo-fortaleza (o donjon) de Crépy, y de
Nanteuil-le-Haudouin, Lévignen, Villers, Betz, Morcourt, Saintines y Néry.
8) Adam
Crespy “el Rico” sr. en Valois: de Crépy, de Nanteuil-le-Haudouin, ..... (hacia
1050-Después de 1120).
9) Thibaud II de Crépy, sr. en Valois: de Crépy, de
Nanteuil-le-Haudouin, ..... (hacia 1075-1141) c.c. Isabel de Châtillon (antes
de 1080-....).
10) Isabel de Crépy-Nanteuil, sra. en Valois: de Crépy,
de Nanteuil-le-Haudouin, ..... casada con Enrique I de Châtillon
sr. de Châtillon-sur-Marne (1080-1126).
11) Thibaud III de Crépy sr. en Valois: del
castillo-fortaleza de Crépy-en Valois y de Nanteuil-le Haudouin, Morcourt,
Betz, Saintines y Néry. (hacia 1125-1185) casado con Clemence de Bar-le-Duc
(1130-1187), que tuvo tres hijos:
-
Philippe I de Crépy-Nanteuil sr. del
castillo-fortaleza (o donjon) de
Crépy-en-Valois, de Nanteuil-le Haudouin, de Morcourt y de Betz. (1160-....),
- Guy de Valois Crépy, señor de Bouillancy.
- Gaucher de Valoys Crépy: el siguiente.
12) Gaucher de Valoys Crépy, sr. en Valois: de Saintines,
de Néry y de Lévignen (nacido hacia 1165- fallecido en 1123), sr. de Jabaloyas
(Teruel, España) casado con Helwide o Heilwich de Ferrette o de Bar Mousson
(nacida hacia 1166-1188)
13) Vincent de
Valoys Crépy, sr. de Jabaloyas (Teruel) y alcaide de Alpuente
(Valencia) (hacia 1185-hacia 1250), casado con Isabeau de Senlis. Este caballero cruzado es el patriarca
de la rama de los Valois-Crépy-Nanteuil-Javaloyas, a los que se los conoce como
'los Valois de España'.
En 1229, años más tarde del fallecimiento de Gaucher
de Valoys Crépy, su hijo Vincent de
Valoys Crépy, que estaba en Francia,
regresó a España para ayudar al rey don Jaime I de Aragón en la cruzada de la conquista
de Mallorca y, después, en la del reino de Valencia. Vincent de Valoys Crépy,
señor de Jabaloyas (Teruel), también reconquistó la villa de Alpuente
(Valencia) en nombre del citado rey don Jaime, quien le nombró castellano (o alcaide)
de los dos castillos de Alpuente.
Como
ya se ha probado anteriormente, ahora solo subrayamos brevemente que el caballero cruzado Vincent de Valoys Crépy descendía directamente del
carolingio Raúl III de Crépy, conde de Valois, de Crépy, de Vexin y de Amiens.
Su abuelo fue Thibaud III de Valois Crépy, señor en Valois: del
castillo-fortaleza (o donjon) de
Crépy-en-Valois y del pueblo de Nanteuil-le-Haudouin y de otras poblaciones de
la región de Valois, quien se casó con Clemence de Bar-le-Duc.
Vista parcial de Nanteuil-le-Haudouin
Además, ya hemos relatado detalladamente que, por sus padres y por
alguno de sus abuelos, Vincent de Valoys Crépy descendía de Carlomagno. También
fue descendiente del rey de Francia Hugo Capeto, pues procedía de los
Robertinos por Roberto I, rey de los Francos. A continuación, se expone la relación de los antepasados directos del
caballero francés Vincent de Valoys Crépy en un cuadro genealógico que se
inicia con los Francos y que continúa por sus monarcas Merovingios y Carolingios
hasta los condes de Valois y su rama de la Casa de los Valois-Crépy-Nanteuil:
DE LOS FRANCOS Y LOS CONDES DE VALOIS HASTA VINCENT DE VALOIS
CRÉPY
Francus de los francos
sicambrios, casado con Lothilde
de Germania
|
Clodius II de los francos sicambrios
|
Marcomir III de los francos sicambrios
|
Clodomir III de los francos sicambrios
|
Anténor IV de los francos sicambrios
|
Rattaire (Rathérius) de los francos sicambrios, casado con Grotte
de los francos
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Richemer de los francos sicambrios †113, casado con Ascyla Victoria des
Icènes
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Odomar de los francos sicambrios
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Marcomir IV de los francos sicambrios ca 104-149, casado con Athilde Athildis de Siluria verch Coel Ap Méric Collus, 95-170
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Clodomir IV de los francos sicambrios †166, casado con Hasilda Hastilde Hasfilda de los Ruges †179
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Farabert de los francos sicambrios †220, casado con Catheloys de Tintagel, del linaje
de los desposinys (parientes de Jesús de Nazaret) iniciado por José de Arimatea
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Sunno Hunno Huano de los francos sicambrios
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Childeric I de los francos sicambrios 189-253, casado con Céasonia Julianus
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Marcomir de los francos sicambrios, , de Toxandrie †ca 281, casado
con Ilnegonde de Lombardía
|
Gonobaud I de Toxandrie 245-289
|
Ragaise de Toxandrie 270-307, casado
con Fin, del linaje de los desposynis iniciado por el apostol Santiago el
Menor, obispo de Jerusalén, sobrino de la Virgen María y de San José
|
Malaric I de Toxandrie, jefe
de los francos salios en Toxandrie. 295-360, casado con Ascyla de Belgie La Gauloise del linaje celta
belga de los morins ca 300-...
|
Priarios de Toxandrie jefe
de los francos de Toxandrie, 324-396, casado con Douce de
Toxandrie
|
Sunno de los francos 358-401,
dq. de los francos, casado con Merowna de Turingia, del linaje de los turingios, 367-407
|
Meroveo I de los francos 390-445,
casado con Hatilde Asturia 395-...
|
Meroveo II x, jefe
de los francos salios 411-457, casado con Chodeswinthe de los
francos, hija de Siegse, del linaje de los reyes-pescadores (desposinys protectores del
Santo Grial, linaje iniciado en José de Arimatea))
|
Childeric I x, rey
de los francos salios 436-481, casado con Basine de
Colonia-Sajonia, del linaje de
los sajones, 438-491
|
Clovis I (Clodoveo) de los francos, rey merovingio de los francos 466-511,
casado con Sta. Clotilde de los burgundios, 475-544,
del linaje de los godos bálticos, visigodos y burgundios
|
Clotario I de los francos, rey
merovingio de los francos 497-561, casado con Aregonde
de Turingia, 500-538
|
Caribert I de París, rey
merovingio de París 520-567, casado con Ingoberge
de París, 520-589
|
Sta. Berthe Aldeberge de París ca 539-610, casada con Ansbert Gallo, mq.
de Schelde, 540-601, del linaje
galo-romano
|
Doda de Heristal 583-650,
casada con San Arnould de Metz, obispo de Metz, 582-641
|
Anségisel de Metz, mayor
de los palacios de Neustria y de Austrasia; dq. de Austrasia 615-685,
casado con Sta. Begga de Landen, hija de Pepin
el viejo de Landen, mayor del palacio de Austrasia
|
Pépin II de Heristal, dq.
de los francos y mayor de los palacios de Neustria y de Austrasia †714
|
Charles Martel, príncipe
de los francos, mayor de los palacios de Neustria y de Austrasia, 689-741
|
Pépin de Francia, rey
de los francos, 714-768
|
Charlemagne x, emperador y rey de los francos, 742-814
|
Pépin de Italia, rey
de Italia, 773-810
|
Bernard de Italia, rey
de Italia, 797-818, casado con Cunégunde de Gellone,
del linaje davídico
|
Pépin de S. Quintin, c.
de Vermandois y sr. de Senlis y del Valois, 818-878,
casado con Rothaide de Bobbio, cdsa de Vermandois,
820-...
|
Pépin III Bérenger de Senlis, c. de Valois, de Senlis y de Bayeux, 844-893,
casado con Cunégunde de Rennes, del linaje de los celtas de la Bretaña francesa, de Inglaterra y
de Irlanda, 860-...
|
Bernard I de Senlis, c.
de Senlis y de Valois, 875-927
|
Bernard II de Senlis, c.
de Valois y de Senlis, ca 915-956, casado con Adele de
Normandía, del linaje de
los vikingos escandinavos
|
Adèle de Senlis , condesa
de Valois, 956-1012, casada con Gautier II, el
Blanco, c. de Valois, Vexin y Amiens, 966-1017
|
Raoul III de Valois, c.de
Valois, de Amiens y III sr. de Crépy ca 985-1060
|
Thibaud I de Valois Crépy,
sr. de Nanteuil-le-Haudouin y del castillo (donjon) de Crépy-en-Valois 1030-1080
|
Adam el Rico de Crépy, sr.
de Nanteuil-le-Haudouin y del castillo (donjon) de Crépy-en-Valois 1050/-1120/
|
Thibaud II el Rico de Crépy,, sr.
de Nanteuil-le-Haudouin y de Crépy-en-Valois 1075-1141
|
Elisabeth de Crépy, sra.
de Nanteuil-le-Haudouin y del castillo (donjon) de Crépy-en-Valois †
|
Thibaut III de Crépy-en-Valois, sr. en Valois (de Crépy-en-Valois y de
Nanteuil-le-Haudouin) †1185, casado con Clemence de
Bar-le-Duc, 1130-1187, del linaje carolingio-sajón de los duques de Lorena y condes de
Bar-le-Duc
|
Gaucher de Valoys Crépy, sr.
en Valois (de Saintines, Nery y Levignen). En España fue señor en Gea de Albarracín y señor fundador de Jabaloyas
(Teruel) ca 1165-1229, casado con Helwide o Heilwich de Ferrette o de
Bar-Mousson, ca 1166-1188
|
Vincent de Valoys Crépy, sr.
de Jabaloyas (Albarracín,Teruel, España) y conquistador y alcaide de Alpuente
(Valencia). También participó como caballero cruzado en las conquistas de
Mallorca y de Valencia capital, realizadas por don Jaime I de Aragón. ca
1185-1250, casado con Isabeau
de Senlis
============
3) ALGUNOS
ANTEPASADOS DE VINCENT DE VALOYS CRÉPY POR SU LÍNEA MATERNA.
Lotario I de Alemania, emperador
Fuente: Religión en Libertad
LINAJE DESDE CARLOMAGNO HASTA VINCENT DE VALOYS CRÈPY POR
LOS CONDES DE BAR-LE-DUC
Charlemagne
x, emperador y rey de los Francos 742-814
|
Louis
I el Piadoso x, emperador y rey de los Francos 778-840
|
Lotario
I de Alemania, emperador de Occidente ca 795-876
|
Ermengarde
de Alemania 845-864
|
Ermengarde
de Meuse 864-
|
Wigéric
de Bigdau, c. de Bigdau y de Methingau 886-ca 919
|
Fréderic
I, dq. de la Alta Lorena y c. de Bar-le-Duc 913-978
|
Thierry
I, dq. de la Alta Lorena y c. de Bar-le-Duc 965-1027
|
Frederik
II, dq. de la Alta Lorena y c.
de Bar-le-Duc 995-1033
|
Sophie
de la Alta Lorena, cdsa. de Bar-le-Duc 1018-1095
|
Thierry
I (Dietrich I) de Bar-Mousson, c. de Bar-le-Duc, de Mousson, de
Montbeliard, de Ferrette y de Verdun. 1045-1105
|
Renaud
I de Bar-le-Duc, c. de Bar-le-Duc, de Mousson, de Brie y de Verdun.
1090-1150
|
Clemence
de Bar-le-Duc 1130-1187 + Thibaut III
de Crépy-Nanteuil, sr. del castillo-fortaleza de Crépy-en-Valois y de Nanteuil-le-Haudouin
ca.1130-1177
|
Gaucher
de Valoys Crépy, señor de Néry,
de Saintines y de Lévignen en el
Valois ca 1165-1229/
+ Helwide o Heilwich de Ferrette o de Bar-Mousson,
ca 1166-1188
|
Vincent
de Valoys Crépy, sr. de
Jabaloyas (Albarracín,Teruel, España) y alcaide de Alpuente (Valencia, España).
ca 1185-ca 1250 + Isabeau de Senlis
En este linaje se confirma
también que los condes de Bar-le-Duc son descendientes directos de los Carolingios,
y en el se observa que enlazaron matrimonialmente con los señores de
Crépy-Nanteuil (rama de los Valois-Crépy-Nanteuil), descendientes directos de
los condes de Valois y del emperador Carlomagno.
Escudo de Clemenc
LINAJE DESDE LOS PRIMEROS
CONDES DE HABSBURGO HASTA VINCENT DE VALOYS CRÉPY
Gontran el Rico, c. de
Altenburg , de Sundgau, de Argau y de Vindonisse 920-973
|
Lancelin o Lantolde, c. de
Altenburg, de Argau y de Vindonisse 945-991
|
Radebot de Habsburgo, c. de
Habsburg (ex Altenburg) 975-1027
|
Werner I de Habsburgo, c. de
Habsburg 1013-1096
|
Othon II el Docto de
Habsburgo, c. de Habsburg y de Sundgau y landgrave de la Alta Alsacia 1057-1111
|
Werner II de Habsburgo, c. de
Habsburg en Ober-Elsassi y de Sundgau y landgrave de la Alta Alsacia 1096-1167
|
Richenza de Habsburgo 1135-1188 + Louis
de Bar Mousson 'el cruzado' c.
de Ferrete y de Egishem, y sr. de Vadans 1134-1189
|
Helwide o Heilwich de Ferrette o de Bar Mousson* ca
1166-1188 + Gaucher de Valoys Crépy, señor de Lévignen, Néry y
Saintines en la región de Valois (Francia) y señor fundador de Jabaloyas
(Teruel, España) 1165-1229
|
Vincent de Valoys Crépy, sr. de
Jabaloyas (Albarracín,Teruel, España) y alcaide de Alpuente (Valencia, España).
ca 1185-ca 1250 + Isabeau de
Senlis
*Fuente: http://fmg.ac/Projects/MedLands/ALSACE.htm (Ver Capítulo VI: condes de
Ferrette)
Escudo de la Casa de Habsburgo.
============
4) GUERRAS EN LAS QUE PARTICIPÓ EL CABALLERO CRUZADO VINCENT DE VALOYS CRÉPY.
A) LA PRIMERA GUERRA EN LA
QUE PARTICIPÓ FUE LA II CRUZADA CONTRA LOS CÁTAROS
Esta cruzada fue dirigida personalmente por el rey de Francia Luis VIII, al
que siguieron como cruzados sus principales nobles y caballeros.
Por
ello, el caballero Vincent de Valoys Crépy siguió al rey de Francia participando
en
....Por fin, el ejército real, aunque diezmado, abandonó Aviñón y emprendió una marcha que fue triunfal hacia las heréticas tierras del Sur. Una a una iban entregándose sin resistencia las villas y poblaciones, y sólo la ciudad de Toulouse se puso en pie de guerra, bien fortificada y pertrechada. Como ya era octubre y el invierno se acercaba, Luis VIII juzgó prudente no poner sitio entonces a Toulouse, y hacerlo al año siguiente, cuando llegase el buen tiempo".
Entonces,
para conservar los territorios ocupados, el rey dejó allí un ejército de
quinientos caballeros, entre los que se encontraba Vincent de Valoys Crépy.
Este ejército real quedó al mando de Humbert de Beaujeu, conjuntamente con el
veterano Guy de Montfort, hijo del famoso magnate Simón de Montfort.
Posteriormente,
el Rey emprendió su viaje de regreso a París. Luis VIII, afectado por la
disentería, falleció en ese viaje, concretamente en Montpensier el 8 de
noviembre de 1226.
El
desconcierto producido por la inesperada muerte del monarca fue aprovechado por
el conde de Toulouse Raymond VII quien entonces se lanzó a fondo a guerrear
contra los cruzados, especialmente durante el invierno de 1226-1227.
En
efecto, como dice Michel Roquebert[42]
lo siguiente:
“...Raymond hizo fortificar Labécède en
Louragais, que está un poco más al norte de Castelnaudary con el fin de
asegurarse una plaza bien provista de hombres y de municiones que pudiese
servir de puesto avanzado del pais tolosano. Confió el mando de la plaza a Pons
de Villeneuve y a Olivier de Termes.
El primero, que era caballero de Villeneuve-la-Comtal es bien conocido por su
compromiso con el catarismo...Olivier de
Termes era el hijo de Raymond, el cátaro derrotado (en Termes) en 1210. Pero
todo hace pensar que Olivier era buen católico: sometido al Rey a fines de
1228, compañero del rey Jaime de Aragón en la conquista de Mallorca, será
excomulgado en 1242, pero por haber participado en las insurrecciones habidas
en el Languedoc contra San Luis. Tras ello, definitivamente vinculado (al rey
de Francia) se cubrirá de gloria en Tierra Santa”.
En fin, durante muchos meses el conde de Toulouse dirigió la guerra contra los cruzados con alternativas de éxitos y fracasos hasta que, ya en el otoño de 1228, la situación militar de las tropas de Raymond VII se hizo cada vez más precaria, sobre todo en la ciudad de Toulouse. Abiertas las negociaciones de paz se llegó a establecer las condiciones para lograrla en un documento que se acordó en Meaux.
Entonces,
después de veinte años de guerra, se acabó alcanzando la paz con el juramento
de acatamiento que hizo Raymond VII de Toulouse en París: era la paz de
Al terminar la guerra de los cruzados
cristianos contra los cátaros, los caballeros que habían participado en ella se
encontraron ociosos, en paro. Pero como otra cruzada: la de la conquista de Mallorca, estaba ya convocada
y los preparativos para comenzarla en marcha, algunos caballeros franceses de
uno u otro bando se enrolaron en el contingente que don Nuño Sanz, conde de
Rosellón y tío del rey Don Jaime I de Aragón, se había comprometido a aportar a
la nueva cruzada. Entre esos caballeros estaba Vincent de Valoys Crépy, quien
se hizo vasallo del conde de Rosellón porque lo reclutó como caballero suyo
para ir a la conquista de Mallorca. También reclutó el conde don Nuño al destacado
caballero que había luchado a favor de los cátaros Oliver de Termes. Una
parte de la historia personal de Oliver de Termes ha sido narrada también, a
trozos y rasgos, discontinua pero extensamente, de
Por
último, quiero llamar la atención de un importante hecho porque, dado que se ha reproducido ya en esta obra
el texto de una cédula o albala del rey Felipe II de España de 1 de mayo de
1562, en ella puede leerse y confirmar que Vicente de Valoys-Crépy vino a
España con Oliver de Termes para participar en la cruzada de la conquista de
Mallorca. En efecto, en esa cédula real se dice, entre otras cosas, lo
siguiente:
“....y en particular de D. Vicente de Valoyas
(o Javaloyas), vuestro progenitor y de donde viene, que pasó de Francia con
Oliver de Termes y ayudaron al Sr. Rey D. Jaime de Aragón, llamado el
Conquistador, en la conquista de Mallorca en el año 1229, en donde obró
memorables hechos, en cuya remuneración, concedióle notables honores y
privilegios, para sí y sus descendientes,....”.
En
ese documento el rey de España certifica
que en 1562 vivían en Alpuente (Valencia) descendientes de los franceses condes
de Valois. Ello lleva a preguntarse desde cuándo y por qué. Una fidedigna respuesta se encuentra en el mismo
texto de esa cédula real, en el fragmento que se acaba de reproducir aquí. Y
ello, siendo cierto, sería más exacto si
hubiera dicho también que, mucho antes, hacia 1215, tanto ese caballero como su
padre habían fundado una población llamada Jabaloyas en el señorío turolense de
Albarracín, de la que fueron señores por concesión del soberano de ese señorío
don Pedro Fernández de Azagra. Pero, entonces ¿es que eran franceses residentes en España?. En tal caso, ¿desde cuándo?.
B) LA FUNDACIÓN DE LA POBLACIÓN DE JAVALOYAS
Para responder a estas cuestiones es preciso
referirse ahora a la fundación
del pueblo de Jabaloyas -en el contexto bélico existente a comienzos del
siglo XIII en la península ibérica-, que está ya bien documentada, como
se comprobará seguidamente. Para ello
creo que inicialmente debe tenerse en cuenta lo relatado en el libro manuscrito
de don Juan Francisco de Hita, cronista general y rey de armas del rey Felipe
IV de España, titulado "Blasones de algunas familias españolas"[44],
que dice así:
"Los
de este apellido JAVALOYAS, de esta casa solar de la Villa de Alpuente, son
descendientes de la casa ilustre de los Condes de Valoys de Francia, por haber
venido un soldado (cruzado) a Aragón, del cual descendieron los Valoyas,
que habitaron primeramente en Monte llamado Javalón; y después, por la
esterilidad donde vivían, bajaron y empezaron a fundar y poblar un lugar
llamado Javaloyas de la comunidad de Albarracín, Reino de Aragón, y de allí
pasó uno de esta Casa a Navarra, donde ilustró mucho su casa; y en los años
1.228-9, en la guerra que hizo el Señor Rey Don Jaime, le siguió uno de esta
Casa llamado don Vicente de Valoys, el cual en compañía de Oliver de Termens,
que vino de Francia, pasó a la conquista de Mallorca; después de ganada, y
vuelto a Aragón.....................".
Por
otra parte, hay que subrayar que la primera vez que se cita a Jabaloyas (no al
pueblo, sino al inicial castillo que había en lo alto del monte
Javalón) es al referirse a la participación de la Orden de Santiago en la
campaña guerrera de Pedro II de Aragón contra el rey moro de Valencia.
Entonces, el maestre de la Orden de Santiago, don Fernán Gonçalez de
Marañón, se decidió a dar batalla a los moros y tomó por la fuerza los
castillos de Javaloyas (o sea, el castillo que había en la cumbre del monte
Javalón), Villarquemado y Fortanete[45].
Efectivamente, en la época en que se fundó la
población de Javaloyas los reinos cristianos hispánicos luchaban intensamente
con los musulmanes. Anteriormente, en 1211 se había reanudado el enfrentamiento
de Alfonso VIII de Castilla contra el imperio almohade por el control del valle
del Guadiana. La pérdida del castillo de Salvatierra galvanizó a los cristianos
de los reinos hispanos. El papa
Inocencio III concedió el título de cruzada a la campaña contra los musulmanes a
la que también se adhirieron Pedro II de Aragón con sus principales
magnates, el obispo de Narbona Arnau Arnabric con cien caballeros, así como numerosos nobles y caballeros venidos de la
Europa cristiana, entre los que se encontraba el noble descendiente del
emperador Carlomagno y de los condes de Valois: Gaucher de Valoys Crépy,
señor de ciertas poblaciones de la región francesa de Valois.
También
participó en esa cruzada el rey Sancho VII el Fuerte de Navarra con sus tropas,
quien se incorporó tardíamente, pero tuvo un protagonismo decisivo en la batalla de las Navas de Tolosa el
16 de julio de 1212, tomando parte en el asalto al palenque del califa almohade
Miramamolin-al-Nasir y participando activamente en la consiguiente derrota de
los musulmanes.
No existe
constancia documental de la presencia en esa memorable batalla del joven señor
de Albarracín don Pedro Fernández de Azagra con las tropas aragonesas, pero es
muy probable que luchara allí junto a los aragoneses. En todo caso, lo que está
bien documentado es que en el bienio 1212-13 el señor soberano de Albarracín se
encontraba en la corte real de Barcelona donde fortaleció su amistad con el
noble caballero francés Gaucher de Valoys Crépy, a quien le ofreció numerosas
dominios y feudos en Albarracín, principalmente en Gea, hasta que consiguió que
el guerrero francés se decidiera a afincarse en Albarracín como vasallo suyo.
En esa época, como
el reino de Aragón estaba enfeudado a la Santa Sede, el papa Inocencio III
envió un legado pontificio para que, durante la minoría de edad de Jaime I de
Aragón, rigiese Aragón, lo que llevó a cabo dividiéndolo en dos gobernaciones:
las tierras del norte del rio Ebro se encomendaron a Pedro de Ahones, y las
meridionales a Pedro Fernández de Azagra, señor de Albarracín, quien en agosto
de 1214 llegó a Lérida procedente de Francia, tras jurar allí fidelidad como
rey al joven don Jaime de Aragón, que estaba protegido por Simón de Monfort, el
jefe de los cruzados contra los cátaros.
En 1214 don
Pedro Fernández de Azagra tuvo que simultanear el gobierno del sur de Aragón
con el de su señorío de Albarracín, en
donde donó a Gaucher de Valoys Crépy -al que ya había hecho señor de extensos
territorios en Gea- el alto y estratégico monte Javalón, en la cumbre de la
cordillera de los Montes Universales, con su castillo y su amplio término
serrano, para que defendiese todo el sur de Albarracín de las incursiones
sarracenas.
Poco tiempo después, Gaucher de Valoys Crépy y su joven hijo Vincent, por la esterilidad del monte Javalón donde vivían, bajaron y en las tierras de la base de ese monte fundaron hacia 1215, poblaron y señorearon el lugar al que denominaron Jabaloyas (porque Jabal era el nombre dado a monte o montaña en la lengua árabe que todavía se usaba en esa tierra fronteriza; y Valoyas es la traducción española del apellido francés Valoys, correspondiente a la noble familia originaria de esos caballeros franceses).
Por entonces, el
rey Sancho el Fuerte de Navarra, imbuido del espíritu de cruzada, convocó en
Tudela y encabezó dos expediciones contra las tierras fronterizas levantinas de
los musulmanes, que tuvieron rango de cruzadas, en 1216 y 1219. Es posible que
en ellas participase el joven Vincent de Valoys Crépy, pues muchos caballeros
aragoneses y de Albarracín se unieron a los navarros en sus luchas
reconquistadoras. La expedición de 1216 llegó hasta las tierras turolenses,
donde reconquistaron Ródenas y Jorcas, entre otras poblaciones. La expedición
de 1219 fue más ambiciosa y se propuso conquistar territorios musulmanes hasta
la ciudad valenciana de Requena, pero fracasó en su objetivo último.
No está
documentado que Vincent de Valoys Crépy se uniera a las correrías de las tropas
navarras; pero es probable que participase en alguna de ellas con autorización
del señor de Albarracín, quien mantenía excelentes relaciones con el rey Sancho
el Fuerte, ya que sus familiares navarros, los Azagra, poseían grandes feudos
en el reino de Navarra.
Iglesia fortificada con muralla existente en Jabaloyas (Teruel)
El señor de
Albarracín era consciente de su debilidad militar ante una ofensiva del rey
aragonés o de cualquier otro enemigo poderoso. Por ello, decidió fortalecer sus
dominios señoriales con nuevos colonos. Para ello, en 1222 concedió el Fuero de
Albarracín, en el que se fijaron las bases para la explotación comunal de la
tierra y de los montes de la Serranía que fueron repoblados con gentes
navarras, asentando así los fundamentos de la actual Comunidad de Albarracín.
Esa cesión de
tierras que hizo el Azagra fue el origen del vigente sistema de explotación
comunal de la Sierra por la Comunidad de Albarracín, compuesta de 23 pueblos
beneficiarios de los llamados Montes Universales. Actualmente los beneficiarios
son los ayuntamientos, no las personas.
El pueblo de
Jabaloyas fue muy favorecido por la gran repoblación que experimentó entonces. El primer señor de Jabaloyas fue su
fundador, el francés Gaucher de Valoys Crépy, quien
murió en 1229, y entonces, esta heredad pasó a su hijo, el también caballero
cruzado Vincent de Valoys Crépy.
Vista general de
Jabaloyas con su iglesia amurallada
C) SUS HAZAÑAS CONQUISTADORAS
AL SERVICIO DEL REY JAIME I DE ARAGÓN EN MALLORCA, ALPUENTE Y VALENCIA.
El canónigo de Segorbe Valeriano Herrero Herrero en
su ya citado libro sobre La Villa de
Alpuente, se refirió al contenido de la anteriormente
reproducida cédula o albala de Felipe II de 1 de mayo de 1562. Además, Valeriano
Herrero inserta en su libro, como Apéndice VII, en las páginas 454 bis, 1 y 2,
el texto íntegro de un documento de Juan Francisco de Hita, cronista general y
rey de armas del rey Felipe IV de España, que es un resumen de esa cédula real
de Felipe II, pues la transcribe en gran parte.
Al final del mencionado documento manuscrito original
de ese cronista general y rey de armas del rey Felipe IV de España, se
encuentra dibujado el escudo familiar con el apellido escrito en su forma
primitiva: Valoys.
La veracidad de lo
afirmado en la cédula de Felipe II se confirma además fehacientemente porque en las obras que narran la conquista de
Mallorca[46]
se cita al compañero de Vincent de Valoys Crépy, o sea a Oliver de Termes[47]
o Termens[48],
como capitán de don Nuño Sanz, conde de Rosellón, Conflent y Cerdaña. Hay
que tener en cuenta que la citada cédula
real de Felipe II declara también que:
“...D. Vicente de Valoyas
(o Javaloyas), vuestro progenitor y de donde viene, que pasó de Francia con
Oliver de Termes y ayudaron al Sr. Rey Don Jaime de Aragón, llamado el
Conquistador, en la conquista de Mallorca ....”.
En efecto, en la compañía que comandaba Oliver de Termes se encontraban algunos ilustres caballeros que, sin embargo, habían luchado a favor de los herejes cátaros en Languedoc, como su propio hermano Bernard, así como otros caballeros cristianos vasallos del conde don Nuño, procedentes tanto del Rosellón y de Marsella como del norte de Francia, entre los que destacan los hermanos Sartre, Vincent de Valoys Crépy, Pierre de Agen y Raymond de Marseille.
Por otra parte, se corrobora la participación de Vicente de Valoys Crépy en la conquista de Mallorca, porque es mencionado asimismo en el Repartimiento que hizo su señor, el conde don Nuño Sanz, de la parte que obtuvo de la medina o ciudad de Palma de Mallorca [49], ya que era uno de los cien caballeros cruzados que aportó a la conquista el conde de Rosellón[50] quienes, en su mayor parte, procedían de la actual Francia. Por ello, don Nuño Sanz llama a Vincent de Valoys Crépy “homini nostro” en el documento por el que le concedió una casa en Mallorca. El texto literal en latín de esta concesión (que se encuentra en la página 217 del Repartimiento de don Nuño) dice así:
“iiij. Nonas decembris (1232)
70. Nuno Sancii damus tibi Vincencio de xea
(la actual Gea de Albarracín), homini nostro, et tuis ad libitum, domos quasdam
quas habemus in Majoricis. Affrontant ab oriente in via publica, a meridie in
aliis domibus nostris, a ponente in domibus judeorum, a circio in domibus
Gozalbi sartre. Salua nobis una
mazemotina annuatim in pasche, fatigam x. Dierum et signum perole. Testes: fferrarius solzet, Rodericus sartre,
Martinujs petri de si.”
En
este documento al caballero Vicente de Valoys Crépy se lo denomina Vicente de
Gea (de Albarracín) en diciembre de 1232. ¿Es que ha habido un cambio de
apellidos en la misma persona en ese periodo de tres años? ¿Cómo puede tener el
conde de Rosellón don Nuño Sanz un caballero vasallo suyo ( homini nostro ) que sea de Gea de
Albarracín, si Rosellón está en la actual Francia -y de este gran país
procedían la mayoría de sus caballeros
cruzados- y si se tiene en cuenta que
Albarracín era un Señorío independiente de Aragón que no participó en la
conquista de Mallorca y, por ello, no envió ningún caballero ni soldado de ese
Señorío a tal conquista?.
La
explicación se encuentra fácilmente. En primer lugar, entonces no existía la
actual obligación registral de tener un apellido fijo e invariable. El apellido
o el mote era una simple forma de distinguir a una persona, especialmente si su
nombre era muy común, pues si no lo era bastaba denominarlo solo con su nombre.
Se apellidaba o calificaba a una persona de la forma más sencilla posible por
diversos criterios: por el sitio de nacimiento, por el sitio de procedencia,
por el lugar donde vivía establemente o, por supuesto, con su denominación o
apellido familiar.
El Vincent
que estuvo en la conquista de Mallorca, se apellidaba de Valois Crépy por su
familia (su padre Gaucher de Valoys Crépy era señor del castillo-fortaleza o donjon de Crépy-en-Valois y de
Nanteuil-le-Haudouin y otras poblaciones en la región francesa de Valois), pero
también porque había nacido y venía de Crépy-en-Valois, la capital de la región
francesa de Valois. En cambio, en 1232-33 se le llamó Vicente de Gea porque,
entonces, ya estaba afincado en el señorío de Albarracín, siendo propietario de
importantes feudos en Gea, cerca del lugar donde su padre y él fundaron la
población de Jabaloyas hacia 1215, de cuyo territorio eran señores por donación
del soberano Pedro Fernández de Azagra.
También
hay que tener en cuenta que, cuando el conde de Rosellón don Nuño Sanz organizó
sus tropas para participar en la conquista de Mallorca, el tío y ex-tutor del
rey Jaime I de Aragón, nombró a Oliver de Termes capitán de una de las
compañías que el conde envió a esa cruzada contra los moros. Efectivamente,
Dameto lo afirma así[51]:
“....El conde Don Nuño Sanz nombró por capitanes y camaradas a Jofre de
Rocabertí, Oliver de Termes, Ramón de Canet,...”. Como se ha dicho
anteriormente, en la compañía capitaneada por Oliver de Termes se encontraban
algunos ilustres caballeros cruzados que, sin embargo, habían luchado a favor
de los herejes cátaros en Languedoc, como su propio hermano Bernard; y otros
caballeros cristianos vasallos del conde don Nuño, como Vincent de Valoys Crépy
y Pierre de Agen.
Don
Jaime I el Conquistador, rey de Aragón
Vincent
de Valoys Crépy cooperó estrechamente con su capitán Oliver de Termes y
participó en las hazañas heroicas que hicieron durante la conquista de Mallorca
y que han sido narradas por algunos historiadores. Concretamente, Miquel Ribas
de Pina dice[52] lo
siguiente:
“Los aragoneses destruyeron una gran parte de
la barbacana, y Don Nuño, de quien dependía el pasadizo subterráneo de Don
Jaspert de Barberá, hizo construir otro a Don Oliver de Termes, que era un
caballero francés, y desde ambos subterráneos consiguieron también destruir
grandes trozos de barbacana...
...Hasta
entonces se habían efectuado los asaltos (a la ciudad de Palma) por la parte de
poniente, que era sólo donde gracias a la actividad del conde de Ampurias se
habían destrozado grandes porciones del muro principal; pero después, al mismo
tiempo que los aragoneses atacaban las puertas, las tropas que mandaba Don Nuño
acosaban por la parte de levante, y una vez que Don Oliver de Termes había
destruído catorce brazadas de la barbacana, el preboste de Tarragona abrió un
boquete de dos brazadas en el muro principal...”.
Don
Nuño Sanz era el comandante de las tropas de la parte de levante y disponía de
una torre de asedio con la que asaltó la muralla de Palma.
La
conquista de Palma de Mallorca por el rey don Jaime I de Aragón
En
fin, en la batalla contra el rey moro de Mallorca murieron numerosos cristianos
e, incluso, de una misma familia, los Moncada, catorce caballeros, según afirmó
Desclot. El dramatismo de la guerra de conquista lo describen perfectamente Dameto
y Mut[53]
cuando dicen así:
“ Don Nuño, sin saber lo que pasaba en la
vanguardia, vino poco después donde el Rey estaba... Dió Bertrán de Naya al Rey
su lóriga. El cual armado de capellina y perpunte se metió en el escuadrón, y
envió a decir a D. Pedro Cornel y a D. Jimeno de Urrea, a Oliver de Termens
(era éste un caballero francés muy principal y valeroso, a quien el Rey había
hecho merced de los castillos de San Lorenzo, Estagell y Argíles) que
apresurasen con sus compañías, porque los de Moncada que iban en la vanguardia
peleaban con todo el poder del rey de Mallorca...”.
El
heroico protagonismo del capitán francés Oliver de Termes, fue muy apreciado
por el rey don Jaime, por lo que le trataba con deferencia y camaradería. Así
lo destaca Miquel Ribas de Pina[54]
quien relata que “...además de los caballeros que se juntaron con el rey
después de la persecución de los fugitivos moros, llegaron al campamento
también los escuderos que traían algunas bestias que, antes de la batalla,
habían sido cargadas con lo que cada uno creyó más necesario, y entonces el rey
decidió cenar con Don Oliver de Termes, en la tienda de éste, pues los
sirvientes del rey y muchos otros permanecieron a la expectativa cerca del
campo de la batalla de Santa Ponsa...”. Desde entonces hasta hoy, al lugar
donde se encontraba la tienda de Oliver de Termes, se le llama Ben Dinat en recuerdo de esa cena real.
En fin, los detalles de la conquista de Mallorca los he especificado ya ampliamente
en un libro publicado en el año 2000[55].
Cuando
finalizó la conquista de Mallorca, el conde de Rosellón don Nuño, quiso no sólo
remunerar a sus fieles y eficaces hombres -como hacían todos los líderes
militares de aquella época, después de haber participado en una victoriosa guerra-,
sino también afincarlos bien para que en el futuro pudieran vivir lo mejor
posible.
En efecto, así era; y por ello hemos relatado anteriormente que el conde de
Rosellón, en diciembre de 1232 donó a Vincent de Valoys Crépy una casa en Palma
de Mallorca al hacer el repartimiento de su porción. Pero el caballero cruzado
Vincent de Valoys Crépy, que ya era señor de Jabaloyas en Albarracín, no quiso
quedarse a residir en la isla de Mallorca ni tampoco quiso volver de momento a una
Francia que estaba inmersa en una guerra civil durante la minoría de edad del
rey Luis IX, el futuro San Luis. El prefería regresar a Albarracín o,
alternativamente, continuar al servicio del poderoso conde don Nuño Sanz, tío
del rey don Jaime, que era el principal magnate de la nobleza de
Por lo
tanto finalmente decidió quedarse establemente en Albarracín, pues así consta
en varios documentos, especialmente en la mencionada cédula del rey de España
Felipe II de 1 de mayo de 1562, por la que concedió a Vicente Jabaloyas o de
Valoyas, de Alpuente (Valencia), nuevas armas para añadir a las que poseía en
su escudo.
En
aquel tiempo, como dice el Rey en ese documento de 1562, vivía en España este
descendiente de los Valois. El hecho de que le apellide también Jabaloyas se
debe a que, como se dice en esa cédula real, su antepasado Vincent de Valoys Crépy
“...fundó el lugar de Jabaloyas, en la comunidad de Albarracín, en nuestro
reino de Aragón...”.
Ante
la proximidad de la conquista de los ricos territorios valencianos, el astuto
soberano de Albarracín don Pedro Fernández de Azagra, quiso congraciarse con el
rey de Aragón ofreciéndole su vasallaje y alianza. A don Jaime le ofreció todos
los recursos de su soberano Señorío, que puso a su disposición, con una
sustantiva aportación militar de caballeros y soldados.
Para
comprender la situación política que había entonces en esos territorios
levantinos es preciso tener en cuenta los siguientes hechos históricos
significativos:
- En
1228 tuvo lugar una sublevación general de los musulmanes hispanos contra los
almohades, que triunfó en Andalucía y en Murcia, propagándose enseguida a la
Región valenciana.
- El
rey de Valencia Zeyt-Abuzeyt se resguardó tras las potentes murallas de la
capital, pero no pudo resistir el asedio a que lo sometió el sublevado Zaiyán
ben Mardanish, de Onda, que tomó Valencia el 24 de enero de 1229.
- Abuzeyt
huyó y se fue a Segorbe, porque en la cuenca del rio Palancia contaba con
muchos súbditos fieles. Entonces el destronado rey mahometano buscó la
protección de D. Jaime I, rey de Aragón, para poder volver a enfrentarse a sus
enemigos.
- Según
Piles Ibars, el 20 de abril de 1229 se
alió Abuzeyt con el rey de Aragón para expulsar al usurpador Zaiyán,
prometiéndole la cuarta parte de las rentas de su perdido territorio y dándole
en rehenes varios castillos, entre ellos el de Alpuente, que seguía en poder de
partidarios suyos. Con ello, D. Jaime tenía título jurídico para intervenir en
los asuntos internos territoriales valencianos.
-
También ha de tenerse en cuenta que el tercer señor de Albarracín Don Pedro
Fernández de Azagra ante la perspectiva de la conquista de Valencia, se había
unido personalmente, sin perder la soberanía de su territorio, a la Corona de
Aragón participando con el rey don Jaime en sus empresas conquistadoras,
especialmente en las luchas contra los moros del Reino de Valencia. Además,
este Azagra casó a su hija Elfa F. de Azagra, señora de Chelva (Valencia) con
Jaime I, señor de Jérica, hijo natural del rey de Aragón Jaime I y de su amante
Teresa Gil de Vidaure.
El rey
de Aragón y su entorno cortesano mantenían entonces una intensa y excelente
relación con el señor soberano de Albarracín, como se deduce de varios pasajes
escritos por Martín Almagro Basch[56] que
se reproducen literalmente a continuación:
"...El
22 de noviembre de 1230, recién llegado Jaime I de Mallorca a Barcelona, vemos
con él al tercer Señor de Albarracín. Allí firma documentos reales como testigo
el 30 de noviembre y el 5 de diciembre de aquel año. Parte luego con el Rey de Aragón hacia Navarra, firmando
privilegios de Jaime I en Monzón, el 4 de enero...el día 22 de julio de 1232 ya
está definitivamente Jaime I en Lérida, de vuelta de las Baleares. Le reclama
la conquista del Reino de Valencia, ya prácticamente pactada en 1229...Aquel
año de 1232, al volver de Mallorca, el Rey de Aragón se dedicó a la
organización de la conquista del Reino musulmán de Valencia, diferida pero no
olvidada.
Parece
ser que Jaime I se dirigió directamente hacia Teruel...Varios cronistas han
recogido la noticia de que don Jaime cazaba aquel año de 1232 en tierras de
Albarracín hacia Gea, cuando recibió la noticia de la toma de la plaza de
Morella, realizada por las mesnadas de don Blasco de Alagón, y de las de Ares
del Maestre, llave de los pasos hacia Castellón, en pleno Maestrazgo, que
lograron las tropas reales. Don Jaime, acompañado por don Pedro Fernández de
Azagra, fue a recibir la plaza de Morella...
...Al
menos sabemos documentalmente como, mientras todos estos planes de la conquista
de Valencia se realizaban, el Rey estaba por tierras turolenses, pues el 9 de
noviembre de 1232 concedía en el mismo Teruel una participación en el botín de
la cabalgada contra moros en la que vaya el pendón de Teruel, para las obras de
la iglesia de Santa María de Teruel, confirmando ese privilegio, entre otros
caballeros, don Pedro Fernández de Azagra.
Vista parcial de la fortificada
ciudad de Albarracín
Decidida
en aquellas reuniones con don Pedro Fernández de Azagra y con los actos fronterizos
citados, la guerra y conquista de Valencia, don Jaime I partió, entrado el
invierno, hacia Zaragoza y convocó Cortes en Monzón el 17 de diciembre de aquel
año 1232 donde solemnemente se acordó movilizar los hombres y recursos del
Reino para conquistar Valencia, y se decidió la concentración de los mismos en
Teruel para mayo del año siguiente, 1233. La hora de la guerra y las ganancias
había llegado. Albarracín y su Señor sacarán de las campañas que se avecinaban
y en las que vamos a relatar su importante participación, gran gloria y
provecho.
Reunido
el ejército aragonés en Teruel, en mayo de 1233, por Jaime I, allí acude don
Pedro Fernández de Azagra, tercer Soberano de Albarracín...Sabemos con certeza
que don Pedro Fernández de Azagra iba en la hueste aragonesa que en mayo de
1233 se dirigía hacia Valencia por las parameras de Sarrión, que ya los de
Teruel, conducidos por sus jefes, habían conquistado. Bajó el ejército aragonés
por el valle del Palancia. Pasaron talando y saqueando las tierras de Jérica y
Segorbe, pero la intención de los cristianos era caer sobre la llanura del
Mijares, pues otros ejércitos avanzaban desde el norte por las llanuras
costeras hacia Peñíscola, Alcalá de Chivert, Cervera y Castellón. Burriana era
la ciudad principal de
Hasta
aquí se han reproducido los pasajes en los que demuestra Almagro Basch la estrecha
cooperación del señor de Albarracín y de sus tropas, además del propio obispo
de Albarracín, con don Jaime de Aragón en los preparativos y en los comienzos
de la conquista del Reino musulmán de Valencia, en la que participó activamente
el caballero Vincent de Valois Crépy, señor de Jabaloyas.
Otra
cita de un destacado historiador confirma la magnífica y fructífera relación
que había entonces entre el Rey y sus cortesanos con don Pedro Fernández de
Azagra, el soberano señor de Albarracín. En efecto, Luis G. de Valdeavellano,
en su libro “Castilla y Aragón en el siglo XIII” dice[57]
lo siguiente:
“Unos
meses más tarde (a principios de 1232), mientras Jaime I se encontraba en
Alcañiz, se presentaron ante el Rey el magnate aragonés Blasco de Alagón y el
Maestre del Hospital Hugo de Forcalquier y le pidieron que emprendiese una
campaña contra
Además, como Valeriano
Herrero Herrero ha escrito[58],“en 1232 D. Jaime pasó por Teruel, donde Abuzeyt le
entregó todos los derechos que se había reservado en Calatayud tres años antes,
respecto a la ciudad de Valencia y esto en reconocimiento de los muchos
servicios que le había prestado y le prestaba el (rey) de Aragón”, a quien le
fue confirmada la donación de Alpuente en rehenes.
Por
esa época, a Abuzeyt se le sublevaron varios pueblos, incluso Alpuente, por lo
que, según dice Lázaro Ramiro[59] “en el archivo de la Villa consta que en
mil doscientos treinta y dos, Almuganer, capitán suyo, haciendo una correría
con setecientos hombres de Teruel se apoderó de esta Villa, y Castillo,
habiéndose aprovechado del descuido de la guarnición, y moradores, que a la
sazón estaban en el campo”. Esta fue la primera vez que los cristianos,
entonces capitaneados por el musulmán Almuganer, conquistaron Alpuente a los
moros partidarios del rey valenciano Zaiyán.
Lázaro Ramiro también asegura[60] que “en 28 de mayo de 1236 se ratificó en
Teruel el referido Tratado de Calatayud, y fue otra vez dado en rehenes
Alpuente al rey de Aragón, para que lo guarneciese de Nobles Infanzones, (pues)
no era menester menos que la Nobleza para asegurar una Plaza tan importante.
Concluida
esta confederación, de allí a dos días (dice Diago) en el penúltimo de mayo,
habiendo ido a Cedrillas, aldea de Teruel, otorgó el rey D. Jaime a ruegos de
Zeyt-Abuceyt una liberal franqueza a los de Alpuente para todos sus Reynos y
Señoríos en presencia de Don Pedro Fernández de Azagra, señor de Albarracín, (y
otros)…
En
el mismo año para la guarnición de cristianos que en ella (Alpuente) puso el
rey don Jaime, se purificó y dedicó a Nuestra Señora de la Piedad una mezquita
contigua al Castillo, que en la traslación de la iglesia a la que hoy existe
quedó en ermita de Santa Agueda…”.
Es
decir, como conclusión, en 1236 Alpuente
fue guarnecida con nobles infanzones cristianos. Entre ellos estaba el caballero Vicente de Valoys Crépy (o Javaloyas)
que había dejado su señorío de Jabaloyas (Teruel) para
tomar posesión de su cargo de alcaide de los dos castillos de Alpuente, para el
que había sido nombrado por don Jaime de Aragón, trasladando entonces
a dicha plaza fuerte valenciana
su casa solariega.
Vista
parcial de Alpuente: en el peñón, ruinas de la ciudadela y de su castillo; y en
la villa destaca la iglesia medieval.
Poco a
poco se iba preparando la cercana conquista del reino musulmán de Valencia que
el señor de Albarracín tanto ansiaba que se realizase, pues quería consolidar
así su Señorío alejando el peligro de ataques moros al mismo, a la vez que esa
conquista le permitiría engrandecerlo con la anexión de territorios
valencianos.
Para
tratar sobre todo de la conquista de la ciudad de Valencia, el rey don Jaime convocó Cortes generales
en Monzón, que se reunieron el 15 de octubre de 1236, y en ellas se acordó
realizar lo antes posible la cruzada contra el Reino de Valencia, prometiendo
D. Jaime tierras a los que tomasen parte en esa guerra santa. A las Cortes
asistieron prelados, nobles y representantes de Aragón y de Cataluña.
A principios de 1238 el rey de Aragón puso
en marcha y encabezó
la cruzada que acabaría conquistando la capital del reino de Valencia. El
alcaide de Alpuente Vincent de Valoys Crépy se unió a la cruzada y se puso a
las órdenes del señor soberano de Albarracín quien, a su vez, ya estaba al
servicio del rey don Jaime de Aragón.
Al
llegar la primavera de 1238, los diversos cuerpos del ejército cruzado llegaron
a los alrededores de la ciudad de Valencia, tras rendir a su paso algunas
poblaciones musulmanas. Las tropas de Teruel y los guerreros de Albarracín,
todos ellos al mando del conde de Rosellón, D. Nuño Sanz, siguieron el camino
del rio Palancia, por Segorbe, hasta llegar a Sagunto donde se unieron a las
tropas reales de D. Jaime. La guarnición de Alpuente, como los hombres de armas
de otros pueblos cristianos, se integraron en el ejército cruzado, pues todos
los hombres disponibles acudieron a la convocatoria real, para apoderarse de la
capital valenciana. Tras cinco meses de
asedio, Valencia cayó en poder de los cristianos al anochecer del día 28 de
septiembre de 1238. Esa misma noche entró en ella el victorioso D. Jaime.
Vincent de Valoys Crépy, con el señor de Albarracín
Pedro Fernández de Azagra, participó en las conquistas de Chelva, de Valencia y
de Silla, entre otras poblaciones. Durante muchos meses el rey de
Aragón, con sus principales cortesanos y con el señor de Albarracín, se
dedicaron a hacer la repartición de la rica huerta valenciana a los guerreros
conquistadores.
El
conquistador rey de Aragón quiso recompensar a su fiel caballero cruzado
Vicente de Valoyas, alcaide de Alpuente; por lo que, mediante real merced[61] dada el 1 de noviembre de 1238, le
concedió el palacio del rey moro de Alpuente, y la bodega de los Diezmos de la
Villa, cuya hacienda mantendría como vínculo sucesivo de su Casa, así como
muchas heredades y honores; entre éstos el de que en su escudo colocase junto a
las cinco flores de lys y los jaqueles, armas de sus progenitores, el castillo
formal de piedra en campo rojo sobre un puente de dos ojos, armas propias y
antiguas de la villa de Alpuente.
Escudo de Vicente de Valoys Crépy tras las conquistas
de Alpuente y de Valencia, que usaron también sus descendientes hasta 1562. (La
J y la A en el castillo del escudo hacen referencia a que era señor de
Jabaloyas y alcaide de Alpuente).
Finalizado
el repartimiento, y con el fin de someter a los poblaciones que todavía ocupaban
los moros, el rey don Jaime ordenó que dos cuerpos de ejército de tres mil
hombres cada uno emprendieran la marcha. Uno de ellos se dirigió hacia la
comarca de los Serranos por la cuenca del río Guadalaviar o Turia, para rendir
Liria, Chelva y Alpuente. En este cuerpo de ejército se integraron los
guerreros de Albarracín, y posiblemente fuese comandado por el propio D. Pedro
de Azagra, señor de Albarracín, el mayor interesado en la reconquista de los
pueblos del camino directo entre Valencia y Albarracín, pues D. Jaime le concedió
al Azagra la población de Chelva, posiblemente por derecho de conquista.
Entretanto la desguarnecida fortaleza de Alpuente, como
muchas otras poblaciones lejanas de Valencia, fue ocupada por musulmanes
partidarios del derrotado rey Zaiyán. Ubieto y
Floriano afirman que Liria fue reconquistada en 1240. También Chelva lo fue por
entonces. Posiblemente D. Pedro Fernández de Azagra permaneciese en Chelva, o
regresara a Liria o Valencia; porque la mayor parte de ese cuerpo de ejército
prosiguió su avance por la Serranía, capitaneado por el caballero Vincent de
Valoys Crépy, señor de Javaloyas y alcaide de los dos castillos de Alpuente.
Cuando ese ejército cristiano llegó a Alpuente la
guarnición musulmana se enfrentó a él encarnizadamente. El asedio a
Alpuente debió ser duradero. Por fin, el caballero Vincent de Valoys Crépy (o de
Javaloyas), al mando de sus tropas, derrotó a los infieles sublevados y
conquistó Alpuente “…por ser el primero que lo entró (en el castillo-fortaleza),
tomando posesión en nombre del rey D. Jaime…”. Era el verano de 1240 cuando
Alpuente fue ya reconquistado definitivamente, fecha que
ha confirmado Valeriano Herrero Herrero en su obra La Villa de Alpuente cuando dice que “...el propio Sr.
Ramiro (Lázaro) habla de un decreto en 1240 por el que D. Jaime declaraba
sujetas a Alpuente las aldeas de La Yesa, Aras y Titaguas”.
Vista aérea del peñón sobre el
que están las ruinas del castillo-fortaleza de Alpuente
La ya mencionada cédula o albala de Felipe II de 1 de mayo de 1562 confirma definitivamente que ese caballero Vincent de Valoys Crépy conquistó la villa de Alpuente (Valencia): “...por ser el primero que la entró, tomando posesión en su nombre (del Rey Don Jaime)... en donde quedó el propuesto Vicente Javaloyas por Castellano de los dos castillos de Alpuente, en nuestro Reino de Valencia y sus territorios; y juntamente le hizo merced del Palacio del Rey Moro, que tenía dicho señor Rey Don Jaime en aquel lugar, honrando su linaje y nobleza...”.
Cerámica
mural existente en la plaza de la Iglesia, de Alpuente (Valencia), en honor de
D. Vicente Javaloyas (Vincent de
Valoys Crépy), conquistador de esa villa
real, en la que se reproduce un extracto de la cédula o albala del rey Felipe II,
de 1 de mayo de 1562, que rememora la conquista de Alpuente y menciona algunas
de las mercedes que el rey D. Jaime de Aragón concedió al citado conquistador,
honrando su linaje y nobleza.
============
IV) DE
LOS REYES DE FRANCIA A LOS VALOIS DE ESPAÑA
1)
HUGO CAPETO Y SU LINAJE DESCENDIENTE HASTA LOS VALOIS DE ESPAÑA.
Hugo Capeto, rey de Francia
Los
primeros condes carolingios de Vermandois y de Valois son también antepasados
de Hugo Capeto, rey de Francia y fundador de la dinastía capeta. En efecto, Beatriz de Vermandois, hija de Pepín II de
Italia y de San Quintín, conde de Vermandois y señor del Valois, se casó con
Roberto I, rey de Francia y abuelo de Hugo Capeto. Por otra parte, una hija de Pepin III, conde de Valois, de
Senlis y de Bayeux, llamada Poppa de Valois, la segunda esposa del primer duque
de Normandía, el vikingo Rollon (Robert), fue la abuela de Adelaida de
Aquitania, quien se casó con Hugo Capeto, y de ellos descienden todos los
Capetos.
Los antepasados de Hugo Capeto han sido
especificados y relacionados en un artículo que publiqué en 2001 [[62]], por lo que el lector interesado en conocerlos,
puede ver la revista HISTORIA 16 que se cita en nota a pie de página. Por lo tanto, recogeré aquí solamente un
brevísimo resumen del mismo en los siguientes párrafos.
En
primer lugar, voy a reproducir ahora una cita de un artículo de
“...Desde
luego, Hugo Capeto no ha surgido espontáneamente, “de la nada”. Su abuela,
Beatriz de Vermandois, esposa del rey de los francos Roberto I era descendiente
en 6ª generación del rey carolingio Pepín “el Breve” cuya esposa Bertrada de
Laon descendía, por su parte, en 9ª generación del mismísimo Clodoveo I (como
se puede ver en el linaje que se incluye a continuación). Los Capetos, que descienden
indudablemente del fundador (Merovingio) de la dinastía franca, no dejaron de
reafirmarlo, como ya lo habían hecho simbólicamente los Carolingios...".
Beatriz
de Vermandois, reina de los Francos
El siguiente linaje de Hugo Capeto,
teniendo en cuenta la fiabilidad de las fuentes en que se basa[64],
es actualmente muy fidedigno:
Meroveo, rey de los Francos salios (411-457)
I
Childéric I
I
Clodoveo (
+
Sta. Clotilde de Burgundia
I
Clotario
I, rey de los Francos
I
Chilpéric
I
Clotario II
I
Dagoberto I
+ Nantilde de Bobigny
I
Clodoveo (Clovis) II
I
Thierry
III rey de los Francos
I
Berta
+ Caribert I conde de Laon
I
Caribert II c. de Laon
I
Bertrada de Laon + Pépin “el Breve” rey de los Francos
I
Carlomagno
I
Pépin I rey de Italia
I
Bernard rey de Italia
+ Cunegunde de Toulouse o de Gellone
I
Pépin
II de Italia o de S. Quintin, conde de Vermandois y señor del Valois
I
I--------------------------------I
I I
Herbert I conde
de Vermandois Pépin III Berenguer de
Senlis
I conde de Valois,Senlis y Bayeux
Beatriz de Vermandois
+ Roberto I rey de los francos
I
Hugo
“el Grande” duque de los francos
I
Hugo
Capeto rey de Francia
En este cuadro genealógico se observa cómo el linaje de Hugo Capeto parte de los Merovingios y, pasando por los Carolingios, desemboca en los Robertino-Capetos.
++++++++++++
El primer linaje de los condes de Valois, el de los Carolingios condes de Valois-Amiens, se expuso anteriormente en un cuadro genealógico, en el que se puede observar que el biznieto de Carlomagno, el conde de Vermandois y sr. del Valois Pépin II de Italia y San Quintín, fue el patriarca de la antigua estirpe carolingia de los condes de Vermandois y/o de Valois. Efectivamente, su hijo primogénito, Herbert, continuó el linaje de los condes de Vermandois, mientras que Pépin III Berenguer de Senlís, su hijo segundogénito, fue el conde de la región del Valois que se separó del Vermandois a finales del siglo IX. De los condes de Valois y de Vermandois descienden los primeros Capetos reyes de Francia.
Escudo de los reyes Capetos
++++++++++++
Además,
como ya he demostrado en otro libro[[65]], Hugo Capeto también era descendiente del rey
David de Israel por el converso nasi judío de Francia San Guillermo de Gellone,
cuya ascendencia davídica es conocida por la Biblia, generación por generación.
San Guillermo de Gellone o de Toulouse
Desde
luego, algún historiador bien informado, como Jean Hani, ya ha subrayado que
los reyes de Francia son también descendientes del rey David de Israel y que,
por ello, en las catedrales francesas suele verse en su fachada la galería de reyes con las estatuas de
los monarcas de Israel y de Juda. En efecto, Jean Hani dice[[66]]
literalmente lo siguiente:
“En
la fachada de
Por
supuesto, dicha galería de reyes también se observa, destacadamente, en la siguiente imagen de la fachada de
la catedral de París, dedicada a Notre Dame.
Fachada de la catedral de Notre Dame de París
Fuente: culturagenial.com
En
fin, en Hugo Capeto se manifiesta un
extraordinario y singular fenómeno genealógico, por la antigüedad y el
prestigio de sus orígenes. El
resumen de estos orígenes se encuentra en el linaje que se incluye en el
citado artículo de la Revue Française de
Généalogie. La conclusión es
que en el rey de Francia Hugo Capeto confluyeron
los linajes reales más famosos del mundo antiguo. Además, hay que tener en cuenta también que de Hugo Capeto descienden las dinastías más importantes de Occidente. Por otra parte, el hecho de que el caballero cruzado Vincent
de Valoys Crépy, conquistador de
Alpuente en Valencia, descienda de
Hugo Capeto y de los Robertinos, como se puede ver en el siguiente linaje
genealógico que se ofrece en este capítulo, permite concluir que tiene los mismos remotos
e ilustres ascendientes que el primer rey Capeto y que el emperador Carlomagno.
++++++++++++
Para especificar
cómo los Valois de España son descendientes del rey de Francia Hugo Capeto se
ha elaborado un cuadro genealógico suficientemente explicativo, que es el
siguiente:
LINAJE
DE HUGO CAPETO, REY DE FRANCIA, HASTA LOS VALOIS DE ESPAÑA
Hugo Capeto, rey de Francia 941-996
|
Roberto II el Piadoso, rey de Francia 970-1031
|
Roberto I el Viejo x, dq. de Borgoña y c.
de Charolais, Langres y Auxerre 1011-1076
|
Constance de Borgoña 1046-1092 + Alfonso VI, rey de Castilla, León, Asturias y Galicia 1040-1106
|
Urraca x, reina de Castilla, León y Asturias 1082-1126
+ Raymond de Borgoña, c. de
Galicia ...-1107
|
Alfonso VII de Castilla, 'el emperador', rey
de Castilla, León y Galicia 1105-1157
|
Sancha de Castilla 1144-1208 + Alfonso II, rey de Aragón 1157-1196
|
Pedro II el Católico, rey de Aragón y c. de
Barcelona 1176-1213
|
Jaime I el Conquistador, rey de Aragón,
Valencia y Mallorca y sr. de Montpellier 1207-1276
|
Pedro III, rey de Aragón 1239-1285 + Inés Zapata, 1239-...
I
Fernando de Aragón Zapata, 6º señor de
Albarracín desde 1284 a 1298
I
Inés de Aragón + Jhoan
Martínez de Javaloyas, juez en Teruel en 1316 ca 1265-...
|
Pero de Javaloyas 1305-...
|
Miguel de Javaloyas y Ruiz de Lihori ca
1325-...
|
Vicente de Javaloyas, vive
en Alpuente en 1368 y en 1396 ca 1345-...
|
Pero de Javaloyas 1370- vive en
Alpuente en 1396
|
García Javaloyas o Javaloyes, vive
en Alpuente (en la aldea de La Almeza) en 1450 ca 1400-...
|
Pero de Javaloyas ca 1422-...
|
García Javaloyas ca 1445-...
|
Joan Javaloys, vive en
Alpuente en 1510 ca 1468-
|
García Javaloys, vive en Alpuente en 1510 ca
1489-...
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Joan Javaloyas
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Vicente de Valoyas o Javaloyas, noble
infanzón que vive en Alpuente (Valencia) el 1 de mayo de 1562 ca
1526-...
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Gaspar Javaloyas, vive en Alpuente en 1572 y 1590 ca 1551-/1596
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Pedro Gaspar T.
Javaloyas ca 1572-1635, que vive
en Valencia y muere en Yátova el 20-9-1635
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Bartholome Javaloyes ca 1595-1638
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Bartholomé Domingo
Xavaloyas nace en Yátova 1617-1675
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Bartholomé Xavaloyas
Ortiz nace en Yátova 1641-1697
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Francisco Bartolomé
Manuel Xavaloyes nace en Yátova el 19-6-1680
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Francisco Luís
Bartolomé Xavaloyes nace en Yátova el 6-11-1705
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Hermenegildo Mariano
Francisco Xavaloyes nace en Yátova el 12-4-1764
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Josef Matheo Vicente
Xavaloyes nace en Yátova el
20-9-1793- + Clara Miralles Magro, ca. 1805
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Tomás Javaloyes
Miralles nace hacia 1830- + Antonia
Javaloyas Sierra nace en Yátova el 10-6-1836-
|
Luisa Javaloyas Javaloyas, nace en Valencia hacia 1872 y muere en Murcia el 8 de febrero de 1943
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2) LOS REYES FRANCESES
DE LA DINASTÍA VALOIS, ANTEPASADOS DE ALGUNOS VALOIS DE ESPAÑA.
Isabel
de Valois, princesa de Francia y reina de España
La mayoría de los Valois de España no son descendientes de los reyes de la dinastía real francesa de Valois. Solamente son vástagos de esos reyes Valois los descendientes de la reina de España Isabel de Valois, la esposa de Felipe II, que era hija del rey de Francia Henri II. Y lo son porque la princesa Catalina Micaela de España, hija de Felipe II e Isabel de Valois, se casó con el duque de Saboya Carlo Emmanuel I el Grande y sus descendientes fueron una rama de los Saboya que enlazaron matrimonialmente con los italianos Magro di Susa, y estos con la condesa María Diana dei Conti Sant, madre de Giorgio Magro Sant, capitán de la Armada siciliana, cuya hija María Magro Ganci se casó con el militar alpontino Tomás Miralles Rubio, quienes tuvieron una hija llamada Clara Miralles Magro que se unió en matrimonio con Josef Matheo Vicente Xavaloyes, de Yátova (Valencia) antes de 1830, fecha en que nació su hijo Tomás Javaloyes Miralles, como puede comprobarse en el siguiente linaje genealógico:
Henri II de Valois-Angulema, rey de Francia, 1519-1559 + Catalina de Médicis, 1519-1589
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Isabel de Valois, princesa de Francia y reina de España 1545-1568 + Felipe II, rey de España 1527-1598
|
Catalina Micaela de España 1567-1598 + Carlo
Emmanuel I el Grande, dq. de Saboya 1562-1630
|
Vittorio
Amedeo I di Savoia, dq. de Saboya 1587-1637
|
Carlo Emmanuel
II di Savoia, dq. de Saboya
y Aosta; rey titular de Chipre 1634-1675 + Marie
Jeanne Baptiste di Savoie, princesa de Savoie-Nemours, dqsa. de Aumale
1644-1724
|
Vittorio
Amedeo II di Savoia, dq. de Saboya,
rey de Sicilia y Cerdeña 1666-1732 + Jeanne
Baptiste d'Elbert de Luynes 1670-1736
|
Vittorio
Francesco di Savoia, hijo natural, mq. de Susa 1694-1762 + María
Lucrecia Franchi, de Ponte Chianale, fallecida en 1777
|
Caterina di Savoia di
Susa + Giorgio Magro Dalli, caballero de San Gregorio de Roma, conde vitalicio de la Santa Sede desde 1730, 1681-1749
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Antonio dei Conti Magro di Susa, que nació en Roma en 1727 y falleció en Rabato, Malta, en 1774,
+ casado
en 1763 en Mosta con la condesa María Diana dei Conti Sant
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Giorgio Magro Sant capitán de la Armada siciliana 1765- +
casado en 1784 con Antonia Santa Ganci Messina, que nació en Sicilia, Italia 16-12-1765
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María Magro Ganci 1785- + Tomás Miralles Rubio, militar español que
nació en Alpuente ca 1780 y murió en Italia después de 1805.
|
Clara Miralles Magro ca 1805- + Josef
Matheo Vicente Xavaloyes que nació en
Yátova en 1793-
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Tomás Javaloyes
Miralles que nació en 1830- + Antonia
Javaloyas Sierra que nació en Yátova en 1836-
|
Luisa Javaloyas
Javaloyas, que nació en Valencia hacia 1872 y murió en Murcia el 8 de febrero de 1943
Princesa Catalina Micaela de España
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V.- RELACIÓN DE LOS DOCUMENTOS Y DE LOS HECHOS QUE
ACREDITAN QUE LOS APELLIDADOS JAVALOYS, JAVALOYAS O JAVALOYES O SUS VARIANTES,
SON DESCENDIENTES DE LOS FRANCESES CONDES DE VALOIS:
1) Cédula o albala de 1 de mayo de 1562,
por la que el rey Felipe II concedió a don Vicente Javaloyas o Valoyas de
Alpuente (Valencia) nuevas armas que añadir a las que ya poseía en su escudo.
El texto íntegro de esa real cédula o albala de Felipe II de España se
encuentra documentada en la Biblioteca Nacional de España, en Madrid, en su
manuscrito número 11393.
En esa cédula real Felipe II reconoció a los
descendientes de Vincent de Valoys Crépy, fundador y señor de Jabaloyas en
Teruel, y conquistador y alcaide de Alpuente en Valencia, como descendientes
también de los condes de Valois, en una fecha en la que la reina de España era
doña Isabel de Valois, princesa de Francia; pues en la cédula Felipe II dice lo siguiente
sobre el alpontino Vicente Javaloyas o Valoyas: "...en consideración tanto a los
servicios prestados a la Corona de España por el mismo y por sus antepasados
como a “vuestra ilustre sangre, y que descendéis por línea recta de los Condes
de Valois en Francia...".
2) 'BLASONES de varias
familias españolas':
Apellido Javaloyas. Tomo V, páginas 130 (reverso) y 131 (anverso y reverso) - Autor: Juan
Francisco de Hita, cronista general y rey de armas del rey Felipe IV de España.
- El libro manuscrito se halla en la Biblioteca Nacional de España, en Madrid
(M 98, Manuscrito 11627).
Contiene la historia de la familia de los Javaloyas
desde que vino a España su antepasado el patriarca Vincent de Valoys Crépy,
descendiente de los condes de Valois en Francia, y manifiesta que, el 1 de mayo
de 1562, el rey Felipe II de España reconoció la nobleza e infanzonía de los
Javaloyas y concedió al Jefe de la citada familia, Vicente de Valoyas o
Javaloyas, nuevas armas para incorporar a su escudo: un león de púrpura
coronado, que es un cuartel de las armas del escudo del monarca español.
Dice así: "Los de este apellido JAVALOYAS de
esta casa solar de la Villa de Alpuente son descendientes de la casa ilustre de
los Condes de Valoys de Francia, por haber venido un caballero a Aragón, del
cual descendieron los Valoyas, que habitaron primeramente en Monte llamado
Javalón; y después, por la esterilidad donde vivían, bajaron y empezaron a
fundar y poblar un lugar llamado Javaloyas en la comunidad de Albarracín, Reino
de Aragón, y de allí pasó uno de esta casa a Navarra, donde ilustró mucho su casa;
y en los años 1228, en la guerra que hizo el señor Rey Don Jaime, le siguió uno
de esta Casa llamado Don Vicente de Valoys, el cual en compañía de Olivier de
Termens, que vino de Francia, pasó a la conquista de Mallorca...
... para que
el dicho Don Vicente Javaloyas o Valoyas, y los suyos sucesores, puedan usar y
usen en todos los puestos públicos, que les convenga llevar y poner, en
recompensa de sus loables servicios de sus antepasados para conservación de su
Nobleza e Infanzonía. La cual Casa familia son tenidos y reputados por tales en
toda aquella tierra, y conocidos con el trato condecorado a sus obligaciones
con los hidalgos y nobles conocidos de aquella Villa y Lugares circunvecinos en
cualquier parte, que son conocidos. =Que las Armas son en esta forma: (Hay un
dibujo del Escudo).
(Sellado con el de la Biblioteca Nacional de
Madrid).; Tomo V, páginas 130 (reverso) y 131 (anverso y reverso)
3) Certificado real sobre la historia
de la familia apellidada Javaloyas o Valoyas o Valois, por la equivalencia de
esos apellidos. - Don Juan Alfonso de Guerra, cronista y rey
de armas del rey Felipe V de España. - Manuscrito 11393 de la Biblioteca
Nacional de España, en Madrid: Cuatro folios (anverso y reverso).
Título del certificado: "Javaloyas o Baloyas o
Valois". 9 de Enero 1703.
Este certifcado fue emitido el 9 de enero de 1703
por el citado cronista y rey de armas de Felipe V a petición de mi antepasado
Juan Javaloyas. En el texto del certificado se incluye el texto íntegro de la
cédula o privilegio de 1 de mayo de 1562 de Felipe II de España por el que
concedió a mi antepasado Vicente de Valoyas o Javaloyas nuevas armas para su
escudo (un león de púrpura coronado, expresión de la sangre real de los Valois,
Valoyas o Javaloyas); por lo que en la
cédula real se relata minuciosamente la historia familiar desde la llegada a
España del descendiente de los condes de Valois mi antepasado conquistador de
Alpuente (Valencia), Vincent de Valoys Crépy, a principios del siglo XIII, y
toda la posterior historia familiar hasta 1703.
(Sellado con el sello de la Biblioteca Nacional
de España).
El certificado comienza diciendo literalmente
lo siguiente:
Don Juan
Alfonso de Guerra, cronista y rey de armas del Rey nuestro Señor Felipe V de
España, Certificamos:
"Concuerdan los más clásicos y verídicos
auttores y entre ellos el Libro del Becerro y la Nobleza unibersal que escrivio
el Chronista General D. Juan Baños de Velasco, que originales ttenemos en
nuestro poder, y Archivo, ser una de las Casas de mayor celebración en Francia,
la de Valois, de donde corrupttamente se originó en Aragón y Valencia el
Apellido de Javaloyas y Baloyas, la cual es indudable ttiene Real Sangre de
aquella corona, pues hai ttradición continuada de padres a hijos sin cosa en
conttrario la qual hace fuerza de Ley pues como dice San Juan Chrisostomo en
una de sus homilias si hai ttradicion no hai mas que desear, y hoy se conserva
en la Villa de Alpuente Reino de Valencia de haber benido de Francia, un gran
Señor Frances de la Familia de Valoys o Valoyas a Aragon a sus conquisttas de
quien descendieron los cavalleros Javaloias, y uno de ellos fue Fundador del
Lugar de Javaloyas en la comunidad de Albarracin, donde se añadio al primer
apellido de Baloias las dos lettras primeras corrupttamente de que ttenemos
innumerables exemplares, y lo más probable (segun graves autores) es que cuando
enttro el Señor Rey D. Jaime el conquisttador en el Reyno de Valencia dejo a
Don Vicente Jabaloyas descendiente de la dicha Casa de Balois, o Baloyas, en
Francia por Casttellano de los dos Casttillos de Alpuente que en aquel siglo
hera honor de grande esttimacion, pues ttenian estas Alcaidias y emolumentos
los pagos del Tercio de Diezmo de la Vecindad, y por haber venido los Señores
de esta Casa del Lugar de Jabaloyas les inttitularon Jabaloyas y oy en dia se
manttiene sucesiba esta memoria en los Vecinos antiguos de Alpuente y otros
lugares, y papeles que lo comprueban y que al dicho D. Vicente Javaloyas le
hizo gracia y mercedes el Señor Rey Don Jaime, el conquisttador de el Palacio
del Rey Moro que ttenía en dicha Villa y la Bodega de los Diezmos, ciua
hacienda manttubo por vinculo subcesibo en esta Casa........".
Certificado oficial sobre la historia de la familia apellidada Javaloyas o Valoyas o Valois. - Don Juan Alfonso de Guerra, cronista y rey de armas del rey Felipe V de España. - Manuscrito 11393 de la Biblioteca Nacional de España, en Madrid: Cuatro folios (anverso y reverso). Este certifcado fue emitido el 9 de enero de 1703 por el citado cronista y rey de armas de Felipe V a petición de mi antepasado Juan Javaloyas o Valoyas o Valois. En el texto del certificado se incluye el texto íntegro de la cédula o albala de 1 de mayo de 1562 de Felipe II de España por la que el rey concedió a mi antepasado Vicente de Valoyas o Javaloyas nuevas armas para su escudo (un león de púrpura coronado, cuartel del escudo del propio Felipe II, un Habsburgo, como exponente del también ilustre linaje de los Valois de España). En esa cédula real de 1562 se relata minuciosamente la historia familiar desde la llegada a España del descendiente de los condes de Valois, Vincent de Valoys Crépy, mi antepasado conquistador de Alpuente (Valencia) a principios del siglo XIII, y toda la posterior historia hasta 1703. Fotocopia de la Hoja 1 del Certificado.
4) Diccionario heráldico y genealógico de
apellidos españoles. Por Alberto y Arturo García Carraffa.
Sobre el apellido
JAVALOYAS dice lo siguiente:
" Los de este apellido JAVALOYAS de esta
casa solar de la Villa de Alpuente son descendientes de la casa ilustre de los
Condes de Valoys de Francia, por haber venido un caballero a Aragón, del cual
descendieron los Valoyas, que habitaron primeramente en Monte llamado Javalón;
y después, por la esterilidad donde vivían, bajaron y empezaron a fundar y
poblar un lugar llamado Javaloyas en la comunidad de Albarracín, Reino de
Aragón,...Sin duda, la primera denominación de este pueblo debió ser Baloyas,
pues así se apellidaban caballeros procedentes de dicha Casa, como el
mencionado Valois o de Baloyas.
Este caballero, en sus luchas contra los moros de Valencia,
se conquistó la villa de Alpuente, que hoy pertenece al partido judicial de
Chelva (Valencia).
El monarca le concedió como premio el palacio que en la
mencionada Villa habitó el reyezuelo moro, con muchas heredades.
Sirvieron con fidelidad al emperador Carlos V, combatiendo a
los comuneros.
Felipe II concedió a otro Vicente Javaloyas, privilegio para
aumentar sus armas...".
5) Libro titulado "La Villa de
Alpuente". Por el canónigo de Segorbe don Valeriano Herrero Herrero.
En las
páginas 143 y 144 de su libro, el historiador autor del libro dice,
literalmente, lo que se reproduce a continuación:
"...Como
resumen y según el citado despacho:
a) La familia Jabaloyas, procedente de
Francia, estaba emparentada con la distinguida francesa de los condes de
Valois.
b) Pasaron de
Francia para ayudar a Jaime I en la conquista de Mallorca, por el año 1229,
distinguiéndose en varias hazañas.
c) Fueron los fundadores del pueblo de
Jabaloyas, cerca de Albarracín, en la provincia de Teruel.
d) Vicente
Jabaloyas conquistó Alpuente, entrando el primero y tomando posesión en nombre
del rey, que le propuso por Castellano de los castillos de Alpuente y el Poyo y
le hizo merced de varios territorios en la Villa y del palacio del rey moro,
que poseía dicho Sr. Rey D. Jaime...
...Dos versiones recoge D. Juan Francisco de
Hita sobre el origen del apellido Jabaloyas, y ambas están concordes en afirmar
que procede de la casa de los condes de Valois en Francia; y que el primer
caballero que pasó a España fue Vicente de Valois, que vino a servir al rey
de Aragón, en compañía de Oliver de Termens."
6) "El apellido Javaloys o Javaloyas",
un artículo publicado en la revista local 'La Taifa de Alpuente' por Rodrigo
Cortés Rochina, cronista de la villa de Alpuente.
En ese
artículo el cronista oficial de Alpuente dice, entre otras cosas, lo siguiente:
" ...Algunos caballeros descendientes de los
condes de Valois pasaron al servicio de los reyes de Aragón y participaron en
la Reconquista de territorios que estaban en poder de los musulmanes,
especialmente en la conquista de Mallorca por Jaime I. Este Rey tenía su propio
ejército formado por nobles, ricoshombres y vasallos aragoneses, así como por
mercenarios almogávares pagados de su propio bolsillo. En la conquista de
Mallorca (1229), a las tropas de la nobleza catalana y a una parte de la
nobleza aragonesa, con las que el Rey había concertado la concesión de tierras
y bienes que se recuperasen, se sumaron numerosos caballeros ansiosos de
alcanzar riquezas y honores, procedentes de Occitania, de Navarra, de Castilla
y de Francia. Entre ellos estaba don Vicente
de Valoys, que pertenecía a una de las Casas
de mayor abolengo de Francia, la de los condes de Valois, a cuyos
descendientes se los conoce actualmente en Aragón y en Valencia por uno de los
siguientes apellidos: Valoyas, Javaloys, Javaloyes o Javaloyas. Es pues don Vicente de Valoys, de la
francesa Casa de Valois, quien tomó
parte en la conquista de Mallorca, el primer antepasado español de los
Javaloyas, hoy en día tan conocidos en Alpuente.
Todavía se conserva en la memoria de los vecinos de más edad de esta
Villa, el haber venido de Francia un gran señor de la familia de Valoys o
Valoyas a Aragón. Los descendientes de este caballero se establecieron
inicialmente en el monte Jabalón, pero pronto lo abandonaron, fundando nueva
casa y poblado en la base de esa montaña turolense: se trata de la actual villa
de Jabaloyas, en las proximidades de Albarracín. Etimológicamente, Jabaloyas
significa “monte de los Valoyas”; ya que jabal
en la lengua árabe que entonces se hablaba todavía por allí, quiere decir monte o montaña.
El
proyecto más grandioso que tenían el Rey Conquistador y la nobleza aragonesa,
después de la cruzada de Mallorca, era la conquista del territorio
valenciano-murciano, integrado por los reinos de taifas de Valencia, ALPUENTE,
Denia y Murcia...En el año 1233 se inició este nueva empresa bélica, en la que
participaron, al igual que en la conquista mallorquina, la nobleza aragonesa,
muchos señores catalanes y numerosos caballeros cruzados que se pusieron al
servicio del Rey; entre ellos el veterano guerrero don Vicente de Valoys o
Valoyas, quien después de la reconquista de Mallorca, había regresado a Aragón.
Por haber ayudado valerosamente al Rey en
sus luchas contra los musulmanes, una vez conquistada la ciudad de Valencia y
sus alrededores, don Jaime le hizo gobernador de Alpuente nombrándole alcaide
de sus castillos. Este nombramiento tenía mucha importancia en aquella época,
pues llevaba consigo como emolumentos la retribución del Tercio del Diezmo de
la Vecindad. Además le donó el palacio y la bodega del Rey Moro alpontino y
muchas heredades y honores, incluso armas para su escudo personal, en un
documento real firmado en la ciudad de Valencia el primer día de las calendas
de noviembre de 1238.
Tres siglos más tarde,
el 1 de mayo de 1562, el rey D. Felipe II, otorgó a favor de don Vicente de
Valoyas o Javaloyas, de Alpuente, para él y para sus sucesores, albala o
privilegio real en el que le concedió que añadiese a sus antiguas Armas un León
de púrpura coronado sobre campo de Plata, cuartel del Escudo del propio rey de
España, que en esa fecha estaba casado con la reina Isabel de Valoys...".
7) Isabeau
de Senlis, la esposa de Vincent de Valoys Crépy, señor de Jabaloyas y
conquistador de Alpuente y alcaide de sus dos castillos, también fue
descendiente de los condes de Valois.
Que los apellidados Javaloys, Javaloyas,
Javaloyes,...y sus variantes, somos
descendientes de los franceses condes de Valois ya ha
quedado demostrado en esta obra; pero además voy a confirmar esa ilustre
descendencia seguidamente con un cuadro genealógico en el que se expone cómo
también somos descendientes de los condes de Valois por vía materna, porque la
carolingia Isabeau de Senlis, la esposa y pariente lejana del caballero cruzado
frances conquistador de Alpuente, Vincent de Valoys Crépy, tenía asimismo como
antepasados suyos a ciertos condes y a condesas de Valois, como se puede
observar en el siguiente cuadro genealógico:
Charlemagne, emperador
y rey de los francos, 742-814
|
|
Pépin de Italia, rey de Italia, 773-810
|
|
Bernard de Italia, rey
de Italia, 797-818, casado con Cunégunde de Gellone
|
|
Pépin de S. Quintin, c.
de Vermandois y sr. del Valois, 818-878, casado
con Rothaide de Bobbio, cdsa
de Vermandois, 820-...
|
|
Pépin III Bérenger de Senlis, c. de Valois, de Senlis y de Bayeux, 844-893,
casado con Cunégunde de Rennes, 860-...
|
|
Bernard I Bérenger de Senlis, c.
de Senlis y de Valois, 880-927
|
|
Genselin de
Senlis, gran botellero de Francia, ca 920-980
|
|
Raúl I de Senlis, ca 950-ca 987
|
|
Foulques de Senlis, ca 975-ca 1050
|
|
Landry de Senlis, ca 1010-ca 1080, casado con Ermengarde, ca
1015-
|
|
Guy I de Senlis, ca 1040-1106, casado con Berthe, ca 1045-
|
|
Guillaume I el Lobo de Senlis, gran
botellero de Francia, señor de Senlis,
Ermenonville y Chantilly, ca 1080-1147, casado con Berthe, ca 1080
|
|
Guy III de Senlis, gran botellero de Francia,
señor de Senlis, Ermenonville y Chatilly, ca 1120-1188, casado con Marguerite de Clermont-en-Beauvaisis y Valois-Vermandois, cdsa. de
Clermont-en-Beauvaisis y Amiens, y señora de Luzarches, 1108-1177, hija de Adele,
cdsa. de
Valois y de Vermandois
|
|
Guy IV de Senlis, gran botellero de Francia,
señor de Montmélian, Bray-sur-Onette, Luzarches, Ermenonville y Chantilly,
1165-1221, casado con Elisabeth
de Trie, ca
1170-1219
|
|
Isabeau de Senlis, casada con Vincent de Valoys Crépy, señor
de
Jabaloyas (Teruel, España) y reconquistador y alcaide de Alpuente
(Valencia, España), ca 1185-después de 1250
============
|
VI) ALGUNOS LINAJES DE PERSONAS
APELLIDADAS VALOIS QUE SE AFINCARON EN ESPAÑA O EN PAISES DE AMÉRICA COMO
EMIGRANTES O EXILIADOS; ASÍ COMO LOS LINAJES DESCENDIENTES DEL CABALLERO
CRUZADO VINCENT DE VALOYS CRÉPY QUE PERVIVEN ACTUALMENTE:
A) PRELIMINAR
En el Capítulo III de este libro se ha relatado que en 1240 el caballero Vincent de Valoys Crépy, señor de Jabaloyas, fue el reconquistador –como comandante en jefe de las tropas de Albarracín- de la importante plaza fuerte valenciana de Alpuente, a pesar de que estaba defendida por un impresionante castillo-fortaleza, de la que fue nombrado alcaide de sus dos castillos.
|
Para gobernar bien Alpuente, el caballero Vincent de Valoys Crépy dejó su residencia en Jabaloyas (Albarracín) y estableció en esa villa valenciana su casa solariega, aunque conservó algunos dominios territoriales en Albarracín. Después de la reconquista de todo el reino de Valencia por el rey Jaime I de Aragón, el señor de Jabaloyas, con su esposa Isabeau de Senlis y sus hijos, habitó permanentemente en Alpuente (Valencia) ejerciendo el cargo de castellano o alcaide de sus dos castillos, por lo que sus dominios territoriales en el pueblo de Jabaloyas fueron vendidos a terceros o donados a administradores suyos o, simplemente, abandonados.
El rey Jaime el
Conquistador falleció en 1276 y le sucedió en Aragón su hijo Pedro III quien
dedicó los primeros años de su reinado a luchar contra los musulmanes
valencianos. En 1282 una embajada de los sicilianos enemigos de la dominación
del rey Carlos de Anjou le ofrecieron el trono de Sicilia. Entonces Pedro III
preparó en secreto –sin comunicárselo al Papa- una operación militar invasora
que desembarcó en Sicilia en el mes de agosto y ocupó toda la isla. Como Aragón
estaba enfeudado a la Santa Sede, el papa Martín IV excomulgó a Pedro III y en
marzo de 1283 lo desposeyó de sus reinos. Seguidamente concedió la titularidad
real de Aragón a un hermano del rey Felipe IV de Francia, llamado Carlos, conde
de Valois, que era hijo de la princesa Isabel de Aragón. Para hacer efectivo su
derecho al trono aragonés el conde de Valois solicitó el apoyo de las tropas
reales francesas que invadieron y conquistaron Gerona, lo que desencadenó la
guerra entre las tropas aragonesas de Pedro III y Francia.
Finalmente, el
ejército real francés fue derrotado por Pedro III, por lo que el príncipe
Carlos de Valois tuvo que renunciar a su pretensión de convertirse en el
legítimo rey de Aragón. Mientras duró la guerra entre las tropas de Francia y
las aragonesas, se registró en Aragón y Albarracín una feroz persecución a los
franceses y a sus descendientes que habitaban en tierras aragonesas, por lo que
todos los parientes del caballero Vincent de Valoys Crépy, apellidados 'de Valoyas'
o 'Javaloyas', que todavía estaban afincados en la población de Jabaloyas o en
sus alrededores, huyeron hacia Valencia para refugiarse en Alpuente,
abandonando todos sus dominios en tierras de Albarracín. Al quedarse despoblada
Jabaloyas, el rey Pedro III de Aragón, el 24 de agosto de 1284, concedió
privilegio de repoblar el lugar y su término con ballesteros a sus vasallos Eximino
Pérez de Osa, Pedroço de Mora y Dalmacio de Villarasa[67].
Los descendientes de Vincent de Valoys Crépy, apellidados Valoyas, Javaloys o
Javaloyas, nunca volvieron a instalarse en el pueblo de Jabaloyas, porque ya no
tenían allí dominios territoriales ni derechos feudales. Su casa solariega y
sus dominios territoriales se encontraban definitivamente situados en Alpuente,
en el reino de Valencia.
B)
EL ÉXODO DE LOS APELLIDADOS JAVALOYAS o JABALOYAS
Hasta el siglo
XVI los apellidados Javaloyas o Jabaloyas residieron, en su inmensa mayoría, en
Alpuente. Tras la concesión de nuevas armas para su escudo, por cédula o albala
o privilegio real de Felipe II el 1 de mayo de 1562, al alpontino Vicente
Javaloyas o de Valoyas, este noble señor fue reconocido como jefe del linaje de
los Javaloyas y se puso a la disposición del virrey de Valencia, que le ofreció
un importante cargo en su corte. A partir de entonces la casa solariega de los
cortesanos Javaloyas se trasladó a la capital valenciana y el primogénito de
cada jefe de su linaje fue considerado heredero de la jefatura del linaje de
los Javaloyas en cada generación, costumbre familiar que duró hasta el
fallecimiento del militar natural de Valencia Pedro Javaloyas Navarro en el
siglo XIX, el último reconocido como jefe del linaje de los Javaloyas, quien
también tuvo su casa solariega en Valencia.
El éxodo de los alpontinos apellidados Javaloyas o
Jabaloyas se fue incrementando a lo largo del siglo XVI, principalmente a la
capital valenciana; pero se intensificó de 1609 en adelante, tras la expulsión
de los moriscos, por la abundancia de feraces territorios de los pueblos
valencianos que fueron repoblados con 'cristianos viejos', tanto de la serranía
valenciana como de otras provincias españolas. Entre esas poblaciones vacías -sin
moriscos u otros labradores- destaca Yátova, porque en ella se afincó la rama
principal de los Javaloyas procedente de la corte valenciana del Virrey.
Tras la Guerra de Sucesión a la Corona de España a
comienzos del siglo XVIII, se intensificó la dispersión de los Javaloyas de
Alpuente porque algunos de ellos se convirtieron en militares profesionales,
por lo que acabaron marchándose de Alpuente y residiendo en las ciudades
españolas o hispanoamericanas a las que el Gobierno de España les destinó para
ejercer su profesión.
Un buen ejemplo de ello es el de José de Javaloyas Infanzón que fue destinado a
Méjico, concretamente a Guanajuato como alcalde de la ciudad, cuando ya era
teniente de caballería; y allí se afincó permanentemente siendo el patriarca de
una fecunda rama de los Javaloyas que perdura hasta nuestros días. A
continuación se muestran los datos personales de este ilustre Javaloyas de
Alpuente:
José de
Javaloyas Infanzón
- Nacido alrededor de 1740 -
Alpuente, Valencia, España
- Militar; Generoso (noble)
Padres
- Vicente
Javaloyas, alcaide del castillo de Alpuente en 1740 ,
nacido ca 1710-
Hermanos y hermanas
Nota individual
-
Fue Corregidor de Zacatecas (Méjico) entre 1771 y 1776. -Fue nombrado Alcalde
mayor de Guanajuato (Méjico) el 10 de noviembre de 1779, siendo teniente de
caballería.
Fuentes
- Expediente personal de José
de Javaloyas Infanzón en el Archivo de Simancas (Valladolid). Archivo
General de Indias. Sección Títulos de Indias. Expediente 186-218 que se
encuentra en la página 159. El 10-11-1779 fue nombrado Alcalde mayor de
Guanajuato (Méjico).
Otra época importante en la que también tuvo lugar
un gran éxodo de los apellidados Javaloyas o Jabaloyas, desde Alpuente o de
Yátova, hacia otros pueblos o hacia la capital valenciana fue la primera mitad
del siglo XIX o a otras provincias españolas o a algunos paises
hispanoamericanos,
primero por los acaecimientos de la
guerra y de la posguerra de independencia de España contra los invasores
franceses que comenzó en 1808; pero sobre todo por las guerras de los carlistas
contra el ejército real de España o contra las tropas liberales que, en su
primera guerra, en el periodo 1833-1840, tuvo un terrible y desolador
protagonismo en Alpuente, una plaza estratégica con un castillo-fortaleza
muy valioso, que fue arrasada y destrozada cuando los carlistas se apoderaron
de su castillo y de la villa, que finalmente pudo ser rescatada violentamente
en una feroz lucha de los ejércitos reales o liberales contra los rebeldes
carlistas que se habían instalado en el castillo y que tenían como rehen a la
villa de Alpuente.
El alpontino
canónigo de Segorbe, don Valeriano Herrero Herrero, ha relatado minuciosamente
la primera guerra carlista en Alpuente[68],
de cuyo relato reproduzco seguidamente un sucinto resumen:
"La primera
guerra carlista empezó con el levantamiento en Talavera de la Reina, el 2 de
octubre de 1833, extendiéndose después por las Vascongadas, Rioja y Castilla
bajo la dirección de D. José Zumalacárregui...Y se terminó (en el Norte de
España) con el abrazo de Vergara entre Maroto y Espartero, el 31 de agosto de
1839...
Alpuente fue
escenario de varias batallas y durante esta época sufrió saqueos, fusilamientos
y violencias de ciudadanía y justicia por ambas partes, adueñándose de aves de
corral, ganados y otros enseres y dejando a los vecinos en muchas ocasiones sin
las necesarias provisiones para su alimentación y desenvolvimiento normal.
Al terminar la
guerra en el Norte con el abrazo de Vergara, hubo una pequeña tregua; pero
quedaron algunos focos en Aragón, Cataluña y Valencia. Eran pequeñas partidas
capitaneadas por Ramón Cabrera, Arévalo, Palillos, Arnau y el guerrillero Botas
que, más fieles a su pretendiente, optaron por continuar la lucha. Entre esa
partidas destacaba la de Arévalo, que se hizo fuerte en el castillo y en la
iglesia de Alpuente. A combatirlo fue enviado el general Azpiroz...
...En la
provincia de Valencia, las armas liberales obtenían ventajosos resultados,
mientras la situación carlista iba empeorando...Algunos exaltados carlistas,
como Botas, empezaron a cometer punibles desmanes, con atropellos, robos y
fusilamientos, que merecieron la repulsa de sus propios jefes, como la del
brigadier D. José Domingo de Arnau, fechada en Cañete el 27 de febrero de
1840...Palacios, que relevó al jefe carlista Arnau, quien había mandado
extender el incendio a todas las masías (o haciendas de campo) alpontinas, sin
permitir a su moradores sacar sus efectos, cosa que exasperó al país y enajenó
los ánimos de los ciudadanos que antes tenían a su favor o neutrales. El
incendio se ensañó, no solo en los edificios de la villa y alrededores, sino
que alcanzó a casi todas las aldeas del término alpontino con o menos
intensidad...
...El 24 de
abril de 1840, el general Azpiroz recibió orden para emprender el sitio de
Alpuente...El 28 de abril, al tocar diana las músicas, rompieron el fuego las
baterías sitiadoras. Los carlistas, por la noche, abandonaron la iglesia, la
destruyeron y le prendieron fuego, retirándose al castillo, abriéndose paso
entre los escombros. Palillos, con alguna fuerza de infantería y dos escuadrones,
se marchó a Arcos. El 29 volvieron a tronar los cañones y avanzó la línea de
sitio, penetrando algunas compañías en la iglesia y en el pueblo, a pesar de la
inmensidad de piedras y granadas de mano que les arrojaban los carlistas (desde
el castillo que nuevamente ocupaban)...
El 1º de mayo
tuvo que dedicarse el sitiador a destruir las nuevas obras construídas sobre la
brecha (en el castillo)...Al amanecer del día 2 de mayo, apareció nuevamente
reparada la brecha, toda la cornisa y el torreón. La mina estaba ya cargada y
preparado el asalto para después de su explosión...A las 11 de la mañana del
mismo 2 de mayo, la bandera liberal ondeó en el castillo, rindiéndo las armas
su gobernador; el que lo había sido de Chulilla; y el de Castro, ya canjeado;
22 oficiales y 222 individuos de tropa de los batallones del Turia, ... heridos
una gran parte de ellos...
La primera
guerra carlista había terminado así con la victoria de las armas liberales.
Alpuente había quedado en la más espantosa miseria. Las huellas de incendios,
devastación y ruinas aparecían por doquier...
...Desolador se
presentaba el panorama de la postguerra. El estado en que había quedado
Alpuente era en realidad desmoralizador y deprimente".
El mencionado
historiador Valeriano Herrero Herrero reproduce en su citado libro[69]
la relación certificada que el pleno del ayuntamiento de Alpuente publicó sobre
las pérdidas y daños habidos en la villa durante la guerra carlista que,
literalmente, dice así:
"Todo el
Ayuntamiento ,
CERTIFICAMOS
Que en esta Villa y su juridiscción existían
antes de la guerra y destrucción que causó la facción, 525 casas, de las cuales
fueron quemadas y destruidas 217, sin contar la Iglesia Parroquial, ni 4 ermitas,
Casa Consistorial, cárceles, leñadas, pajares y lagares; siendo de advertir que
aunque en las 37 relaciones presentadas por este vecindario, y que se hallan
unidas al expediente de su naturaleza, sólo aparecen 136 de aquellas, y no las
restantes 81. Fue la causa de este falta, el hallarse en un estado miserable
muchos de sus vecinos, temiendo por consecuencia a los gastos que les pudiese
ocasionar la instrucción de un expediente, y al mismo tiempo la desconfianza en
que vivían de poder ser indemnizados.
Y para que
conste, cumpliendo con lo mandado por el Sr. Jefe Político de la provincia en
su oficio de 23 del actual, libramos la presente bajo nuestra responsabilidad,
que firmamos los que sabemos en
Alpuente, a 28
de diciembre de 1845".
Por supuesto,
ante el descrito estado de guerra duradero sufrido por Alpuente y sus vecinos
durante muchos años, casi todos estos huyeron de la villa. Desde luego todos
los Javaloyas de Alpuente abandonaron la villa y la mayoría de ellos rehicieron
su vida en Valencia o en los pueblos de su alrededor; pero algunos de ellos
emigraron a países hispanoamericanos, sobre todo a Argentina y a Méjico. La
dispersión de los Javaloyas alpontinos fue una verdadera diáspora casi
imposible de revertir porque, además, el jefe del linaje de los Javaloyas, don
Pedro Javaloyas Navarro, era un ilustre militar natural de Valencia quien, por
obligación profesional, tuvo que residir en otras ciudades españolas; lo que
hacía casi imposible su relación directa familiar con los otros Javaloyas y su
coordinación. Cada uno tuvo que rehacer su vida donde buenamente pudo y quiso,
en España o en América. El mantenimiento de los vínculos familiares entre los
antiguos Javaloyas de Alpuente se hicieron cada vez más difíciles, acabando por
desaparecer en muchos casos.
Pedro Javaloyas
Navarro
- Nacido alrededor de 1818 en Valencia.
- Militar.- Jefe del linaje de los
Javaloyas
Padres
- Pedro
Javaloyas Azuar ca 1793-
Casamiento(s) y/e
hijo(s)
§
Notas
1) Entre sus cargos
principales destacan los siguientes: - Teniente coronel graduado comandante
segundo del antiguo regimiento de Castellón, de reserva de milicias
provinciales. - En 1861 fue nombrado Fiscal como Teniente coronel graduado, segundo
comandante del 2º Batallón del Regimiento Cantabria número 39.
2)
El Boletín del Ejército de 9 de enero de 1846 publicó que a don Pedro
Jabaloyas, cuando era capitán de la Albuhera, le negaron el pase al real cuerpo
de Alabarderos.
Fuentes
· Diccionario histórico, genealógico y
heráldico de las familias ilustres de la monarquía española, de Luís Vilar y
Pascual. Tomo IV. Página 394.
Casi ninguno de los fugitivos o exiliados Javaloyas
alpontinos quiso volver a su arruinado pueblo, y los pocos que regresaron lo
hicieron porque, carentes de otros recursos para poder vivir, intentaron salir
de su miserable pobreza cultivando lo que fuese en sus abandonadas fincas
rústicas devastadas que tuvieron que rehacer. Esta desoladora conclusión se puso de manifiesto en los primeros censos
de población de Alpuente que se hicieron después de terminar la ruinosa guerra
carlista (los de 1842 y 1857). Efectivamente en el censo de 1842 solo
constan como Javaloyas vecinos de Alpuente los siguientes:
Vicente Javaloyas, de 39 años, casado
con Úrsula Miralles, de 32 años; María Javaloyas, de 55 años, casada con Blas
Pinazo, de 67 años; y Catalina Javaloyas, de 42 años, casada con Miguel
Herrero, de 56 años.
En el censo de Alpuente de 1857 los
únicos Javaloyas que existen son los siguientes:
- Vicente Polo Javaloyas, de 58 años.
- María Javaloyas Martínez, de 64 años.
- Francisco Pinazo Javaloyas, de 28
años.
- Vicenta Cervera Javaloyas, de 39 años.
- Manuela Javaloyas Martínez, de 46
años, y
- Bernabé Peñalver Javaloyas, de 31 años.
En
los años posteriores a 1857 tampoco regresaron a Alpuente los dispersos Javaloyas
de su éxodo, ni siquiera después de finalizada la tercera guerra carlista, que
duró de 1872 a 1876, y que apenas afectó negativamente a Alpuente. La diáspora
de los Javaloyas alpontinos estaba consumada. Para confirmar esta conclusión,
hay que tener en cuenta que en el periodo que hay desde la creación del Registro
Civil de Alpuente en 1872 hasta el año
1881 solamente se incribieron como nacimientos de personas cuyo primer apellido
fuese Javaloyas los que se relacionan seguidamente, pertenecientes a cuatro
hogares:
- Josefa Javaloyas Herrero en 1872.
- Úrsula Javaloyas Hernández en 1874.
- Manuel Javaloyas Alepuz en 1875.
- Cayetana Javaloyas Peñalver en 1876.
- Jacinto Javaloyas Alepuz en 1877.
- Bárbara Javaloyas Peñalver en 1878.
- Agustina Javaloyas Alepuz en 1879 y
- Vicente Javaloyas Peñalver en 1881.
C) LINAJES O RAMAS:
1) PRIMEROS DESCENDIENTES DE VINCENT DE VALOYS CRÉPY
Vincent de Valoys Crépy, sr.
de Jabaloyas (Albarracín,Teruel) y alcaide de Alpuente (Valencia), ca 1185-después de 1250
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___________________________________|___________________________________
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Maestro Guy o Guido de Valoys Martín de Valoyas, sr.de Jabaloyas (Albarracín,Teruel) Benedicto
Javaloyas |
||
Justicia de Valencia en
1261 + Elfa Garcés de
Azagra
canónigo de la catedral de Albarracín |
||
_____________________________________|
fallece en 1282
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Jhoana de Javaloyas Jhoan
Martínez de Javaloyas, Juez en Teruel en 1316 ca 1265- + Dalmacio Villarrasa + Inés de Aragón + María Pérez de Marzilla
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_________________________
|_________________________
|______________
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|
| | Pero de Javaloyas
1305-
Sancho de Ximeno
de Valoyas | + Elvira
Ruiz de Liori
Javaloys ca 1315 o Javaloyas Miguel de
|
+ ?? 1285-1340 Javaloyas |
|
| | + ?? |
|
_____________________________________ |_________ | |
| | | | | | | |
Miguel
de Javaloyas Lope de | Martí Pero Pascual Pero Beneyto
y Ruiz de Lihori Jabaloyas | Javaloyes Sánchez
Sánchez Ximénez Javaloyes
ca
1325 Ruiz
de |
ca 1338- de de de nace en Teruel y
+ ?? Lihori | muere en Javaloys
Javaloys Javaloyas
en 1334 vive en
| ca 1335 | Elche Quart
de Poblet(Valencia)
| + ?? | + ??
|___________ | | |
| | | |_________|_______________|
| | Joan | |
Vicente Lope de López de | |
de Javaloyas Javaloyas Jabaloyas Johan Javaloyes Antoni de Javaloyes
vive en Alpuente ca 1355-
notario en nace en Elche notario
de Orihuela
en 1368 y en 1396 + ?? Teruel ca 1365 en 1371
ca 1345- | ca 1370- +?? |
+ ?? |
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| | | |
| Joan
| |
| López de | |
| Javaloyas | |
|
| |
_________ |_________________ _______|____ |
| | | | | |
| García | | | Juan
Pero
de Javaloyas Thoda de Fernando Ginés García
Javaloyas o Javaloyas Javaloyes Javaloyes Javaloyes
nace en Javaloys + Rodrigo vive en
ca 1410
Alpuente 1375- de Elche vive en
1370- Valacroig
en 1439 Orihuela
+
Johana + ?? + ?? +
??
de París | | |
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García
Miguel
Pere
Pedro
Javaloyas de Javaloyes García
nace
en Javaloyas vive
en Elche Javaloyes
Alpuente
nace en
ca 1400-
Orihuela
y vive en
ca 1440-
La
Almeza
de Alpuente
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Fuente: Geneanet. Árbol de Joaquín Javaloys García: g Joaquín Javaloys García: |
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gw.geneanet.org/javaloys_w |
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Entre los descendientes del caballero cruzado
medieval Vincent de Valoys Crépy destaca singularmente Vicente Javaloyas o
Valoyas, un ilustre alpontino, porque en el siglo XVI el rey Felipe II le
concedió nuevas Armas para su escudo familiar en la ya mencionada y reproducida
cédula o albala de 1 de mayo de 1562 que, entre otras cosas, dice así:
“...por
recuerdo y satisfacción de los dichos servicios le concede mercedes y
privilegios a... Don Vicente Javaloyas o Valoyas, natural de la dicha Villa (de
Alpuente) y descendiente de los dichos, sucesor y poseedor de la dicha Casa y
Vínculo, para que en el Escudo de sus Armas, después de las cinco flores de
lis, y el Castillo, conforme está dicho arriba, ponga el León coronado de
Púrpura sobre Campo de Plata, Cuartel de las Armas Reales...”.
Esta concesión real es muy valiosa porque el
'león coronado' es un cuartel de las propias armas del rey Felipe II, pues ese
'león coronado' ya era el escudo de los primeros condes de Habsburgo.
Por ello, debió complacer mucho esta concesión al noble alpontino Vicente de
Valoyas o Javaloyas en la real cédula de 1 de ayo de 1562, porque los Valoyas o Javaloyas son descendientes también de los
primeros condes de Habsburgo, por la madre del caballero cruzado conquistador
de Alpuente, Vincent de Valoys Crépy, que se llamaba Helwide o Heilwich de
Ferrette o de Bar-Mousson, y que era nieta de Werner II de Habsburgo, conde de Habsburgo en
Ober-Elsassi y de Sundgau y landgrave de la Alta Alsacia.
Durante todo el siglo XVI los Javaloyas de Alpuente gozaron de una alta
consideración en la corte de los virreyes de Valencia; pues incluso algunos de
esos Javaloyas fueron destacados cortesanos al servicio de los virreyes. La
consolidación de la excelente relación de los alpontinos Javaloyas con los
virreyes de Valencia tuvo lugar hacia 1520, cuando la familia de los Javaloyas
se unió al resto de la nobleza valenciana apoyando al joven rey Carlos I de
Austria frente a los rebeldes agrupados en las denominadas 'germanías'.
Efectivamente, los Javaloyas respaldaron y ayudaron a las tropas reales del
virrey Diego Hurtado de Mendoza, conde de Mélito, aportando medios personales y
recursos materiales hasta la derrota de los agermanados. Por ello el rey
Felipe, en su citada cédula o albala de 1562, de concesión de nuevas armas para
su escudo a don Vicente de Valoyas o Javaloyas, de Alpuente, reconoció que los
Javaloyas sirvieron bien a la Corona española, pues dice así: y "...en partticular en el Reinado de la Majestad
Cesárea del Emperador Don Carlos quinto, mi Señor y Padre, en las hermandades
que hubo en dicho Reyno de Valencia, en que procedió con la fidelidad que otros
muchos Nobles de él, asistiendo con gran peligro de su Vida contra los
desleales que ttraian postergado aquel Reyno, lográndose por estte medio la paz
y la ttranquilidad, con castigo de los culpables...".
La óptima
relación de los Javaloyas de Alpuente con los reyes de España y con sus
virreyes de Valencia en el siglo XVI se concretó y fructificó en esa cédula o albala o privilegio de 1 de
mayo de 1562 de don Felipe II sobre reconocimiento de la nobleza de los
Javaloyas, descendientes de los franceses condes de Valois, y la concesión de
nuevas armas para el escudo del alpontino Vicente de Valoyas o Javaloyas y para
el de sus descendientes; pero también se
puso de manifiesto cuando ciertos virreyes de Valencia nombraron a algunos
Javaloyas para altos cargos y dignidades en la corte del reino de Valencia:
concretamente, este noble Vicente Javaloyas (Javaloys) o Valoyas (Valoys), que era el jefe
del linaje de los Javaloyas sirvió en un cargo cortesano al virrey de Valencia
don Alfonso de Aragón, duque de Segorbe. Además, a un nieto suyo llamado Pedro
Gaspar Javaloyas o Tomeo, que
nació en Alpuente hacia 1570; pero residió allí solamente hasta 1592, pues el virrey de Valencia don Francisco de
Moncada y Folch de Cardona, marqués de Aytona y barón de Chiva, le nombró para
un alto cargo en la magnífica corte valenciana, en la que destacaban las
sesiones de la Academia de los Nocturnos, único parnaso literario del Siglo de
Oro documentado. El cortesano Pedro
Gaspar Javaloyas o Tomeo, que era el jefe del linaje de los Javaloyas, dada la
importancia y la permanencia indefinida de su cargo en la corte del virrey,
trasladó definitivamente la casa señorial de su linaje a la capital del Reino.
___________________________
2) LINAJES O RAMAS DE LOS
VALOIS O VALOYS O BALOIS EN ESPAÑA
Vincent de Valoys Crépy
Caballero
cruzado, señor de Javaloyas y alcaide de Alpuente (h. 1185-h. 1250)
& con Isabeau de Senlis
|
|
|
Juan
Javaloyas o Valoyas o Valois[70],
hacia
1645-... Bernardo
Valois (Walsh) Carew
Síndico de
Alpuente, notario real de Alpuente, generoso (noble) 1663 (Irlanda)-1727 (Canarias,
España)
|
& con
Fca.Javiera Geraldin Brown
|
|
|---------------|-----------------| |
|
|
|
Fray Elipio de Valois ca 1675-...[71] Juan de Valois o Javaloyas ca
1664-1739[72] | tuvieron 3 hijas:
& en 1705 con Ana Cubel
& en 1713 con Ursola de Ojangoiti |----------|1) TeresaValois
| |
| |&Tomás Quilty
| |
| |
|----------------------------| | Nicolás Bernardo Valois y Geraldin |
| | | & con Luisa Bethencourt y
Castro |2) Margarita
| | |
| | Teresa Valois
| | |----------------------------------------| |
| &John Mac-
| | | | |
|Cologan White
Antonio Fco. de Valoys Vicente
Javaloyas Juan Ventura de Valois Ojangoiti
7-8-1720 | |
|
& Mª Josepha de
Ledesma & con N. Infanzón & Ana de Harea & Mª Antonia de Arrinda | |
|
| | | | | |
|
| continúa en los linajes de | | | |
|
Bartolomé
de Balois |los Javaloyas españoles de Alpuente
| | Carlos |
|3)Fca.Javiera
& Magdalena de Zamacona |y Yátova; y en Guanajuato(Méjico)
| | de Balois | de Valois
15- 6-1745 Lezama (Vizcaya) |
| | Ojangoiti | &Eduardo
| Antonio de Valoys
Ledesma | | 9-11-1726 | Gough
| y Mª Bernarda Fermina Valoys
Ledesma | | |
Mª Josepha de Balois Samacona | | Bernardo
& Mathias de Ormaeche
|----------------------------------------| | Valois y
| |
|
| Bethencourt
| Ana de Balois Juan Ventura Pedro de
Balois | (muere en 1791)
| & Luis Bartolomé
Morales 19-10-
1757-... |
|
|
Mª Josefa de Ormaeche de Valois
ca1783
|
|
|--------------------------------------|----------------------------|----------------|
|
| | Alfredo G. Luzardo Valois
Pedro Vicente Julián Valois Arrinda 1771-... | Mariana Petronila Balois Arrinda militar fallecido después de 1725
& con Manuela Irigoyen Salcido en 20
de julio de 1798 | Ana Claudia
Balois Arrinda & con
Juana Josepha Núñez
en Sagrario, Chihuahua, Mexico | MªDominga Juliana Valois Arrinda de Medina
|
|
|
|
Joseph Mariano Balois Arrinda 1764-...
|
|
& el 15-4-1786 con Mª Dominga
de Siorraga |
| |
|
-José Antonio Gregorio Luzardo Valois,que
|
fue prócer de la independencia de Venezuela
|-----------|---------------|----------------|---------------|---------|------------------|--------| - María Isabel Luzardo Valois
| | | | | | | | - Anna Franca Luzardo
Valois
Juan
José Fco. | Pedro Bernardo Antonio
| Mª del Refugio |
Mª Gerónima | - Sebastiana Luzardo Valois
1799-... | 1807-... | 1811-... | 1816-1867 |
José Mª Domingo Josepha Benito José Concepción Manuela de Jesús
1805-... 1809-... 1815-... 1819-...
3) LOS JAVALOYAS-JAVALOYS DE ALPUENTE Y VALENCIA
Vincent de
Valoys Crépy
sr. de Jabaloyas (Teruel) y alcaide de
Alpuente en Valencia (hac.1185-dp.1240)
|
Martín de Valoyas, sr. de Jabaloyas (Albarracín, Teruel, España)
|
Jhoan Martínez de Javaloyas, Juez en Teruel en 1316 ca
1265-
|
Pero de Javaloyas 1305-
|
Miguel de Javaloyas y Ruiz de Lihori ca 1325-
|
Vicente de Javaloyas, vive en Alpuente en 1368 y en 1396
ca 1345-
|
Pero de Javaloyas 1370- vive en Alpuente en 1396
|
García Javaloyas o Javaloyes, vive en Alpuente (en la aldea de La
Almeza) en 1450 ca 1400-
|
Pero de Javaloyas ca 1422 y vive en Alpuente en 1481(Censo
morabatí de Alpuente en 1481, ARV)
|
García Javaloyas ca 1445 y vive en Alpuente en 1481 (Censo
morabatí de Alpuente en 1481. ARV)
|
Joan Javaloys ca 1468 y vive en Alpuente en 1510 (Vecindario de Alpuente en 1510. ARV)
|
García Javaloys ca 1489 y vive en Alpuente en 1510
(Vecindario de Alpuente en 1510. ARV)
|
Vicente Javaloyas o
Valoyas., noble infanzón que vive
en Alpuente (Valencia) el 1 de mayo de 1562 ca 1526-
|
Asensio Javaloyas ca 1560- + Isabel Martínez de la Raga ca
1562-
|
Vicente Javaloyas Martínez de la Raga, justicia y notario de Alpuente en 1646 y
1652 respectivamente. ca 1602- + María Isabel
Javaloyes 1620-
|
Juan Javaloyas o Valoyas o Valois, síndico de Alpuente ca 1645-
|
Juan de Valois o Javaloyas, escribano real y
notario de la región de Valencia, con residencia en Alpuente ca 1664-1739
|
Vicente Javaloyas, alcaide del castillo de
Alpuente en 1740 ca 1708-
|
Vicente de Javaloyas Infanzón, generoso (noble) ca 1740- + Agueda Peñalver
|
José Javaloyas Peñalver
ca 1765- + María Martínez ca 1770-
|
|------------------------------------|----------------------------------|
|
|
Francisco Javaloyas Martínez ca 1805- en Alpuente Pedro Javaloyas
Martínez ca 1795- en Alpuente
+ María Rubio ca 1810-
+ María Navarro
|
|
|
|
Manuel Javaloyas Rubio 1835- en Alpuente Pedro Javaloyas Navarro ca 1818- en Valencia,
+ Paula Herrero Peñalver ca 1840- Militar + Vicenta
MirallesSerrano ca 1820-1890
|
|
|
|
Bartolomé Javaloyas Herrero ca 1866- en Alpuente José Javaloyas Miralles ca 1845- en Valencia
+ N. Cervera
+ María Martínez
|
|
|
|
Blas Javaloyas Cervera José
Javaloyas Martínez ca 1870- en Valencia,
|
Sargento del Instituto de Carabineros
Ángel Javaloyas
+ Carmen Verde García
|
|-----------------------|-----------|
| |
Palmiro Javaloyas
Verde 1894-1930 José Javaloyas Verde
Médico en Valencia + Agustina González Raja 1894-
| |
| |
Pilar Javaloyas González Palmiro Javaloyas González
+ Andrés Jesús Velasco Garralon
====================
4) LOS JAVALOYAS-JAVALOYES DE YÁTOVA
(VALENCIA)
Gaspar Javaloyas, el hijo primogénito del noble alpontino don Vicente Javaloyas o Valoyas, el beneficiario de la cédula real o privilegio de 1 de mayo de 1562, se casó con María Tomeo y tuvo un hijo, llamado Pedro Gaspar Javaloyes Tomeo quien, por ser un distinguido cortesano al servicio del virrey de Valencia, trasladó su residencia a Valencia, la capital del Reino, a finales del siglo XVI y, como jefe de la Casa de los Javaloyas estableció allí su casa solariega, como he relatado ya en un apartado anteriormente. A partir de entonces, dado que en la capital se hablaba valenciano, denominaron también Javaloyes a los Javaloyas procedentes de Alpuente, por lo que a don Pedro Gaspar lo apellidaron indistintamente Javaloyes o Javaloyas.
Posteriormente, después de que en 1609 los moriscos fueran expulsados de España, cuando los campos quedaron yermos por la gran escasez de agricultores tras dicha expulsión, Pedro Gaspar Javaloyes Tomeo le compró al conde de Buñol o a otro propietario una finca rústica de regadío en Yátova (Valencia), en 1616.
Plaza de la catedral de Valencia
Las consecuencias sociales y económicas de la expulsión de los moriscos han sido descritas por numerosos autores en diversos libros. Por mi parte, solo quiero subrayar aquí la despoblación que se produjo en los territorios más fértiles del reino de Valencia, que dejó a muchos nobles y señores cristianos sin criados y sin colonos que cultivasen sus tierras.
Por ello, algunos nobles que eran grandes latifundistas -entre ellos, el conde de Buñol- reclamaron inmediatamente una sustancial rebaja de impuestos y una moratoria para pagarlos.[73] Por supuesto, para no arruinarse se vieron obligados a vender algunas de sus fincas y posesiones a bajo precio; y también tuvieron que ofrecer generosas condiciones y alicientes a los cristianos viejos de Valencia y de toda España para que aceptasen instalarse como nuevos colonos en sus tierras y como repobladores de sus territorios, que habían quedado casi despoblados. En efecto, Modesto Castillo Más[74] en su Historia de Yátova dice lo siguiente:
“Acatadas las órdenes de Felipe III y desiertos muchos pueblos por la salida de sus antiguos moradores, procedieron los señores territoriales a enviar colonias a los puntos deshabitados logrando en pocos años poblarlos con gentes de Valencia, Castilla, Mallorca y aún de Génova. Así, en el mismo año 1609, ya se hicieron 9 escrituras de población de tres lugares; en 1610 las de quince; en 1611 las de treinta, y así sucesivamente, hasta que se logró en pocos años reanimar la agricultura y las artes que habían sufrido un horroroso descalabro por la falta de 150.000 de sus más laboriosos habitantes. El conde de Buñol, cuyos extensos dominios abarcaban un dilatado perímetro de terreno, procedió a la repoblación de los pueblos del Condado estableciendo encartaciones o escrituras con los nuevos pobladores”.
Los primeros repobladores que vinieron a la comarca, según el Memorial Ajustado de Buñol procedían de Mallorca: treinta y tres fueron a Buñol, y dieciseis para cada uno de los pueblos de Siete Aguas, Alborache, Macastre y Yátova. El conde de Buñol concedió cartas de repoblación de Buñol, Yátova, Macastre y Alborache a favor de numerosos colonos que están relacionados por su nombre y apellidos en el citado libro de Modesto Castillo Más, quien además menciona individualmente a todos los colonos que se afincaron en Yátova hasta 1631 como vasallos del conde de Buñol.
Iglesia parroquial de Yátova (Valencia)
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El hijo primogénito del ya mencionado Pedro Gaspar Javaloyes Tomeo, que se llamaba Bartolomé Javaloyes, nacido en Valencia, y quien probablemente fue el encargado de cultivar la finca de su padre en Yátova, se casó en la iglesia de este pueblo el 7 de junio de 1616 con María González Ponce, como consta en el archivo parroquial de donde he conseguido obtener el correspondiente certificado.
Entre todos
los nombres de nuevos colonos vasallos del conde de Buñol que se establecieron
en Yátova no se encuentran ni el de Bartolomé Javaloyes ni el de su padre Pedro
Gaspar Javaloyes o Tomeo, un señor cristiano viejo libre que compró una finca
rústica al conde de Buñol.
Esos Javaloyes o Javaloyas aparecen inscritos en los libros del archivo parroquial de Yátova a partir de 1616, como se puede comprobar por los sucesivos certificados de matrimonio, bautismo, confirmación o enterramiento de ellos y de sus descendientes que yo tengo en mi archivo familiar, porque yo soy descendiente directo de esos Javaloyas o Javaloyes establecidos en Yátova, tras la expulsión de los moriscos.
En efecto, la
inscripción del matrimonio celebrado en la Iglesia parroquial de Yátova entre
el mencionado Bartolomé Javaloyes con María González Ponce tiene fecha 7 de
junio de 1616 y es la primera inscripción existente en el archivo parroquial
que corresponda a un Javaloyes o Javaloyas.
Según este certificado, esa señora era hija de María
Ponce, viuda de Juan González, por lo
que a su hija María, cuyo verdadero primer apellido era González, se la conocía
por Ponce, que era el apellido de su madre. Los Ponce aparecen relacionados
como nuevos colonos de Yátova en el libro de Modesto Castillo Más[75], y son
mencionados también por Juan Ramón Torres Morera entre los repobladores de
Yátova, según
La información que se contiene en el certificado del matrimonio celebrado en la parroquia de Yátova el 7 de junio de 1616 entre el hijo primogénito de Pedro Javaloyes Tomeo, llamado Bartolome Javaloyes, y María González o Ponce es fidedigna, pues se ha podido contrastar con otras fuentes. En efecto, tanto el sacerdote que intervino en la ceremonia, Mosen Vicente Palmer, como el testigo de este enlace matrimonial, Damián Pertusa, son también colonos repobladores de Yátova, según la lista que reproduce en su libro Modesto Castillo Más[77].
Que los Javaloyas o Javaloyes eran procedentes de Valencia y de Alpuente se confirma plenamente en otro certificado, correspondiente a la inscripción del bautismo realizado en la parroquia de Yátova el 1 de marzo de 1617 de un recién nacido, el primogénito de Bartolomé Javaloyes, al que se denominó Domingo Bartolomé, en el que consta como padrino su abuelo Pedro Gaspar Javaloyas (que en alguna inscripción es designado como Pedro Tomeo Javaloyes, usando en primer lugar el apellido materno Tomeo), que es natural de Alpuente según especifican expresamente por escrito tanto esta certificación bautismal como las posteriores que se refieren a las inscripciones bautismales de los hermanos de Domingo Bartolomé Javaloyes.
En definitiva, puede concluirse que los Javaloyas o Javaloyes, que nunca fueron vasallos del conde de Buñol, debieron instalarse en Yátova al adquirir por compra alguna finca al propio conde, ya que los Javaloyas de Alpuente, y/o de Valencia, eran cristianos viejos y señores libres adinerados poseedores seculares de numerosas tierras y dominios.
Es posible también, pero menos probable, que compraran otras fincas a algún colono vasallo del conde de Buñol, pues en la carta de población de Yátova de 1611, según Modesto Castillo Más[78], se dice que pasados “.... cuatro años podrían vender las casas a persona que fuese cabeza de casa, y las tierras a trozos, conforme concertasen los pobladores, contando con el Señor (conde de Buñol) y pagando.”.
En fin, consta fehaciente y documentalmente que Pedro Javaloyes o Tomeo falleció en Yátova el 20 de septiembre de 1635, y que su hijo el valenciano Bartolomé Javaloyes se afincó definitivamente en Yátova porque allí nacieron sus descendientes, lo que está confirmado no solo por los certificados parroquiales de bautismo, de matrimonio y de enterramiento o defunción, sino también por el historiador y maestro nacional de Yátova Modesto Castillo Más[79], quien escribió lo siguiente:
“Erigida en parroquia la primitiva Iglesia de este pueblo el año 1574, transcurrió cerca de un siglo en el mismo estado que cuando se hallaba anexionada a la parroquial de San Juan de Siete-Aguas, hasta que careciendo de lo más necesario para el sagrado culto y hallándose en un estado bastante deplorable y ruinoso, pensaron sus vecinos proceder a su reedificación, pues en aquellos tiempos en nada comparables a los actuales de moderno progreso y escepticismo, encontraba siempre favorable acogida cualquier mejora que se intentase llevar a cabo de esta naturaleza.
En vista de ello y con ocasión de la visita girada a
dicha Iglesia en 26 de febrero de 1667, presentose a D. Juan Tudela, Visitador
por delegación del Licenciado D. Juan Antonio, Canónigo de
“Que atenta la gran necesidad de reedificar el
templo que al presente estaba amenazando ruina, a causa del abandono en que le
tuvieron los antiguos habitadores de este lugar antes de su expulsión y la
mucha falta de ornamentos, había juntado su general Concejo y habiendo salido
resolución plena que se labrase a la moderna, viéndose con pobreza el lugar y
con pocas fuerzas para tanto peso, pedía entre otras cosas, que pudieran sus
vecinos dedicarse algunas horas en los días de fiesta a prevenirse de
pertrechos para dicha obra, y puesto que los alcances de las clavarias del
Santísimo y Nuestra Señora del Rosario, bastaban a sustentarlas, se
incorporasen al depósito de la expresado obra. Asimismo acordó el Concejo se
suplicase aumentar en los difuntos el derecho de fábrica, pagando dos sueldos
por libra de lo que dejasen para bien de alma, ora se enterrasen en
"Todo lo cual oído por dicho Sr. Visitador y vista en el Libro de los Concejos la general resolución y determinación de labrar dicha iglesia, firmada por el Escribano, concedió permiso para que en las fiestas menos principales se recolectasen algunos pertrechos para la mencionada obra, que dio principio el año 1668, terminándose en el de 1672.
Las personas piadosas que con alguna manda habían contribuido a la reedificación de dicho templo, adquirieron como bienhechores el derecho a establecer sepulturas en cualquiera de sus capillas, pudiendo ser enterrados en ellas, tanto ellos como los suyos, con la precisa obligación de fundar aniversarios perpetuos para bien de alma, teniendo las capillas con decencia y ornato, pudiendo también poner tumba y celebrar en ellas misas y demás actos del culto.
Como consecuencia de lo anteriormente expuesto,
fueron enterrados en las capillas de San Juan y San José el Baile de este lugar
José Martínez y sus hermanos Nicolás, Juan y Tomás Martínez Salinas; en la de
San Miguel, que era la segunda que estaba a la parte de la epístola, bajando
del altar Mayor, Miguel Luján y su familia; en la de
En estos párrafos tomados del libro que contiene la
“Historia de Yátova” de Castillo Más se relacionan las familias más importantes
de ese pueblo en el siglo XVII, que por ser bienhechores de la parroquia son
enterrados en las capillas de
En resumen, los
principales descendientes de los antiguos Valoys o Valoyas o Javaloyas y del
citado Bartolomé Javaloyes, que nacieron en Yátova, Valencia y Murcia se
detallan nombrándolos individualmente en el cuadro genealógico que se expone a
continuación, donde se especifican, debajo
de cada persona o signo (+) de matrimonio, conforme
a los correspondientes certificados parroquiales o de los Registros civiles (y con la misma grafía que figura en ellos)
las fechas de nacimiento o de bautismo,
las de matrimonio y de defunción de cada uno de esos descendientes, desde
1616 hasta el siglo XX, continua e ininterrumpidamente, generación por generación.
LINAJE DE LOS JAVALOYAS-JAVALOYES-JAVALOYS
DE YÁTOVA (VALENCIA)
Vincent de
Valoys Crépy, caballero cruzado
francés que participó en la reconquista de Mallorca y de Valencia por el rey
Jaime I de Aragón. Fue fundador y sr. de Jabaloyas (Teruel); y reconquistador y
alcaide de la villa real de Alpuente en Valencia (nació hacia 1185-murió
después de 1250).
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Vicente
Javaloyas (Javaloys) o Valoyas (Valoys),
vecino de Alpuente, jefe del linaje de los Javaloyas, al que el rey Felipe II
le concedió nuevas armas para su escudo en cédula de 1-5-1562. Fue un noble que
sirvió en la corte del virrey de Valencia don Alfonso de Aragón, duque de
Segorbe.
|
Gaspar
Javaloyas, jefe del linaje de los
Javaloyas, que vivió en Alpuente en 1572 y en 1590, casado con María Tomeo, que nació en Alpuente hacia 1550
|
Pedro Gaspar
Javaloyas o Tomeo, que nació en Alpuente hacia 1570 y allí residió hasta que en
1592 el virrey de Valencia don Francisco de Moncada y Folch de Cardona, marqués
de Aytona y barón de Chiva, le nombró para un cargo en la magnífica Corte
valenciana, en la que destacaban las sesiones de la Academia de los Nocturnos,
único parnaso literario del Siglo de Oro documentado. Por ello, como jefe del
linaje de los Javaloyas, trasladó su casa señorial a la capital del Reino.
Murió en Yátova el 20-9-1635.
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Bartholome
Javaloyes + María González
Ponce
N. en Valencia hacia 1595 y M. dp.1638 7-6-1616 N. hac.1596 y M. en Yátova el 7-2-1638
|
Jhoana Ortiz + Domingo
Vartholome Javaloies +
Josepha Palmer
M.
en Yátova el 29-9-1649 29-5-1639 N. en Yátova el 1-3-1617 |
N.Valencia hacia 1635
| M. en Yátova el
20-7-1675 | M.en Yátova 7-2-1714
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Angela
Saldivar + Vartholomé
Javaloies Simona Navarro + Joseph Baltazar Javaloies
17-4-1673 N.en Yátova 31-3-1641 16-2-1676 N.en Yátova el 6-1-1653
| M. en Yátova 5-3-1697 |
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Francisco Bartolomé Manuel Xavaloyes + María Juan Joseph Tomás Javaloyes + Vicenta Martínez
Nació en Yátova el 19-6-1680 | Nació en Yátova el 28-3-1697 |
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Fca. Rodríguez
+ Fco. Luis Bartolomé
Javaloies Fca. Sierra + Joseph Tomás
Vicente Xavaloyes
12-8-1748 Nació en Yátova el 6-11-1705 | Nació en Yátova el 18-4-1720
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Hermenegildo Mariano Fco.Xavaloyes+ClaraVallés
VicenteJosephAntonioXavaloyes+VicentaMtnez
Nació en Yátova el
12-4-1764 | Nació en Yátova el 17-4-1749 |
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Clara Miralles Magro+Josef Matheo Vicente Xavaloyes Josefa
Sierra Javaloyas+Vicente Javaloyas Mtnez
| N.en Yátova el 20-9-1793 24-12-1832 N.enYátova en1797
|
| (Libro B. 6, Folio 127)
Tomás Javaloyes
Miralles + Antonia Javaloyas Sierra
Nació en Játiva hacia
1830 18-8-1855 Nació
en Yátova 10-6-1836
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Tomás
Javaloyes Javaloyas Joaquín Glez.Garrido+Luisa Javaloyas Javaloyas Josefa Javaloyas
N.en Yátova el 24-3-1866 M.en Murcia en 1941|N.en Valencia
ca.1872 N.en Valencia 18-1-1875
|M.en
Murcia el 8-2-1943
|----------|--------|-----|---------|-----------|---------|-------|----------|--------------|-------|
AntoniaFranciscoLuisaLuisFuensantaJoaquinaEmilioEnriqueCarmelaMªÁngelesJosé
|
Joaquín Javaloys
En este cuadro genealógico es
destacable la persona de Luisa Javaloyas Javaloyas, abuela del autor de
esta obra, porque es clave; ya que en ella confluyen tres importantes
ramas valencianas de Javaloyas-Javaloyes: su linea paterna es la principal
de los vecinos de Yátova; la cual además desciende de la principal de Alpuente
por María Javaloyas Infanzón (hija de Vicente Javaloyas, alcaide del castillo
de Alpuente en 1740), casada con Vicente Miralles. La rama materna de
Luisa Javaloyas Javaloyas pertenece a otra rama de los avecindados en Yátova,
que no es la principal, como puede observarse en el siguiente cuadro:
Las tres ramas de
Javaloyas-Javaloyes que convergen en Luisa
Javaloyas Javaloyas, pertenecen a un mismo tronco común: el de la estirpe
de los Valoys, los antiguos condes de Valois de Francia. Además, sus dos ramas
de Yátova (paterna y materna) tienen como antepasado común a Bartolomé
Javaloyes o Javaloyas, que es biznieto de Vicente de Valoyas o Javaloyas, de Alpuente, a quien Felipe II de
España concedió el 1 de mayo de 1562 la mencionada cédula o albala para
aumentar las armas de su escudo, como hemos narrado extensamente en los
Capítulos II y III de esta obra.
En el mismo cuadro genealógico
de los avecindados en Yátova puede observarse que ambas ramas de Luisa
Javaloyas Javaloyas transcurren por
línea masculina desde el siglo XVI hasta finales del siglo XIX. Posteriormente,
y hasta nuestros días, siguen indistintamente tanto la línea masculina como la
femenina, lo que ahora es indiferente si se tiene en cuenta la igualdad de
derechos entre hombre y mujer que reconoce la Constitución Española de 1978 y
el Código Civil.
También hay que destacar que en ese cuadro genealógico se ha denominado a las personas de forma
literal y exactamente con la misma ortografía con que figuran en los documentos
acreditativos o en las respectivas inscripciones parroquiales o registrales, lo
que se refleja en los correspondientes certificados, que están redactados en
castellano pero que, a veces, recogen el apellido familiar en valenciano, por
lo que la y se escribe como i, pues el
mismo apellido ha ido escribiéndose en ese linaje de Yátova
con diversas grafías, cuyas principales variantes son las de Javaloyes,
Javaloies, Xavaloyes, Javaloyas, Jabaloyas,
Jabaloyes, Javaloys...
Por ello, debe tenerse en cuenta que todas las personas que actualmente poseen alguno de estos apellidos son vástagos procedentes del caballero cruzado conquistador de Alpuente (Valencia), Vincent de Valoys Crépy, y consiguientemente son también descendientes de la estirpe carolingia de los primeros condes de Valois en Francia de quienes, en último término, son remotos descendientes. Para confirmar estas conclusiones se ha procedido a realizar análisis genéticos de individuos con diferentes variantes del mismo apellido familiar correspondiente al patriarca Vincent de Valoys Crépy para comparar unos con otros y comprobar el porcentaje de probabilidad de que tengan un antepasado común en cada una de las generaciones que van desde la 1, que es la actual, hasta la 24, que es la correspondiente al mencionado patriarca Vincent de Valoys Crépy.
De la comparación de un varón apellidado Javaloyas, de una población valenciana, con otro varón apellidado Javaloyes, de una población alicantina, resulta que ambos tienen como antepasado común en la generación 24 a Vincent de Valoys Crépy con una probabilidad de 99,97 % y que la probabilidad de que ambos tengan un antepasado común es superior al 90 % en todas las generaciones que hay desde la novena hasta la veinticuatroava. Por lo tanto, se ha confirmado genéticamente que los individuos de cualquier linaje o rama de esas variantes del apellido, tienen antepasados comunes con los de otra rama o linaje en la mayoría de las generaciones, desde la primera, que es la actual, a la última, la veinticuatroava generación, que es la correspondiente a Vincent de Valoys Crépy, el caballero cruzado conquistador de Alpuente y señor de Jabaloyas.
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A
continuación se mencionan otros linajes
o ramas de descendientes españoles de los carolingios Valoys o Valois:
5) LOS JAVALOYES DE ELCHE
Huerto
del Cura. Elche
Un caso singular es el de los diferentes
linajes y ramas de los Javaloyes de Elche, donde también se observa diversidad
en las variantes de ese apellido, pero limitada a grafías parecidas a Javaloyes.
Ello es debido a que en Elche se hablaba, a finales de la Edad Media, -y se
habla hoy-, generalmente en valenciano. Por ello, los primeros Javaloyas que
llegaron a esa ciudad en el siglo XIV pasaron a ser denominados allí Javaloyes,
en sus diversas grafías o variantes.
RAMA ILICITANA DEL MÚSICO
ALFREDO JAVALOYES LÓPEZ
Vincent de Valoys Crépy, sr. de Jabaloyas (Albarracín,Teruel,
España) y alcaide de Alpuente (Valencia, España). ca 1185-ca 1250
|
Martín de Valoyas, sr. de Jabaloyas
(Albarracín, Teruel, España)
|
Jhoan Martínez de Javaloyas, Juez en Teruel en 1316 ca 1265-
|
Pero
de Javaloyas 1305- |
| |
Martí
Javaloyes ca
1338-muere en Elche |
| |
Johan
Javaloyes ca 1365- y
vive en Elche en el periodo 1380-1400 |
| |
|
Joan
Javaloyes ca
1465-
|
Bernat
Javaloyes ca
1487-
|
Bernat
Javaloyes ca
1515-
|
Pedro
Javaloyes ca
1540-
|
Lluis Joan Javaloyes Moltó 1573-
|
Theodoro Javaloyes Palomares ca 1600-
|
Salvador Javaloyes Zaragoza ca 1638-
|
Gaspar Javaloyes Barceló ca 1660-
|
Luis
Javaloyes Torres ca 1688-
|
Luis Javaloyes García 1708-
|
|
|
Joseph Javaloyes
Marco ...-1836
|
Juan Bautista Javaloyes
Gonsálvez
1802-
|
Juan Bautista
Javaloyes Batiste
1823-
|
|
ALFREDO JAVALOYES LÓPEZ 22-3-1865
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Iglesia de la Concepción. Alhama de Murcia
Gaspar Javaloyes Barceló[80] +
Ángela Torres Parrés
nace en Elche ca 1660- |
|
|
Salvador Javaloyes
Torres +
Gertrudis Torres
nace en Elche antes de
1700- |
|
|
Salvador Javaloyes Torres + Ana
María Josefa Salvador Navarro
nace en 1732- | Munuera Morales 1730-
| 1734-1818 |
|
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Sebastián Félix Gabaloyes Munuera + María
Navarro Zerrillo
nace en Alhama de
Murcia 1756-1838 | ca 1768
|
|
María Josefa López Martínez + Roque Jacinto Javaloes Navarro
1802- | nace en Alhama de Murcia en 1799-
|
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Isabel Hernández Vidal +
Francisco Javaloy López
1839- | nace en
Alhama de M. en 1828-
|
|
Roque
Cesáreo Javaloy Hernández + Olaya Noguera Díaz
nace en Alhama
de M. en 1877- | 1883-1962
|
|
Aniceto Blanco
López + Leonor Javaloy Noguera
1916-1995 nace en
Alhama de M. en 1914-2006
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7) LOS JAVALOIS DE GUATEMALA Y DE MÉXICO
Los
Javalois de Guatemala y de México son descendientes de un militar español
llamado Salvador Javalois Munuera, hijo de Salvador Javaloyes Torres, de Elche,
Alicante, España, que se casó en Alhama de Murcia, España, con Ana María Josefa
Munuera Morales en 1753, y tuvieron varios hijos de
los que descienden la rama de los apellidados Javaloy, de Alhama de Murcia.
El militar Salvador Javalois Munuera nació en Lorca, Murcia, España en 1757 y fue destinado a Guatemala, en América, pues el 27 de abril de 1797 era capitán del Regimiento Fijo de Guatemala y comandante del puerto de Trujillo (Honduras). Se desconoce el nombre de su esposa y la fecha en que se casó, pero en 1801 le nació un hijo en Qzltngo (Guatemala),llamado José Ignacio Javalois que se casó en esa población en 1826 con Manuela Pardo. Un hijo de este José Ignacio, llamado Alejandro Javalois Pardo se casó en 1854 con Beatriz Gutiérrez-Marroquín Alejos, de Retalhuleu, Guatemala, y tuvieron una hija llamada Leonor Javalois Gutiérrez-Marroquin que nació en 1857 y se casó con Fernando Flores Alejos con quien tuvo un hijo, Alejandro Flores Javalois, nacido hacia 1874 en Retalhuleu (Guatemala). Para conocer los sucesivos descendientes recomiendo que los vean en el siguiente libro: "Los Gutiérrez-Marroquín y sus descendientes", de Edgar Juan Aparicio y Aparicio. Talleres Gutenberg. Guatemala. 1956.
Además, José Ignacio Javalois y Manuela Pardo
tuvieron otro hijo llamado José María Javalois quien enlazó matrimonialmente
con Alvina García y tuvieron una hija Gregoria Javalois García que nació en
1872, pero en Tapachula, Chiapas, Méjico, adonde se habían instalado sus
padres, y ella se casó con Ramón Suarez Cordova y murió en 1917 en Tapachula.
Su hijo Arturo Gonzalo Suarez Javalois nació en Tapachula en 1898 y murió en
esa ciudad en 1968, a los 70 años. Esta fecunda rama de Javalois de Tapachula
continúa allí hasta hoy, pero algunos de sus integrantes se trasladaron a la
capital, a México D.F., y a otras ciudades mejicanas, incluso a Guanajuato, donde
se relacionaron con los Javaloyas
mejicanos, otra rama de Valois españoles allí residentes, porque un militar llamado
José de Javaloyas Infanzón, natural de Alpuente (Valencia, España), que había sido
corregidor de Zacatecas (México) entre 1771 y 1776, fue nombrado alcalde mayor
de Guanajuato (México) el 10 de noviembre de 1779, siendo teniente de
caballería, como consta en el expediente 186-218, página 159, del Archivo
General de Indias. Sección Títulos de indias. Archivo de Simancas (Valladolid).
La mayor parte de los descendientes del militar José de Javaloyas Infanzón
habitan actualmente en Guanajuato.
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8) LOS JAVALOYAS-JAVALOYES
DE ORIHUELA Y SU RAMA DE CARTAGENA Y MURCIA.
LINAJE DE
LOS JAVALOYAS-JAVALOYES DE ORIHUELA Y SU RAMA DE CARTAGENA Y MURCIA
Vincent de Valoys
Crépy,, sr. de Jabaloyas (Albarracín,Teruel, España) y alcaide de
Alpuente (Valencia, España).ca 1185-ca 1250
|
|
Martín de
Valoyas, sr. de Jabaloyas (Albarracín, Teruel, España)
|
|
Jhoan Martínez de
Javaloyas, ,Juez en Teruel en 1316 ca 1250-
|
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Pero Martín de Javaloyas ca 1305-
|
|
Antoni de Javaloyes, notario de Orihuela ca
1338- |
| |
| |
García Javaloyes ca 1370- |
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Joan García Javaloyes ca 1410 |
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| |
Pedro García Javaloyes ca 1440- en
Orihuela
|
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____________________________________________________________________________ | |
|
|
Joan
Javaloyes ca. 1460 en
Orihuela García
Javaloyas 1461 en Orihuela Pedro Javaloyas
ca. 1462
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|
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García Javaloyes ca. 1500 en Orihuela Juan Javaloyas 1481- en Cartagena Pedro
Javaloyas ca.1492 en Cartagena
|
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Juan
García Javaloyes,
Justicia criminal de Orihuela en
1565
Juan de Javaloyas ca.1523
en Cartagena
ca. 1535
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Juan
de Javaloyas ca.1552 en Cartagena
________________________________________
|
| | |
_____________________|
Juan
Javaloyes Pedro Javaloyes Jaime García Javaloyes | |
ca.1575
en Orihuela ca.1563 en Orihuela ca. 1565 en Orihuela Isabel Javaloyas María
Javaloyas, ca.1580 en Cartagena
+
Isabel Piñuela Donat | + Isabel Viudes + Antonio Castilla + Ginés Ros
|
| |
| |
| Ysabel Javaloies |
| |
Fco. Miguel
Javaloyes Piñuela ca.1593 en
Elche | Antonio Castilla
Javaloyas Pedro Ros Javaloyas, ca.1602
1599 en Orihuela
| 12-9-1617 en Cartagena Jurado del concejo municipal
| (L.Bautismos 1612-1618 Sta.Mª de Gracia) de Murcia en 1636-1647
|
+ Ana
del Real
______________________________________|_________
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Gerónima García Javaloyes Andrés García Javaloyes Frances Gª Javaloyes, Jusepe Ros
Javaloyas del Real,
1584- en Orihuela +Diego ca 1585- en Orihuela ca 1590 en Orihuela 4-2-1631, en Santa María, Murcia
Limiñana Hurtado 1580- + Isabel Juana Guillem + Francisca Navarro (FamilySearch, España, bautismos, 1502-1940)
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| | Pedro Ros Javaloyas
Isabel Ana Limiñana Hurtado Violante García Javaloyes Frances
Nofre Joan ca. 1658 en Murcia
1605- en Orihuela 1610- en Orihuela Javaloyes
Navarro + María García
+
Roque García de Espejo + Alejandro + Ginés 1623- en
Orihuela (FamilySearch,
España, bautismos,1502-1940)
1600- Quadra Balaguer + María
Fca. Ferrández | |
1631- en
Orihuela | |
Baltasar Ros Javaloya María Ros Javaloya
ca. 1684 en Murcia 29-1-1679,
en S.Pedro, Murcia
+ Chatalina
Navarro (FS,
España, bautismos,1502-1940)
|
__________________________|
|
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Joseph Ros Jabaloya Navarro María Ros Jabaloya Navarro
casado con Chatalina Gil de Pareja en S. Juan, Murcia el
25-7-1712 + Juan Gil de Pareja en S. Juan,
Murcia, el 25-2-1715
(FamilySearch, España,
matrimonios, 1565-1950)
(FamilySearch, España, matrimonios, 1565-1950)
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Joseph Ros Jabaloya Gil Catalina
Josepha María Ros Jabaloya Gil
casado con Theresa Ryon en S. Miguel, Murcia el 15-1-1754 4-5-1716 en S. Juan, Murcia
(FamilySearch, España, matrimonios, 1565-1950) (Libro de Bautismos, S. Juan, Murcia,
1708-1736)
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9) RAMA DE LOS JAVALOYES DE
BENEJÚZAR (ALICANTE)
Escudo de Benejúzar
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Vicente
Javaloyes ca 1650 &
Josepha Brotons Agulló 1653
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| Salvador
Nicolás Francisco Javaloyes Brotons 1682 & 1725
Feliciana Sánchez 1705
|
| Francisco
Javaloyes Sánchez 1726
& 1749 Juana García
Fajardo |
| Fr Francisco
Juan Manuel Javaloyes García nace en
Benejúzar 1750, casado con &&1770CatalinaJosefaÁngelaManuela
Murcia López 1747-1787y &1788 Fca Lapuente Bruno |
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Francisco Javaloyes Murcia 1775
José Javaloyes Lapuente
& 1797 María RosaTeresaIsabel
García Sirera &1829 María Soriano Carrasco 1804
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JuanManuelJavaloyesGª1802
FcoAntonioJosephJavaloyesGª José JavaloyesSoriano &1823
Rosa Canicio &1848
Gavriela Martí Mtnez &Josefa
Teresa Ortiz Ballester
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AntonioJosé Javaloyes
Canicio1834 PascualJuanAsensioJavaloyes
Martí1849 | &
Encarnación Ródenas & Encarnación Seva Martí 1853
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Manuel Francisco
Javaloyes Ródenas 1867 | María
Gracia Javaloyes Ortiz 1878 &1895 Francisca Sala García
&1871 Pascual
Antonio Javaloyes Seva 1873
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Manuel
Javaloyes Sala 1901 -1947
Braulio Javaloyes Javaloyes 1904-1985
& Encarnación
Gutiérrez Martínez 1908-1992 &Carmen Soto González 1914-1981
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Francisca Javaloyes
Gutiérrez Manuel Javaloyes Gutiérrez
1930-1980
1942-2010
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10) UNA
ILUSTRE RAMA ALICANTINA DE JAVALOYES
El Diccionario genealógico de
Perceval, cuyo autor es Enrique Mira-Perceval Verdú, contiene un interesante
apartado dedicado a los Javaloyes alicantinos, del que he seleccionado aquí un
amplio extracto, que voy a reproducir a continuación. Quien desee conocer
íntegramente el contenido de dicho apartado puede verlo en internet en las
siguientes direcciones:
percevales.blogspot.com/search?q=Javaloyes
percevales.blogspot.com/search/label/Javaloyes
http://percevales.blogspot.com/
En ese Diccionario genealógico se
dice, entre otras cosas, que:
"La
familia Javaloyes tuvo enorme importancia en la vida social de Altea (Alicante)
donde ocuparon los tres consulados extranjeros que existieron en esa localidad,
a saber, Francia, Inglaterra y Alemania...Los Javaloyes probaron su nobleza con
el ingreso en la Orden del Santo Sepulcro de Jerusalén de don Juan Javaloyes
Mira. La aparición de los Javaloyes alteanos en Calpe se debe a su parentesco
con los Zaragoza calpinos, también oriundos de Altea. Esta familia Zaragoza
quedó sin sucesión en el segundo tercio de siglo, siendo heredadas sus fincas
por los Javaloyes.
I. DON JOSE JAVALOYES. Casó con Doña Francisca
Soto. Tuvieron por hijos a:
1.‑ Manuel Javaloyes Soto (sigue en el punto II)
2.‑ Jose Javaloyes Soto, (sigue en el punto IV)
3.‑ Luisa Javaloyes Soto, nació en Alicante
hacia 1800.
II. DON MANUEL JAVALOYES SOTO. Nació hacia 1787.
Comerciante en 1841 y Corredor de comercio en 1850. Regidor de Alicante en
1840. Casó con Doña Dolores Antón Sanchez, nacida en Elche hacia 1801, hija de
Don Carlos Antón y de Doña Leonor Sánchez. En 1850 residian en la calle Mayor
nº 73. Tuvieron por hijos a:
1.‑ María Leonor Javaloyes Antón, nació en
Alicante el 17 de enero de 1816 siendo bautizada en la iglesia de San Nicolás
el día 19. Soltera en 1850.
2.‑ Manuel Javaloyes Antón, (sigue en el punto
III)
3.‑ Maria Javaloyes Antón, nació hacia 1827.
4.‑ Isidro Javaloyes Antón, nació hacia 1828.
5.‑ Adolfo Javaloyes Antón, nació hacia 1831.
III. DON MANUEL JAVALOYES ANTÓN. Nació hacia
1824. Comerciante de Alicante en 1850. Vice Cónsul de Gran Bretaña en Altea y
Calpe desde el 2 de junio de 1875 como reemplazo por fallecimiento de Don Luis Martínez.
Agente Consular de Francia en Altea por Real Orden de SM la Reina Regente dado
en Palacio el 19 de febrero de 1886[1]. Alcalde de Calpe en 1857 tras la experiencia progresista.
Habitaba en la calle Soledad 5, aunque contaba con otra en la calle San José
35. Casó con Doña Ginesa Zaragoza Benimeli, nacida en Calpe hacia 1826,
hija de Don Francisco Zaragoza y de Doña Rosalia Benimeli Gorgoll. En 1850
residían en la casa de sus padres de la calle Mayor nº 73. Tuvieron por hijos
a:
1.- Manuel Javaloyes Zaragoza, Vice-Consul de Inglaterra en 1875.
2.‑ Horacio Javaloyes Zaragoza (sigue en el punto IV)
3.‑ Enrique Javaloyes Zaragoza (sigue en el punto VIII)
4.- N. Javaloyes Zaragoza, falleció joven asesinado junto con su tío Don
Francisco Zaragoza Jorro, Alcalde y escribano
[2].
IV. DON HORACIO JAVALOYES ZARAGOZA. Nació hacia 1850. Propietario en Altea y
cabeza visible de la familia Javaloyes en esa localidad, por lo que dieron a la
familia el apelativo de "los Horasios"... Casó con Doña Teresa
Martínez Martínez, hija de Don Ignacio Martinez y de Doña Antonia Martinez...
Murió el 21 de abril de 1924. Tuvieron por hijos a:
1.‑ Manuel Javaloyes Martínez (sigue en el punto
V)
2.‑ Miguel Javaloyes Martínez (sigue en el punto
VI)
3.‑ Horacio Javaloyes Martínez (sigue en el
punto VII)
V. DON MANUEL JAVALOYES MARTINEZ. Nació en 1883.
Licenciado en Derecho. Oficial letrado del Colegio Notarial de Valencia.Casó
con Doña Concepción Martinez Lozano, hija de de Don Francisco Martinez
Bertomeu.Murió sin sucesión en Valencia el 5 de marzo de 1935.
VI. DON MIGUEL JAVALOYES MARTINEZ. Nació el 19
de octubre de 1884. Propieterio en Altea. Político liberal, Alcalde de Altea.
Fue Juez municipal de Altea desde 1921 hasta 1922 y en 1930. Fue Vice‑Consul de
Inglaterra en Altea.Casó con Doña Maria Martinez Lozano. Tuvieron por hijos a:
1.‑ Manuel Javaloyes Martínez, casado y con
hijos.
2.‑ Francisco Javaloyes Martínez, casado y con
hijos.
3.‑ Miguel Javaloyes Martínez, casado y con
hijos.
4.‑ Teresa Javaloyes Martínez, Casó con Don Vicente Beneyto Benimeli.
5.‑ María Javaloyes Martínez, casó con el Doctor Feliu.
6.‑ Petra Javaloyes Martínez, casada y con hijos.
7.‑ Concepción Javaloyes Martínez, casada y con hijos.
VII. DON HORACIO JAVALOYES MARTINEZ. Nació el 21 de diciembre de 1887.
Propietario. Casó con la hermana de sus cuñadas Doña Josefa Martinez Lozano y
por tanto hija de Don Francisco Martinez Lozano. Murió el 14 de julio de 1945.
VIII. DON ENRIQUE JAVALOYES ZARAGOZA. Nació en Calpe el 24 de diciembre de
1864. Agente Consular de Francia en Altea desde el 7 de agosto de 1890. Vice
Consul de Francia en Altea en 1825. Fue Alcalde de Altea en repetidas
ocasiones. Juez municipal de Altea en 1908. Casó con Doña Mercedes de Aynat y
Calzas del Castillo, hija de Don Rafael de Aynat y Medina y de Doña Josefa
Calzas del Castillo Aragones. Murió el 13 de mayo de 1945. Tuvieron por hijos
a:
1.‑ Enrique Javaloyes de Aynat (sigue en el punto IX).
2.‑ Mercedes
Javaloyes de Aynat, nació en Altea en 1900. Casó el 19 de diciembre de 1925 con
Don Juan Navarro Artero.
3.‑ Adelina
Javaloyes de Aynat, nació en Altea el 18 de agosto de 1898 en la calle Luis
Martinez. Casó con Don Antonio Mira‑Perceval Almiñana, funcionario del Catastro
y Concejal de Alicante en 1939, hijo de Don Antonio Mira‑Perceval Otero de
Seijo y de Doña Dorotea Almiñana Mauricio. Murió en Carabanchel (Madrid) el 12
de marzo de 1933. Tuvieron por hijos a:
1).‑ Antonio Mira-Perceval Javaloyes
2).‑ Mercedes Mira-Perceval Javaloyes
3).‑ Enrique Mira-Perceval Javaloyes
4).‑ Adelina Mira-Perceval Javaloyes
La sucesión sigue en el apellido Mira‑Perceval.
4.‑ Isabel Javaloyes de Aynat, nació en Valencia
el 26 de abril de 1913. Murió soltera.
IX. DON
ENRIQUE JAVALOYES DE AYNAT. Nació en Altea. Casó con Doña Esperanza Drapier Sanchiz.
X. DON JOSE JAVALOYES SOTO. Nació en Alicante
hacia 1794. Comerciante.en 1850. Casó con Doña María Mira López, natural de
Jijona, hija de Manuel Mira y de Joaquina López. Viudo en 1850. En ese mismo
año él y sus hijos vivian en la calle del Cristo nº 24. Tuvieron por hijos a:
1.‑ Jose Javaloyes Mira, nació hacia 1822.
Soltero y escribiente en 1850. Concejal de Alicante en 1871.
2.‑ Manuel Javaloyes Mira, nació en Alicante y
bautizado en la iglesia de San Nicolás el 27 de abril de 1822. Soltero y escribiente
en 1850. Fue apadrinado por Doña Francisca Soto.
3.- Francisco Javaloyes Mira, nació en Alicante
y bautizado en la iglesia de San Nicolás el 27 de abril de 1822. Fue apadrinado
por Don Manuel Javaloyes Soto y Doña Dolores Antón Sánchez. Falleció joven
hacia 1830.
3.‑ Juan de Dios Javaloyes Mira (sigue en el
punto XI)
XI. DON JUAN DE DIOS JAVALOYES MIRA. Nació en
Alicante siendo bautizado en la iglesia de San Nicolás el 7 de marzo de 1828.
Fue apadrinado por Doña Clara Varó. Falleció en Alicante el 16 de octubre de
1890. Abogado en 1866. Caballero de la Orden del Santo Sepulcro de Jerusalén en
1864 y Caballero de la Orden de Carlos III en 1866. Decano del Colegio de
Abogados de Alicante por elección del 8 de junio de 1890 falleciéndo cuatro
meses después siendo nombrado decano Don José García Soler. Casó con Doña
Carmen Blanco Beltrán, nacida hacia 1834, hija de Doña Javiera Beltrán, nacida
esta hacia 1801. Viudo en 1889.
Residía en 1889 en la calle Labradores nº 23. Tuvieron por hijos a:
1.‑ Carmen Javaloyes Blanco, nació en 1857.
2.‑ Juan Javaloyes Blanco, nació hacia 1858.
Soltero en 1889.
3.‑ Enrique Javaloyes Blanco, nació hacia 1862.
4.‑ Jose Javaloyes Blanco, nació hacia 1864.
5.‑ Javiera Javaloyes Blanco, nació hacia 1865.
6.‑ Purificación Javaloyes Blanco
7.‑ Consuelo Javaloyes Blanco
8.‑ Maria Javaloyes Blanco
9.‑ Adolfo Javaloyes Blanco
10.‑ Fernando Javaloyes Blanco.""
[1] AHMSegovia
[2] Según
notas facilitadas por José Luis Luri.
++++++++++++
11) LOS VALOIS
DE MÉXICO
Para seguir el rastro de los Valois en Méjico he entrado en Internet en la gratuita y abierta red de la organización genealógica francesa Geneanet y he localizado en el sitio del Seminario de Genealogía Mexicana, dirigido por Sanchiz, al primer Valois de España que, al estallar la Revolución Francesa, se exilió en México. Se llamó Pedro Valois Arrinda, nacido en Bilbao, España, y se casó el 20 de julio de 1798, en Sagrario, Chihuahua, con Manuela Irigoyen Salcido. En este sitio de Geneanet puede verse todo lo relacionado con dicho individuo, incluso su esposa y 8 hijos, así como sus padres y sus abuelos paternos. Pero su ascendencia termina en su abuelo paterno español Juan Valois, porque el Seminario de Genealogía Mexicana no ha sabido encontrar su ascendencia, debido a los cambios de apellidos de los Valois ante hechos históricos decisivos. Porque ¿quién era ese español Juan Valois?. La contestación a esta pregunta se encuentra en internet, si se entra en Geneanet y en el sitio de mi árbol genealógico, porque ese Juan Valois, casado con Úrsula Ojangoiti, es un antepasado mío. También se encuentra en esta obra, en este capítulo VI) apartado 2).
En dicho sitio puede verse que Pedro Vicente Julián Valois Arrinda fue bautizado el 1771 en Bilbao, España, en la iglesia de San Antonio Abad, y que se menciona a su padre: Juan Ventura de Valois o Javaloyas Ojangoiti y a su abuelo paterno: Juan de Valois o Javaloyas. Siguiendo la ascendencia de este Juan de Valois o Javaloyas se halla que su padre fue Juan Javaloyas o Valoyas o Valois, quien fue síndico de Alpuente (Valencia) y que, como "embajador" extraordinario de Alpuente, pasó a residir en la villa y corte de Madrid cuando durante la guerra española de sucesión subió al trono el rey Felipe V de Borbón, en 1700, quien inició una tarea centralizadora de España. La misión del "embajador" alpontino fue la de conseguir que la villa real de Alpuente mantuviese sus ancestrales privilegios, a pesar de la centralización administrativa. Y entonces, ante la entronización del francés rey Borbón, al síndico se le ocurrió reclamar para su familia de procedencia francesa su primitivo apellido, Valois. Para ello realizó gestiones en la corte real de Madrid hasta que consiguió que el cronista y rey de armas del rey Felipe V de España, don Juan Alfonso de Guerra (equivalente al actual ministro de Justicia del Gobierno español) certificara el 9 de enero de 1703 la historia de la familia de los Valois de España, identificando como un solo apellido a sus tres variantes: Valois, Valoyas y Javaloyas, como consta en el manuscrito 11393 de la Biblioteca Nacional de España en Madrid. El texto literal de esa certificación puede verse (solamente su página 1), en el capítulo V, apartado 3) de esta obra; pero puede leerse íntegramente en la página de Juan Javaloyas o Valoyas o Valois, de mi árbol genealógico existente en Geneanet, en la que consta que tuvo tres hijos:
- Juan de Valois o Javaloyas, escribano real y notario de la región de
Valencia, residente en Alpuente. (Padre de Juan Ventura de Valois o Javaloyas
Ojangoiti y abuelo de Pedro Vicente Julián Valois Arrinda, que se exilia en
Méjico y se casó allí, en 1798, con Manuela Irigoyen Salcido).
- Fray Elipio de Valois, fraile que vivió en Elche, y que figura en varios
documentos notariales de esa ciudad.
- Isabel Javaloyas.
Por lo tanto, a partir de entonces usan indistintamente los apellidos Valois o Javaloyas, debidamente autorizados por el rey de España Felipe V de Borbón; pero solo hasta 1808 cuando estalló la guerra contra Francia, porque entonces vuelven a apellidarse solamente Javaloyas o Javaloyes, evitando el francés Valois que era 'peligroso'.
----------------
Conclusión: como consecuencia de la guerra de independencia de España contra la Francia de Napoleón de 1808 en adelante, los apellidados Valois de México ocultaron su apellido o se exiliaron en otro país americano; por lo que el Seminario de Genealogía Mexicana, coordinado por Javier Sanchiz, tiene muchas dificultades para localizar los nombres y la filiación de las personas apellidadas Valois que, a partir de entonces continuaron residiendo en México, pero usando otro apellido o disimulando el suyo.
[1] El nombre de
Pépin 'el Breve', rey de los Francos, lo he escrito siempre en idioma francés
en todo el texto de este libro digital, pues la traducción al español de su nombre es
confusa y equívoca. En
cambio, el nombre de su hijo el emperador Carlomagno lo he puesto siempre en
español porque su nombre en castellano es claro e inequívoco, además de
plenamente comprensible, aunque no esté en su idioma original, pues el
personaje es bien conocido por todos. En
este libro aplico el criterio de escribir en español los nombres propios
personales cuando el personaje de que se trate sea bien conocido en España y
cuando su traducción al castellano sea posible, clara e inequívoca; pero en la
mayoría de los casos los nombres de los protagonistas de los hechos que relato
se han escrito en su propio idioma nacional, pues la mayoría de esas personas
tienen nombres antiguos o exclusivos de su país, porque se trata de personajes
que vivieron en tiempos remotos, dado que en este libro la narración
comienza hace unos 2500 años, en la época del rey David de Israel, y termina en
el pasado siglo XVI.
[2] En esta cita,
lo destacado con letra negrita es obra mía, pero no del autor de la cita. Además, quiero dejar constancia ahora de
que en todo este libro, por la importancia de lo que trata, he incluido muchas
citas, pues pretendo que el lector pueda obtener así una visión más objetiva
del tema comparando diversas opiniones. Y también quiero advertir que en alguna
de esas citas he querido destacar algún párrafo especialmente importante, por
lo cual los he puesto en letra negrita y/o subrayado linealmente; a pesar de
que en los textos originales de esas citas sus autores lo ponen en letra
normal. Es decir, que en las citas
que hay en este libro soy yo, no los autores del texto de las citas, quien ha
puesto algunos párrafos en letra negrita y/o subrayado.
[3] "El origen judío de las monarquías
europeas" El mayor secreto de la Historia.
Joaquín Javaloys.
Editorial Edaf. Colección CLIO, crónicas
de la Historia. 2000. Madrid. Páginas 41 y siguientes.
[4] "Carlomagno. El carismático fundador
de Europa". Joaquín
Javaloys. Ed. Galland Books. Valladolid. 2013. Páginas13 y siguientes.
[5] “Charlemagne”. Jean Favier. Fayard. París.1999. Página 30.
[6] “Les origines franques”. Stéphane Lebecq. Éditions du Seuil. París. 1990. Página 204.
[7] Obra citada. Páginas 24 y 25.
[8] Obra citada. Página 142.
[9] “Charlemagne”,
Tomo 2 de “Los Precursores” en la
Colección “Los Reyes que hicieron Francia”. Georges Bordonove. Pygmalion-Gérard
Watelet. París. 1989. Página 31
[10] Obra
citada. Páginas 34 y 35
[11] "A
Jews Princedom in Feudal France, 768-900". Arthur J. Zuckerman. Columbian
University Press, 1972. Páginas 75 a 77
[12] Obra
citada. Página 76. Nota 8 al pie de página
[13] Obra citada. Página 34
[14] Obra citada. Página 32 a 34
[15] “The Origin of the Carolingian Empire”. P. Munz.
[16] Obra citada. Páginas 100 y 101.
[17] Según Zuckerman este Addendum o Apéndice al
“Libro de la Orden de la Tradición” (Sefer Seder ha Kabbaabah), del que es
autor Abraham ibu Dandi, se encuentra solamente en los Manuscritos número 2237
de Adler, que están ahora en el Seminario Teológico Judío de América ( su
fotocopia puede verse reproducida como Anejo al final del citado libro de
Arthur J. Zuckerman, páginas 384 a 386).
[18] El origen judío de las monarquías europeas. Joaquín Javaloys. EDAF. Colección Clio:
clásicos de la Historia. Madrid. 2000.
[19] Obra citada. Páginas 126 y 127.
[20] Obra citada. Páginas 25 y 259
[22] Philippe Auguste. John Balwin. Ed. Fayard. 1991. Página 261.
[23] El domingo de Bouvines. Georges Duby. Alianza Editorial. Madrid. 1988.
Página 182.
[24] Obra citada.
Páginas 82 y 83.
[25] Les Valois. Histoire d'una maison royale.
1328-1589. Gaston Dodu.
Ed. Hachette. París. 1934. Páginas 417 y siguientes.
[26] The Valois. Kings of France 1328-1589. Robert Knecht. London. 2007. Página 229.
[27] Les Valois. Patrick Van Kerrebrouck. Edición propia. 1990.
Página 31.
[28] Carlos I y Felipe II frente a frente. José Antonio Vaca de Osma. Ediciones
Rialp. Madrid. 1998. Página 50 y siguientes.
[29] Obra citada.
Páginas 59 y siguientes.
[30] Le XVI siècle: des grandes découvertes à la
contre-réforme. 1492-1620. Michel Péronnet. Classiques Hachette. París. 1981.
[31] Las grandes dinastías. Janko von Musulin. Queromón Editores. Madrid . 1978.
Páginas 90 y 94.
[32] CarlosV. Un hombre para Europa. Manuel Fernández Álvarez. Espasa-Calpe.
Colección Austral, nº 459. 1999. Págs 89 a 91.
[33]
“Histoire du duché de Valois, depuis les temps des Gaulois jusqu´en
Claude Carlier.
París. 1764. Páginas
[34]
“Le Chateau de Crépy-en-Valois: Palais comtal, Palais royal, Palais
féodal”
Jean Mesqui.
Société Française D´Archéologie.
Separata del Bulletin monumental, III-1994.
París. Páginas
[35]
Obra citada. Páginas
[36]
“Les Registres de Philippe Auguste”. Volumen I: texto.
Recueil des historiens de
Publicados por John W. Baldwin.
Inventario de los feudos y servicios.
Documento G: en página 319. También en la página 459.
París. 1992.
[37]
“Les Registres de Philippe Auguste” (II de Francia).
Recueil des Historiens de
Publicados por John W. Baldwin.
Imprimerie Nationale. Édition-Diffusion De Boccard. París. 1992.
[39] “La Villa de Alpuente. Aportación al conocimiento de un pueblo con historia”.
Valeriano Herrero Herrero. 2ª edición. Segorbe. 1993. Páginas 141 a 144.
[40] Cédula o albala real de 1 de mayo de 1562 por la que Felipe II de España concedió a Vicente de Javaloyas o Valoyas, vecino de Alpuente, nuevas armas para su escudo familiar.
[41]
Obra citada. Páginas 80 y 81.
[42] Obra
citada. Página 359.
[43]
“Saint Louis”.
Jean Richard.
Fayard. París. 1983. Véanse las páginas
97, 98, 104, 105, 197, 234, 263, 267, 285, 397, 522, 524 y 529.
[44] Juan Francisco de Hita, cronista general y rey
de armas del Rey Felipe IV de España. Libro manuscrito titulado “Blasones de
varias familias españolas” que se halla actualmente en
[45] R. Sainz de la
Maza. “La Orden de Santiago en la corona de Aragón. La encomienda de Montalbán
(1210-1327)”. Institución Fernando el Católico. Zaragoza. 1980.
[46]
“Historia general del Reino de Mallorca” (2ª edición corregida).
J.Dameto y V. Mut. Palma de Mallorca. 1840-1841. Página 279.
[47]
“L`épopée cathare. 1216-1229. Le Lys et
[48]
“Anales de
En el Tomo I, página 442 dice así: “el
Rey dijo.....a Oliver de Thermens, que era un caballero francés muy valeroso,
que estaba desterrado de Francia, a quien hizo merced de los castillos de San
Lorenzo, Estargels y Argílars, que apresurarsen con sus compañías.....”.
[49]
Estanislao de K. Aguiló: “
CAPBREU ordenat l`any 1304 dels establiments y donations fets per Don Nuno Sanç
de la seua porció” (Repartimiento efectuado en 1232-1233).
Bolletí de
[50]
“
A. Lecroy
de
[51]
“Historia general del Reino de Mallorca” 2ª edición (corregida)
J. Dameto y V. Mut.
Palma de Mallorca.
1840-1841. Páginas 260 y 261.
[52]
“La conquista de Mallorca pel Rei En Jaume I”.
Miquel Ribas de Pina.
Biblioteca “Les illes d´Or”, Nº 5.
1934. Páginas 64 y 81.
[53]
Obra citada. Páginas 274 y 275.
[54]
Obra citada. Página 52.
[55]
“El origen judío de las monarquías europeas”.
Joaquín Javaloys.
Editorial EDAF. Madrid. 2000. Páginas
[56]
“Historia de Albarracín y su
Siera”. Tomo III: El Señorío independiente de Albarracín bajo los Azagra.
Martín Almagro Basch.
Instituto de Estudios Turolenses.
Teruel. 1959. Páginas
[57]
“Historia de España antigua y medieval”.Tomo III: Castilla y Aragón en
el Siglo XIII.
Luis G. De Valdeavellano.
Alianza Editorial. Madrid. 1988. Página
92.
[58] Obra citada. Páginas 62 y 63.
[59] "Historia de la Virgen de la
Consolación". Pamplona. 1785. Página 46.
[60] Obra citada. Páginas 46 y 47.
[61] Así consta en la certificación de 9 de enero de 1703 emitida por D. Juan Alfonso de Guerra,
cronista y rey de Armas del rey Felipe V de España, sobre la historia de la
familia apellidada Javaloyas, Valoyas o Valois. Biblioteca Nacional. Madrid.
Manuscrito número 11.393. Folio 2.
[62] El origen de Hugo Capeto. Joaquín
Javaloys. Artículo publicado en
35 Revue
Française de Généalogie. Nº 123.
Agosto-Septiembre de 1999. Revigny (Francia). Páginas 22 y 23.
[64] Fuente: De
Clodoveo (Clovis) I a Hugo Capeto:
[66]
“La realeza sagrada”
Jean Hani.
Ediciones Sophia Perennis-José J. de
Olañeta, Editor.
Palma de Mallorca. 1998. Página 187.
[67] “Historia de Albarracín y su Sierra”. Tomo IV: “El Señorío soberano de Albarracín bajo la Casa de Lara”. Página 124, que contiene el texto del documento nº 98 de los Anexos a dicho libro. Martín Almagro Basch. Instituto de Estudios Turolenses. Teruel. 1964.
[68] La villa de Alpuente. Aportación al conocimiento
de un pueblo con historia. Valeriano Herrero Herrero. Segorbe. 1993. Páginas 153 y siguientes.
[69] Obra citada.
Página 167.
[70] Fuente: Certificado real sobre la historia de la familia apellidada
Javaloyas o Valoyas o Valois. - Don Juan Alfonso de Guerra, cronista y rey de
armas del rey Felipe V de España. - Manuscrito 11393 de la Biblioteca Nacional
de Madrid: Cuatro folios (anverso y reverso).;; Este certifcado fue emitido el
9 de enero de 1703 por el citado cronista y rey de armas de Felipe V a petición
de mi antepasado Juan Javaloyas. En el texto del certificado se incluye el
texto íntegro de la cédula o privilegio de 1 de mayo de 1562 de Felipe II de
España por el que concedió a mi antepasado Vicente de Valoyas o Javaloyas
nuevas armas para su escudo (un león de púrpura coronado, expresión de la
sangre real de los Valois, Valoyas o Javaloyas); por lo que en la cédula real
se relata minuciosamente la historia familiar desde la llegada a España del
caballero cruzado Vincent de Valoys Crépy, descendiente de los condes de
Valois, mi antepasado conquistador de
Alpuente (Valencia) a principios del siglo XIII, y toda la posterior historia
hasta 1703.
(Sellado con el sello de la Biblioteca
Nacional).
"Javaloyas, Baloyas o Valois. 9 de Enero
1703.
[71] Vive en Elche en
1716
[72] Escribano real y
notario de la región de Valencia, con residencia en Alpuente.
[73]
Puede verse el libro Los moriscos
españoles y su expulsión.
Tomo II. Anejos: documentos
justificativos. Nº 33. Páginas 636 y siguientes.
Pascual Boronat y Barrachina.
Imprenta de Francisco Vives y Mora.
Valencia. 1901.
[74]
Historia, topografía y costumbres
del pueblo de Yátova.
Modesto Castillo Más.
Yátova (Valencia). 1933. Páginas 50 y
51.
[75]
Obra citada. Páginas 51 y 68.
[76] Repoblación del Reino de Valencia después de
la expulsión de los moriscos.
Juan Ramón Torres Morera.
Ayuntamiento de Valencia. 1969.
Valencia. Página 71.
[77]
Obra citada. Página 68.
[78]
Obra citada. Páginas 53 y 54.
[79]
Obra citada. Páginas
[80] Este matrimonio
figura en el linaje de los Javaloyes de Elche, que ya he detallado
anteriormente.
Me encantaría poder contactar con usted para hablar acerca del apellido Javaloys, mi bisabuelo era de apellido Javalois. Le dejo mi correo: oscaraflores123@gmail.com
ResponderEliminarSaludos cordiales,
Oscar