Rajoy no está en disposición de gobernar. Es la principal conclusión que se extrae del resultado de las elecciones del 20D. La caída del PP es tan descomunal en escaños, 63, como en votos: los populares pierden 3.658.385 votantes con respecto a 2011. Semejante desplome abre una etapa de provisionalidad en la política española que, previsiblemente, se saldará con una legislatura tan escasa como la mayoría del Partido Popular.
Las principales conclusiones de las elecciones son:
LA CABEZA DE RAJOY ESTÁ EN EL AIRE: “Intentaré formar un gobierno estable” dijo Rajoy tras conocer los resultados desde el balcón de Génova. Lo cierto es que ni el apoyo de Ciudadanos le permitiría gobernar puesto que ambos sólo suman 163 escaños juntos, muy lejos de los 176 que requiere la mayoría absoluta. Sólo una gran coalición con el Partido Socialista –algo que el PSOE descarta con el argumento de que equivaldría al “fin del socialismo”—le permitiría seguir en Moncloa. La cabeza de Rajoy está, pues, en juego y puede ser la única baza que permita al PP mantenerse en el poder, después de haber llevado al partido desde su más amplia mayoría absoluta hasta su peor resultado desde 1989.
Como guinda, el PP ha metido la corrupción en el Congreso en esta nueva legislatura. Su número dos por Segovia, Pedro Gómez de la Serna, obtiene un escaño pese a haber cobrado hasta 1,5 millones de euros desde el escaño. Los populares que le habían pedido que se fuera se enfrentan ahora al dilema de menguar más su poder o admitir en su grupo parlamentario a quien acusan de corrupción.
La cabeza de Rajoy está, pues, en juego y puede ser la única baza que permita al PP mantenerse en Moncloa
LA FRACTURA DEL PARLAMENTO AUGURA UNA LEGISLATURA CORTA: El problema es que tampoco hay una alternativa viable a la izquierda. PSOE, Podemos e Izquierda Unida suman 161 escaños frente a los 163 de PP y Ciudadanos, es decir, también una mayoría insuficiente para gobernar. Con ese escenario sólo hay tres posibilidades:
- O un gobierno en minoría del PP, para el que Ciudadanos ha exigido la cabeza de Rajoy. Es, pues, poco factible.
- O un gobierno en minoría del PSOE, que sólo sería viable si al tripartito se suman los grupos nacionalistas. Eso también resulta poco factible.
- O bien un gobierno de transición que sufra para pactar cada norma y aprobar cada ley. Ese nuevo Ejecutivo podría pasar el año 2016 con los Presupuestos Generales del Estado que dejó aprobados el PP antes de las elecciones. Pero la negociación de las cuentas de 2017 auguran ya una una legislatura breve y unas elecciones anticipadas mucho antes de 2019.
EL PP, FUERZA DE BLOQUEO: El Partido Popular obtiene más de un tercio de votos en el Congreso y mayoría absoluta en el Senado. Esas dos claves le convierten en fuerza de bloqueo para cualquier reforma constitucional y para casi cualquier modificación legal. El PP puede pasar de la legislatura de imponerlo todo a la de bloquearlo todo. Génova tiene en sus manos hacer imposible la XI legislatura.
EL PSOE, VICTORIA POR COMPARACIÓN: Quienes daban por muerto al PSOE se han precipitado. La debacle que se anticipaba era tal que el Partido Socialista ofrece una buena imagen por comparación. El PSOE pierde 19 escaños frente a los 63 del PP y se deja 1.477.348 votos frente a los casi 3,7 millones que pierden los populares. Nunca una derrota fue tan dulce como la socialista, nunca una victoria tan amarga como la del PP.
Ciudadanos se convierte en víctima de sus propias expectativas
CIUDADANOS, VÍCTIMA DE SU PROPIA EUFORIA: Ciudadanos ha vuelto a ser víctima de su propia euforia. La formación de Albert Riveraconsigue la impresionante cifra de 3.496.612 votos. Sin embargo, apenas obtiene 40 escaños.Las encuestas y su propia dialéctica habían alimentado la idea de que Ciudadanos podía ser primera o segunda fuerza política del país. La formación de Albert Rivera se convierte en víctima de sus propias expectativas y pasa a ser cuarta fuerza parlamentaria.
PODEMOS, GANADOR CON BRUMAS: Podemos entra en el Congreso con 4,8 millones de votos, a medio millón del PSOE. Lo que parece una cifra abrumadora es, en realidad, una cifra con muchas brumas. Podemos suma lo obtenido con cuatro papeletas: la que presentaba su marca original en la mayoría de circunscripciones y las que ha firmado como alianzas con marcas de corte nacionalista como son en Galicia, Las Mareas, IU, Podemos; en Cataluña, En Comú-Podem y en la Comunidad Valenciana, Podemos-Compromís.
La candidatura contenedor de la formación morada abre ahora la pregunta de si formarán un solo grupo parlamentario o se dividirá en cuatro, es decir, si Pablo Iglesias controla a 69 diputados o si sólo controla a los 42 de su propia marca. Ésa es la pregunta clave para determinar la fuerza de un Pablo Iglesias cuyo poder real todavía no está claro.
El bipartidismo no ha muerto pero su sacrificio puede ser la primera demanda de la nueva era de pactos
EL BIPARTIDISMO MALTRECHO, PERO NO MUERTO: PP y PSOE suman un 50,7% del total de votos en juego. Quienes auguraban el fin del bipartidismo entendido como el gobierno de las mayorías absolutas han acertado. Pero quienes esperaban tras estas elecciones el fin de los partidos tradicionales han cometido un tremendo error. En cualquier caso, quizá esta sea la última legislatura en la que se puede extraer esa conclusión. En la legislatura de las negociaciones, Podemos y Ciudadanos han comenzado marcando ya su primera demanda. Exigen una reforma del sistema electoral. Quizá ésta ha sido la última vez que hemos votado con 52 circunscripciones y como lo hemos hecho. El bipartidismo no ha muerto pero su sacrificio puede ser la primera demanda de la nueva era de pactos.
JAVIER RUIZ Vía VOZ POPULI
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