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miércoles, 25 de noviembre de 2015

UNA SOCIEDAD BOBA NO PUEDE SOBREVIVIR

Tal como están las cosas, uno no se extraña de que exista tanto necio adornado con títulos universitarios y matrículas de honor, pero cuyo honor deje mucho que desear. Son los amos y señores del populismo, del no a la guerra, del buenismo bobalicón y pagado que les permite vivir sin haber pegado nunca palo al agua. La indignidad se halla montada como forma de vida en esos expertos en opinar carentes de todo criterio, en los de vivir de okupas eternamente subvencionados y que pueden acabar de alcaldes o regidores; en esos vividores sin escrúpulos que llegan a altos puestos políticos apareciendo día sí día también en todos los medios de comunicación, y hasta en esos cansinos profesionales del pancartismo. Todos ellos  forman una melé que dibuja la indignidad de una parte del panorama social y político de una nación. Aquellos que han vivido y vivirán siempre del cuento triunfan catapultados por unos mediocres medios de comunicación incapaces de ofrecer un debate cultural en condiciones ofreciendo, en cambio, la falsa imagen de que para triunfar solo tienes que presentarte a un reality, o más bien a un bochornoso espectáculo sobre algo que nada tiene que ver con la realidad. Ninguna sociedad puede sobrevivir catapultando al liderazgo a tanto necio o corrupto mangoneando y manteniéndolos montados en la ola de la subvención, o de la popularidad, como hasta ahora viene ocurriendo; y mucho peor, si encima se les escucha cuales oráculos de Delfos o verdaderos catedráticos.

En caso de alcanzar el poder esos trepas sociales se convertirán en los grandes productores en serie de ninis, chonis y canis; serán los responsables de cargarse la instrucción y el ya maltrecho estudio en los centros escolares y las universidades inundándolos de bobos objetores culturales cuya presencia se hace insoportable no solo en las escuelas sino en las mismas familias. Otra cosa es que las familias les vote para quitarse al niñato o a la niñata unas horas de encima porque no saben qué hacer con ellos. Porque ¿qué haces con un eterno adolescente de 18 o 20 o 30 años estudiando la enseñanza obligatoria? ¿Cómo puede alguien pretender imponer la enseñanza obligatoria hasta los 18 años, por ejemplo? Los antiguos maestros de la EGB ya considerábamos que ciertos niños de 14 años ya eran claros objetores escolares, pero entonces tenían otra oportunidad con la FP. Mantenerlos aparcados hasta los 16 ha resultado una tarea titánica y un enorme fracaso que ha destrozado a muchos profesores y ahora los quieren sacar de la litrona y el paro aparcándolos hasta los 18. Eso solo lo puede pretender un ignorante o alguien a quien el pueblo le importa una higa. Desde luego no es la solución, pero el populismo es el populismo. Recuerdo con nostalgia que cuando era niño a los 14 añitos te podías ir de aprendiz de un maestro de oficio y aprender un oficio. Encima que te enseñaban, además de no pagar por ello cobrabas algo. Por si fuese poco, para quien viese que no le gustaba porque trabajar es duro existía la oportunidad del reciclaje con la enseñanza nocturna. Constituía una brillante oportunidad de movilidad social para todos. Pero supongo que esa opción no es políticamente correcta.

Pues nada, sigamos creyendo toda la sarta de mentiras que los populistas y "expertos" vomitan por los grandes medios de comunicación, y que las futuras generaciones sean todavía más bobas para poder ser manipuladas a gusto de la panda de vividores y de sus descendientes. Tendremos lo que nos merezcamos.


                                                      VICENTE JIMÉNEZ  En su blog LO QUE NOS UNE

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