Translate

sábado, 15 de diciembre de 2018

LAS TRES DERECHAS


/ULISES CULEBRO


Ya se oyen los pasos de la derecha, de "las tres derechas", dice Pablo Iglesias; no la de Mariano Rajoy, que era blandita y socialdemócrata, sino de nuevas derechas más duras, sin complejos. Aznar lo ha confirmado: hay un giro a la derecha, entre otras razones porque hay un golpe de Estado sin resolver.

La nueva tendencia ideológica se ha confirmado en Andalucía, bastión histórico del PSOE, donde ha logrado mayoría de gobierno. José María Aznar solía decir que no se perdona que un joven de derechas tenga éxito; ahora lo que no se perdona es que lo tenga un joven o un viejo de izquierdas. Hay que teclear con cuidado para que no te descubran secuelas de rojería porque te patean en las redes o en los comentarios del propio periódico donde escribes. La derecha sigue soñando con un país como Francia, donde las banderas estén en las escuelas y hasta en las bodas; la izquierda ha quedado alelada con el nacionalismo y le van a dar muchos tortazos.

Lo que han llamado extrema derecha no se parece a la de la Transición. Éstos no salen como aquéllos con bates de béisbol, ni dan estopa en la zona nacional, ni tienen detrás a la madera ni reconocen otros poderes fácticos que los ciudadanos que los votan.

Ya palmó aquel facha al que cantaba Joaquín Sabina: "Mi vecino de arriba/ es un fulano de tal./ Es un señor muy calvo, muy serio y muy formal/ que va a misa el domingo/ y fiestas de guardar". Los vecinos de arriba que votan a la derecha-derecha ya no hicieron la guerra ni hacen pintadas de "Rojos al paredón" ni reaccionan como el que un día pescó a Joaquín magreando a su hija dentro del ascensor y le dijo: "Quítate el pantalón". "Como hay niños delante/ no les puedo contar/ lo que con su cuchillo/ me quería cortar".

Las nuevas derechas se alejan del centro, son más laicas, rechazan el franquismo, no van de antieuropeas. Han conectado con el estrés de las derechas europeas y levantan banderas de "Españoles primero" contra la inmigración y contra la invasión musulmana. Los activa la amenaza separatista de Cataluña porque temen la ulsterización o balcanización de España, con ese separatismo que emborracha y puede matar.

Las nuevas derechas no se salen del perímetro democrático y, por muy radicales que sean, saben que en lo esencial la política económica no viene dictada por la lucha de clases sino por Bruselas y la supervivencia de Europa y de su moneda, aunque progresistas y conservadores mantengan ese teatro grosero de derecha-izquierda.


                                                                                  RAÚL DEL POZO   Vía EL MUNDO 

No hay comentarios:

Publicar un comentario