El día que la progresía descubra las afinidades entre el socialismo y el fascismo, no volverá a aludirlo
Alberto Pérez de Vargas
El día que la
progresía descubra las sólidas afinidades entre el socialismo y el
fascismo, sus entusiastas admiradores acordarán tácitamente no volver a
aludirlo. Pero mientras la “intelligentsia” de la izquierda divina no
caiga en la cuenta, la alusión al invento de Mussolini, será constante.
Tal vez ni siquiera sepan que los tres nombres con los que fue inscrito
Mussolini en el Registro –Benito, Almicare y Andrea– estaban inspirados
en la historia del socialismo, del que su padre era, como lo sería él
mismo, un efusivo militante. Benito por Juárez (1806-1872), reformista
revolucionario mexicano de etnia indígena; Almicare por Cipriani
(1844-1918), celebre conspirador socialista, y Andrea por Costa
(1851-1910) (en realidad Benito Carbajal), pionero del socialismo
italiano.
La derecha, heredera del
conservadurismo cristiano demócrata y del liberalismo, muestra muy
escasas coincidencias con el fascismo. Sin embargo los exabruptos e
insultos que contiene el tropo fascista, siempre
circulan de izquierda a derecha. Es sorprendente que muchos comunistas
acudan al calificativo fascista para desacreditar la opinión del
interlocutor, cuando éste se sitúa a la derecha del espectro político.
La axiomática comunista seguramente alcanzaría más de un setenta por
ciento de coincidencias con la fascista. Pero, no es cuestión de
limitarse a cuestiones de naturaleza ideológica.
No hay que escalar
hasta la Rusia soviética, ni detenerse en Lenin o Stalin, podemos
quedarnos en Italia (o en España), donde sin contabilizar los asesinatos
de miles de italianos ordenados por el presidente comunista de
Yugoslavia, Josip Broz «Tito» (1892-1980), se han documentado 50.380
asesinatos perpetrados por organizaciones comunistas, concretamente por
la Brigada Garibaldi, cuyos comisarios políticos se curtieron en España,
en las filas de las Brigada Internacionales.
Digo todo esto para abundar en el sinsentido de las numerosas alusiones
al fascismo que el chief Fabian Picardo y sus deudos y servidores, junto
a algunos actores del documental “Gibraltar, los años del bloqueo”,
hacen en los medios. No sé qué tuvo que ver el cierre de la verja con el
fascismo, cuando el motivo no fue otro que la respuesta al
incumplimiento de las leyes por parte del Reino Unido, que colmó un
proceso encaminado a la emancipación de la colonia, permitiendo la
redacción de una especie de Constitución para remedar una imposible
independencia.
ALBERTO PÉREZ DE VARGAS Vía EUROPA SUR
No hay comentarios:
Publicar un comentario