En mayo de este 2017 se cumple un siglo de las apariciones en Fátima
Papas como Pio XI o Juan Pablo II ya citaron en algunas de sus alocuciones a María como “corredentora”. También Francisco se ha referido con este término a la Virgen en alguna ocasión. Y aunque entre los católicos existe una gran devoción a la Madre de Dios como “corredentora” no es algo que esté reconocido todavía oficialmente por la Iglesia.
La Asociación Internacional Mariana, una organización de más de 100 importantes teólogos entre los que hay cardenales, obispos, sacerdotes y líderes laicos, ha presentado un documento realizado por su Comisión Teológica en el que hace una petición formal al Papa Francisco para que “honre y reconozca a María como ‘Corredentora con Jesús el Redentor’” precisamente en 2017, “durante el centésimo aniversario de las apariciones de Fátima”.
La “corredención” y las apariciones en Fátima
Y, ¿por qué precisamente este año? Según los teólogos, “las apariciones históricas de Nuestra Señora del Rosario en Fátima son en sí una manifestación poderosa de la Corredención de Nuestra Señora en acción”. Y recuerdan que “el centro del mensaje de Fátima es un llamado mariano a la corredención para todos los cristianos al ofrecer oración, penitencia, y sacrificio en reparación a Dios y por la conversión de los pecadores y la salvación de las almas, especialmente las más necesitadas de la misericordia de Dios”.
El texto de la Asociación Internacional comienza afirmando que “María, la Virgen Inmaculada de Nazaret, por su “sí” libre y femenino, consintió la concepción del Verbo divino en su vientre por el poder del Espíritu Santo, y así mediando al mundo al “único mediador” (cf. 1 Tim 2,5), trajo la salvación a toda la humanidad”.
Por ello, los teólogos que firman el texto indican que “en plena obediencia y fidelidad con nuestro Santo Padre, muy humildemente le pedimos al Papa Francisco, que durante este año 2017 del aniversario de Fátima, y en continuidad con los precedentes de los papas Pio XI y San Juan Pablo II, generosamente le conceda el reconocimiento público y honor al rol de la Santísima Virgen María, por su cooperación humana única con el único y divino Redentor en la obra de la Redención como ‘Corredentora con Jesús el Redentor’”.
“Se derramarían gracias sin precedentes”
En su opinión, este reconocimiento “celebraría merecidamente el rol de la humanidad en el plan de salvación de Dios y en consecuencia se derramarían gracias sin precedentes por el ejercicio aún más poderoso de los roles de intercesión maternos de Nuestra Señora, por la Iglesia y toda la humanidad”.
¿Por qué debe concederse este nuevo título a la Virgen? La propia comisión hace un resumen con los seis puntos más importantes que extrae del documento. Estos son:
1. El consentimiento libre de María de traer a Jesús al mundo (cf. Lc 1,38), es el comienzo de su participación única y singular con y bajo Jesús, en la misión de la Redención de la humanidad.
2. La participación singular de María con Jesús en la obra de la Redención, depende completamente de los méritos infinitos de Jesús como el único Redentor divino. La participación de María en la obra de la Redención por Jesús de ninguna manera oscurece o disminuye su victoria redentora, sino más bien manifiesta su poder fructífero.
3. La participación de María en la Redención es prefigurada en la “mujer” del Génesis 3,15 y su “semilla” de la victoria, quien tendrá la victoria sobre Satanás y la semilla del pecado y de la muerte.
4. La misión actual de María con su Hijo Redentor se manifiesta en la Presentación (cf. Lc 2,15) y culmina en el Calvario (cf. Jn 19,25-27), en donde María comparte la intensidad de los sufrimientos de Jesús en su corazón y “consintiendo amorosamente en la inmolación de la víctima que ella misma había engendrado” (Concilio Vaticano II, Lumen Gentium, 58, 62).
5. El desarrollo tradicional de la doctrina de la Corredención de María con Jesús, tiene sus inicios con el concepto de la Iglesia naciente de “la Nueva Eva”; La unión de los sufrimientos de María con los de Jesús en el Calvario y el título “redentora” (siglo X); la compasión de María, siendo “co-crucificada” con Jesús (siglo XII); el título de “corredentora” (siglo XV); la época de oro de Corredentora (siglo XVII), que abrió paso a la enseñanza del oficio del siglo XIX por el Magisterio papal y el uso repetitivo del título Corredentora, por los papas Pío XI y San Juan Pablo II.
6. El prefijo en latín “co” significa “con” y no “igual a”. El título de Corredentora de ninguna manera coloca a María al par con Jesucristo, el único Redentor divino, ya que al hacer esto se constituye una herejía y una blasfemia. El título de Corredentora no tiene sentido sin Jesús el Redentor, e intrínsecamente se enfoca en la cruz de Jesucristo. María Corredentora proclama al mundo que el sufrimiento unido con el de Jesús tiene el poder de redimir.
JAVIER LOZANO Vía CARI FILII
Si quiere leer el documento íntegro de la Comisión Teológica de la Asociación Internacional Mariana pinche AQUÍ
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