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lunes, 12 de diciembre de 2016

La Junta deja tirados a miles de maestros e incendia otra rebelión en Andalucía


En las 2.300 plazas programadas en 2017, no convoca pruebas para profesores de Infantil, Primaria y Educación Física, los exámenes con más demanda
Manifestación de profesores en 2012. (EFE)


Vanesa M. L. supo, antes de salir de la academia donde acababa de pagar el mes de diciembre, que no habría oposiciones para maestros en 2017. “Este año iba a por todas”. Tiene 27 años y es profesora interina. Aún no la han llamado para ocupar plaza, está más o menos la número 60 en la lista de Sevilla. El pasado año a estas alturas ya estaba trabajando, pero ella es una de las maestras de Primaria afectadas porque la Junta ha decidido primar a los profesores de francés para implantar este segundo idioma recortando maestros. Así que decidió enfrascarse en las oposiciones. Ya se presentó en 2013 y en 2015, y esta iba a ser su tercera vez. Lo tendrá que dejar para 2019. Desde septiembre, lleva desembolsados 1.000 euros extra entre academia y clases de inglés. Se apuntó a un curso superintensivo para sacar la prueba oficial necesaria para que el idioma le puntuara en el baremo de las oposiciones. Eso y los puntos acumulados como año y medio de interina la hacían pensar que iba a ser su año. Pero se equivocó. Como ella, hay “cientos, miles”, de aspirantes.
La sorpresa llegó hace apenas una semana. La Consejería de Educación de la Junta de Andalucía aprovechó un turno de ruegos y preguntas en una mesa sectorial con los sindicatos para anunciar que en 2017, contra todo pronóstico, se convocarían 2.300 plazas públicas pero que entre las categorías ofertadas no figuraban las más demandadas, maestros de Infantil, Primaria y Educación Física. Las plazas serían para las especialidades de francés, inglés, música, pedagogía terapéutica y audición y lenguaje. Este anuncio fue un imprevisto para los principales sindicatos, admite CSIF, el mayoritario, pero sobre todo dejó tirados a cientos de maestros que llevaban ya meses o años estudiando.
La consejera de Educación de Andalucía, Adelaida de la Calle. (EFE)
La consejera de Educación de Andalucía, Adelaida de la Calle. (EFE)


Irse a otra comunidad

Pilar Ortiz estaba estudiando, ha desembolsado 150 euros al mes desde septiembre en una academia que le brinda cinco horas de clases un día a la semana y le proporciona el temario. “Ahora, la alternativa que nos dan es que sigamos estudiando y nos presentemos en otra comunidad autónoma. Por ahora, la única que ha confirmado oposiciones a maestro de Primaria es Canarias”, cuenta. Esa es la alternativa, ‘exiliarse’ como opositor a otra región española. “Hay muchos compañeros que confían en que Madrid convoque en febrero”, cuenta. Los temarios son muy parecidos, aunque cambia la legislación. Tiene 30 años, acabó la carrera hace cinco, y pensó, como su compañera Verónica, que tras años de recortes esta era su gran oportunidad. Ambas obtuvieron su título de magisterio al filo del estallido de la crisis que ha mantenido las plantillas congeladas.
El Gobierno andaluz no ha dado aún ninguna explicación oficial sobre por qué no convoca oposiciones a maestros a pesar de que fue la presidenta, Susana Díaz, la que se encargó personalmente de anunciar la convocatoria de 2.300 plazas con mucha solemnidad en el Parlamento andaluz el pasado octubre. Extraoficialmente, los sindicatos apuntan que la explicación de la Junta es que serían “tan pocas plazas” las que se ofertarían que “no merece la pena montar tribunales” para esas categorías. Tal y como lo dicen, se indignan.
Los sindicatos denuncian que faltan 8.000 profesores en la educación pública andaluza y alertan de que la tasa de reposición no se está cubriendo al 100%
“Se están haciendo trampas en el solitario. No se puede implantar una asignatura a costa de la plantilla y de las condiciones de trabajo”, asegura desde el sindicato Ustea Pedro del Pozo. Se refiere a la implantación del francés en las aulas andaluzas, que ya sacó a los maestros a la calle en el inicio del curso. Este portavoz sindical asegura que “existe un freno presupuestario y eso se llama recorte”. Los sindicatos denuncian que faltan 8.000 profesores en la Educación pública andaluza y alertan de que, pese a que ya se han levantado las restricciones impuestas desde el Gobierno central en 2012, la tasa de reposición no se está cubriendo al 100% sino al 75%, en un intento de la Administración andaluza de contener el gasto.

Castigo al maestro ‘de toda la vida’

“La oferta es insuficiente, juegan con las jubilaciones, y desde la Consejería de Educación ocultan datos. Es una auténtica tomadura de pelo y un desprecio a la especialidad de maestro de Primaria que nos preocupa mucho”, denuncian desde Ustea. Esa ‘secundarización’ de la figura del profesor tutor, ese “maestro de referencia de toda la vida”, que es el que más horas acompaña a los niños en una etapa clave, es un asunto que alerta a los sindicatos del sector educativo. “Va quedando un déficit crónico que después nunca se va resolviendo. Calculamos que en estos años de crisis hay unas 4.000 plazas de profesores perdidas”, apunta Paco Hidalgo desde CSIF. En 2015, según los datos oficiales, hubo 1.000 plazasque se disputaron más de 29.000 aspirantes. 250 fueron para maestros en Primaria (100), Educación Infantil (100) y Educación Física (50).
“Hay cientos de profesores que están estudiando y que han perdido dinero, tiempo, ilusión y ganas”, señala Paco Hidalgo, de CSIF. La situación además se complica porque todo apunta a que no saldrán oposiciones para maestros hasta 2019. Aunque no hay ninguna regla escrita, la Junta suele alternar cada año las convocatorias para Infantil y Primaria con las oposiciones a Secundaria, Formación Profesional y otras especialidades del régimen especial. La Junta no anunció oficialmente las oposiciones para maestros, aunque sí que circularon por las redes sociales datos sobre el reparto de plazas que ahora se ha demostrado que no tenían ninguna fiabilidad. Esto animó aún más a mucha gente a pagar una academia y ponerse a hincar los codos.
Un colegio en Sevilla. (EFE)
Un colegio en Sevilla. (EFE)


Instalados en la "autocomplacencia"

Desde el pasado mes de julio, los sindicatos no paran de programar movilizaciones en la calle. Y no son contra la Lomce, bandera que ha cogido el Gobierno andaluz, sino contra los recortes en la Educación pública andaluza. “Si Susana Díaz no quiere ver lo que está ocurriendo, que siga yendo a Bruselas y planteando planes de éxito educativo. Éxito es una palabra que hasta quema en la boca”, señala Del Pozo desde Ustea. “Siguen en la autocomplacencia permanente”, denuncia, apuntando a las explicaciones oficiales brindadas por la Consejería de Educación sobre los malos datos el informe Pisa.
La consejera de Educación, Adelaida de la Calle, apuntó a la tasa de analfabetismo que sufría Andalucía en la Transición y al hecho de que los centros escogidos, de forma aleatoria, para el examen correspondan a los que tienen el nivel socioeducativo más bajo de todos los seleccionados en el informe. “Si quieren quedarse mirando 38 años atrás para ver lo que está pasando... pero solo haría falta mirar a lo que ocurre ahora. La semana pasada, ya se informó a los colegios de que se ha agotado el cupo de horas presupuestadas para bajas de profesores. Ya en este trimestre se acabaron las sustituciones”, señalan desde Ustea, como ejemplo. El 17 de diciembre han convocado una nueva movilización. Confían en sacar a la calle a miles de personas. Como han logrado las protestas por la Sanidad.

                                                   ISABEL MORILLO. SEVILLA
                                                   Vía EL CONFIDENCIAL


 

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