Sánchez permanece enrocado. No se abstendrá en una investidura de Rajoy. "Nadie quiere nuevas elecciones pero si las hay, el PSOE puede dar la sorpresa", comentan en su círculo más próximo.
Pedro Sánchez permanece silente, enrocado y hermético. En su círculo más íntimo no se descarta nada, excepto permitir un gobierno de Mariano Rajoy. Desde recurrir a una consulta a la militancia hasta la inevitable celebración de nuevas elecciones. "En ese caso, el PSOE puede dar una sorpresa", comenta una fuente de su entorno. El líder socialista apenas ha protagonizado un par de intervenciones en las últimas semanas. Ni entrevistas ni declaraciones. Espera tan sólo que llegue el momento en el que Rajoydesvele la fecha de su investidura para decirle 'no, no y no', en sede parlamentaria. Lo mismo que le ocurrió a él. Una venganza que se servirá fría.
En su partido, por contra, se palpa un movimiento creciente hacia la abstención.Rodríguez Zapatero habló claramente de la necesidad de abrir un diálogo interno, una reflexión. Fue una toma de postura que ha producido turbulencias internas muy considerables. Dirigentes históricos, barones y líderes regionales piensan lo mismo. ElPSOE aparece ahora como el principal responsable del bloqueo institucional. Rajoy ya suda la camiseta, ha movido ficha. Se ha ofrecido al Rey y ha abierto la puerta de la negociación con Ciudadanos. Esta semana volverá a encontrarse con Albert Rivera ya con papeles y propuestas sobre la mesa. Quien no se mueve es el PSOE.
Susana Díaz, la rival directa de Sánchez en el pulso por un liderazgo futuro del PSOE, guarda también silencio. Envía a sus lugartenientes a recordar lo aprobado por el comité federal. "Ni apoyo ni abstención". La presidenta andaluza, que sufrió un severo retroceso en las elecciones del 16-J, pretende que sea el secretario general quien asuma la responsabilidad y el coste de la decisión a tomar. Si es la abstención, tendrá que explicarlo a la militancia, algo muy complicado. Si se mantiene en el 'no', deberá afrontar el coste de ir a una nuevas elecciones. La teoría del 'gobierno por la izquierda', con Podemos y los nacionalistas, apenas se contempla. Aunque Sánchez no la ha rechazado nunca en forma tajante.
Las decisivas elecciones gallegas y vascas
No muestra sus cartas el líder del PSOE. Si Rajoy logra, luego de un intenso proceso negociador, el 'sí' de Ciudadanos, le será difícil mantenerse en su inmovilismo actual. En su círculo más próximo no consideran, ni remotamente, un cambio de postura. Al menos hasta el 25 de septiembre, cuando se celebran las elecciones autonómicas enGalicia y País Vasco, donde se le juegan dos de sus fieles: Joaquín Fernández Leiceaga e Idoia Mendía, ambos con un horizonte muy comprometido. Aun así, hay poco margen para el paso atrás. Sánchez parece insensible a las presiones internas y externas que llueven sobre su cabeza.
Este domingo ha sido la de Manuel de la Rocha, su hombre de Economía, quien ha deslizado que "si las circunstancias cambian", quizás podría considerarse la abstención. ¿Se resquebraja la pétrea unidad de la dirección socialista? Sánchez no da muestras de ello. Un veterano dirigente catalán confesaba días atrás que el líder del PSOE recurrirá a las bases en caso de que sea necesario para recibir el aval de la militancia. Ya lo hizo en febrero, cuando el pacto con Ciudadanos, y logró un 75 por ciento de los votos. Tampoco descarta el escenario de que se tenga que acudir a unas nuevas elecciones, algo que ningún dirigente nacional desea. "Estoy convencido de que habrá gobierno, de que la legislatura empezará a andar", dijo el secretario general de los socialistas tras su reunión con Rajoy.
En Moncloa dan por hecho que si Ciudadanos abre el camino hacia el 'sí', el PSOE tendrá que modificar su actitud
¿Y si Rajoy opta por no presentarse a la investidura'? No habrá entonces otra salida. "Si hay elecciones, que nadie quiere, el PSOE puede dar una sorpresa", comentó uno de sus colaboradores más estrechos a la mencionada fuente. El presidente en funcionesquedaría señalado por su nueva 'espantada', algo que le pasaría factura en las urnas. Y Sánchez, pese a haber cosechado las dos derrotas más severas en la historia del PSOE, alberga la esperanza de conseguir un resultado mejor, siempre de acuerdo con esta versión.
En Moncloa dan por hecho que si Ciudadanos abre el camino hacia el 'sí', el PSOE tendrá que modificar su actitud. Son conscientes de que Sánchez aparece enrocado, blindado y ausente. Ni negocia ni dialoga. "Es el tiempo de Rajoy", repite como un mantra inalterable. Los sondeos vaticinan una victoria del PP en caso de nuevos comicios. Pero no habrá mayoría suficiente, de acuerdo con los pronósticos. Las urnas son la última opción. Los emisarios de Sánchez, sin embargo, ya envían mensajes de que no le tienen miedo, de que incluso podría haber una sorpresa. Crecen las presiones sobre el líder socialista pero los barones no se mueven, como denuncian desdeGénova. Un nuevo comité federal para levantarle el veto al PP se antoja una posibilidad muy incierta. Todo sigue pendiente de Ciudadanos y de un giro radical de Sánchez que, ahora mismo, se adivina imposible.
JOSÉ A. VARA vía VOZ PÓPULI
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