“La política es lucha por la hegemonía”. La frase no es de Pablo Iglesias sino de la gran musa de Podemos, la belga Chantal Mouffe, viuda de Ernesto Laclau y autora de 'Hegemonía y estrategia socialista'. Los dirigentes del partido morado no lanzan ocurrencias de cosecha propia como la nueva adscripción socialdemócrata, la escenificación sonriente de su opción, la apelación al patriotismo o la adhesión a la transversalidad, rechazando el denominado 'clivaje' (una palabra que habrá que tener muy en cuenta de ahora en adelante) entre derecha e izquierda.
Todas estas formulaciones parten de teorizaciones de personalidades que se caracterizan por tres circunstancias: 1) en general son docentes universitarios(Chantal Mouffe lo es en la Universidad de Westminster), 2) han elaborado obras de referencia (en el caso de Mouffe, la arriba citada, entre otras) y 3) pertenecen ageneraciones anteriores a las de los líderes que recogen sus tesis populistas (Mouffe nació en Bélgica en 1943).
Chantal Mouffe tuvo el pasado viernes -el primer día de campaña y con la encuesta del CIS en todas las portadas de los periódicos de papel- una aparición estelar en el diario 'El País' con un artículo a toda página titulado 'El momento populista'. La musa de Podemos estuvo al quite, justo cuando ella y los dirigentes de Podemos creen que el populismo va a implantar una nueva frontera: en vez de izquierda/derecha, la de pueblo/casta. Lo decía en el artículo la politóloga belga: “Vivimos una época en la que se está imponiendo en todas partes una manera de hacer política que consiste en establecer una frontera que divide la sociedad en dos campos, apelando a la movilización de los abajo frente a los de arriba”.
Los teóricos del populismo priman la estrategia sobre el fondo ideológico que relativizan porque creen que solo desde el poder se logra la transformación
Los teóricos del populismo priman la estrategia sobre el fondo ideológico que relativizan porque creen que solo desde el poder se hace la transformación a que aspiran: una nueva concepción de pueblo y de Estado. La propia Mouffereconocía en 'El País' (19 de abril de 2015) que sus tesis habían prendido en América Latina, en Grecia y… en Podemos, organización en la que estos politólogos -una suerte de revolucionarios de gabinete- depositan sus grandes esperanzas de implantarse en Europa occidental, en la que observan cómo triunfan los populismos de derecha pero no los de izquierda. Su receta es simple:oponerse con un populismo 'progresista' a los de signo contrario, aunque su esquema de establecer 'fronteras' (antagonismos) en la sociedad resulte muy similar.
Tras Podemos hay un aliento intelectual que trata de sustituir a la socialdemocracia y reinventar la democracia. Se trata de una inspiración poderosa e intransigente que no permite, por eso, utilizar términos despectivos -es decir, desconsiderar- el elaborado acerbo de estudios y teorizaciones que hay detrás de sus discursos. Como escribe Mouffe, su populismo -el de Podemos- está contra “la oligarquización de nuestras sociedades” cuyas élites han 'confiscado' la voz del pueblo. Es un grave peligro que en esta campaña se tenga por aficionados a los podemistas. Disponen de musas -como la belga Mouffe- con mucha potencia intelectual. Darles el voto -especialmente aquellos que suponen que representan la izquierda renovada, en vez de reparar que son sus dinamiteros- es una decisión muy grave.
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