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lunes, 12 de marzo de 2018
LOS POLÍTICOS, EL TAPÓN DE ESPAÑA
Es duro admitirlo para quienes
llevamos toda la vida combatiendo a populistas y demagogos de la
antipolítica. Pero como canta Serrat, “nunca es triste la verdad, lo que
no tiene es remedio”
Vista general del hemiciclo del Congreso de los Diputados. (EFE)
Los dirigentes políticos han expropiado el tiempo de
los españoles. Se consideran propietarios de él y lo dilapidan
irresponsablemente. Dejan pasar las semanas y los meses como si, en el
mundo actual, perder el tiempo saliera gratis. Cuando las sociedad los
zarandea fingen urgencias, pero siempre encuentran el pretexto para frenarlo todo y regresar a su juego onanista. Los políticos son el tapón que tiene a España empantanada. Y el fenómeno es, como se dice ahora, transversal.
La última noticia de Cataluña es que se aplaza 'sine die' la investidura.
¿Ha sucedido alguna catástrofe imprevista? No, es que la siguen
peinando porque los políticos nacionalistas no saben qué hacer con ella.
El
'procés' se extinguió hace más de cuatro meses. En diciembre ganaron
las elecciones. Saben que ahora les toca comportarse como un Gobierno
responsable y no como un comité revolucionario. Podrían estar haciéndolo
desde enero, pero la tarea les asusta: han olvidado cómo se gobierna la
normalidad. Abominan del 155, pero hacen todo lo que está en sus manos para prolongarlo. Parece que se mueven pero, en realidad, solo se agitan. Cataluña está aplazada 'sine die' por su culpa.
Abominan del 155, pero hacen todo lo que está en sus manos para prolongarlo. Cataluña está aplazada 'sine die' por su culpa
También España está aplazada 'sine die'. Los ciudadanos decidimos fragmentar la representación política y dar paso al multipartidismo.
Pero a los partidos viejos y nuevos no les da la gana de hacer lo
necesario para que el nuevo sistema sea gobernable, como es su
obligación. La consecuencia es que llevamos desde octubre de 2015 con un
Gobierno en funciones, que ha aceptado su condición de tal y pretende
permanecer así, flotando sin nadar, hasta el final de la década.
Han
perdido dos años y medio y se disponen a perder los dos que vienen. Dan
por malograda la legislatura cuando apenas ha transcurrido su primer
cuarto. Estamos en marzo y ya se da el año por amortizado, a la espera del nuevo ciclo electoral.
Fuentes gubernamentales advierten: “Se puede gobernar 150 años con los
Presupuestos prorrogados”. Claro, y deberíamos poder pasar mucho más
tiempo sin el imbécil que haya dicho eso.
Las dos obligaciones principales del parlamento son aprobar cada año las cuentas públicas y legislar
La
función representativa no es un fin en sí mismo, tiene que servir para
algo. Las dos obligaciones principales del parlamento son aprobar
anualmente las cuentas públicas y legislar. Si abandona
o se deja sustraer esas dos tareas, traiciona su misión constitucional.
Hasta el momento, este parlamento elegido en segunda vuelta en junio
del 16 es una institución inane a todos los efectos. Sus sesiones son un
monumento al postureo y la nadería.
¿Qué decir de la oposición? ¿Ha hecho algo provechoso Pedro Sánchez desde que recuperó el trono de Ferraz
hace un año? Cuando se tiene enfrente a un Gobierno en minoría, pueden
hacerse dos cosas prácticas: o se derriba o se aprovecha su debilidad
para condicionarlo con negociaciones exigentes que reporten beneficios a
la sociedad. En este caso, “no es no” significa que ni una cosa ni la otra.
El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez. (EFE)
¿Dónde están las conquistas políticas o sociales del PSOE de Sánchez?
¿Algún sector de la sociedad ha visto mejoradas sus condiciones de vida
gracias a la acción de la oposición parlamentaria que encabezan los
socialistas? ¿Tienen algo que agradecerle los pensionistas, las mujeres o
los trabajadores precarios? Ni siquiera es eficiente en lo electoral:
su legado se reduce a un reglamento interno de más de 500 artículos que no está concebido para avanzar hacia la victoria, sino para blindarse ante la tercera derrota.
Presentó
a bombo y platillo 10 pactos de país, todos ellos con claros efectos
presupuestarios. Pero como su religión le impide hablar con el Gobierno
de presupuestos, la idea quedó como lo que es, un brindis al sol. A
cambio, se ha lanzado a proponer sucesivamente una convocatoria
anticipada de elecciones que hace dos semanas rechazaba; o, ya que él no
quiere perder una moción de censura (o ganarla, lo que sería aún peor),
exigir a Rajoy que se suicide presentando una cuestión de confianza. Pompas de jabón.
Llevamos
40 años esperando un acuerdo político que dé solidez y estabilidad al
sistema educativo. Pero Sánchez ha hecho exactamente lo mismo que hizo
Rajoy en la oposición en tiempos del ministro Gabilondo,
boicotearlo por no dar oxígeno al Gobierno. Siempre habrá un Gobierno
al que privar de oxígeno, aunque con ello se asfixie también al país.
Sánchez
ha hecho lo mismo que hizo Rajoy en la oposición en tiempos del
ministro Gabilondo, boicotearlo por no dar oxígeno al Gobierno
Podemos fue útil alguna vez para la subversión, pero ya no es funcional ni para eso. Ni construye ni destruye.
Últimamente ha venido ejerciendo como sucursal de Colau en Madrid; y
sus actuaciones más notorias de los últimos meses han sido protagonizar
una absurda moción de censura y provocar el inefable debate de portavoces y portavozas. Eso sí, las purgas internas avanzan a buen ritmo. Ciudadanos,
el partido de moda, se ha especializado en el refinado arte de
coleccionar las intenciones de voto que los demás pierden sin que ello
tampoco se traduzca en nada tangible para el procomún. Cada lunes
repasan las encuestas del fin de semana, hacen caja de ganancias y a vivir, que son dos días.
Cataluña está atascada. El presupuesto, bloqueado.
Las pensiones, frenadas. La educación, postergada como siempre. La
financiación autonómica, en lista de espera. La reforma constitucional,
convertida en quimera inalcanzable. Cualquier visitante extranjero
—especialmente si viene de Latinoamérica— relata el asombro ante la
desaparición de España en el mundo. Todo sigue aplazado ¡sine die¡, vuelva usted mañana.
El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera. (EFE)
No es extraño que la sociedad se mueva por su cuenta, sin esperar más a sus políticos. Empezaron los jubilados,
los mismos que construyeron y sostuvieron esta democracia durante
décadas. Siguieron, y de qué manera, las mujeres. Y pronto veremos en la
calle a los trabajadores precarios, que ya son la mayoría. Como ha
señalado Joaquín Estefanía, mujeres, pensionistas y
trabajadores precarios son tres bombas de relojería social, la masa
crítica que va a poner este país patas arriba mientras los cachazudos
¿dirigentes? políticos se vigilan y zancadillean con celo digno de mejor causa.
Informa el CIS
de que uno de cada cuatro españoles señala a “los políticos en general,
los partidos y la política” como uno de los tres principales problemas
del país. Como es una pregunta abierta, quizá deberíamos sumar a quienes
mencionan “la corrupción y el fraude”, “el Gobierno y los partidos” y
“la situación política y la falta de acuerdos”, para obtener la bonita cifra del 70%. Esta es la medida del deterioro de quienes deberían traer las soluciones y resultan ser el problema.
Sí,
estos políticos son hoy el tapón de España. Es duro admitirlo para
quienes llevamos toda la vida combatiendo a populistas y demagogos de la
antipolítica. Pero como canta Serrat, “nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio”.
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