Francisco afirma que es hora "de que nos pongamos juntos, para afrontar con verdadero espíritu europeo las problemáticas de nuestro tiempo: además de algunos muros visibles, se refuerzan también los invisibles.
“Si toda Europa quiere ser una
familia de pueblos: que vuelva a poner en el centro a la persona humana,
que sea un continente abierto y acogedor, que siga realizando formas de
cooperación no sólo económica sino también social y cultural”,
expresó el papa Francisco en el videomensaje, transmitido hoy, junto
con el del patriarca Ecuménico Bartolomé, a los participantes en la
cuarta edición de “Juntos por Europa”, que tuvo lugar en Munich
(Alemania) del 30 de junio al 1 de julio y se clausuró esta mañana con
una gran manifestación en la KarlPlatz.
“Juntos por Europa” es una iniciativa
fruto de la colaboración de las comunidades y movimientos cristianos con
un fuerte carácter ecuménico -actualmente más de 300- extendidos por
todo el continente y pertenecientes a diferentes iglesias. Manteniendo
su propia autonomía actúan como red en pro de objetivos compartidos
aportando su carisma particular y respetando sus diferencias.
La iniciativa quiere satisfacer la
necesidad de una “cultura de la reciprocidad” en la que los individuos y
los pueblos pueden acogerse unos a otros, conocerse, reconciliarse y
aprender a estimarse y ayudarse. “Juntos por Europa” organizó grandes
manifestaciones en el continente: en 2004 y en 2007 en Sttugart y en
2012 en 152 ciudades europeas. Sus ámbitos de acción son la
reconciliación y la paz, la protección de la vida y la creación de una
economía justa, la solidaridad con los pobres y los marginados, la
familia, el bien de las ciudades y la hermandad en el continente
europeo.
“Sé que están reunidos en Munich de
Baviera muchos movimientos y grupos, provenientes de varias iglesias y
comunidades, para su congreso con el título: “Encuentro – Reconciliación
– Futuro”. El mensaje recoge las siguientes afirmaciones del Pontífice:
Tienen razón. Es
hora de que nos pongamos juntos, para afrontar con verdadero espíritu
europeo las problemáticas de nuestro tiempo. Además de algunos muros
visibles, se refuerzan también los invisibles, que tienden a dividir
este continente. Muros que se alzan en los corazones de las
personas. Muros hechos de miedo y de agresividad, de falta de
comprensión hacia las personas de distintos orígenes o convicciones
religiosas. Muros de egoísmo político y económico, sin respeto a la vida
y a la dignidad de cada persona.
Europa se
encuentra en un mundo complejo y fuertemente en movimiento, cada vez más
globalizado y, por eso, cada vez menos eurocéntrico.
Si reconocemos
estas problemáticas epocales, debemos tener el valor de decir:
¡necesitamos un cambio! Europa está llamada a reflexionar y a
preguntarse si su inmenso patrimonio, impregnado de cristianismo,
pertenece a un museo, o por el contrario, es capaz todavía de inspirar
la cultura y de donar sus tesoros a toda la humanidad.
Están reunidos
para afrontar juntos estos desafíos abiertos en Europa, y para mostrar
testimonios de una sociedad civil que trabaja en red para la aceptación y
la solidaridad hacia los más débiles y desafortunados, para construir
puentes, para superar los conflictos declarados o latentes.
La historia de
Europa es la historia de un continuo encuentro entre el Cielo y la
tierra: el Cielo indica la apertura a lo trascendente, a Dios, que desde
siempre ha caracterizado al hombre europeo; y la tierra representa su
capacidad práctica y concreta de afrontar situaciones y problemas.
También
ustedes, comunidades y movimientos cristianos nacidos en Europa, son
portadores de múltiples carismas, dones de Dios para ponerlos a
disposición. “Juntos por Europa” es una fuerza de cohesión, con el claro
objetivo de traducir los valores, que son la base del cristianismo, en
una respuesta concreta a los desafíos de un continente en crisis.
Su estilo de
vida se basa en el amor recíproco, vivido con radicalidad evangélica.
Una cultura de la reciprocidad significa: confrontarse, estimarse,
acogerse, sostenerse mutuamente. Significa valorar la variedad de los
carismas, para converger hacia la unidad y enriquecerla. La presencia de
Cristo entre ustedes, transparente y tangible, es el testimonio que
induce a creer.
Toda unidad
auténtica vive de la riqueza de las diversidades que la componen —como
una familia, que está tanto más unida cuanto más cada uno de sus
componentes puede ser profundamente uno mismo sin temor. Si toda Europa
quiere ser una familia de pueblos: que vuelva a poner en el centro a la
persona humana, que sea un continente abierto y acogedor, que siga
realizando formas de cooperación no sólo económica sino también social y
cultural.
¿Juntos por
Europa? Hoy es más necesario que nunca. En una Europa de muchas
naciones, ustedes testimonian que somos hijos del único Padre y hermanos
y hermanas entre nosotros. Son una semilla de esperanza preciosa, para
que Europa redescubra su vocación de contribuir a la unidad de todos.
FORUMLIBERTAS.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario