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martes, 15 de septiembre de 2015

LOS VERDADEROS HÉROES CATALANES

Coincidí con ella en un programa de radio por pura casualidad. Ángeles Ribes Duarte, 47, es de familia catalana, pero nacida en Jaca. En ella llama la atención su mirada directa y la capaciad para responder sin titubeos a cualquier pregunta, sin enredarse en explicaciones almibaradas ni clichés, como si en cualquier momento fuera a emular a Margaret Thatcher, diciendo aquello de “éstas son mi fe y mi visión, y creo en ellas apasionadamente. Si tú también crees, sígueme”.
La república a la que parece aspirar no ya el independentista catalán, sino casi cualquier otro español, resida en Lérida o en Socuéllamos, es la República del Estado de bienestar incontinente
Esta forma de ser directa es impensable en un político, y más aún en la Cataluña de hoy. Los políticos catalanes, y muy especialmente los que defienden la insumisión hacia el gobierno central, siempre intentan dulcificar sus palabras con promesas de “beneficios sociales”. Porque saben bien que no solo de emociones viven los votantes catalanes, quieren además, como los del resto de España, más y mejores servicios, más y mejores retornos de rentas. De hecho, diríase que la única república a la que parece aspirar no ya el independentista catalán, sino casi cualquier otro español, resida en Lérida o en Socuéllamos, es la República del Estado de bienestar incontinente. Cosa distinta es que luego a todos les tomen el pelo, o que, motu proprio, se lo dejen tomar.
Lo que está en juego en Cataluña es la libertad
Sea como fuere, así es como venden el paño de la secesión los oligarcas locales, asegurando que con la independencia los catalanes tocarán a más euros por cabeza en bienestar social. Olvídense, pues, de modelos políticos más o menos clarividentes, de sesudas regeneraciones democráticas, de grandes hazañas y logros republicanos y, por supuesto, de la unidad de destino común. Es el reparto, el puto reparto. Quizá por eso España no solo se diluye en Cataluña, sino en todas partes, amenazada por tribus y grupos de presión que denuncian presuntos agravios y exigen una compensación. Unos lo hacen enarbolando banderas, otros, desenterrando viejas ideologías, y el resto, agrupándose en infinidad de acrónimos pedigüeños. Es el juego del pilla pilla presupuestario travestido de dignidad, que, después del fútbol, es el gran deporte nacional.
Cuando fue al colegio aún no había arrancado la maquinaria de la inmersión lingüística y cultural. Se libró por los pelos
Pero Ángeles lo tiene claro, ahora lo que está en juego en Cataluña es la libertad. Por eso no se pierde en discursos edulcorados, ni pastelea con el presupuesto: con las cosas de comer no se juega. Al pan, pan, y al vino, vino. Desde luego no es una catalana convencional. Quizá porque cuando fue al colegio aún no había arrancado la maquinaria de la inmersión lingüística y cultural. Se libró por los pelos. Aunque se ahorró el adoctrinamiento que vendría después, ya entonces tuvo que estudiar Lengua y literatura catalana. Y como no se aplicaba lo suficiente en la asignatura, un día su profesora la reprendió diciendo: "senyoreta, vosté no serà res a la vida" (señorita, usted no será nada en la vida). Ángeles, que tenía solo 11 años, se sintió fatal. Sin embargo, hoy no duda en reconocer la capacidad profética de su maestra, porque, de haberse aplicado convenientemente en Lengua y literatura catalana, bien podría haber terminado en las filas CiU y prosperado muchísimo más: “No lo hice, y ya ven”, apostilla medio en broma, medio en serio.
En el centro, Ángeles Ribes Duarte, con americana azul y blanca, durante la inauguración del año académico en la Universidad de Lérida.

A la pregunta de cómo terminó metida hasta las trancas en política, responde que antes era una chica normal, que no hablaba de política salvo en discusiones ocasionales a la hora del café o para despotricar de cuando en cuando frente al televisor. Tenía hecha su vida en el sector privado. Y, por tanto, veía la actividad del político como algo lejano, extraño y poco atrayente. Sin embargo, el progresivo abandono al que se vieron abocados los catalanes no nacionalistas por parte del gobierno central y de los dos grandes partidos estatales, PP y PSOE (PSC) le hizo recapacitar. Y cuando definitivamente España abdicó de su responsabilidad, dejándoles solos y abandonados a su suerte, la irrupción en escena de Albert Rivera, que decía en voz alta lo que muchos catalanes pensaban, la llevó a afiliarse a Ciudadanos. Después vinieron años de “picar piedra” (sic), de insultos a pie de calle y en las redes sociales. Hoy es portavoz municipal en el Ayuntamiento de Lérida y diputada provincial, y, por añadidura, permanente dolor de muelas para los secesionistas de esa provincia.
El "sentiment” está muy bien, pero el nacionalismo funciona mucho mejor si a la buena disposición se le añade su justiprecio
Al pie del cañón
Su jornada de trabajo no baja de las 10 horas, también durante el mes de agosto. Es el precio que ha de pagar para neutralizar las constantes acometidas secesionistas en 18 comisiones. Hay que estar muy vigilante para que las partidas presupuestarias ordinarias no enmascaren en cualquier forma ayudas a las organizaciones y asociaciones afines al nacionalismo, que son extraordinariamente numerosas para una provincia de apenas 360.000 habitantes. Porque ya no es que existan partidas específicas de dinero público que con todo descaro subvencionan la causa de la independencia, es que, más allá del famoso 3%, cualquier dotación ordinaria puede ser instrumentalizada en favor de quienes defienden el independentismo. Y es que el "sentiment” está muy bien, pero el nacionalismo funciona mucho mejor si a la buena disposición se le añade un justiprecio.
Recientemente, tras evitar que el Ayuntamiento de Lérida se incorporara a la asociación de municipios por la independencia, y conseguir que se revisara el reglamento de usos lingüísticos, a Ángeles le montaron la primera manifa y el acoso en las redes se recrudeció. Reflejos de una incipiente cultura del odio hacia quien se opone al “prusés”: lo normal en el que, dice Joan Reñé (CiU), va a ser el Nou país...
Ángeles envió el siguiente mensaje aJordi Cañas: “¿Alabama 1963? El gobierno no tiene pelotas”
Después, en el arranque de la campaña electoral del 27S, durante la tradicional pegada de carteles, un grupo de jóvenes la increpó al grito de “¡Fascista!”. Y ese mismo día, ya de vuelta en casa, se enteró de que la familia que pedía el 25% de enseñanza en castellano para sus hijos no había podido aguantar la presión y retiraba su petición. Entonces, Ángeles envió el siguiente mensaje a Jordi Cañas: “¿Alabama 1963? El gobierno no tiene pelotas”. Esa noche, mientras intentaba conciliar el sueño, se dijo a sí misma: “Mañana intentaremos convencer a la ciudadanía para que vaya a votar y nos alejemos de la locura...”. Y así sigue, al pie del cañón.
La antorcha de la razón
Como escribía Juan M. Blanco en un espléndido artículo aparecido en este mismo medio, los verdaderos héroes, aquellos que merecen la admiración, el respeto y el reconocimiento de todos los españoles son estos catalanes no nacionalistas que, abandonados a su suerte por los sucesivos gobiernos de España, han osado levantar la voz, resistido la manipulación, la interesada presión de oligarcas y caciques, preservando las ideas que inspiraron la Ilustración, hoy denostadas y pisoteadas. Ellos levantan la antorcha de la razón allí donde su ausencia produce auténticos monstruos.
Mi gratitud y reconocimiento a todos ellos... qué menos.

                                                                    JAVIER BENEGAS   Vía VOZ POPULI





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