El próximo curso estará lleno de fechas clave, algunas de las cuales marcarán el próximo ciclo de la UE que comenzó con el nombramiento de una nueva cúpula
Sede de la Comisión Europea en Bruselas. (Reuters)
En cierto modo la Unión Europea ya está viviendo en el 2020. Con el
inicio del nuevo ciclo político en la cúpula de la UE a partir del 1 de
diciembre, con Ursula von der Leyen poniéndose a los mandos de la Comisión Europea y con Charles Michel
haciendo lo propio al frente del Consejo Europeo, las instituciones y
la política comunitaria echaron a rodar ya psicológicamente en el 2020.
Como en España, en Europa hace mucho tiempo que todas las semanas son “la semana clave” o “histórica”. También todos los años son “el que determinará el futuro de la UE”. Curiosamente en este caso no lo usaremos porque lo más probable es que los dados del destino de la UE durante el próximo curso ya se hayan echado en este 2019 que ahora abandonamos.
Como en España, en Europa hace mucho tiempo que todas las semanas son “la semana clave” o “histórica”. También todos los años son “el que determinará el futuro de la UE”. Curiosamente en este caso no lo usaremos porque lo más probable es que los dados del destino de la UE durante el próximo curso ya se hayan echado en este 2019 que ahora abandonamos.
Cinco lecciones de 2019 que la UE tiene que aprender ante la crisis que viene
Nacho Alarcón. Bruselas
Nadie se pregunta, ni en Bruselas ni en Roma, si Matteo Salvini llegará a ser primer ministro de Italia,
sino cuánto tardará en serlo. Puede que una buena parte de la respuesta
a esa pregunta llegue con las elecciones regionales de Emilia-Romaña,
que se celebran el 26 de enero de 2020.
Emilia-Romaña es una región históricamente de izquierdas, en la que su gobernador, el socialdemócrata Stefano Bonaccini, cuenta con una muy alta popularidad, un 73%, algo absolutamente extraño en la política italiana. Incluso es bastante apreciado por los votantes conservadores. Pero eso no impide que la candidata derechista Lucia Borgonzoni, de la Lega, esté disputándole mano a mano la elección.
La razón es sencilla: ya no importa qué se está votando, en Italia es todo ya una batalla campal entre derechas e izquierdas. Se da por hecho que una victoria de la Lega en Emilia-Romaña podría acelerar el derrumbamiento del Gobierno que este verano se improvisó entre los anti-establishment del Movimento 5 Stelle (M5S) y los socialdemócratas del Partito Democratico (PD) para evitar unas elecciones de las que, con toda seguridad, Salvini saldría como primer ministro.
Si la lista de centro-izquierda logra retener la victoria, el Gobierno italiano contará con un respiro y algo más de tiempo de vida que, sin duda, tranquilizará a los socios europeos, que temen la llegada de Salvini al Gobierno por la experiencia vivida durante su periodo como ministro del Interior: con acusaciones continuas, mensajes euroescépticos y nula colaboración con sus socios europeos.
Además, aunque Salvini haya asegurado que bajo ningún concepto es su intención, persisten las dudas sobre si el plan oculto de la Lega es, llegado un determinado momento, plantear la salida de Italia del euro. Las negaciones de estas acusaciones por parte de Salvini sirven de poco, teniendo en cuenta que sus principales gurús económicos, situados en la esfera anti-euro, defienden que la salida de la Eurozona debe hacerse en secreto.
El 3 de febrero se celebrará una nueva vista sobre las euroordenes contra Carles Puigdemont, Toni Comín y Lluís Puig, que quedarían finalmente suspendidas para los dos primeros si acaban convirtiéndose en eurodiputados y por lo tanto cuentan con la inmunidad que ello les otorga.
El Parlamento Europeo puede retirar la inmunidad a algunos de sus miembros, pero ello conlleva un proceso lento después de que las autoridades españolas presenten un suplicatorio a la institución europea, que debe celebrar una serie de audiencias y votaciones.
Febrero y finales de junio: Brexit y guillotina
Si nada lo impide, el próximo 1 de febrero de 2020 el Reino Unido ya no seguirá formando parte de la Unión Europea. Será, por tanto, el final de la primera parte del culebrón del Brexit: la negociación y culminación del proceso del divorcio. Ha sido doloroso y lento, pero el 31 de enero debería llegar a su fin.
Ahora quedan las negociaciones sobre relaciones futuras, es decir, acordar un tratado de libre comercio entre el Reino Unido y la Unión Europea, un trabajo titánico y muy complejo en el que Londres no tiene demasiada experiencia pero en la que Bruselas está muy versada.
Estas negociaciones se celebran durante el llamado ‘periodo transitorio’, un periodo durante el cual el Reino Unido sigue contando con los beneficios de la UE (es, básicamente, un reflejo de la membresía) pero sin formar parte del club, sin voz ni voto en las instituciones. Este periodo finaliza el 31 de diciembre de 2020, otra de las fechas clave del próximo curso.
¿Es posible cerrar un acuerdo comercial en 11 meses? Quizás, pero seguramente uno muy básico, que elimine tarifas pero que no cubra servicios, que debería ser uno de los principales objetivos británicos en esta negociación.
Sin embargo hay otra fecha clave, más importante quizás que la del 31 de enero. A las doce de la noche del día 1 de julio finalizará el periodo en el que el Gobierno británico puede pedir una prórroga del periodo transitorio, que puede ser de uno o dos años más.
Por ahora Boris Johnson, primer ministro británico, ha negado que vaya a pedir dicha prórroga y, de hecho, se prepara para convertir en ley la limitación del periodo transitorio, aunque con la mayoría con la que cuenta podría deshacer esa decisión más adelante.
Sin embargo la Comisión Europea trabaja sobre la asunción de que Johnson no va a cambiar de posición y se va a negar a pedir una prórroga. Por eso los técnicos del Ejecutivo comunitario ya trabajan en ver cuáles son los puntos clave para intentar salvar el barco con un acuerdo de mínimos que impidan una réplica de un Brexit sin acuerdo el 1 de enero de 2021.
Uno de los grandes asuntos pendientes para 2020 es la negociación del Marco Financiero Plurianual (MFP), una especie de “cajón” en el que se decide el tamaño del presupuesto de la Unión Europea para el periodo que comprende entre 2021 y 2027. Hasta ahora ha sido imposible llegar a un acuerdo porque con el Brexit las cuentas van a tener un agujero de 65.000 millones de euros que antes aportaba Londres, y los Veintisiete no se deciden sobre el tamaño que debe tener el presupuesto y qué partidas deben recortarse.
Tras la desastrosa propuesta de la presidencia finlandesa, Michel se ha puesto personalmente a los mandos de la negociación y está previsto que a finales de febrero se celebre una cumbre maratoniana en la que los líderes tratarán de cerrar el paquete.
Si no es posible entonces, el siguiente objetivo, según fuentes diplomáticas, es lograr un acuerdo final sobre el MFP antes de la presidencia alemana del Consejo de la Unión Europea, que comienza el 1 de junio.
La propuesta finlandesa es del 1,07% de la renta nacional bruta (GNI, por sus siglas en inglés) de la UE, muy por debajo de la petición casi imposible del 1,30% del GNI que propone el Parlamento Europeo y del 1,11% que pone sobre la mesa la Comisión Europea. El Gobierno español ambiciona un MFP ligeramente por encima de lo que propone Bruselas.
Para el Ejecutivo de Pedro Sánchez la prioridad es evitar los recortes excesivos en la Política Agraria Común (PAC) y en los fondos de cohesión. Los Estados miembros más ortodoxos buscan recortar las partidas tradicionales para dedicar más dinero a otros proyectos nuevos, especialmente relacionados con la protección de las fronteras y la nueva prioridad climática.
El 6 y 7 de mayo los líderes de la Unión Europea celebrarán una cumbre extraordinaria en la ciudad de Zagreb organizada por la presidencia croata. El menú sobre la mesa serán los Balcanes, un tema especialmente delicado desde que Francia vetara el inicio de las negociaciones de adhesión de Macedonia del Norte y Albania, a pesar de que los dos países, y especialmente el primero, habían cumplido con los compromisos que le habían solicitado sus socios europeos.
Será, además, una oportunidad para debatir sobre el rol de la UE como una fuerza geoestratégica. Rusia y China están tremendamente interesadas en los Balcanes, y Moscú ha mostrado su interés en desestabilizar la región con tal de alejarla de Europa. Por eso los líderes afrontan esta cita como clave: la UE debe ser capaz de ser un factor estabilizador en la región. Muchos creen, a raíz del veto francés, que es la oportunidad de establecer un mecanismo mucho más fuerte de cooperación con países que no están entre los candidatos a entrar en el club que permita a Bruselas ejercer una influencia real sobre la región.
Polonia, uno de los socios más problemáticos del club europeo y que tiene activado el artículo 7 de los Tratados por sus intentos de minar la independencia judicial, celebra elecciones en mayo de 2020, con el actual presidente Andrej Duda pudiendo ser reelegido.
Será una nueva oportunidad para medir las fuerzas de una oposición dividida y que no encuentra un nombre tras el que unificarse de forma clara. Plataforma Cívica, la formación del expresidente del Consejo Europeo Donald Tusk, es el principal partido opositor y tratará de plantar cara a Duda en una segunda ronda.
Berlín le está dando una especial importancia a la presidencia rotatoria del Consejo de la Unión Europea que recaerá en mano alemanas el próximo 1 de junio de 2020. Muchas voces creen que no habrá crisis de Gobierno en Alemania porque Angela Merkel quiere llegar como canciller a la presidencia del Consejo.
Lo interesante será ver para qué, cuál es la razón por la que Berlín muestra ambiciones respecto a este encargo. Hasta ahora Alemania está bloqueando progresos importantes en algunos elementos, como por ejemplo el Fondo de Garantía de Depósitos (EDIS), un elemento clave que es necesario para completar la Unión Bancaria y sobre el que solo Olaf Scholz, ministro de Finanzas alemán, se ha mostrado dispuesto a hablar, con la oposición tácita o explícita de otros miembros del Gobierno.
En junio finalizan los dos años y medio de mandato de Mário Centeno al frente de la presidencia del Eurogrupo, de la que se hizo cargo en diciembre de 2017, dando por finalizada así la era de Jeroen Dijsselbloem, por entonces ministro de Finanzas holandés.
Hasta el momento la presidencia de Centeno no ha estado marcada precisamente por el éxito: no ha logrado avances sustanciales en ninguno de los campos primordiales, y su principal victoria es un acuerdo franco-alemán para un instrumento presupuestario europeo para la competitividad (BICC, por sus siglas en inglés) de un tamaño mínimo y sin capacidad estabilizadora.
Nadia Calviño, ministra de Economía española, es uno de los nombres favoritos en Bruselas cuando se habla de posibles relevos a Centeno que, sin embargo, podría optar a continuar en el cargo.
NACHO ALARCÓN Vía EL CONFIDENCIAL
Emilia-Romaña es una región históricamente de izquierdas, en la que su gobernador, el socialdemócrata Stefano Bonaccini, cuenta con una muy alta popularidad, un 73%, algo absolutamente extraño en la política italiana. Incluso es bastante apreciado por los votantes conservadores. Pero eso no impide que la candidata derechista Lucia Borgonzoni, de la Lega, esté disputándole mano a mano la elección.
La razón es sencilla: ya no importa qué se está votando, en Italia es todo ya una batalla campal entre derechas e izquierdas. Se da por hecho que una victoria de la Lega en Emilia-Romaña podría acelerar el derrumbamiento del Gobierno que este verano se improvisó entre los anti-establishment del Movimento 5 Stelle (M5S) y los socialdemócratas del Partito Democratico (PD) para evitar unas elecciones de las que, con toda seguridad, Salvini saldría como primer ministro.
A Matteo Salvini se le rebelan las sardinas: "La otra Italia se ha despertado"
Irene Savio. Roma
El
movimiento de las sardinas, que nació espontáneamente y no quiere ser
vinculado a partido alguno, está sacudiendo a Italia de norte a sur con
el desafío de plantar cara Matteo Salvini
Si la lista de centro-izquierda logra retener la victoria, el Gobierno italiano contará con un respiro y algo más de tiempo de vida que, sin duda, tranquilizará a los socios europeos, que temen la llegada de Salvini al Gobierno por la experiencia vivida durante su periodo como ministro del Interior: con acusaciones continuas, mensajes euroescépticos y nula colaboración con sus socios europeos.
Además, aunque Salvini haya asegurado que bajo ningún concepto es su intención, persisten las dudas sobre si el plan oculto de la Lega es, llegado un determinado momento, plantear la salida de Italia del euro. Las negaciones de estas acusaciones por parte de Salvini sirven de poco, teniendo en cuenta que sus principales gurús económicos, situados en la esfera anti-euro, defienden que la salida de la Eurozona debe hacerse en secreto.
Principios de febrero: euroordenes
El 3 de febrero se celebrará una nueva vista sobre las euroordenes contra Carles Puigdemont, Toni Comín y Lluís Puig, que quedarían finalmente suspendidas para los dos primeros si acaban convirtiéndose en eurodiputados y por lo tanto cuentan con la inmunidad que ello les otorga.
El Parlamento Europeo puede retirar la inmunidad a algunos de sus miembros, pero ello conlleva un proceso lento después de que las autoridades españolas presenten un suplicatorio a la institución europea, que debe celebrar una serie de audiencias y votaciones.
Puigdemont y Comín ya cuentan con la acreditación temporal como eurodiputados
Alicia Alamillos
El
Parlamento Europeo da este viernes inicio a los trámites para acreditar
como eurodiputados a los catalanes Carles Puigdemont y Toni Comín, a
los que ya ha dado una acreditación temporal
Febrero y finales de junio: Brexit y guillotina
Si nada lo impide, el próximo 1 de febrero de 2020 el Reino Unido ya no seguirá formando parte de la Unión Europea. Será, por tanto, el final de la primera parte del culebrón del Brexit: la negociación y culminación del proceso del divorcio. Ha sido doloroso y lento, pero el 31 de enero debería llegar a su fin.
Ahora quedan las negociaciones sobre relaciones futuras, es decir, acordar un tratado de libre comercio entre el Reino Unido y la Unión Europea, un trabajo titánico y muy complejo en el que Londres no tiene demasiada experiencia pero en la que Bruselas está muy versada.
Estas negociaciones se celebran durante el llamado ‘periodo transitorio’, un periodo durante el cual el Reino Unido sigue contando con los beneficios de la UE (es, básicamente, un reflejo de la membresía) pero sin formar parte del club, sin voz ni voto en las instituciones. Este periodo finaliza el 31 de diciembre de 2020, otra de las fechas clave del próximo curso.
Todo lo que hizo Boris de joven debería estudiarse en las escuelas de negocios
Carlos Prieto
Colegios
de élite, periodismo malicioso y bufonadas televisivas. Del niño pijo a
hombre del pueblo. De Eton al fervor de las masas. A su manera. La
creación de la marca Boris
¿Es posible cerrar un acuerdo comercial en 11 meses? Quizás, pero seguramente uno muy básico, que elimine tarifas pero que no cubra servicios, que debería ser uno de los principales objetivos británicos en esta negociación.
Sin embargo hay otra fecha clave, más importante quizás que la del 31 de enero. A las doce de la noche del día 1 de julio finalizará el periodo en el que el Gobierno británico puede pedir una prórroga del periodo transitorio, que puede ser de uno o dos años más.
A
las doce de la noche del día 1 de julio finalizará el periodo en el que
el Gobierno británico puede pedir una prórroga del periodo transitorio,
que puede ser de uno o dos años más
Por ahora Boris Johnson, primer ministro británico, ha negado que vaya a pedir dicha prórroga y, de hecho, se prepara para convertir en ley la limitación del periodo transitorio, aunque con la mayoría con la que cuenta podría deshacer esa decisión más adelante.
Sin embargo la Comisión Europea trabaja sobre la asunción de que Johnson no va a cambiar de posición y se va a negar a pedir una prórroga. Por eso los técnicos del Ejecutivo comunitario ya trabajan en ver cuáles son los puntos clave para intentar salvar el barco con un acuerdo de mínimos que impidan una réplica de un Brexit sin acuerdo el 1 de enero de 2021.
Finales de febrero: Negociación del MFP
Uno de los grandes asuntos pendientes para 2020 es la negociación del Marco Financiero Plurianual (MFP), una especie de “cajón” en el que se decide el tamaño del presupuesto de la Unión Europea para el periodo que comprende entre 2021 y 2027. Hasta ahora ha sido imposible llegar a un acuerdo porque con el Brexit las cuentas van a tener un agujero de 65.000 millones de euros que antes aportaba Londres, y los Veintisiete no se deciden sobre el tamaño que debe tener el presupuesto y qué partidas deben recortarse.
Tras la desastrosa propuesta de la presidencia finlandesa, Michel se ha puesto personalmente a los mandos de la negociación y está previsto que a finales de febrero se celebre una cumbre maratoniana en la que los líderes tratarán de cerrar el paquete.
Si no es posible entonces, el siguiente objetivo, según fuentes diplomáticas, es lograr un acuerdo final sobre el MFP antes de la presidencia alemana del Consejo de la Unión Europea, que comienza el 1 de junio.
La propuesta finlandesa es del 1,07% de la renta nacional bruta (GNI, por sus siglas en inglés) de la UE, muy por debajo de la petición casi imposible del 1,30% del GNI que propone el Parlamento Europeo y del 1,11% que pone sobre la mesa la Comisión Europea. El Gobierno español ambiciona un MFP ligeramente por encima de lo que propone Bruselas.
Para el Ejecutivo de Pedro Sánchez la prioridad es evitar los recortes excesivos en la Política Agraria Común (PAC) y en los fondos de cohesión. Los Estados miembros más ortodoxos buscan recortar las partidas tradicionales para dedicar más dinero a otros proyectos nuevos, especialmente relacionados con la protección de las fronteras y la nueva prioridad climática.
Principios de mayo: cumbre de Zagreb
El 6 y 7 de mayo los líderes de la Unión Europea celebrarán una cumbre extraordinaria en la ciudad de Zagreb organizada por la presidencia croata. El menú sobre la mesa serán los Balcanes, un tema especialmente delicado desde que Francia vetara el inicio de las negociaciones de adhesión de Macedonia del Norte y Albania, a pesar de que los dos países, y especialmente el primero, habían cumplido con los compromisos que le habían solicitado sus socios europeos.
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días antes de la DUI, la escritora advertía de que "el virus
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Será, además, una oportunidad para debatir sobre el rol de la UE como una fuerza geoestratégica. Rusia y China están tremendamente interesadas en los Balcanes, y Moscú ha mostrado su interés en desestabilizar la región con tal de alejarla de Europa. Por eso los líderes afrontan esta cita como clave: la UE debe ser capaz de ser un factor estabilizador en la región. Muchos creen, a raíz del veto francés, que es la oportunidad de establecer un mecanismo mucho más fuerte de cooperación con países que no están entre los candidatos a entrar en el club que permita a Bruselas ejercer una influencia real sobre la región.
Mayo: presidenciales en Polonia
Polonia, uno de los socios más problemáticos del club europeo y que tiene activado el artículo 7 de los Tratados por sus intentos de minar la independencia judicial, celebra elecciones en mayo de 2020, con el actual presidente Andrej Duda pudiendo ser reelegido.
Polonia y Estonia arrasan en el informe PISA. ¿Pero cuál es su verdadero truco?
Miguel Á. Gayo Macías. CracoviaSerá una nueva oportunidad para medir las fuerzas de una oposición dividida y que no encuentra un nombre tras el que unificarse de forma clara. Plataforma Cívica, la formación del expresidente del Consejo Europeo Donald Tusk, es el principal partido opositor y tratará de plantar cara a Duda en una segunda ronda.
Principios de junio: presidencia alemana
Berlín le está dando una especial importancia a la presidencia rotatoria del Consejo de la Unión Europea que recaerá en mano alemanas el próximo 1 de junio de 2020. Muchas voces creen que no habrá crisis de Gobierno en Alemania porque Angela Merkel quiere llegar como canciller a la presidencia del Consejo.
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Los
combativos Jóvenes Socialistas y su líder, Kevin Kühnert, aspiran a
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centro. ¿Podrán evitar el ocaso político del partido?
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Junio: elección del presidente del Eurogrupo
En junio finalizan los dos años y medio de mandato de Mário Centeno al frente de la presidencia del Eurogrupo, de la que se hizo cargo en diciembre de 2017, dando por finalizada así la era de Jeroen Dijsselbloem, por entonces ministro de Finanzas holandés.
Hasta el momento la presidencia de Centeno no ha estado marcada precisamente por el éxito: no ha logrado avances sustanciales en ninguno de los campos primordiales, y su principal victoria es un acuerdo franco-alemán para un instrumento presupuestario europeo para la competitividad (BICC, por sus siglas en inglés) de un tamaño mínimo y sin capacidad estabilizadora.
Nadia Calviño, ministra de Economía española, es uno de los nombres favoritos en Bruselas cuando se habla de posibles relevos a Centeno que, sin embargo, podría optar a continuar en el cargo.
NACHO ALARCÓN Vía EL CONFIDENCIAL
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