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miércoles, 5 de diciembre de 2018

EL FRACASO ES TODO SUYO, SEÑOR SÁNCHEZ

Si es aceptable recibir el voto del 'abertzalismo', del independentismo y del populismo izquierdista, ¿por qué no habría de serlo también que la extrema derecha concurriese al festín político nacional?


El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez. (EFE)


Pedro Sánchez ha persistido en una pésima interpretación de la moción de censura que le llevó a la presidencia del Gobierno. La llamada 'coalición de rechazo' (que incluía, además de a Unidos Podemos, al PNV, a Bildu y a los partidos independentistas catalanes) prosperó porque se trataba de echar a Mariano Rajoy, pero no de investirle a él. Acceder a la jefatura del Gobierno por esa vía era legal y legítimo, pero políticamente implicaba lo que el propio Sánchez prometió: convocar elecciones “cuanto antes”. Al no hacerlo y pretender un proyecto de gobierno hasta el fin de legislatura dependiendo del secesionismo catalán, Sánchez se introdujo en un camino sin salida, traspasando unas líneas rojas antes respetadas en la política democrática española.

La respuesta a este planteamiento disparatado y a las políticas erráticas de su Gobierno (por ejemplo, en inmigración) se produjo el domingo en Andalucía en unos términos rotundos que alcanzaron a la 'otra' izquierda —la extrema y populista de UP—, que se desplomó proporcionalmente tanto como el propio PSOE. Los andaluces que acudieron a votar —habrá que saber por qué no lo hizo el 41% del censo— solo premiaron a Ciudadanos e hicieron emerger ruidosamente a Vox, paliando el castigo al PP, de forma que el bloque de estos tres partidos (59 escaños de 109) sobrepasó a las izquierdas con amplitud.


Juanma Romero

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