El Banco de España afronta la mayor crisis de su historia por el caso Bankia. Es el resultado de una sumisión al poder político que comenzó con Aznar y llegó a máximos con Zapatero
Parafraseando a Mario Vargas Llosa, ¿en qué momento se jodió el Banco de España? ¿En qué momento comenzó la deriva del BdE que culminó en el rescate financiero de España en 2012 y de la que ahora su cúpula tendrá que responder en el caso Bankia? El timón empezó a girar durante el Gobierno de José María Aznar cuando Jaime Caruana era gobernador, pero las distintas fuentes coinciden en que la cuesta abajo coincidió con la llegada de Miguel Ángel Fernández Ordóñez a ese puesto. El cáncer de la institución ha sido plegarse a las directrices políticas en vez de hacer caso a las advertencias de los inspectores, y eso es lo que ha acabado con la mayor crisis de los más de 140 años de historia de la institución.
La imputación de la cúpula del BdE quiebra todo el sistema de supervisión financiera
El primer paso que inició el camino hacia la crisis actual fue la decisión que tomó Caruana en 2004 de prescindir de los informes firmados por los inspectores a la hora de tomar decisiones sobre las entidades. En su lugar, son los jefes del departamento correspondiente los que elaboran un nuevo tipo de informe llamado ICE (Informe para la Comisión Ejecutiva). Y esos jefes no siempre incorporan los argumentos y advertencias de los inspectores.
Pero el cambio de rumbo definitivo se produjo con la llegada de MAFO, militante socialista que había ocupado varios cargos en los Gobiernos de Felipe González, en julio de 2006. Hasta ese momento, esa dirección general -la clave de bóveda del supervisor- siempre había sido ocupada por un inspector de carrera. Pero nada más desembarcar en el cargo, el nuevo gobernador desterró a Pedro Pablo Vilasante, el entonces director general de supervisión, a la AEB. Y lo sustituyó por Javier Aríztegui (uno de los imputados esta semana por la Audiencia Nacional), un hombre que provenía del área de estudios y había entrado en la institución por concurso de méritos, no por oposición. En vez de profesionales de la inspección, se colocaba a alguien de perfil político afín al Ejecutivo de Zapatero.
El Banco de Aríztegui y Martínez Tello
Con ese bagaje, Aríztegui inició una carrera meteórica. En 2009 presentó su dimisión el subgobernador José Viñals
por su desacuerdo con la creación del FROB (Fondo de Reestructuración
Ordenada bancaria), el vehículo que iba a centralizar las ayudas
públicas al sector y el rescate de las entidades inviables tras el caos
que había sido la intervención de la primera víctima de la crisis
financiera, Caja Castilla-La Mancha. En este caso, se le buscó 'acomodo'
en el FMI. Y MAFO aprovechó la oportunidad para ascender a su hombre de
confianza al puesto de número dos de la institución.Esa fue la consigna que impuso al frente de la dirección general, y promocionó a los inspectores que aceptaron sin rechistar sus consignas, que pasaron a ser conocidos dentro del organismo como "los apaches" en un juego de palabras con su nombre. Los que no se plegaron y pugnaron por hacer valer las advertencias sobre la fragilidad del sistema financiero español empezaron a movilizarse con cartas al gobernador y denuncias públicas de la situación: "No nos están escuchando y esto puede acabar muy mal", decían. Incluso encontraron el apoyo del entonces presidente de la CECA (la confederación de las cajas), Juan Ramón Quintás, firme partidario de una recapitalización global del sector en 2009 (lo que se llamó "manguerazo"). Quintás también se cansó de predicar en el desierto y dimitió en marzo de 2010, también presionado por el Gobierno.
Salvar el caladero de empleo de los políticos
¿Por qué era tan importante salvar las cajas? La versión oficial es que suponían el 50% del sistema financiero y su caída podía haber tenido consecuencias catastróficas para la economía. La versión extraoficial es que eran el gran caladero de empleo de los políticos de todos los partidos (había cajas de todos los colores en función de la región, y en los consejos siempre había asientos también para la oposición). Y no solo de ellos, sino también de sus familias: "Todas las mujeres y cuñados inútiles de los políticos estaban colocados en las fundaciones, las participadas, la obra social..., puestos en los que no hacían nada y cobraban grandes nóminas", según otra de las fuentes consultadas. Este sistema exigía que los políticos de un partido apoyaran a los contrarios, un sistema engrasado con prebendas como las tarjetas 'black' o consejos de participadas cuasificticias.La oportunidad de Linde
Martínez Tello se prejubiló ese año y pasó a ser "asesor" del nuevo subgobernador, Fernando Restoy (también imputado en el caso Bankia, pero en este caso por su papel en la CNMV, de la que era vicepresidente en ese momento). Pero el sustituto de MAFO como gobernador, Luis Linde, nombró como director general de supervisión otra vez a alguien que no venía de la inspección como Aríztegui, Mariano José Herrera, y que ha mantenido la línea de sumisión a los poderes políticos. Herrera ha dimitido esta semana por la decisión de la Audiencia Nacional, al igual que su adjunto, Pedro Comín.Por el contrario, los inspectores 'rebeldes' creen que se deberían recoger firmas en apoyo de los inspectores que con sus denuncias han permitido llegar hasta aquí (Casaus, Sánchez Noguera, Busquets) y piden que se recupere para la dirección general a un 'duro' histórico del supervisor, Luis Lorenzo Olmeda, al que Aríztegui desterró al Fondo de Garantía de Depósitos en 2010 por sus enfrentamientos con varias entidades importantes. De momento, Linde ha aplazado la decisión; la comisión ejecutiva del martes simplemente aceptó las dimisiones sin nombrar sustitutos. Y no olvidemos que el BCE tiene las competencias de supervisión y es probable que tenga algo que decir en esta crisis.
EDUARDO SEGOVIA Vía EL CONFIDENCIAL
No hay comentarios:
Publicar un comentario