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sábado, 19 de septiembre de 2020

LAS NACIONES UNIDAS COMO PROBLEMA

 

Las Naciones Unidas son parte de la solución del mundo y al mismo tiempo constituyen un grave problema. Forman parte de la solución en aquello que expresa realmente una comunidad global de estados, la Asamblea General, y en la medida que sigue siendo un lugar insustituible de encuentro, el Consejo de Seguridad, así como la Secretaría General cuya persona electa expresa un determinado consenso; en el caso actual en la figura de António Guterres.

Pero constituye una grave problema todo el entramado funcionarial y burocrático, y el papel de las diferentes agencias y comisiones, prisioneras en buena medida de los grupos de presión estatales e ideológicos. Las críticas y sospechas en torno al nada claro papel de la OMS en esta pandemia y su dependencia de la China es un ejemplo. En todo caso lo que resulta evidente es que su coste no guarda relación con su eficacia, ni en la adopción de medidas, ni en el liderazgo de la respuestas. 

La FAO, antaño una organización clave, no es capaz de afrontar ninguna de las grandes hambrunas que se vienen registrado, la organización para los refugiados, poco o nada ha respondido a los grandes desafíos del siglo XXI en este campo. Ámbitos como el de la Comisión de Derechos Humanos se encuentran fuertemente mediatizados por regímenes totalitarios. Bachelet y sus Naciones Unidas de Mujeres, se olvida del meollo del asunto, su situación en los países musulmanes y árabes. 

La persecución de grandes minorías como los Rohinyá en Birmania y los uigures en China, no han dado lugar a ninguna denuncia y tratamiento formal, y por si esto fuera poco, una parte de su funcionariado se encuentra bajo sospechas de corrupción ha pesar de sus descomunales salarios. También es evidente que no se han perseguido y castigado en una medida mínima las actuaciones contrarias a los derechos humanos, en especial los casos masivos de abusos y violaciones cometidos por fuerzas militares bajo el patrocinio de la ONU.

El desastre es tan descomunal, que seguramente a estas alturas lo que el mundo necesita es dejar reducida Naciones Unidas a sus grandes instancias comunes apuntadas al principio, y desmantelar y volver a constituir de nuevo, reducidas a lo fundamental, pero con capacidad e independencia, aquellas instancias que han de afrontar graves problemas mundiales.

De hecho el aparato de Naciones Unidas se encuentra fuera de todo control y actúa como un sujeto ideológico en el escenario mundial.

Véase si no este demagógico twit de la cuenta oficial de Naciones Unidas, que tiene la inmoralidad de responsabilizar de la pandemia a esa extraña elucubración construida por la perspectiva de género, que llaman patriarcado, un eufemismo para referirse a los hombres, y que mete en el mismo saco a Europa i a Arabia Saudí o Pakistán (que no deja de ser una forma de ser cómplice de la ocultación de regímenes tan opuestos a los derechos de la mujer)

United Nations
@UN
The #COVID19 pandemic is demonstrating what we all know: millennia of patriarchy have resulted in a male-dominated world with a male-dominated culture which damages everyone – women, men, girls & boys.

“La pandemia #COVID19 está demostrando lo que todos sabemos: milenios de patriarcado han dado lugar a un mundo dominado por hombres con una cultura dominada por hombres que daña a todos: mujeres, hombres, niñas y niños”

Ahora resulta que la Covid 19 demuestra que la culpa de todo es de los hombres y su cultura particular. Esto es inyección en vena de ideología de género pura y dura en nombre de Naciones Unidas. Ciertamente como escribió Shakespeare en Hamlet, “Something is rotten in the state of Denmark” ( Algo está podrido en el estado de Dinamarca). 

Deberíamos limpiarlo.
 
 
                                               EDITORIAL de FORUM LIBERTAS

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