El escritor y Doctor en Filosofía José Martínez Hernández reivindica la voz más revolucionaria del escritor sevillano en 'Antonio Machado, un pensador poético'
Antonio Machado
Qué tendrán los versos de Antonio Machado para que se citen a lo largo y ancho del espectro político. Pedro Sánchez, Pablo Casado, Irene Montero o Francisco Serrano
encuentran en el poeta la guinda de su discurso. Los 'greatest hits'
son ya conocidos y manoseados: "Se hace camino al andar", "hoy es
siempre todavía" o "una de las dos Españas ha de helarte el corazón".
Otro, sin ir más lejos, lo citaba Jaume Asens (En Comú Podem) en el debate de investidura: "Para dialogar, preguntad primero; después... escuchad".
Qué tendrá Machado, o qué no tendrá, para que Quim Torra y Pedro Sánchez se encuentren a orillas de su fuente en La Moncloa. La lírica del sevillano se nos muestra como un lugar acogedor y apacible, donde los rivales políticos pueden mirarse en un mismo verso. Pero esto también lo escribió Machado, a través de su apócrifo más célebre, el maestro Juan de Mairena: “De aquellos que dicen ser gallegos, catalanes, vascos, extremeños, castellanos, etcétera, antes que españoles, desconfiad siempre. Suelen ser españoles incompletos, insuficientes, de quienes nada grande puede esperarse”.
La imagen de un Antonio Machado nostálgico, ingenuo, santo laico que escribe al olmo seco, es sólo la mitad de lo que fue. La cultura dominante ahogó la voz revolucionaria y corrosiva del poeta, que se plasmó en 'Juan de Mairena' y en el resto de su prosa. Así lo sostiene el escritor y Doctor en Filosofía José Martínez Hernández en su libro 'Antonio Machado, un pensador poético' (Almuzara, 2019).
"A Antonio Machado se le ha empobrecido. Desde hace 80 años, se ha construido una imagen incompleta del escritor. Tanto la derecha como la izquierda se han querido apropiar de su obra, pero don Antonio tenía un pensamiento crítico, heterodoxo y radical que es difícil de encasillar en el espectro político", comenta Martínez a El Confidencial. El libro, editado por Almuzara, reivindica al escritor sevillano como uno de los grandes pensadores del siglo XX, a la altura de Miguel de Unamuno o José Ortega y Gasset.
Para Martínez Hernández, la obra en prosa de Antonio Machado "no se ha tomado en serio", e incluso fue censurada deliberadamente. Un silencio que se arrastra todavía en los institutos: "En España se ha construido una figura falsa de don Antonio y, como somos tan perezosos
intelectualmente, seguimos repitiendo la misma cantinela en las escuelas: 'Antonio Machado, poeta y autor de ‘Soledades’ y ‘Campos de Castilla’'. Por supuesto que fue un gran poeta y un hombre magnífico, pero además fue autor de ‘Juan de Mairena’, una obra clave del pensamiento del siglo XX, en la que aparece un Machado corrosivo. Dijo cosas difíciles de asumir para mucha gente".
Esta censura del Machado ácido y revolucionario nació años atrás. "Dionisio Ridruejo, que fue miembro de la Falange joseantoniana, había sido alumno de Machado en Segovia y admiraba profundamente su obra. Después de la Guerra Civil, escribió el prólogo a unas obras completas de Machado en las que no se incluyó el 'Juan de Mairena' e intentó reflejar que 'era uno de los suyos', por decirlo así. Esto hizo muchísimo daño, porque 'Juan de Mairena' estuvo prohibido en España hasta el año 51. No se leía si no era en secreto", detalla Martínez Hernández.
También carga parte de la responsabilidad en la reflexión de la crítica literaria, a su juicio "nefasta".
"Otro de los responsables fue Dámaso Alonso. Sostuvo aquello de que al Machado de después de 'Campos de Castilla' se le había agotado la fuente lírica, así que se convirtió en una especie de filósofo aficionado cuyas ideas no tienen ningún valor. Además, citaba al propio Machado para apoyar su afirmación: 'Tengo en monedas de cobre el oro de ayer cambiado'. ¡Pero esos versos son de 1907, antes de publicarse 'Campos de Castilla'! Utilizarlos para afirmar que Machado reconoció su decadencia poética es, sencillamente, ridículo y falto de rigor intelectual".
En 'Antonio Machado, un pensador poético', Martínez Hernández quiere desmontar la idea de que, desde la muerte de Leonor Izquierdo en 1912, el escritor sevillano optó sin más remedio por una filosofía de medio pelo. "Hay que tomárselo en serio como escritor en prosa. El 'Juan de Mairena', que es juzgado como una colección de aforismos sin mayor importancia, revela la coherencia interna de Machado. En él hay una teoría de la filosofía, de la creación poética, de la estética… Se trata de superar una vieja costumbre, la idea de que la veda filosófica de Machado es una herencia de otros filósofos: Hegel, Unamuno, Kant, Platón…".
"Creo que uno de los vicios de la crítica literaria y filosófica española es su pereza intelectual. Una vez que se asienta un tópico, no hay manera de derribarlo y sustituirlo por una visión más profunda. Aunque bebió de otros filósofos, el pensamiento de Antonio Machado está lleno de atrevimientos. Llevó lo que podía ser el existencialismo de Sartre o Heidegger al 'hoy es siempre todavía'. Lo alejó del nihilismo y afirmó la esperanza", argumenta Martínez.
Para los académicos del pensamiento, 'Juan de Mairena' es literatura. Para la literatura académica, se trata de una deriva filosófica del poeta. Martínez Hernández sostiene que Machado es "una voz de frontera": "Él se sitúa entre la filosofía y la literatura. Pero hay más filósofos reconocidos que lo hicieron: Montaigne, Voltaire, Nietzsche, Unamuno... Sartre y Camus son Premio Nobel de Literatura, que parece que se nos olvida...".
Otra de las aportaciones del Machado pensador es, para Martínez, su "demofilia", el amor a lo popular. "En la tradición filosófica, la soberbia es bastante frecuente. Es un desprecio al pueblo que llamo 'demofobia'. La creencia de que la masa no piensa, que no tiene inteligencia suficiente para dirigirse a sí misma... Ortega y Gasset es coetáneo de Machado y, en 'España invertebrada' o 'La rebelión de las masas' defiende la existencia de una élite encargada de dirigir al pueblo".
"Machado es totalmente contrario a esta visión de la sociedad. Consideraba que la cultura individual y la popular deben relacionarse y enriquecerse. No existe una cultura de alpargatas y otra de señoritos. Esta idea en España era radicalmente original. En la Institución Libre de Enseñanza, Machado corrigió a sus propios maestros. Creía que era necesario enviar a la escuelas rurales, junto con los profesores, a estudiosos para que recuperaran los tesoros de la cultura popular. Rechazó el paternalismo".
Qué tendrá Machado, o qué no hemos leído... Martínez compara el uso de su pensamiento con "un cajón de sastre del que cada uno coge lo que le da la gana". Menciona un episodio que, a su juicio, ejemplifica la hipocresía política que rodea a la figura del escritor. En febrero, la Fundación Unicaja inauguró en Sevilla un centro cultural que alberga unos manuscritos de Manuel y Antonio Machado. Entre ellos, se encuentran cartas familiares, obras y prosas sueltas con inéditos del 'Juan de Mairena'.
Unicaja adquirió el cuerpo de más de 5.000 documentos en dos subastas públicas entre 2003 y 2018. En la primera, sólo pujó la Fundación. "Ninguna administración ejerció el derecho de retracto" para quedarse con estos documentos, recordó Manuel Álvarez Machado, sobrino nieto del escritor. En 2018, sí hubo una oferta de la Biblioteca Nacional, pero el acuerdo con Unicaja se alcanzó "rápidamente", recogía 'ABC Sevilla'.
Ni la Biblioteca Nacional, ni el Ministerio de Cultura, ni la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía reclamaron los documentos en la primera subasta, que se redujo a una puja
según 'El País'. "Todos los políticos quieren ir a depositar flores a
la tumba de Machado en Colliure. A la hora de la verdad, cuando se puede
apostar realmente por su legado, hacen 'mutis por el foro'. Una vez
más, la utilización de Machado como una especie de florero cultural en
el que se guardan todo tipo de ideas para sacar provecho político".
"No sé qué consecuencia podría tener una lectura detenida del 'Juan de Mairena' en los que citan a Machado. Quizá no les guste, o lo que es peor, quizá no lo entiendan. Seguirían malinterpretando y aprovechando alguna de sus ideas. A mí lo que me duele es el olvido por parte de la crítica filosófica y literaria. Considero que es un deber de los que velan por la cultura española reivindicar a uno de los más grandes que hemos tenido, y no reducirlo a la mitad de lo que fue".
ANA RAMÍREZ Vía EL CONFIDENCIAL
Qué tendrá Machado, o qué no tendrá, para que Quim Torra y Pedro Sánchez se encuentren a orillas de su fuente en La Moncloa. La lírica del sevillano se nos muestra como un lugar acogedor y apacible, donde los rivales políticos pueden mirarse en un mismo verso. Pero esto también lo escribió Machado, a través de su apócrifo más célebre, el maestro Juan de Mairena: “De aquellos que dicen ser gallegos, catalanes, vascos, extremeños, castellanos, etcétera, antes que españoles, desconfiad siempre. Suelen ser españoles incompletos, insuficientes, de quienes nada grande puede esperarse”.
"A Antonio Machado se le ha empobrecido. Desde hace 80 años, se ha construido una imagen incompleta del escritor. Tanto la derecha como la izquierda se han querido apropiar de su obra, pero don Antonio tenía un pensamiento crítico, heterodoxo y radical que es difícil de encasillar en el espectro político", comenta Martínez a El Confidencial. El libro, editado por Almuzara, reivindica al escritor sevillano como uno de los grandes pensadores del siglo XX, a la altura de Miguel de Unamuno o José Ortega y Gasset.
Para Martínez Hernández, la obra en prosa de Antonio Machado "no se ha tomado en serio", e incluso fue censurada deliberadamente. Un silencio que se arrastra todavía en los institutos: "En España se ha construido una figura falsa de don Antonio y, como somos tan perezosos
intelectualmente, seguimos repitiendo la misma cantinela en las escuelas: 'Antonio Machado, poeta y autor de ‘Soledades’ y ‘Campos de Castilla’'. Por supuesto que fue un gran poeta y un hombre magnífico, pero además fue autor de ‘Juan de Mairena’, una obra clave del pensamiento del siglo XX, en la que aparece un Machado corrosivo. Dijo cosas difíciles de asumir para mucha gente".
Esta censura del Machado ácido y revolucionario nació años atrás. "Dionisio Ridruejo, que fue miembro de la Falange joseantoniana, había sido alumno de Machado en Segovia y admiraba profundamente su obra. Después de la Guerra Civil, escribió el prólogo a unas obras completas de Machado en las que no se incluyó el 'Juan de Mairena' e intentó reflejar que 'era uno de los suyos', por decirlo así. Esto hizo muchísimo daño, porque 'Juan de Mairena' estuvo prohibido en España hasta el año 51. No se leía si no era en secreto", detalla Martínez Hernández.
También carga parte de la responsabilidad en la reflexión de la crítica literaria, a su juicio "nefasta".
"Otro de los responsables fue Dámaso Alonso. Sostuvo aquello de que al Machado de después de 'Campos de Castilla' se le había agotado la fuente lírica, así que se convirtió en una especie de filósofo aficionado cuyas ideas no tienen ningún valor. Además, citaba al propio Machado para apoyar su afirmación: 'Tengo en monedas de cobre el oro de ayer cambiado'. ¡Pero esos versos son de 1907, antes de publicarse 'Campos de Castilla'! Utilizarlos para afirmar que Machado reconoció su decadencia poética es, sencillamente, ridículo y falto de rigor intelectual".
En 'Antonio Machado, un pensador poético', Martínez Hernández quiere desmontar la idea de que, desde la muerte de Leonor Izquierdo en 1912, el escritor sevillano optó sin más remedio por una filosofía de medio pelo. "Hay que tomárselo en serio como escritor en prosa. El 'Juan de Mairena', que es juzgado como una colección de aforismos sin mayor importancia, revela la coherencia interna de Machado. En él hay una teoría de la filosofía, de la creación poética, de la estética… Se trata de superar una vieja costumbre, la idea de que la veda filosófica de Machado es una herencia de otros filósofos: Hegel, Unamuno, Kant, Platón…".
"Creo que uno de los vicios de la crítica literaria y filosófica española es su pereza intelectual. Una vez que se asienta un tópico, no hay manera de derribarlo y sustituirlo por una visión más profunda. Aunque bebió de otros filósofos, el pensamiento de Antonio Machado está lleno de atrevimientos. Llevó lo que podía ser el existencialismo de Sartre o Heidegger al 'hoy es siempre todavía'. Lo alejó del nihilismo y afirmó la esperanza", argumenta Martínez.
Para los académicos del pensamiento, 'Juan de Mairena' es literatura. Para la literatura académica, se trata de una deriva filosófica del poeta. Martínez Hernández sostiene que Machado es "una voz de frontera": "Él se sitúa entre la filosofía y la literatura. Pero hay más filósofos reconocidos que lo hicieron: Montaigne, Voltaire, Nietzsche, Unamuno... Sartre y Camus son Premio Nobel de Literatura, que parece que se nos olvida...".
Antonio Machado, "demófilo"
Otra de las aportaciones del Machado pensador es, para Martínez, su "demofilia", el amor a lo popular. "En la tradición filosófica, la soberbia es bastante frecuente. Es un desprecio al pueblo que llamo 'demofobia'. La creencia de que la masa no piensa, que no tiene inteligencia suficiente para dirigirse a sí misma... Ortega y Gasset es coetáneo de Machado y, en 'España invertebrada' o 'La rebelión de las masas' defiende la existencia de una élite encargada de dirigir al pueblo".
"Machado es totalmente contrario a esta visión de la sociedad. Consideraba que la cultura individual y la popular deben relacionarse y enriquecerse. No existe una cultura de alpargatas y otra de señoritos. Esta idea en España era radicalmente original. En la Institución Libre de Enseñanza, Machado corrigió a sus propios maestros. Creía que era necesario enviar a la escuelas rurales, junto con los profesores, a estudiosos para que recuperaran los tesoros de la cultura popular. Rechazó el paternalismo".
"No leemos bien"
Qué tendrá Machado, o qué no hemos leído... Martínez compara el uso de su pensamiento con "un cajón de sastre del que cada uno coge lo que le da la gana". Menciona un episodio que, a su juicio, ejemplifica la hipocresía política que rodea a la figura del escritor. En febrero, la Fundación Unicaja inauguró en Sevilla un centro cultural que alberga unos manuscritos de Manuel y Antonio Machado. Entre ellos, se encuentran cartas familiares, obras y prosas sueltas con inéditos del 'Juan de Mairena'.
Unicaja adquirió el cuerpo de más de 5.000 documentos en dos subastas públicas entre 2003 y 2018. En la primera, sólo pujó la Fundación. "Ninguna administración ejerció el derecho de retracto" para quedarse con estos documentos, recordó Manuel Álvarez Machado, sobrino nieto del escritor. En 2018, sí hubo una oferta de la Biblioteca Nacional, pero el acuerdo con Unicaja se alcanzó "rápidamente", recogía 'ABC Sevilla'.
"No sé qué consecuencia podría tener una lectura detenida del 'Juan de Mairena' en los que citan a Machado. Quizá no les guste, o lo que es peor, quizá no lo entiendan. Seguirían malinterpretando y aprovechando alguna de sus ideas. A mí lo que me duele es el olvido por parte de la crítica filosófica y literaria. Considero que es un deber de los que velan por la cultura española reivindicar a uno de los más grandes que hemos tenido, y no reducirlo a la mitad de lo que fue".
ANA RAMÍREZ Vía EL CONFIDENCIAL
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