Maurice Duverger explicaba a sus alumnos que la democracia es como un avión. Si no es objeto de cuidado mantenimiento y vigilancia constante, se cae
Imagen de archivo del Congreso de los Diputados. (EFE)
Ahora que Amenábar ha reactualizado la figura de Unamuno ('Mientras dure la guerra'), procede poner por testigo al divino rector (no me negarán que algo de prometeico tenía don Miguel) del verdadero sentido de la democracia, hoy por hoy amenazada en España. Más que nada, por la mala cabeza de la clase política y su alarmante desgaste reputacional.
"Al pueblo hay que repetirle un día y otro, y otro, y otro, que no delegue", decía Unamuno pensando tanto en el hecho religioso como en el político, en el púlpito y en el escaño. Un modo de prevenirnos frente a los mediadores.
En nuestra democracia representativa, el adjetivo se está comiendo el sustantivo y una mayoría de españoles creen que el sistema se ha deteriorado
Aquí no se trata de sacerdotes, sino de tribunos. Dirigentes políticos que actúan por delegación en régimen de democracia representativa. Y ahí le damos. El adjetivo se está comiendo el sustantivo. Más de la mitad de los españoles (un 54%, según la encuesta de 40dB) creen que la democracia se ha deteriorado durante los meses transcurridos desde el 28 de abril.
No podemos ni debemos darle la razón con carácter retroactivo a don Miguel. Pero sí tomarlo como advertencia sobre los riesgos de no cuidar nuestro sistema de convivencia. En España, están sonando todas las alarmas respecto a la malversación de la democracia por parte de sus mediadores, que estos días no paran de tomar en vano el concepto 'estabilidad'.
La estabilidad no es un elemento inherente al sistema y sus instituciones. Especialmente en modelos proporcionales como el nuestro (no mayoritarios), eso depende de los dirigentes políticos. ¿Qué pasa cuando son dogmáticos, excluyentes, o anteponen al interés general razones de partido o de medro personal, sin gestionar sus diferencias, acercarse, formar coaliciones, alianzas estables? Pues pasa que la democracia está en peligro y hay que acudir a salvarla.
La irrupción de Más Madrid en la política nacional, un excelente camión escoba del votante de izquierdas cabreado con Sánchez e Iglesias
De eso iba Maurice Duverger (1917-2014) cuando explicaba a sus alumnos que la ley natural de las sociedades, como la ley de la gravedad en la Física, es el autoritarismo y la opresión. Y entonces comparaba la democracia con un avión, que es más pesado que el aire. Si no es objeto de un cuidado mantenimiento y una vigilancia constante, se cae.
Pero de momento, aquí abajo, donde pisamos el barro, la última hora tiene que ver más con la salvación de la izquierda que con la salvación de la democracia. La irrupción de Más Madrid en la política nacional (Errejón y la izquierda cautelosa) será un excelente camión escoba del votante progresista cabreado a partes iguales con Sánchez e Iglesias. Ayer echó a andar.
Un clavo ardiendo para la izquierda desalentada por el malogrado sueño de un país de ciudadanos libres e iguales en armonía con la Naturaleza (música de violines, por favor). Mejor eso (lo del clavo ardiendo, se entiende) que no quedarse en casa el 10 de noviembre, mientras se moviliza una derecha motivada por la incapacidad de Sánchez para entenderse con sus afines.
ANTONIO CASADO Vía EL CONFIDENCIAL
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