La Comisión Europea ha publicado este miércoles una guía con la que pretende ayudar a los Estados miembros a gestionar la reapertura de fronteras y facilitar la supervivencia del turismo
Viajeros procedentes de Ámsterdam llegan al aeropuerto de El Prat. (EFE)
Hubo un protagonista en la serie de medidas que se tomaron cuando se comenzó a comprender en Europa la magnitud del coronavirus y su impacto: el caos. No hubo orden ni coordinación en los sucesivos cierres de fronteras y medidas unilaterales que han estirado, por tercera vez en la última década, las costuras de Schengen. Ese caos hace ahora todavía más complicado coordinar la salida a la nueva normalidad.
La reapertura de fronteras, y con ellas el regreso del turismo, que representa el 10% del PIB de la UE (en los países sureños ese porcentaje sube todavía más), es una prioridad para Bruselas. Vera Jourová, vicepresidenta de la Comisión Europea a cargo de Transparencia y Valores, ya señaló que los Estados miembros debían observar la apertura de sus fronteras “lo antes posible”. Ahora el Ejecutivo comunitario publica las directrices con las que pretende acelerar la reapertura de las fronteras y facilitar el regreso del turismo.
En la capital comunitaria hay una incomodidad creciente con el cierre de fronteras. Porque afecta a las cadenas de suministro, pero también porque afecta a los ciudadanos en una de sus prioridades. "Restringir el libre movimiento y reintroducir las fronteras internas daña el mercado interior y el buen funcionamiento de las cadenas de suministro. Además, perjudican nuestra forma de vida europea en una Unión donde los ciudadanos pueden viajar libremente a través de las fronteras, ya sea como trabajadores, estudiantes, familiares o turistas. Debemos trabajar para restaurar este logro clave de la integración europea", señal el documento.
Esa guía, que sirve para orientar a los Estados miembros, que tienen siempre la última palabra, cubre todos los asuntos que han levantado dudas en los últimos meses, e insiste, una y otra vez, en la “proporcionalidad” de cualquier medida. Una de las medidas fundamentales que propone Bruselas consiste en la apertura del turismo a países con riesgos similares.
Levantando restricciones
“Las restricciones a los viajes deben levantarse primero en áreas con una situación epidemiológica comparable y donde existan capacidades suficientes en términos de hospitales, pruebas, vigilancia y capacidad de localización de contactos”, señala el documento del Ejecutivo comunitario. El plan de la Comisión Europea pasa por conectar estas zonas, creando ‘pasarelas turísticas’, que se verá reflejado en un mapa creado por el Centro Europeo de Control de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés).
Para la reapertura de las fronteras, Bruselas pide a los Estados miembros que tengan en cuenta tres criterios: por un lado el epidemiológico con la asistencia del ECDC; por otro lado que el Estado miembro tenga capacidad para aplicar medidas de contención; y por último teniendo en cuenta consideraciones económicas y sociales, priorizando el movimiento transfronterizo en aquellas regiones más dependientes económicamente de ellos.
Bruselas también quiere evitar que existan discriminaciones por razón de nacionalidad. “Tenemos que tratar a los europeos con igualdad”, ha señalado Margrethe Vestager, vicepresidenta de la Comisión Europea. “Cualquier restricción debe levantarse sin discriminación, a todos los ciudadanos de la UE y a todos los residentes de ese Estado miembro, independientemente de su nacionalidad, y debe aplicarse a todas las partes de la Unión en una situación epidemiológica similar”, señala el Ejecutivo comunitario.
También se quiere evitar que un ciudadano que viaja a un país con medidas de prevención o distanciamiento social similares a las del Estado miembro al que llega tenga que hacer cuarentena. De hecho, fuentes comunitarias se muestran contrarias a las cuarentenas generalizadas para todos los turistas, sin criterio concreto, como la que ha anunciado el Gobierno español en las últimos horas, que hace obligatorio permanecer durante 14 días aislado a cualquier persona que entre en territorio español.
Estas mismas fuente piden aprender de los errores del pasado. “Sabemos muy bien por la experiencia de febrero, marzo y abril lo que debemos hacer, conocemos las características de este virus”, explican, por lo que piden aplicar los estándares que se han acordado.
También se quiere evitar que un ciudadano que viaja a un país con medidas de prevención o distanciamiento social similares a las del Estado miembro al que llega tenga que hacer cuarentena. De hecho, fuentes comunitarias se muestran contrarias a las cuarentenas generalizadas para todos los turistas, sin criterio concreto, como la que ha anunciado el Gobierno español en las últimos horas, que hace obligatorio permanecer durante 14 días aislado a cualquier persona que entre en territorio español.
Estas mismas fuente piden aprender de los errores del pasado. “Sabemos muy bien por la experiencia de febrero, marzo y abril lo que debemos hacer, conocemos las características de este virus”, explican, por lo que piden aplicar los estándares que se han acordado.
Por fases
Bruselas también propone que la reapertura de fronteras se produzca de manera coordinada y por fases, siguiendo la recomendación del ECDC, y establece tres escalones. Primero, la fase cero, en la que nos encontramos en este momento, dará paso a una fase 1 si continúa mejorando la situación, y entre países que tengan situaciones epidemiológicas similares, facilitando también viajes por motivos no solo profesionales, sino también familiares. Los países que se encuentren en la misma fase deberían facilitar el movimiento entre ellas.
Por último, llegaría la fase 2, con una generalización del fin de controles fronterizos. Pero los límites entre fases son muy difusas, y quedan al criterio de los distintos Estados miembros, que son los que deben analizar si están en condiciones de pasar de una fase a la siguiente. Además, este sistema de fases es solo orientativo.
Reiniciar el transporte
En su documento Bruselas considera “una cuestión de prioridad” que “todos los modos de servicios de transporte” comiencen a “reanudarse progresivamente (…) sujeto al despliegue real de medidas proporcionadas y efectivas para proteger la salud de los trabajadores y pasajeros del transporte”, explica el Ejecutivo comunitario.
Uno de los asuntos más espinosos respecto a los efectos del coronavirus en el sector turístico es la intención de las aerolíneas de compensar a los viajeros afectados por la pandemia con cheques, en vez de con reembolsos por el valor de sus billetes. Las normas europeas obligan a las compañías a que devuelvan el dinero a los afectados que así lo soliciten.
Muchos Estados miembros, entre ellos España, y la Eurocámara, han pedido que las aerolíneas puedan dar cheques en vez de tener que reembolsar, pero por ahora todo lo que ha cedido la Comisión Europea es pedir a las capitales y las empresas que hagan más atractivos los cheques para que los viajeros apuesten por ellos en vez de por el reembolso, pero insisten fuentes comunitarias en que no se puede obligar a la persona afectada a que acepte sí o sí un cheque. Para ello, el Ejecutivo comunitario ha aprobado una comunicación con recomendaciones para hacerlos más atractivos.
Respecto a las medidas que deberá tomar el sector de la aviación, Bruselas señala que la Comisión Europea, junto con el ECDC y la Agencia de Seguridad Aérea de la UE (EASA) “presentará en las próximas semanas directrices técnicas operativas para facilitar un enfoque coordinado y ayudar a las autoridades nacionales de aviación, aerolíneas, aeropuertos y otras partes interesadas de la avión”.
Esas directrices establecerán la necesidad de una mejor ventilación, la limitación de los riesgos de contaminación durante el viaje, con medidas como la limitación de interacción a bordo, “evitar la concentración de pasajeros” o “explorar la asignación más adecuada de los asientos”.
NACHO ALARCÓN Vía EL CONFIDENCIAL
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