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martes, 26 de marzo de 2019

UNA REVOLUCIÓN PARA LA ECONOMIA

Casado propone una auténtica revolución que sitúe la economía en el centro de la campaña. Lo hizo patente ayer, durante su intervención inicial en el foro La España necesaria, organizado por EL MUNDO en el marco del 30 aniversario de su fundación

El líder del PP, Pablo Casado, durante el foro organizado por EL... 
El líder del PP, Pablo Casado, durante el foro organizado por EL MUNDO.JAVIER MARTÍNEZ



Reconstruido ya un armazón ideológico que resulte identificable para los votantes del PP tras la etapa marianista, Pablo Casado propone una auténtica revolución que sitúe la economía en el centro de la campaña. Lo hizo patente ayer, durante su intervención inicial en el foro La España necesaria, organizado por EL MUNDO en el marco del 30 aniversario de su fundación. El presidente popular enarboló un discurso netamente económico en el que esbozó alguna de las líneas maestras que guiarán su programa de gobierno si alcanza La Moncloa.
Desgranó un plan de choque reformista cuyo objetivo no es otro que mejorar la coyuntura actual con medidas encaminadas a disolver los obstáculos que frenan el desarrollo económico en nuestro país. Por eso su medida estrella es la promesa de la elaboración de una ley de armonización en busca de la unidad del mercado: una norma que permita operar en todo el territorio nacional garantizando que una licencia de una autonomía tenga validez en el resto. El proyecto recuerda a la normativa aprobada en 2013, cuyos pilares tumbó el Tribunal Constitucional al dictar que suponía una quiebra del principio de territorialidad. Pero Casado asegura que su proyecto tiene en cuenta la propia sentencia y está ajustada a la Constitución. Y lo cierto es que la Carta Magna permite que, en el caso de las competencias compartidas, se elaboren leyes orientadas a evitar que la diversidad normativa de las autonomías se traduzca en desigualdades territoriales que perjudiquen el interés general. Combatir el caos administrativo derivado de la asimétrica legislación regional tendría muy buena acogida entre quienes se enfrentan a este tipo de barreras, y beneficiaría el emprendimiento en nuestro país.
Para sus hipotéticos primeros cien días de gobierno, Casado propuso una serie de reformas urgentes para afrentar la inquietante situación económica. "No hay tiempo que perder", declaró ayer, al tiempo que reivindicó la política ya hecha por el PP para darle continuidad. Casado es consciente de que no todo el legado recibido es negativo. Así que habiendo enmendado el mayor problema heredado del marianismo -la orfandad ideológica-, abraza ahora uno de sus aciertos y presenta al PP como garante de una gestión económica responsable, como el partido que en el peor momento de crisis supo gestionar las cuentas con acierto. Entre sus medidas destaca una batería de reducciones fiscales: desde bajar el tipo máximo del IRPF a rebajar el de Sociedades. Cambios encaminados a favorecer a las clases medias y a las empresas para que dispongan de más recursos para la contratación. Con otras medidas como la bajada de las cotizaciones sociales, la búsqueda de una solución para el déficit de la Seguridad Social o la eliminación del impuesto de Sucesiones, el PP reivindica su tradición liberal en el terreno económico y marca perfil político.

                                                                                EDITORIAL de EL MUNDO

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