PARECÍA curado el tópico de las dos Españas cuando se dictó el borrón y
cuenta nueva desde todas las tendencias que heredaron el sangriento
conflicto que asoló la "pell de brau" de Salvador Espriu. Incluso los
granos y las verrugas del nacionalismo tenían mejor cara. Los
socialistas se hicieron socialdemócratas, los comunistas asumieron su
rol en monarquía y toda la derecha comprendió que los tiempos del
absolutismo se habían quedado obsoletos. Los flecos del fascismo se
pusieron mustios y la revolución pendiente del radicalismo marxista
pidió la excedencia. El ambiente olía a progreso de verdad desde todas
las ópticas que en el mundo han sido.
Pero el diablo no duerme, a lo sumo sestea. Los del 666 del
Apocalipsis se las ingeniaron -¿cómo me las maravillaría yo? cantaba la
Lola de España- y crearon tras la careta de Bambi el caldo de cultivo
primigenio para la reacción a la paz y el perdón. La bestia de siete
cabezas y diez cuernos no se dejó ver, pero los efectos de sus malas
artes han llegado a acelerarnos los pulsos. Y aún los tenemos agitados
por el resentimiento, el revanchismo y la corrupción.
Cuentan los cronicones que ronda los siete mil quinientos
millones de euros contantes, el cúmulo de cantidades consecuentes al
saqueo de las arcas públicas. Más o menos lo que todavía nos exige la
Unión Europea como orientativo de los recortes que nuestra deteriorada
economía necesita para sobrevivir en el mundo de la oferta y la demanda.
No hay dimensión ni territorio que escape a la corrupción política, según elEconomista.es:
"Las manzanas podridas de los distintos partidos no están tan solas y
ya son legión entre los dirigentes de las Administraciones públicas.
Ninguna de las diecisiete Comunidades Autónomas se salva, aunque media
docena de ellas encabeza la lista de la corrupción en el país, empezando
por Andalucía". Siempre Andalucía ¡ay! en el extremo malo de todas las
clasificaciones, de todas las escalas.
El reciente Diccionario de la Corrupción (Nostrum, 2016) de Díaz,
Vidal y Castañón lo deja a uno tan "pasmao" como a mi "enmano". Te
hierven las entretelas: 175 casos de entre los que 90 ya están cerrados.
Del total, 68 están ligados al PP y 56 al PSOE. El caso Púnica suma 250
millones, 150 los Ere andaluces, 120 el Gürtel y 96 el marbellí caso
Saqueo. Y no estamos sino en la parte visible de un iceberg que retiene
oculta su voluminosa panza.
ALBERTO PÉREZ DE VARGAS Vía EUROPA SUR
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