Los últimos acontecimientos económicos a nivel internacional, especialmente los acontecidos en China, parecen apuntar en la dirección de una recesión global, una vez agotados los estímulos ficticios tras el descalabro de 2007.
Los ilusos que veían en la enésima crisis financiera de 2007 un episodio más en la pléyade de ciclos propios del sistema, han calculado mal y han escondido que debajo de este tímido crecimiento sólo hay humo, alimentado por la gran droga del mundo capitalista: la deuda.
La consigna es minusvalorar lo que está ocurriendo en China o lo que va a venir cuando se consoliden las recesiones en países tan prósperos como Canadá o Australia y América Latina vuelva a las turbulencias
El humo de la recuperación actual solo es más deuda
Con esta premisa, todos los voceros del sistema se han lanzado a airear que lo peor ya ha pasado y que la recuperación económica es ya un hecho y que ha llegado para quedarse. Por eso no sorprenden los titulares de numerosos medios de supuesta comunicación, como el País en España, en los que se pueden leer cosas como: “EEUU roza el pleno empleo” o “La recuperación económica explica la reducción de las ejecuciones hipotecarias en España”.
La consigna es minusvalorar lo que está ocurriendo en China o lo que va a venir cuando se consoliden las recesiones en países tan prósperos como Canadá o Australia y América Latina vuelva a las turbulencias, tras explotar las burbujas creadas por la errónea política monetaria seguida por los principales Bancos Centrales, tan aplaudida por tantos economistas cómplices. Esto es extensible a la economía española donde todo el mundo empresarial, político y mediático se ha lanzado a contrarrestar cualquier atisbo de duda sobre la bondad de nuestra mágica recuperación, lograda sin que mejore significativamente la inversión, ni la productividad. Todo encaminado a que Mariano
Rajoy sea reelegido cuando nos comamos el pavo allá por el mes de diciembre.
Minusvalorar el impacto de China costará caro
Pero la realidad es muy diferente, a pesar de que nos bombardeen con mensajes tan ilusos como falsos. No es posible crecer y recuperar la inmensa capacidad ociosa a nivel internacional en un contexto en el que el comercio mundial está cayendo, como se puede ver en el gráfico 1.
Teniendo en cuenta la relación histórica entre el comercio transfronterizo y la actividad económica global, cualquier contracción en el comercio mundial anticipa una recesión global. Y eso es lo que se deriva del informe que publica mensualmente el Netherlands Bureau for Economic Policy Analysis, que es quien mejor mide el comercio internacional. En el gráfico 1 se observa cómo el volumen de comercio mundial, utilizando tasas de variación interanuales, se encuentra en un punto de inflexión negativo. La desaceleración de China y de los países emergentes, menor crecimiento de los BRICS, unida a la de los Estados Unidos y al estancamiento de la Unión Europea alimenta la ralentización del volumen de comercio mundial.
Gráfico 1. Evolución del Comercio Mundial
Esta es la primera y gran señal de lo que se nos avecina, fruto de un cambio de paradigma a nivel global, al que ahora se añade China, y es que ya no es necesaria la inversión para crecer, basta el consumo a crédito.
La caída del comercio mundial anticipa una recesión global
Gráfico 2. Evolución histórica de la ratio de evolución empresarial global
La realidad mundial es otra muy distinta a la que nos tratan de vender diariamente. Se reduce la inversión empresarial de forma significativa, lo que unido a la situación del mercado laboral, con menores tasas de participación, empleo precario y bajos salarios, reduce el crecimiento potencial de las economías, como la de EEUU. El flujo de crédito no llega no porque el sistema financiero no quiera que fluya, sino porque la endogeneidad del dinero explica la ausencia de actividad económica. El volumen de deuda mundial no se reduce, simplemente cambia la composición y la bola de nieve asfixia a muchas economías, como la española por ejemplo.
Lo más grave es que las soluciones que se proponen a todos estos males únicamente contemplan estímulos monetarios
Sin una mejora de la inversión a nivel global, no habrá recuperación sólida
Lo más grave es que las soluciones que se proponen a todos estos males únicamente contemplan estímulos monetarios, comprar más deuda por parte de Bancos Centrales y así mantener el artificio de los tipos a largo plazo y las bolsas altas, para que la desigualdad siga favoreciendo a los percentiles de renta más altos. Incluso, en economías como la china, se proclama el cambio de modelo hacia el consumo y el crédito. La pregunta es que si en el límite nadie quiere producir, ¿qué será del empleo, las rentas y la productividad?
Y en todo este marasmo, EEUU se plantea endurecer su política monetaria porque creen que han llegado al pleno empleo, con una tasa de subempleo de más del 10,3%, una tasa de participación estable en el 62% (mínimos históricos), unos salarios a niveles de los años 80 y el paro de larga duración en máximos. Los efectos de tanta miopía los veremos muy pronto y será muy tarde. El impacto en España será aún peor que lo que ya hemos pasado.
ALEJANDRO INURRIETA Vía VOZ POPULI
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