Susana a Sánchez: “No me jodas, Pedro, no me jodas…”
“Banca Catalana (BC) fue el primer capítulo de la historia terrible de Convergencia, cuya cabeza indiscutible era Jordi Pujol,
un hombre que tuvo el valor de decir desde el balcón de Sant Jaume que
'cuando se hable de ética en el futuro, hablaremos nosotros'. Y
resultaba que en aquel momento, además de lo que ya sabíamos de BC, que
era mucho y muy grave, ya estaba defraudando a la Hacienda Pública desde
el año 1980, como él mismo reconoció en 2014, y lo siguió haciendo
hasta el citado 2014, es decir, fue un defraudador durante 34 años,
incluidos los 23 años en los que gobernó como presidente de la
Generalidad. Lo cual demuestra que Cataluña es una región un tanto
atípica, porque creo que no ha habido nunca en Europa un Gobierno cuyo
presidente haya estado delinquiendo durante 23 años y no haya pasado
nada. Me parece algo casi inconcebible, solo explicable por el clima
político que durante muchos años se ha creado en Cataluña a favor de la
impunidad de sus dirigentes políticos cuando delinquen”. Quien así se
manifestaba este viernes noche en los micrófonos de RNE era el antiguo
Fiscal Anticorrupción Carlos Jiménez Villarejo
(1995-2003), con anterioridad Fiscal Jefe de la Audiencia de Barcelona,
cargo desde el que -1980, pista de despegue de nuestra democracia-,
interpuso querella contra Pujol y su consejo por la quiebra fraudulenta
de Banca Catalana.
No pasó nada, porque el reparto de los panes y los peces a la muerte de Franco
se hizo en favor de la derecha franquista a la que había que desasnar
(Alianza Popular), la izquierda inventada que nunca existió durante el
franquismo, es decir, el PSOE, los partidos nacionalistas catalán y
vasco, o sea, la Convergencia de Pujol y el PNV de Arzalluz,
y la Corona como guinda del pastel. Para cubrir sus años de delincuente
de cuello blanco, Pujol diseñó su famoso Programa 2000 que desembocó, a
partir de 2012 y a las órdenes de ese elegante narciso con ínfulas de
jefe de planta de El Corte Inglés llamado Artur Mas, en la huida hacia adelante del prusés.
Había que escapar como fuera de la Justicia española, porque aunque hay
mucho zopenco, mucho corrupto en esa Justicia, aún hay jueces honestos
en Berlín; escapar sin dejar de enriquecernos, eso nunca, antes morir
que vivir sin robar; seguir engordando la cuenta andorrana del 3% y
crear un separatismo clientelar del que viven directamente entre 200.000
y 300.000 familias en Cataluña y Barcelona, una multitud dispuesta a
matar, a negar la realidad y a esconder la cabeza bajo el ala de unos
Presupuestos empleados en alimentar la ficción, los delirios de la
Generalidad y sus embajadas, mientras los problemas reales de los pobres
catalanes situados extramuros del gran reparto de la corrupción
institucionalizada quedaban en dique seco.
Esta semana
se han echado a la calle en Barcelona los ofendidos por esta basura de
política, los humillados, los que no han formado parte de la coyunda,
los bomberos, los enseñantes, los médicos, los estudiantes y algún
colectivo más. Algunos bomberos, cuatro médicos y una manada de
estudiantes. Y la progresía de izquierdas a ambas orillas del Ebro se ha
puesto muy contenta, uy qué bonito, esto sí que sí, han flipado “con
manifestaciones que no están avaladas por asociaciones cercanas al
poder, ni por medios de comunicación afines”, olvidando que esas “manis vintage, como las de antes” (Jordi Évole, ayer en La Vanguardia)
han estado protagonizadas por colectivos que hasta ayer, puede que
ahora mismo, eran columna vertebral, aguerrida falange del mendaz prusés,
clamoroso en el caso de los bomberos de la manguera y no digamos ya de
los enseñantes empeñados en el lavado de cerebro de los infaustos
infantes que caen en sus manos, por no hablar de esos estudiantes
pluriempleados en los CDR de acoso al disidente. Eduard Pujol,
un tipo que se gana la vida como portavoz adjunto de JxCat, reconvenía
seriamente a los protestantes: "Nos distraemos con cuestiones que no son
las esenciales". Porque para un Pujol lo esencial es montar
chiringuitos indepes en los que colocar amiguetes en lugar de, por
ejemplo, abrir quirófanos para operar a ciudadanos. Y otro que pasa por
catedrático de Economía de la Pompeu Fabra, pobre universidad, de nombre
Oriol Amat, volvía a refugiarse en el “Espanya ens roba”, diciendo que “Les
protestes socials tenen fonament i cal recordar la causa principal: El
dèficit fiscal (uns 16.000 milions any) que perjudica la gent. CAT es
rica, però pel dèficit fiscal amb ESP, passa a ser pobre”. Le contestaba en Twitter Luis Garicano,
catedrático en la materia y miembro de Ciudadanos: “Se te debería caer
la cara de vergüenza manipulando así a la gente. Qué asco”.
Parece que los colectivos que esta semana han despertado a
la dura realidad del daño que los nacionalismo, más aún los
supremacistas xenófobos, pueden infligir a una sociedad moderna, han
decidido volver a sus cuarteles después de haber aceptado cuatro
promesas falsas de ese mismo nacionalismo que desgobierna Cataluña desde
que Pujol tomó las riendas. Han vuelto a sus casas, pero ninguno ha
denunciado a los vendedores de humo, los ladrones del 3%, los profetas
del prusés, como los responsables de la increíble
degradación económica y moral, también convivencial, por la que
atraviesa Cataluña. ¿Tormenta de verano? ¿Verdura de las eras? Es muy
probable que así sea, aunque hay tanto descerebrado obsesivo en el
separatismo, tanto inútil subvencionado, tanto vividor negado para la
gestión con mando en plaza, que no se puede descartar la posibilidad de
que al final no sean capaces de enderezar las protestas y el asunto se
les vaya de las manos, para terminar convirtiendo, justicia poética, el
anunciado choque de trenes entre indepes y españolistas en una revuelta
callejera con bomberos, enfermeros, enseñantes y estudiantes asaltando
el palacio de la Generalitat dispuestos a impedir que los nuevos Dencàs de la mentira escapen por las alcantarillas.
Una partitocracia enferma
El
problema de Cataluña como gran problema de España. La corrupción del
nacionalismo catalán como epítome de la corrupción española. “Y ahí está
la impresionante sentencia del expolio del Palau de la Música en
beneficio de Convergencia, deliberadamente ocultada en Cataluña, y que
es retrato meridiano del cuadro delictivo de los dirigentes políticos y
económicos catalanes” (el mismo Jiménez Villarejo el viernes noche en
RNE). Pero Pujol sigue tranquilamente en casa sin que nadie le moleste.
Casi 35 años delinquiendo y en casa. Los grandes protagonistas de la
Transición son intocables. “La persona del Rey es inviolable y no está
sujeta a responsabilidad”, dice el punto 3 del artículo 56 de la
Constitución. Pujol no tiene cláusula de inviolabilidad, como Juan Carlos I,
el primer especialista en hacer de la libertad un negocio, ni falta que
le hace. Ni al rey, ni a Pujol, ni a PP/PSOE, los grandes protagonistas
de esta partitocracia enferma, ni a esos nacionalismos empeñados en
desguazar España con tanta deslealtad como desvergüenza. El viejo
régimen moribundo, incapaz de regenerarse honestamente desde dentro, se
defiende cual gato panza arriba. Se niega a morir. No otra explicación
cabe otorgar al reciente reparto de puestos en el CGPJ, o a esa
obscenidad que han resultado ser las conclusiones de la comisión del
Congreso que ha investigado, es un decir, la crisis financiera que llevó
a las Cajas de Ahorros a la quiebra. Resulta que las entidades no
estaban politizadas. Es decir, que ni PSOE ni PP han tenido nada que ver
en el desaguisado. La culpa ha sido del Banco de España, cosa que ya
sabíamos.
Al frente del BdE estaba el socialista Miguel Ángel Fernández Ordoñez.
MAFO como representación de esa partitocracia que siempre se ha negado a
dotarse de organismos de control independientes, los famosos checks and balances,
para no ceder un ápice de poder. Con un BdE de verdad independiente las
cajas no hubieran quebrado o, en su caso, sus gestores estarían hoy en
la cárcel. Todos, también los del BdE. El tal MAFO no figura en la lista
de los inviolables pro patria, pero, como Pujol, sigue en su casa y no en una celda de Alcalá Meco. MAFO tiene bula. No la ha tenido Rodrigo Rato,
vicepresidente de un Gobierno del PP, que hoy está a la sombra por sus
pecados en Bankia y lo que te rondaré morena, y esperemos que tampoco la
tenga Narcís Serra, también vicepresidente
de un Gobierno del PSOE, que hoy se sienta en el banquillo por la
estafa de Caixa Catalunya. Que dos vicepresidentes figuren entre los
caídos del sistema no pasa de ser una de esas deslumbrantes paradojas
que festonean el camino hacia la inanidad de un régimen cuyo motto no es otro que el célebre “sálvese quien pueda”. En Andalucía, dos prohombres del socialismo tan notables como Manuel Chaves y José Antonio Griñán
se sientan estos días en el banquillo a cuenta del mayor caso de
corrupción, en lo que a cifras se refiere, ocurrido en democracia,
mientras la heredera del régimen clientelar por ellos creado, Susana Díaz,
Susanita tiene un bastón, se dispone a renovar su condición de Reina
del Sur al frente de un partido, pobre PRI, dispuesto a completar 40
años de poder ininterrumpido.
Una mayoría de
andaluces dice anhelar el cambio, pero sigue votando a Susana. Todo el
interés centrado en ver qué pasa con el ciclón VOX, y si la suma de VOX,
PP y C’s podría poner en aprietos a una Susana a quien pocos imaginan
gobernando con su íntima enemiga Teresa Rodríguez.
El régimen socialista andaluz parece tener cuerda para rato. Un sistema
clientelar apoyado en un voto eminentemente rural, rescoldo del ideal
anarquista arraigado en el ADN del agro andaluz desde el XIX, que
considera el PER como un subsidio –con el que en los pueblos se
financian todo tipo de dislates- que hay que agradecer a la generosidad
de un PSOE que lo sigue defendiendo de las garras del PP. Y frente a
Susana, Javier Arenas, prototipo de
señorito de provincias sureño. Apaga y vámonos. Hubo un tiempo en que
Chaves y el susodicho llegaron al acuerdo de acabar con la prestación.
Lo impidió Madrid, donde gobernaba Aznar.
La partitocracia, siempre dispuesta a defender su supervivencia con el
dinero de los demás. En las taifas autonómicas, las redes clientelares
regionales se han hecho fuertes con la misma violencia implícita que las
nacionales en Madrid. Se trata de resistir frente a cualquier corriente
regeneradora. Susana llamó el pasado domingo a Pedro Sánchez
para recordarle que el Emérito hace más por Andalucía que muchos otros
que tanto la pían. “Deja que Podemos critique la foto con el heredero
saudí, Pedro, déjales que se desgasten y se ganen el cabreo de los
trabajadores de Astilleros. Ahí podemos rascar mucho voto de IU. Que
sean ellos, no nosotros. Y cuando pasen las elecciones haces lo que te
dé la gana, pero ahora no me jodas, Pedro, no me jodas…”
JESÚS CACHO Vía VOZ PÓPULI
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