YO creo que el fenómeno "Pablo Iglesias" es, sobre todo, sociológico.
Suponerle una ideología sería como suponérsela a cualquier movimiento de
masas. Los de los años sesenta del pasado siglo tenían a la Universidad
como lugar de encuentro, una universidad de gran dinamismo cultural que
desempeñaba entonces el papel que hoy cubren las redes sociales que con
tanta eficacia manejan los promotores del llamado 15-M: el polvo de
estos lodos. La existencia de un líder mitinero y ligeramente
histriónico, popularizado por los medios, le añade lo necesario para
darle apariencia de partido político, en el sentido tradicional del
término. A todo ello, le presta un escenario a la medida, una sociedad
con un considerable nivel de bienestar que soporta una crisis que afecta
gravemente a sus coberturas sociales: un excelente caldo de cultivo
para los populismos y las actitudes adanistas del borrón y cuenta nueva.
La izquierda residual que han ido formando los sectores que no
han participado en el desplazamiento hacia la socialdemocracia, es ahora
la que presta un cierto soporte ideológico al fenómeno "Pablo Iglesias"
de un modo semejante al que prestaría la Falange al franquismo mientras
se dejaba fagocitar por la dictadura. En ese contexto, preocupa la
situación del PSOE. Un partido de cuya solidez depende la estabilidad de
España, que afectado no poco por la corrupción que la estética de la
izquierda suaviza y a pesar de los alardes onomásticos de estos días de
penitencia, padece importantes carencias de liderazgo que podrían
producir un deslizamiento hacia un partido regionalista y clientelar
nucleado en torno a su fuerte y consolidado reducto andaluz.
Por su parte, Ciudadanos no sólo se ha beneficiado de antiguos
votantes del PP sino también del PSOE y ahora, después del contubernio
"Unidos Podemos", tal vez vendimie de Podemos y de sus mareas. Tengo la
impresión de que el panorama que aguarda no va a ser tan parecido al
consecuente a los comicios de diciembre como cabría prever algún tiempo
atrás. Es probable que estemos ante un significativo, tal vez pasajero,
retroceso del respaldo al PSOE, y ante un acercamiento a la
gobernabilidad con la suma del PP y Ciudadanos. Es de esperar que el
fenómeno "Podemos" afecte a comportamientos y pareceres. Pero también
que a no mucho tardar sea, como organización, pasto de sus debilidades
estructurales, de sus carencias ideológicas y de su anacronismo.
ALBERTO PÉREZ DE VARGAS Vía EUROPA SUR
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