Sus convicciones católicas les impedía matar a una paciente, que fue sacrificada con una inyección letal en un centro privado. La sentencia sienta un precedente y una experta advierte de que allí donde han aceptado la eutanasia las muertes han aumentado drásticamente.
Una corte de justicia de Bélgica ha multado a un hogar de ancianos católico por negarse a practicar la eutanasia
a una de sus residentes, una paciente de 74 años de edad, que
posteriormente fue sacrificada con una inyección letal en un centro
privado.
Los hechos, según informó la cadena de noticias WND y de los que se ha hecho eco PortaLuz, ocurrieron en Diest, una ciudad de la provincia belga del Brabante Flamenco, en Flandes.
La anciana Mariette Buntjens estuvo de
acuerdo con su médico en que debía ser sacrificada mediante una
inyección letal, debido a que sufría un cáncer de pulmón.
Sin embargo, la casa de reposo de San Agustín, donde Mariette vivía, se negó a practicarle la eutanasia debido a su misión e identidad católica,
tal como indica el informe judicial. Debido a esta decisión, Buntjens
fue trasladada por sus familiares a una dirección privada, donde le
practicaron la eutanasia.
Multa de 3.000 euros y un resbaladizo precedente
El diario Catholic News Herald
informó posteriormente de que los familiares de la anciana demandaron a
la casa de reposo Católica por causar un “sufrimiento mental y físico
innecesario” a Mariette, aunque lo único que hicieron es acogerse a su
derecho a la objeción de conciencia.
La información del Herald narró lo que sucedió judicialmente y cómo esta sentencia dicta un resbaladizo precedente que afectará a otras instalaciones médicas católicas,
a menos que se incorporen nuevas salvaguardas legales: “Un tribunal
civil en Lovaina confirmó la denuncia e impuso una multa de tres mil
euros al Hogar, ordenándole cancelar una compensación de 1.000 euros
para cada uno de los tres hijos mayores de edad de la señora Buntjens”.
La sentencia podría significar el cierre
de decenas de Hogares-enfermería católicos en Bélgica porque la Iglesia
ha declarado explícitamente que “bajo ninguna circunstancia” permitirá la eutanasia.
Similar situación enfrenta la Iglesia en
otros países donde la eutanasia y el aborto han sido legalizados e
impuestos para ser ejecutados incluso en hogares, clínicas y hospitales
católicos.
Eutanasiar a enfermos mentales y discapacitados
Bélgica legalizó la eutanasia en 2003. Según el informe, en 2015 hubo 2.021 muertes por eutanasia de enfermos mentales y discapacitados.
El nuevo caso, sin duda, no sólo hace evidente un conflicto para la
Iglesia católica, sino que habla también del tipo de ‘respeto’ que
tienen en Bélgica las leyes y los jueces por el valor de la vida humana.
La Baronesa Finlay, profesora de medicina paliativa en la Universidad de Cardiff,
del Reino Unido, advirtió recientemente contra la legalización de la
eutanasia y el suicidio asistido en Inglaterra y otras partes del mundo,
señalando que allí donde han aceptado estos procedimientos, las muertes han aumentado drásticamente.
Finlay apuntó a las estadísticas de 2014 y
2015 en Oregon, donde el suicidio recetado por el médico aumentó en un
80% desde que es legal. También se refirió a las estadísticas en los
Países Bajos, donde una de cada 26 muertes el año pasado fue por
eutanasia.
Por su parte, el parlamentario británico Robert Flello advierte de que la eutanasia es una pendiente resbaladiza.
Una vez que se legaliza, señala, la relación médico-paciente se altera
drásticamente, y la curación de la paciente ya no es una prioridad para
los médicos. La ética de los médicos y otro personal médico que se
oponen a la muerte de los pacientes ya no son considerados, como es
evidente en Bélgica.
FERRÁN ESTEVE Vía FORUM LIBERTAS
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