La semana pasada vimos las previsiones para 2017 desde un punto de vista global, pensando más en los exportadores, mientras que hoy lo haremos pensando en el empleo, en quienes trabajan o buscan trabajo o tienen familiares en esa situación. Además lo haremos considerando las expectativas de consumidores y directivos, ya que será un año en que ese factor será muy importante para mantener el crecimiento económico, como ya lo es en Estados Unidos o, para mal, en Gran Bretaña. Tema distinto es que esas expectativas sean realistas, que de eso aquí sabemos bastante tras haber pasado unos años de fantasía y ruina que todavía pesan sobre familias y empresas; la casta, como come aparte, sigue a sus mentiras y los tontos a creerles, a ver si les toca algo del botín de nuestro expolio.
Expectativas y marco general
Si se cumple el escenario del gobierno (línea rosa, siguiente gráfica), el empleo seguirá creciendo al actual ritmo y, hacia el 2020, se alcanzaría la ocupación del 2007 pero, por los años perdidos haciendo el tonto, en 2020 los salarios peores que en 2007 por la productividad secular. El siguiente escenario sería con la previsión de crecimiento de la OCDE (línea azul, siguiente gráfica), que vimos la semana pasada y, por el menor crecimiento, el nivel de 2007 se alcanzaría en 2024 (cerrándose una generación perdida) que coincide, más o menos, con el escenario de una recesión global suave (línea roja, siguiente gráfica) en 2017-2018 haciendo las cosas bien. Digamos que, salvo sorpresas, nos moveríamos entre esos extremos.
La confianza económica de los españoles
A la hora de medir la confianza de los consumidores, la OCDE les pide que den su opinión sobre cómo será la situación económica en el próximo año, que es la línea verde en la siguiente gráfica. Lo que se observa es que desde 2013 ha habido una cierta “euforia” (sobre el año siguiente) que de alguna forma compensó el pesimismo por el segundo picado de 2011 y los malos recuerdos por los padecimientos generales desde el verano de 2007, cuando se desplomó al percatarse del desastre económico que en buena parte ellos mismos crearon, creyéndose las mentiras de unos y otros y maltratando a las voces sensatas.
Otro aspecto interesante es que, tal vez por esa euforia, en las elecciones de 2015 se castigó duramente al Gobierno, como si se pensara que éste y los recursos disponibles pudieran dar más de sí, mientras se nos imponía, vía televisiones públicas y privadas, a unos saltimbanquis que todos sabemos serían ruinosos. De pena.
Afortunadamente la confianza ha rebotado y aún está a buen nivel, aunque seguramente la experiencia reciente de contrastar sueños y realidad dañe al consumo duradero. Huelga decir que todo ese desorden se debe a que, al no tener un sistema electoral representativo de los electores, el debate público, el proceso de toma de decisiones políticas y conformación de liderazgos es mentira tras mentira, cosa que, por lo visto, a “todos” da igual, que aún se cree que se le puede hacer trampas a la Economía y de ahí la tasa de paro de listillos que padecemos, que por lo visto “esto” va de decir burradas, pasarlo bien y que pague el de atrás.
Para ver la confianza empresarial la OCDE utiliza la del sector de manufacturas, cosa que está bien pues provee a todos los otros y es el mayor exportador, aunque todavía hay algún retrasado que cree que “esto” es naranjas y turismo. Lo llamativo aquí es que tras las elecciones de 2015 hizo un picado parecido al de abril de 2007 y, afortunadamente, tocó fondo en abril de 2016, situándose de nuevo en un buen nivel. Podemos decir pues que comenzamos el 2017 con un buen nivel de confianza, tanto de los consumidores como de las empresas, aunque en estos últimos faltaría por incluir el efecto de los recientes castigos impositivos.
Expectativas económicas
Cuando se pregunta a las empresas por sus expectativas económicas para los próximos tres meses, lo que se observa nos permite concluir que en todos los sectores las expectativas económicas son buenas, de forma que empezaremos el año con buen pié. Es más, tanto en servicios como en venta al por menor (línea roja siguiente gráfica), están a nivel alto y pareciera que van a piñón fijo desde hace casi dos años; es cierto que los respectivos subsectores se reestructuran y algunos lo pasan mal, pero ese detalle lo vimos al estudiar la “recuperación” y lo pueden consultar usando ese término.
Luego está la Construcción (incluida obra pública) que durante un tiempo parece que creyeron que volvería lo de antes, que obviamente no, y que, tras comprobar la imposibilidad de ese absurdo, ha buscado un nivel más normal donde solo se compra según necesidades realistas. Pero esa era el pasado, el futuro, los pedidos de las exportaciones, dan la alarma y no se recuperan del bajonazo tras las elecciones, pues el país, gracias a su distracción política, sigue sin centrarse en exportar, que es más divertido ver al coletas y otros saltimbanquis, y así, cómo van a mejorar los pedidos si el país no se centra en ello.
Expectativas de contratación de personal
Que es lo que nos interesa, ¿o no?, porque visto lo visto, pareciera que aún se cree en la magia, que desde diciembre de 2015, mientras disminuía la cartera de pedidos para la exportación de manufacturas, al país se le mantenía distraído con los delirios más variados; los peores en Cataluña, que menuda fantasía surrealista se ha montado su casta local.
Lo que nos dicen los datos de la OCDE es que todos los sectores salvo Construcción, que incluye obra pública, seguirán contratando a un ritmo similar al de expansión económica, pero eso, que está bien, tiene las piernas cortas, pues el país sigue sin enfocarse al negocio exterior; a lo mejor en la próxima crisis, pasamos de tener 45 millones de constitucionalistas, dejamos de hacer tonterías, de inventar países y nos centramos en serio en lo importante, ya saben, las cosas del comer, los negocios, la innovación y el emprendimiento empresarial, las ciencias y las artes, esas cosas que dan grima a la izquierda.
Empezaremos pues el 2017 con un buen impulso para seguir remontando la cuesta que nos impusimos y que podría ser menos empinada con otra forma de gobierno, pero esto es lo que hay y “nadie” quiere cambiarlo, así que aprovéchenlo, que aún siendo un año con grandes incertidumbres y enormes riesgos, también ofrece sus oportunidades. Mucha suerte a todos.
LUIS RIESTRA Vía VOZ PÓPULI
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