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jueves, 5 de julio de 2018

ARDE EL CONGRESO POR EL CONTROL DE RTVE

Este miércoles tuvo lugar un debate que no pasará a la historia por la finura en la esgrima parlamentaria


El diputado de ERC Gabriel Rufián (c), durante el segundo pleno extraordinario del Congreso de los Diputados para renovar la cúpula de RTVE. (EFE)


El Congreso de los Diputados ardió a última hora de la tarde por cuenta de RTVE. Hacía mucho tiempo que en la Cámara no se producía un debate tan crispado, tan intenso, tan emocional, como el que provocó ayer la pugna por el control político de la radio y la televisión públicas.
A todos se les llenó la boca hablando de pluralismo, objetividad, independencia, aunque primó el afán de controlar sobre el afán de consensuar la gestión de un servicio público que pagamos todos los españoles. La sospecha es que si antes servía al poder de un determinado signo político, ahora servirá al de otro, con las limitaciones y condicionamientos de sus aliados.

Juanma Romero


Nunca mostraron sus señorías tanta pasión debatiendo sobre la pobreza infantil, la despoblación de la España rural, el deterioro de la sanidad pública, los muertos de las pateras, la violencia machista, el paro juvenil, los desahucios, la precariedad laboral, los accidentes de tráfico, las agresiones medioambientales, la corrupción, el alcoholismo, etc.

Es una asignatura pendiente la recuperación de la credibilidad de RTVE, cuestionada desde que en 2012 la mayoría absoluta del Gobierno PP canceló a golpe de decreto un modelo ampliamente consensuado durante el Gobierno socialista de Zapatero. Cinco años después (mayo de 2017), se recuperó el consenso con una ley cuya principal novedad era la elección del presidente de la corporación por concurso público. Pero todos los intentos de aplicarla han fracasado. Por culpa del PP, según el PSOE. Por culpa del PSOE, según el PP.

Nunca mostraron sus señorías tanta pasión al debatir sobre pobreza infantil, la despoblación de la España rural, el deterioro de la sanidad pública...

Así las cosas, el nuevo Gobierno socialista tiró por la calle de en medio con un decreto ley pensado para suplir la falta de consenso en la aplicación de la ley de 2017, una vez extinguido el mandato del consejo de administración de RTVE hasta ahora en vigor. Es el que, con el objetivo de cubrir el vacío creado en el ente público, se convalidó ayer en el Congreso y será recurrido ante el Tribunal Constitucional por el PP.

En contra, aunque por diferentes razones, PP y Ciudadanos, que previamente se habían excluido de la elección de los seis consejeros por la Cámara Baja (los cuatro del Senado siguen pendientes). Y a favor, también por razones distintas, la mayoría que hizo presidente a Sánchez en la moción de censura. Una mayoría formada básicamente por los votos del PSOE, a los que se sumaron populistas y nacionalistas.

Y sobre esa caracterización de grupos como Podemos, PDeCAT, ERC y PNV, hicieron sus encendidos discursos los representantes del PP y Ciudadanos, cuyo argumento central consistió en denunciar la sumisión del Gobierno a dichas fuerzas, lo cual envenenó el debate con descalificaciones de ida y vuelta (“sectarios”, “manipuladores” “comisarios políticos”...) e hizo decir a algunos portavoces, como Ana Oramas, que sentían vergüenza por haber llegado a esta situación de chalaneo, aunque apoyó el decreto ley “como un mal menor”.

Hoy RTVE pasa a ser Tele-moción”, dijo el portavoz del PP, Ramón Moreno, en alusión a los supuestos favores debidos por Pedro Sánchez a los enemigos declarados de la Constitución, el 'centralismo borbónico' y el régimen del 78. No se anduvo por las ramas a la hora de ver en el apoyo decisivo de los separatistas catalanes el precio a pagar por la promesa de la vicepresidenta. Carmen Calvo, y la ministra Batet de que Sánchez está dispuesto a hablar de autodeterminación con Quim Torra en su cita del lunes que viene en Moncloa.

Así las cosas, el nuevo Gobierno tiró por la calle de en medio con un decreto ley pensado para suplir la falta de consenso en la aplicación de la ley de 2017

En representación de Ciudadanos, Guillermo Díaz, una de las intervenciones mas broncas junto a la de Noelia Vera (Podemos), por distintas razones, pidió a los nacionalistas que “se quiten los lazos y se pongan el plumero”. Al presidente del Gobierno lo ve como “el caballo de Troya de los nacionalistas” y le acusa de entregar la RTVE a Iglesias para pagar “el alquiler de Moncloa”. Por su parte, Joan Tardà (ERC), el mismo que suele hablar de “presos políticos”, “dirigentes secuestrados” y “Estado represor”, se ofendió por que se llame “golpistas” a los defensores de la causa independentista.

El representante socialista, José Miguel Camacho, se parapetó en el respeto a los trabajadores de RTVE culpando al ya cesante Gobierno Rajoy de usar el dedazo para nombrar al presidente del ente y haber convertido este servicio público "en una oficina de prensa del PP”.

Un debate que no pasará a la historia por la finura en la esgrima parlamentaria.


                                                                           ANTONIO CASADO    Vía EL CONFIDENCIAL



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