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lunes, 23 de noviembre de 2015

OBAMA, PUTIN Y LOS RIESGOS DE EUROPA ANTE EL ESTADO ISLÁMICO

Digamos las cosas claras: quienes viven en riesgo por el Estado Islámico son los ciudadanos de Oriente Medio, cristianos y musulmanes, sobre todo Chiitas, y los europeos (en contrapartida su acción contra el enemigo histórico de los árabes, Israel, ha quedado en un segundo plano). A Estados Unidos esto le pilla un poco lejos, todo lo lejos que se puede estar de un Imperio global. Les pilla lejos y se nota, porque lo que ha hecho Obama con este problema es mostrar no solo su política dubitativa, sino la opción del pasteleo político en su peor versión. Ha aceptado que aliados incondicionales suyos, como Arabia Saudí, Qatar y Turquía, favorecieran al ISIS, hasta su conversión en monstruo. Todavía ahora, depende de Turquía para exportar el petróleo que les sirve para financiar su costosa guerra, y del que, poca broma, es el noveno productor mundial. ¿Alguien puede pensar que todo este entramado, por otra parte frágil, subsistiría si Estados Unidos hubiera llevado a cabo una acción militar seria? Es evidente que no. Obama se ha dedicado a marear la perdiz, a intentar aprovechar la situación de Siria para colocar un gobierno -una ilusión- satélite en Damasco, como lo intentó en Irak- sin éxito. Ha hecho bandera y prioridad de la derrota de Asad, sin parar atención de los resultados que ha comportado la destrucción del estado iraquí, y libio, en este último caso bajo la desastrosa inspiración franco-inglesa y la oposición de Italia, cuyo gobierno es quien mejor conocía la situación libia.
Solo la decidida intervención de Putin que, con un potencial militar que es la décima parte del norteamericano, ha golpeado con eficacia en la guerra siria para apuntalar el régimen actual, la única baza posible para, primero, derrotar a Isis, y segundo negociar la paz. Esto ha empujado a Obama a la mesa de negociaciones, pero sin llegar a un compromiso firme de intervención militar. Ni siquiera el sangriento ataque de Paris le ha llevado a cambiar de posición y pasar a hacer una guerra en serio; sigue en su posición de pasteleo. Pero ahora, espoleado por una crisis nacional que puede quemarle, después de pasar el natural periodo de duelo, Hollande alza la voz y emprende la acción para forjar una acción militar aliada con Rusia y Estados Unidos. La presión sobre este último país crece, y puede obligar a la enésima rectificación de Obama.
De todo esto los europeos debemos sacar unas conclusiones básicas. La primera es que Rusia no es un enemigo sino un aliado con quien compartir el pan y la sal. Esta es la única salida que nos conviene -y a Rusia también- en un mundo inhóspito. La segunda es que Europa debe desarrollar una capacidad de defensa importante y propia, porque no podemos estar en manos de un extraño, de la OTAN, que en definitiva es un instrumento al servicio de Estados Unidos, y que se justifica y alimenta del belicismo contra Rusia. Alianza con Estados Unidos sí, pero no supeditados a su mando. Es una posición que ya no se aguanta: vender la comodidad de unos presupuestos de defensa ridículos a cambio de ser colonias militares de los intereses norteamericanos. Compartámoslos, pero en pie de igualdad con los europeos.
La tercera consideración es distinta, porque pertenece al orden interior. Me refiero a algunas de las medidas de Hollande que Forum Libertas trata con detalle y que son impresentables: ni estados policiacos que limiten los derechos fundamentales, ni criminalización de los musulmanes europeos por parte de grupos de extrema derecha, dos dinámicas que calan con facilidad en una sociedad que, si no supera su decadencia e individualismo narciso, puede caer fácilmente en el miedo.

                                                                       JOSEP MIRÓ i ARDÈVOL   Vía FORUM LIBERTAS

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