El exlíder del PSC Pere Navarro. (EFE)
Llega la hora de la sociedad civil en Cataluña. Luego de cuatro años de dejarse arrastrar por los extremos, con un panorama político fuertemente polarizado, conmigo o contra mí, en los que la moderación no vendía, ni había tercera vía con la que salir a flote, apenas esos 65.000 votos que logró Unió en las elecciones generales del 20 de diciembre y poco más, es decir, después del sombrío panorama de la pasada legislatura, llega el momento de la sociedad civil.
Antiguos líderes políticos como Pere Navarro o el exconsejero convergente Antoni Fernández Teixidó, economistas, intelectuales, académicos… Aquellos que ocupaban banquillo se han quitado el chándal y se han puesto a calentar. No solo para desenmascarar a algunos sectores secesionistas, que tienen en el victimismo su principal arma de defensa, sino también, y sobre todo, para estructurarse en ‘instituciones espejo’ capaces de ocupar el vacío de poder en caso de que el andamiaje independentista comience a desmoronarse.
El proceso de amerizaje se ha acelerado en los últimos días, como se aprecia en las dos instantáneas protagonistas de la jornada del pasado viernes. Mientras unos centenares de independentistas, entre los que se encontraban los ‘jefes’ Artur Mas y Junqueras, entonaban 'Els Segadors' para arropar a la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, a las puertas del Palacio de Justicia en su declaración ante el Tribunal Superior de Cataluña, por la tarde, la Sociedad Económica Barcelonesa de Amigos del País advertía en un manifiesto de que si se acababa “identificando desobediencia y catalanismo, al final saldrá perdiendo el catalanismo”.
Empiezan a surgir ‘instituciones espejo’ capaces de ocupar el vacío de poder en caso de que el andamiaje independentista comience a desmoronarse
A esta sociedad pertenecen, ente otros, el abogado Miquel Roca, el editor de ‘La Vanguardia, Javier Godó, el director general de la Fundación Bancaria La Caixa, Jaume Giró, y el exministro de Industria Joan Majó. “Se debe aspirar a un acuerdo transaccional en el que las partes deben sacrificar algunas de esas peticiones que consideran irrenunciables”, comentan desde la Sociedad de Amigos del País a El Confidencial. “No hay nada mejor que el diálogo, eso que algunos tachan ahora de facha, de muy españolista, para hacer ver la falta de argumentos de los que solo buscan la confrontación”.
Así, a la iniciativa de la Societat Civil Catalana, hoy presidida por Mariano Gomá, fundada en 2014 y con dos años y medio de trayectoria en los que su imagen se ha ido progresivamente deteriorando ante las embestidas del ala independentista, hay que ir sumando otras organizaciones de corte similar nacidas al albur del ya conocido como ‘deshielo catalán’.
Entre estas iniciativas se encuentra la plataforma Portes Obertes del Catalanisme, lanzada el pasado mes de noviembre, “un grupo amplio de personas de procedencia y sensibilidades diversas que entienden el catalanismo como un espacio social compartido en defensa de las aspiraciones sociales y nacionales de los ciudadanos de Cataluña y su participación en la gobernabilidad de España”, cuyo manifiesto aboga por “recuperar un catalanismo plural, abierto e integrador para abordar la profunda crisis institucional y política”.
Entre sus miembros se encuentran Pere Navarro, el exalcalde de Barcelona Jordi Hereu, el exdiputado del PP en Girona Jordi de Juan y el exdirigente de Unió Félix Riera. Nacen como sociedad civil, pero hay quien no descarta que se convierta en formación política si superan el principal de los escollos: la financiación.
En su presentación, estuvieron arropados por el exministro Celestino Corbacho y Josep Antoni Duran i Lleida. El que fuera líder de Unió trata de encontrar su espacio después de ver cómo el partido al que había dedicado su vida se declaraba en quiebra (literalmente) y de verse obligado a recalar en el despacho de abogados de su mujer, cuya sede se encuentra a escasos metros de la delegación del Gobierno que ahora ocupa Enric Millo, hombre al alza en la ciudad condal, quien, paradojas de la vida, fue ‘expulsado’ en su día de Unió por Duran i Lleida tras pillarle en un renuncio por unas declaraciones poco acertadas.
Cima se ha ido apartando de Lliures hasta desaparecer de la escena pública ante la difícil cohabitación de esta plataforma con los intereses de Inés Arrimadas
El otro gran movimiento impulsado desde la sociedad civil es Lliures (Libres), el proyecto que comanda Antoni Fernández Teixidó, exconsejero de Trabajo, Industria, Comercio y Turismo de la Generalitat durante la última etapa de Jordi Pujol y hasta hace poco militante de Convergència. En su manifiesto, ‘Defendiendo las libertades’, esta plataforma se muestra partidaria de un catalanismo “profundo” en oposición a la deriva simplista que ha tomado el proceso soberanista y la “tensión permanente” entre las instituciones catalanas y el Estado. Están a favor de un referéndum acordado, pero no se definen como independentista y rechazan tanto las vías unilaterales como el inmovilismo en la cuestión catalana.
A principios del próximo año, se plantearán también la posibilidad de dar el salto a la arena política y convertirse en partido. Algunos sondeos elaborados ‘ad hoc’ les colocan con presencia en el Parlamento de Cataluña. No obstante, el apoyo que tiene Teixidó en los medios de comunicación, y en especial en el Grupo Godó, no lo está recibiendo de la banca, que se ha puesto de perfil cuando se le ha solicitado capital para levantar el proyecto.
Junto a Teixidó se encuentra Roger Montañola, quien fuera portavoz de Juventud en CiU. Hasta fechas recientes también se tenía a Xavier Cima, marido de Arrimadas, líder de Ciudadanos en Cataluña, como uno de los puntales de esta nueva plataforma. Sin embargo, se ha ido apartando de Lliures hasta prácticamente desaparecer de la escena pública ante la difícil cohabitación de esta plataforma con los intereses políticos de su mujer. Todo ello en un momento delicado para Ciudadanos en esa búsqueda de una nueva identidad.
Las declaraciones más pragmáticas de Arrimadas en torno a la cuestión catalana, en un tono próximo al de Francesc de Carreras, chocan con el discurso de otros padres fundadores de C’s como Boadella o incluso del propio Rivera, que consideran que Ciudadanos solo tiene sentido en su confrontación con el nacionalismo. El papel de Arrimadas se muestra más componedor. En su opinión, había mucho votante que se decantaba por la antigua CDC no tanto por catalanista como por moderado, y Ciudadanos debería pescar en ese caladero si quiere seguir creciendo frente al estancamiento actual. Renovarse o morir.
NACHO CARDERO Vía EL CONFIDENCIAL
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