Serán dos pilares fundamentales de la oferta del PSOE para las elecciones generales del 20 de diciembre. El programa y la propuesta de reforma constitucional. En teoría, estaban concebidas como una unidad. Pero ahora la dirección del partido se plantea separar ambos documentos. Al menos, en la presentación pública de los dos textos, a finales de este mes.
La cúpula federal está dando vueltas a cómo rentabilizar mejor el lanzamiento del que será su corpus ideológico de cara al 20-D. No solo por razones de impacto mediático, que también, sino para proyectar dos mensajes con connotaciones distintas. Esta semana será clave para cerrar una decisión, pues se reúnen las comisiones de programa y se tiene que finiquitar el texto que contiene la modificación de la Constitución planteada por los expertos fichados por Pedro Sánchez.
No hay "nada decidido", insisten distintos dirigentes que están encima del proceso de confección de la oferta electoral del PSOE. Pero sí hay una alternativa que parece, a día de hoy, mayoritaria, y es la de desgajar la propuesta de reforma de la Carta Magna de lo que es estrictamente el programa. ¿Por qué? Los partidarios de hacerlo explican que una cosa es el programa puro, que compendia todas las propuestas que el PSOE desplegará en caso de volver a La Moncloa, y otra muy distinta una "propuesta que se hace de cambio de la Constitución, una propuesta de consenso". Dicho de otro modo, se trataría de diferenciar "el programa de partido" de un texto que busca el acuerdo con otras formaciones y con los territorios, especialmente Cataluña. Lo cuenta así una integrante del comité electoral y del comité de estrategia -un círculo aún más restringido que trabaja con suma discreción en la planificación de la campaña y precampaña-: conviene sacar la propuesta de reforma de la Ley Fundamental del programa por "la importancia del documento" y el material muy sensible que contiene, y por el hincapié que se quiere hacer "en el proceso impresdindible de consenso". De ahí que los expertos constitucionalistas que han estado trabajando desde el verano en la redacción del texto lo hayan despojado de todos los elementos "polémicos" o "conflictivos". Otra dirigente de la máxima confianza de Sánchez subraya la "entidad propia" de la propuesta de modificación de la Carta Magna, lo que requiere de una empaquetamiento diferenciado.
La fórmula intermedia, "un mix"
Pero en la sala de máquinas de Ferraz se manejan asimismo los argumentos contrarios, los de aquellos que entienden que hay que integrar y presentar ambas iniciativas. "Es un poco raro no decir una palabra de reforma constitucional en el programa, cuando es un planteamiento del PSOE al que llevamos dándole vueltas mucho tiempo", defiende una de las voces más expertas, que conoce a fondo ambos documentos y conoce bien la casa, el PSOE, por lo que apuesta que finalmente se hará "un mix": incluir algunas cuestiones mollares del cambio de la Ley Fundamental en el programa -como el blindaje del Estado social y el refuerzo de los derechos fundamentales- y, aparte, otro texto específico.Pedro Sánchez, con su 'comité de sabios', el pasado 26 de junio en el Museo del Traje de Madrid. (EFE).
A primeros de esta semana, incluso aprovechando la festividad del 12 de octubre, se espera tener completo el programa y tomada la decisión "estratégica" de qué hacer. Aunque no se aprobará, en cualquier caso, para el comité federal del próximo 17 de octubre, consagrado a la sanción definitiva de las listas electorales. Si finalmente la dirección se decanta por presentar las dos iniciativas por separado, como parece, aún tendría que adoptar otra medida: reunirlas o no en la siguiente cita: la conferencia política, que se calcula para mediados de noviembre, poco antes del comienzo oficial de la campaña, el 4 de diciembre.
La decisión no está cerrada, porque hay quien entiende que queda raro no hablar de la reforma en el programa, dado que es un punto clave del PSOE
Es importante retener el calendario: una vez que la cúpula apruebe los textos, pasarán a la consulta y discusión de las federaciones y la militancia, que podrán hacer sus enmiendas. El formato definitivo quedará rematado en la conferencia política. Pudiera ser que, en ese momento, como precisan en el entorno de Sánchez, la reforma de la Carta Magna se integre en el programa o bien permanezca por separado, como anexo, y con ese carácter de propuesta para el consenso, no de partido. Mantener hasta el final ambos textos por dos vías distintas tiene su lectura política: viene a expresar que el PSOE empeña su palabra en lo que está negro sobre blanco en el programa, mientras que la materialización de ese anexo, del cambio de la Carta Magna, queda a expensas de que se articule un acuerdo político. Al margen de cómo lo plantee el partido, lo que es cierto es que una reforma de la Constitución no se puede llevar a cabo sin un gran consenso, máxime en una legislatura que vivirá, presumiblemente, con un Parlamento muy fragmentado.
Pugna dentro de la comisión redactora
La dirección apenas ha dado detalles de la letra pequeña del programa, más allá de píldoras como el ingreso mínimo vital, una renta básica que actúa como red de última protección para las familias sin recursos. En la comisión redactora, además, conviven socialistas de distintas sensibilidades, desde el ala más 'liberal', que encabeza el exministro Jordi Sevilla, fichaje estrella de Sánchez para su comité de sabios, hasta el sector más escorado a la izquierda, que representa la secretaria de Empleo, Luz Rodríguez, número cuatro de la lista por Madrid. El texto final, por tanto, será producto del consenso interno y de la última decisión del secretario general y candidato. El texto sobre la modificación de la Ley Fundamental está aún sin rematar: la última reunión de los expertos tuvo lugar el pasado jueves en FerrazSánchez completó el equipo redactor del programa con un 'comité de sabios' nombrado este verano, y en el que destacan nombres como Rafael Bengoa (para temas de sanidad), Ángel Gabilondo (educación, ciencia y cultura), Ángel Ubide (política exterior), Victoria Camps (Ética), Silvina Bacigalupo (transparencia y ética empresarial), Teresa Ribera (clima, energía y sostenibilidad), Sami Naïr (cooperación, migraciones), Gabriela Bravo (justicia), Maurici Lucena (política industrial), además de los citados Jordi Sevilla y Luz Rodríguez, más Patxi López (seguridad y libertades públicas), miembro de la ejecutiva socialista, y Magdalena Valerio, de la cúpula del grupo en el Congreso.Quien coordina este 'comité de notables' y la redacción del programa es Meritxell Batet, diputada por Barcelona, secretaria de Estudios y Programas de la ejecutiva y próxima número dos de Sánchez en la candidatura por Madrid. Ella es también la que supervisa el trabajo de los 17 expertos constitucionalistas designados por el secretario general y presidido por el granadino Gregorio Cámara. Estos celebraron el pasado 7 de octubre su última reunión (la tercera física, tras la constitutiva, el 8 de julio, y la del 30 de septiembre), y aún siguieron sin rematar todo el texto. Se espera que se acabe en una próxima cita. Han circulado ya cuatro borradores y sobre el último se han ido haciendo modificaciones.
Cinco ejes
El documento se articula sobre cinco ejes: fortalecimiento del Estado social, calidad democrática y regeneración institucional, mejora de la protección de los derechos fundamentales, reforma territorial en un sentido federal y la inserción de España en la Unión Europea. Según relatan varios de los integrantes del grupo consultados, lo que queda es descargar el documento para reducir su dimensión actual -en torno a 20 páginas-, precisar la fisonomía del nuevo Senado -o gubernamental, como el Bundesrat alemán, o mixto, gubernamental y parlamentario, como el austriaco, aunque concitar consenso es complicado- y afinar la cuestión nacional. En el texto se recogerá la pauta ya marcada por el secretario general, la redacción menos controvertida: el reconocimiento de las "singularidades" territoriales.Pedro Sánchez, con sus expertos constitucionalistas. A su derecha, Gregorio Cámara, y a su izquierda, Meritxell Batet, el pasado 8 de julio. (EFE)
Durante mucho tiempo se han buscado formulaciones alternativas para reflejar la diversidad española y encontrar el punto de consenso entre los propios expertos. Los catalanes eran partidarios de ir un poco más allá, asumir el carácter "plurinacional" de España, pero andaluces y madrileños pusieron objeciones. El debate es de nombres, porque en el fondo todos están de acuerdo en que la soberanía nacional no es divisible, y son conscientes de la polvareda que genera cada término. En principio, parece descartado que se incluya incluso la expresión que figura en la 'Declaración de Granada', aprobada en julio de 2013, "aspiraciones nacionales". Domina, por tanto, la prudencia, el propósito de no salir más allá del perímetro de lo acordado en la ciudad andaluza, para evitar charcos incómodos. Por tanto, no se esperan "cuestiones muy novedosas", según previenen varias fuentes contactadas.
La propuesta de los constitucionalistas incluye el blindaje del Estado social, la España federal, la calidad democrática o el refuerzo de los derechos.
Algunos puntos asumidos son, por ejemplo, el blindaje de la sanidad en la Constitución (al nivel de la educación), la incorporación del matrimonio gay, la eliminación de la prevalencia del varón sobre la mujer en la sucesión a la Corona, los principios de financiación autonómica (solidaria y equitativa) o la revisión del artículo 135. En este último, se apunta que se deberá añadir al principio de estabilidad presupuestaria introducida con la reforma exprés de 2011 una "cláusula de estabilidad social", de forma que el servicio de la deuda no lamine la prestación de servicios públicos. Por cierto que el documento de los expertos no apuesta, según las fuentes consultadas, por la revisión del Cupo y, mucho menos, del Concierto Económico vasco y el Convenio navarro. En el último borrador simplemente se aludía al respeto al carácter "neutral" del sistema fiscal foral, una fórmula alambicada que expresa el deseo de que, en sus resultados, el modelo de Euskadi y Navarra sea similar al de las comunidades del régimen común. El PSOE, en todo caso, quiere evitar más líos con este asunto, vista la polémica de la última semana, especialmente con el PSE y con el PNV, que Sánchez tuvo que zanjar al proclamarse "cómodo" y "a gusto" tanto con el Concierto como con el Cupo. Los constitucionalistas ya han sido advertidos de que, probablemente, su documento, una vez visado por la dirección, puede figurar como anexo al programa. "Y es lo lógico -señala un miembro del grupo, que pide confidencialidad-, porque no tiene sentido incorporar tal cual un texto de 20 páginas al programa, también porque es una propuesta más académica". Y en la que se ha eliminado todo aquello "que pueda provocar un rechazo de entrada a nadie", completa otra integrante. Ambos recuerdan que aceptaron la oferta del PSOE siendo conscientes de que luego la dirección podría utilizar el resultado de sus reflexiones como creyera conveniente: asumiéndolo en su integridad, modificándolo, desgajándolo en partes...
Si el PSOE mantiene hasta el final su apuesta de separar reforma constitucional y programa, se habrá producido un cambio respecto de los planes iniciales. En un principio, la dirección pidió a los expertos un texto breve que pudiera incorporar como capítulo al programa, pero esa síntesis no fue posible por los añadidos de los expertos y la profundidad y "precisión" de los debates. El documento fue agrandándose y ahora cuesta más integrarlo. Pero por encima pesan razones de oportunidad política, de 'venta' a los medios y de explicación del mensaje. Y eso es lo que está ahora sobre la mesa.
JUANMA ROMERO Vía EL CONFIDENCIAL
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