Después de las elecciones del 26J la pregunta es inmediata: ¿y ahora qué, señor Rajoy? Saben ustedes que desde estas líneas hemos comentado de manera críticala herencia que nos iba a dejar el actual ínclito monclovita. Aunque para la inmensa mayoría de la ciudadanía, España se encuentra en el final de un ciclo histórico caracterizado por una profunda degradación política, económica, social y moral, el partido más votado fue el del actual ejecutivo y muy probablemente formará gobierno. Por lo tanto, esa herencia se va a alargar en el tiempo. El problema es que en esta segunda legislatura no habrá nada que permita seguir ocultando nuestra cruda realidad. Salvo el País Vasco y un tejido industrial exportador vigoroso, somos un país de sol y playa, de camareros y crupieres, envejecido, endeudado, desigual, de empleos precarios y muy mal pagados, y donde el talento huye y emigra despavorido.
Los buscadores de rentas campan a sus anchas, a costa de la ciudadanía, medrando y reptando por y entre los distintos ministerios
No hay futuro para nuestros hijos y el responsable último de ello es la sociedad española en su conjunto. Pero, sobre todo, y muy especialmente ese grupo de mayores de 54 años que tanto aplaudió la burbuja inmobiliaria, que nunca se quejó de una corrupción galopante asfixiante, que ni siquiera a fecha de hoy se preocupa por el futuro de sus pensiones -debería temblar viendo la evolución de nuestra población activa y de la productividad de nuestros factores-, y que en las últimas elecciones dio el poder a un partido salpicado de escándalos inimaginables. Pero también son corresponsables nuestros prohombres de negocios, muy preocupados ellos por formar parte de ese pequeño grupo que concentra y acapara el poder económico en nuestro país. En España los buscadores de rentas campan a sus anchas, a costa de la ciudadanía, medrando y reptando por y entre los distintos ministerios.
Tras apuntalar al Régimen, ¿ahora qué?
El Régimen lo tenía todo atado y bien atado. Es triste y lamentable la actuación de unos medios de comunicación que aún a fecha de hoy no son conscientes de la gravedad de la situación patria. Y siguen sin decir la verdad a los españoles. Si España ha crecido desde el segundo trimestre de 2013 es por el gasto y consumo público. La austeridad es terriblemente dañina y cuando se abandona, en una recesión de balances como la actual, la economía se recupera. Eso es lo que ha pasado desde la segunda mitad de 2013. Tampoco debemos olvidarnos de esa droga de diseño de última generación suministrada por el Banco Central Europeo y que permite a un país como España seguir adelante, a pesar de una deuda total y externa que no se podrá pagar, a pesar de un sistema bancario en dificultades.
En definitiva, los motores de crecimiento patrios han sido la relajación del ajuste presupuestario y la entrada de flujos financieros foráneos en nuestra economía, derivados fundamentalmente de la política monetaria del BCE. Inicialmente fueron inyecciones directas de liquidez al sistema bancario, vía préstamos a largo plazo a coste irrisorio; ahora, a través de la expansión cuantitativa, mediante la compra en mercado secundario de deuda pública por parte del regulador. El objetivo último era mantener el régimen y el statu quo actual de nuestro país. Y lo han conseguido.
Una vez conseguido, vuelta a la normalidad. Habrá nuevos ajustes presupuestarios que el nuevo gobierno implementará sin rechistar. Pero además, en un contexto donde los mercados financieros siguen estando sobrevalorados, y las expectativas de crecimiento económico y de beneficios empresariales siguen siendo excesivamente optimistas, entraremos en un ciclo de aversión al riesgo. Y ¿qué pasará con nuestra deuda soberana, deuda bancaria y deuda externa? Imagínense. Y todo por no hacer en su momento aquello que era óptimo y eficiente, económica y socialmente, para hacer frente a los orígenes y las causas que llevaron a la actual crisis sistémica. El crecimiento económico patrio se evaporará en un corto periodo de tiempo, como en 2008-2009. Y eso que aún no hemos hablado del entorno internacional.
Nos encontraríamos ante el despliegue de una nueva fase de la crisis de 2008
Si analizamos la evolución geopolítica, económica y social del mundo en que vivimos no hace falta ser muy espabilado para entender que esto va a acabar mal. No es nada descabellado pensar que la actual debilidad cíclica, unida a la explosión de las distintas burbujas financieras generadas por los Bancos Centrales, haga saltar por los aires la estrategia diseñada por las élites globales dominantes. Ya saben ustedes lo que ocurrirá, nuevas quiebras en el sistema bancario y financiero global por impagos de deudas soberanas -sólo en países sin soberanía monetaria-, corporativas y de familias. Y los problemas en el sistema bancario conducirán a una contracción de liquidez importante, que repercutirá negativamente en la actividad económica real. Como ya expusimos en un blog anterior, al igual que hay réplicas de un terremoto, nos encontraríamos ante el despliegue de una nueva fase de la crisis de 2008.Pero ya da igual, aquí el Régimen ha logrado mantenerse y dispone de cuatro años más para seguir haciendo y deshaciendo a su antojo.
JUAN LABORDA Vía VOZ PÓPULI
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