Fuertes discrepancias en el Gobierno por el caos de los 'papeles de Panamá'. Moragas ha sido el encargado de cerrarle la boca a Soria. Cada intervención del minsitro de Industria ampliaba la dimensión del desastre. La sombra de Soraya aparece en el horizonte.
El escándalo por la vinculación de José Manuel Soria con los 'papeles dePanamá' inquieta al Gobierno en forma creciente. El cierre de filas con el titular de Industria en funciones, casi unánime en un principio, se ha duluído en un mar de dudas conforme se suceden sus sucesivas comparecencias ante la prensa. Sus contradicciones, dudas, silencios, ocultamientos de datos han convertido en un enorme problema lo que parecía un episodio menor. "Esto es lo más parecido a un esperpento", según un miembro del Ejecutivo. Soria ha conversado en varias oportunidades con el presidente en funciones. El pasado viernes había tranquilizado a sus compañeros de Gabinete cuando expusieron su preocupación sobre el escándalo que ya se anunciaba.
Varios ministros, en especial los más próximos a Mariano Rajoy, comoGarcía-Margallo, Ana Pastor, Fernández Díaz, mantienen su respaldo inquebrantable a su compañero cuestionado. Pero ya han surgido dudas, grietas y tensiones en otros miembros del Gabinete. Sáenz de Santamaría se muestra muy crítica en privado. Piensa que Soria no ha sido sincero ni con el presidente ni con sus compañeros de Ejecutivo, de acuerdo con fuentes próximas a la vicepresidenta en funciones. Otros ministros se suman a este criterio. El titular de Industria, por su parte, no duda en cargarle las culpas a la propia Soraya. Piensa que ha habido manejos turbios y oscuros para dimensionar mediáticamente su problema. La número dos de Moncloa es quien mejores relaciones mantiene con algunos grupos de comunicación, subraya reservadamente el ministro.
Una escena en los pasillos del Congreso
Las dudas y las suspicacias en la órbita de Moncloa han aumentado conforme se sucedían las comparecencias periodísticas. Tanto, queDolores Cospedal y Jorge Moragas lo abordaron en la tarde-noche del martes en el pasillo central del Congreso y le exhortaron a que mantuviera la boca cerrada hasta su comparecencia de la semana próxima, tal y como se vio en las cámaras de Tele5. Fue una reunión tensa, casi frente a un grupo de periodistas, en la que Moragas hizo valer su condición de jefe de Gabinete de Rajoy y Cospedal, la suya de secretaria general del PP.
Moragas se dispone a controlar y orientar los preparativos de la aparición parlamentaria del ministro Soria
Soria, muy a su pesar, esquiva desde entonces a los periodistas o responde con monosílabos cuando le rodean, como este miércoles al ser interrogado en diferentes escenarios. Fue el ministro de Industria precisamente quien dejó dicho hace días que todo aquel que aparezca en los 'papeles de Panamá' debería aparecer rápidamente a aclararlo. Lo quiso hacer así, pero con enorme torpeza. Cada palabra, un argumento en su contra. Cada intervención, un patinazo, comentan en medios gubernamentales.
Para frenar la degradación de los acontecimientos y evitar en lo posible males mayores, Moragas se dispone a controlar y orientar los preparativos de la aparición parlamentaria de Soria, según fuentes de su departamento. El presidente confía en su ministro y buen amigo, y se le ha escuchado decir que se trata de una cuestión de hace ya 25 años sin repercusión judicial alguna. Moragas se encargará de que tampoco alcance más dimensión política.
En el seno del PP también se vive con preocupación esta turbulencia inesperada. La cúpula de Génova, que en pocos días tendrá que poner en marcha la maquinaria interna para abordar una precamapaña electoral, no disimula el malestar y la irritación. "Un viacrucis", comenta una fuente fidedigna. Tras el escándalo de Rita Barberá, aparece el de Soria. Y luego, el del alcalde de Granada, suspendido de militancia este mismo miércoles. "Cada día un terremoto", insisten.
JOSÉ A. VARA Vía VOZ PÓPULI
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