Translate

miércoles, 21 de diciembre de 2016

ONCE UPON A TIME...IN THE EAST

Inés es coordinadora del partido naranja en Barcelona. Hoy tiene una agenda apretada. Tiene una reunión con una asociación vecinal que viene a pedir ayuda porque varios de sus miembros, afectados por diferentes tipos de disfuncionalidades, llevan más de dos años sin recibir la ayuda a la dependencia por parte del gobierno regional.
Cubos de excrementos 'tiñen' la sede de C's de l'Hospitalet. @CsHospitalet

Amanece un frío día de diciembre. Como cada mañana, Inés se levanta temprano. Elije un modelo sencillo, pero elegante. Atavía apresuradamente su escasa melena y sale disparada hacia el trabajo. "¡Vaya! ¡Otra vez sin desayunar!", exclama al cerrar la puerta.
Abandona el portal en busca de su coche. No recuerda muy bien dónde lo aparcó porque anoche llegó tarde de una Asamblea. Al fin lo encuentra… Oh, no. ¡Otra vez! —grita al cielo cuando comprueba que le han vuelto pinchar las ruedas. ¡La segunda vez en quince días! En ese momento, se acerca una señora de mediana edad.
—¿Estás bien chiquilla? ¿Necesitas ayuda? Otra vez estos gamberros separatistas haciendo de las suyas. Le voy a decir a mi marido que te lleve…
—No se moleste doña Ana. Es usted muy amable. Ya tomo el “Tram”. Muchas gracias.
—Gracias a ti, hija. Si todos fueran cómo tú y atendieran a lo que de verdad nos importa a los ciudadanos, esta gente no existiría.
Inés es coordinadora del partido naranja en Barcelona. Hoy tiene una agenda apretada. Tiene una reunión con una asociación vecinal que viene a pedir ayuda porque varios de sus miembros, afectados por diferentes tipos de disfuncionalidades, llevan más de dos años sin recibir la ayuda a la dependencia por parte del gobierno regional. Después, recibe a un grupo de padres que denuncian sufrir discriminación en los colegios de sus hijos porque no se cumple la ley en lo que a horas lectivas en español se refiere. Por último, la visitará un gremio de comerciantes que han sido multados por las autoridades regionales por rotular el nombre de sus establecimientos en idioma español.   
Durante el trayecto en el “Tram”, sube un redactor de la televisión pública regional con un cámara. Su objetivo es entrevistar a los viajeros. Al instante, el redactor pregunta sonrientemente a un señor que está sentado junto al pasillo:
—Bon dia cavaller. ¿D'on ve vostè?
—Buenos días. Yo vengo de Castelldefels. ¿Por qué lo pregunta?
El semblante del redactor se torna serio. Retira el micrófono al señor y comenta con el cámara:
—Talla l'emissió. Aquest parla castellà. Busquem a un altre.
Inés es testigo de la escena y se dirige al reportero:
—¿Por qué hace usted eso? Es un ciudadano catalán igual que usted. ¿Por qué lo discrimina?
El reportero se gira hacia la posición de Inés y le contesta:
—Mire. Yo no tengo nada contra este hombre. Sólo obedezco órdenes para no perder mi trabajo. Lo siento mucho.
Inés, mira con resignación cómo ambos personajes se adentran en el convoy. Se gira y prosigue su trayecto con mirada perdida por la ahumada ventana.
En ese momento, suena su teléfono móvil. Una compañera del partido, Laura, le informa que mañana, al fin, saldrá un anuncio que han contratado en el principal periódico del país y en la emisora más escuchada de la región. El anuncio se ha financiado con los fondos recaudados por simpatizantes y vecinos que apoyan el activismo del partido naranja contra los separatistas. El eslogan es simple y contundente: “Catalunya es España”.
Termina la comunicación. La noticia, produce en Inés una sonrisa, y cuando llega a su destino, sale del “Tram” y se atreve a dar un salto sobre el charco de la acera, gritando ¡Bien!
Al entrar en la sede, descubre que, Mercedes, la señora de la limpieza que normalmente atiende la sede, está limpiando una pintada en la fachada del edificio que dice: “Fascistas de mierda. No os queremos. Iros de nuestro país”.  
Inés, se introduce en el recinto. Saluda a algunos compañeros mientras recorre el trayecto hasta su mesa. Se sienta, resopla y abre el correo que tiene apilado. En ese momento se acerca Manel.
—Otra vez nos han “decorado” la fachada. Ya hemos informado a los mossos. Miguel me ha llamado hace un rato para decirme que en L’Hospitalet les han vuelto a llenar de excrementos la entrada. La octava vez en lo que va de mes. 
—Sí… ya lo he visto. Qué sorpresa… ¿verdad? ¡Anda! Mira que mensaje me ha enviado más amable este señor: “Yo de usted me volvería a su tierra a recoger aceitunas y a tocar las castañuelas”
—¿Quién te dice tal cosa?
—El gerente de un hotel al que le pedí un presupuesto para organizar el acto del Movimiento Ciudadano. En fin. ¿Qué tenemos hoy en la prensa?
—No es un buen día. Siguen empeñados en hacer creer a los ciudadanos que nos estamos plegando ante los separatistas. El partido azul está haciendo campaña en todos los medios y los directores de los programas y los periódicos se han cebado con nosotros. ¡Claro! Es muy fácil hablar desde sus púlpitos. Les he invitado muchas veces a que vengan aquí, a las trincheras, a hablar con los vecinos en las mesas y pateando las calles. No lo hacen. Algunos están más calentitos en sus despachos y cobrando la publicidad de los amiguetes de los partidos rojo y azul.
—¡Qué hipócritas los azulones! Tienen todo el poder y no han sido capaces de poner en su sitio a los sediciosos. Por el contrario, les siguen enchufando la manguera de dinero para que sigan campando a sus anchas y les importa un bledo que no cumplan la ley ni las sentencias de los tribunales. ¡Y qué me dices de los rojos! Siempre han traicionado a su electorado para hacerle el caldo gordo a los separatistas y vivir del cuento. 
—Mira Inés. La gente está harta. Lo único que desea es que su vida y sus problemas cotidianos se resuelvan. Ser felices.
—Cierto. Y para eso estamos nosotros aquí, Manel, para ayudarles. Nunca les abandonaremos. Pueden estar seguros. Con tu permiso, voy a reunirme con los vecinos que han venido a pedirnos ayuda. Nos vemos luego.
Inés se dirige a la sala de reuniones donde ya le esperan los representantes vecinales. En ese momento, Laura la llama desde el final del pasillo.
—Inés. Inés. Espera, tengo algo importante que decirte.
—¡Qué ocurre!
—Han llamado del periódico y de la radio donde íbamos a sacar el anuncio.
—Dices… ¿íbamos?
-- Sí Inés. Me han dicho que no lo van a sacar. Alegan que, si lo hacen, van a crear polémica. Nos devuelven el dinero depositado por transferencia en las próximas 24 horas.
Un sudor frio recorre la piel de Inés. Es ese sentimiento, cada vez más familiar para ella, que le produce la traición. Continuara…

PD: En homenaje, disfruten de este tema del genial e inolvidable Ennio Morricone.


                                     JUAN CARLOS BERMEJO  Vía VOZ PÓPULI

No hay comentarios:

Publicar un comentario