Los movimientos de los barones críticos con Pedro Sánchez se suceden en la sombra, dispuestos a evitar a cualquier precio que el 23 de octubre se celebren elecciones primarias y éste pueda consolidarse en la secretaría general. Los dos nombres que se barajan para encauzar el golpe de mano son los del presidente asturiano, Javier Fernández, y el del diputado vasco Eduardo Madina, perdedor de las primarias que se celebraron en julio de 2014.
Los barones quieren 'matar' en su despacho a alguien como Pedro Sánchez que surgió de unas primarias
La presidenta andaluza, Susana Díaz, y sus homólogos en Asturias, las dos Castillas, Aragón y la Comunidad Valenciana, van a intentar que Sánchez no llegue vivo al comité federal del sábado, "matándole en su despacho". Por ello, trabajan para que -entre este miércoles y el viernes- dimita más de la mitad de la ejecutiva federal, decisión que daría paso de forma automática a la formación de una comisión gestora.
Tanto Javier Fernández como Eduardo Madina están bien vistos en el ámbito financiero y empresarial, conocedor de su voluntad de desbloquear la situación política que arrastra España desde hace más de nueve meses facilitando a Mariano Rajoy su investidura.
Las federaciones que cuentan con una mayoría de cuadros dirigentes contrarios al actual secretario general no le hacen ascos a que Rajoy siga al frente del Gobierno, siempre que se le impongan condiciones muy precisas en el terreno social y de regeneración democrática.
División en el partido y el grupo parlamentario
La división del PSOE sobre qué rumbo tomar se vio este martes con claridad durante la reunión que celebró a puerta cerrada el grupo parlamentario socialista, sin la presencia de Sánchez. En ella, los diputados andaluces, sobre todo, defendieron uncambio urgente de rumbo. Hubo diputados afines a Sánchez que rechazaron hablar para no provocar mayor enfrentamiento.
El problema para los barones críticos con el líder socialista es que son plenamente conscientes de que acabar con él mediante un golpe de mano, pese a haber sido elegido para el cargo por los militantes, tiene su coste. Además, no hay unidad de acción entre ellos y están viéndose obligados a improvisar una salida una vez que Sánchez ha decidido acelerar los plazos previstos para el 39º Congreso, cónclave al que quiere conducir el debate sobre el futuro del partido y su estrategia de corto plazo.
En caso de no poder forzar una gestora, los críticos intentarán una encerrona en el comité federal
En el supuesto de que no prospere el golpe de mano que acabaría en la formación de una gestora, los barones aspiran a sumar apoyos suficientes para que el comité federal del sábado desautorice los planes de Sánchez y éste, pese a que no se lo plantea, no tenga más remedio que tirar la toalla.
FEDERICO CASTAÑO Vía VOZ PÓPULI
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