LA inversión en imagen y en lubricación de voluntades que despliega el
Gobierno de Gibraltar a este lado de la verja, ha llegado incluso a
sensibilizar a la oposición, que en alguna ocasión ha llamado la
atención sobre el dispendio que ello supone para las orondas arcas
públicas de la colonia. MESIAS, una herramienta de valoración de la
marca-país, que utiliza con fruición y muy discretamente el Ministerio
de Asuntos Exteriores, atribuye a Gibraltar el primer lugar en el
ranking de fortaleza en la estimación internacional. La colonia logró
hace unos meses ser admitida en la FIFA, la organización futbolística
mundial, como si se tratara de una entidad nacional. Ya en 2009,
sirviéndose de la celebración del septuagésimo centésimo aniversario de
veneración a Nuestra Señora de Europa, emitió conjuntamente ¡nada menos!
que con Ciudad del Vaticano, un sello que con el fondo del peñón bien
visible acude al siempre acogedor icono de la Virgen y el Niño.
Para paliar los efectos que pudiera producir el Brexit,
los yanitos han encontrado en España un indeseable ángel protector. Si
como súbditos de su Graciosa Majestad se quedan desamparados, España
ofrece otras majestades que sin ser tan graciosas les ofrecen cobijo y
remedio para sus cuitas. Gratis total, por lo que parece. Cabe esperar
que esta actitud protectora orlada con un reparto indiscriminado de
pasaportes y prebendas, no sea también producto del programa de compra
de influencias y pareceres de Convent Plac
Convendría que fuéramos conscientes de que Gibraltar es una
colonia militar británica de la que también se sirve Estados Unidos de
América. Tuvimos ocasión de conocer los detalles hace unos días en
Madrid, en el seno de Forum 2000, el prestigioso club localizado en el
hotel Wellington. Ángel Liberal, marino, capitán de navío retirado,
estudioso de esa disimulada, y evidente, realidad condujo un riquísimo
debate en el que participaron periodistas de la talla de José Mª
Carrascal, Fermín Bocos, Fernando Segú y Miguel Ángel Gozalo. No sé si
el ministro García Margallo, que dentro de unos días -el próximo martes,
concretamente- acudirá invitado por el Foro Joly a un almuerzo coloquio
en el hotel Guadacorte, nos ilustrará acerca de lo que significa
albergar, gratis et amore y sin posible control, una base militar
británica dotada de toda clase de ingenios al servicio de la
inteligencia militar, a cuatro metros de nuestras casas.
ALBERTO PÉREZ DE VARGAS Vía EUROPA SUR
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