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miércoles, 9 de noviembre de 2016

TRUMP Y LA COMUNICACIÓN ANTISISTEMA

ANDREW KELLY / REUTERS

No entendí el tuit con el que Pablo Iglesias recibió la victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos: "La vacuna frente al fascismo de Trump es justicia social y derechos humanos, no más establishment. Hay un pueblo de los EEUU que resistirá". Pero ¿no ha sido el "pueblo de los EEUU" el que le acaba de elegir presidente del país?
Dice Iglesias "no más establishment", pero Trump ha conseguido la presidencia sin su partido, sin los medios de comunicación tradicionales, sin los empresarios, sin los banqueros, sin los mercados financieros, sin el mundo de la cultura y del espectáculo, sin los deportistas... Es decir, sin la mayor parte de lo que se considera tradicionalmente como establishment.
Ha contado con el apoyo de emisoras de televisión, más por audiencia que por afinidad ideológica, y de organizaciones legales -Asociación Nacional del Rifle-, o clandestinas -Ku Klux Klan-. Pero me resisto a creer que movimientos de este cariz sean capaces de movilizar a decenas de millones de norteamericanos.
Hay algo mucho más profundo en las tendencias sociales que todavía se escapa al análisis. Las previsiones que se hacen de los acontecimientos necesitan nuevos parámetros que todavía no sabemos, o no podemos, calibrar. El fracaso de las predicciones sobre el resultado de estas elecciones es el último ejemplo. Pero tenemos muy recientes otros dos fiascos memorables: el referéndum sobre el proceso de paz en Colombia y la consulta sobre la salida del Reino Unido de la Unión Europea. En ambos casos, las posturas defendidas por el establishment -o lo que también se llama el sistema- fueron derrotadas por las opciones que menos interesaban al poder establecido.
Ahora analizamos las posibles causas del triunfo de Donald Trump: Hillary no logró movilizar a las minorías étnicas agraviadas por el presidente electo, como los hispanos. Tampoco concitó el interés masivo de las mujeres, a pesar de ser mujer y su contrincante, un misógino declarado. Trump se llevó de calle a la mayoría wasp de todas las clases sociales...
Pero ¿por qué nadie -prácticamente nadie, para ser exactos- previó este resultado? ¿Dónde ha estado, en estas presidenciales y en los dos referéndums comentados más arriba, el fallo? ¿Qué pasa para que las opciones antisistema venzan a las protegidas por el poder?
Una respuesta -yo diría que la respuesta- es internet y el bestial cambio de paradigma que provoca en los flujos informativos de la sociedad. En la Red, los medios del sistema -da igual la ideología- dejan de tener el monopolio de la comunicación Esto supone la desaparición del viejo modelo en el que unas pocas instituciones emisoras de mensajes -diarios, radios, televisiones...- se dirigen a millones de ciudadanos receptores. Y la llegada de otro en el que esos millones de personas interactúan entre sí como emisores y receptores a la vez de contenidos... al margen de cualquier control.
Es un claro cambio de modelo que un youtuber adolescente congregue frente a sus vídeos a 20 millones de jóvenes -un programa de televisión que en España haga una audiencia de tres millones es un éxito-. Como es nuevo que cada hora en el mundo se conecten a Facebook 42 millones de personas, o se envíen 21 millones de tuits y 1.200 millones de whatsapp. Esta continua corriente de mensajes circula ajena a los "canales establecidos", utilizados por los "poderes establecidos" para conformar la opinión pública. Eso ya no sirve. Es la comunicación antisistema.
Para analizar si eso es bueno o malo hay que referirse a los riesgos de lo que se denomina posverdad. Pero eso da para otro comentario.

                                                                              VICENTE LOZANO  Vía EL MUNDO 



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