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lunes, 13 de enero de 2020
Que Irán no te distraiga: la guerra que hace temblar a Europa se libra en Libia
La escalada de tensión en Irán ha
apartado los focos de la situación en Libia, que mantiene en vilo a la
UE y cuenta con todos los ingredientes de pesadilla: terrorismo,
inmigración y geopolítica
El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, junto al primer ministro
del Gobierno de Acuerdo Nacional libio, Fayez Serraj, en Roma. (EFE)
Los titulares e informativos de todo el mundo han estado centrados en los últimos días en la escalada de tensión entre Irán y los Estados Unidos. También en Bruselas, donde se ha llamado a rebajar el nivel de agresividad y
donde se respiró con tranquilidad cuando, el miércoles, Donald Trump
anunció que su respuesta a los ataques balísticos iraníes a bases
iraquíes que albergaban militares norteamericanos sería con sanciones económicas y no por la vía militar.
Sin embargo, todo ese ruido ha estado apartando la atención de lo que preocupa de una forma prioritaria a la Unión Europea y a su alto representante de la UE para Exteriores y Política de Seguridad, el español Josep Borrell:
Libia. A menos de 1.000 kilómetros de Roma y menos de 2.000 de Madrid,
se está librando una guerra que en los últimos días está contando con
todos los ingredientes necesarios para convertirse en un auténtico dolor de cabeza para la UE.
No es que el conflicto con Irán no preocupe a Europa, porque lo hace y
mucho, pero lo cierto es que el conflicto libio tiene ingredientes para
una pesadilla europea: injerencia turca y rusa, geopolítica, seguridad e
inmigración. Es difícil encontrar un escenario que reúna tantas
palabras que preocupen a los socios comunitarios.
El embargo de armas impuesto
por Naciones Unidas no ha evitado que el conflicto civil en Libia se
haya convertido en una guerra 'proxy'. El Gobierno de Trípoli, apoyado
por la ONU y gran parte de la comunidad internacional (al menos, sobre
el papel), está siendo cercado por las milicias de Jalifa Haftar. El primero, con refuerzos ofrecidos por Turquía, y el segundo líder apoyado por Egipto, Emiratos Árabes y por Rusia.
Turquía y Rusia le comen la tostada a la UE
Tanto Haftar como el primer ministro del Ejecutivo de Trípoli, Fayez al-Sarraj,
han mantenido numerosos encuentros con distintos líderes europeos. Por
el momento, la UE sigue estando dividida, y eso está dejando todo el
terreno al pasteleo y los acuerdos bajo la mesa de Turquía y Rusia, con
ambos países buscando una mayor presencia en el Mediterráneo, siendo
este conflicto la principal plataforma para conseguirlo.
Borrell, que este miércoles señaló que se estaba llegando a un "punto de inflexión",
ha alertado sobre el estado de la cuestión en Libia, donde, asegura,
"la situación puede ser muy peligrosa". Por lo pronto la UE, preocupada
por su pérdida de influencia y su rol de espectador en la escalada en Irán
y Libia, ha mantenido todos los canales de comunicación abiertos, con
el objetivo de mantener la calma y ser identificada como la mediadora
natural para encontrar una salida al enredo generado en el país
norteafricano.
El acuerdo alcanzado este pasado miércoles entre el presidente ruso, Vladimir Putin, y el turco, Recep Tayyip Erdogan,
para lograr un alto el fuego en Libia no parece ser una buena noticia
para los europeos. Es, básicamente, un reparto del territorio y la
influencia. Moscú y Ankara ya cerraron un acuerdo similar en Siria y
ahora parecen querer repetir el mismo esquema en el que ambos logran lo
que quieren: mayor influencia en un área clave del Mediterráneo.
Por
lo pronto, los líderes ruso y turco han hecho un llamamiento a comenzar
negociaciones entre las distintas partes del conflicto, y la UE espera
poder aprovechar ese momento para ocupar el rol de mediadora y
defender sus intereses como más cómoda se siente, de la mejor y única
manera que, hoy por hoy, puede: el 'soft power', la diplomacia y las
palabras.
Frenar 'injerencias extranjeras'
David Sassoli, presidente de la Eurocámara, hizo un llamamiento este miércoles a parar la guerra y frenar las interferencias extranjeras en un conflicto que debe solucionarse en una mesa de negociación entre libios.
Pero
el alto el fuego, que previsiblemente comenzará el próximo 12 de enero,
no tranquiliza a la UE: nadie confía ni en Rusia ni en Turquía, cuya
coordinación preocupa seriamente a Bruselas, y la situación en Libia
tiene consecuencias directas sobre Europa. No solo por la inmigración o
la geopolítica, también en materia de seguridad la inestabilidad de la
región es una oportunidad para que los terroristas del ISIS liberados
tras la salida americana de Siria encuentren un nuevo destino, algo que
también preocupa a las capitales europeas.
Este viernes se reúnen
los ministros de Exteriores de la Unión Europea con el conflicto iraní
en lo más alto del menú, pero con el problema en Libia muy presente y
encima de la mesa. Con una UE cada vez más desencajada en el tablero global,
Bruselas se preocupa por recuperar posiciones. Aunque la negociación
turco-rusa del alto el fuego es una señal preocupante en el largo plazo,
es el único escenario en el que los socios europeos pueden volver a
tomarle el pulso a un conflicto que se desarrolla, prácticamente ajeno a
ellos, a las puertas de Europa.
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