Sánchez debiera poner a trabajar cuanto
antes a los miembros de su Gobierno en la racionalización del gasto en
lugar de hacer presupuestos de ingresos tributarios de ciencia ficción
La ministra Nadia Calviño
EFE
Las últimas semanas están siendo
especialmente divertidas en la actividad política ya que se está
poniendo al descubierto, posiblemente como nunca en democracia, la
carencia y la incompetencia de los que hoy ocupan los sillones de
Congreso, Senado y Gobierno de España.
Toma especial relevancia la prisa con la que Sánchez
se está mostrando para poner en marcha el debate de Presupuestos
Generales del Estado, donde nuevamente un papel con cifras imaginarias,
que como material lo soporta todo, será el punto de atención de la
opinión pública y dónde nuevamente los diferentes Partidos del arco
parlamentario aprovecharán para arrimarse la ascua a su sardina para
favorecer a la industria política en detrimento de los ciudadanos.
Si bien Rajoy
dejó el listón de la infamia y la mediocridad muy bajo, lo cierto y
verdad es que Sánchez en pocos meses está siendo capaz de pasar por
debajo de ese listón arrastrándose como una autentica lombriz.
¿Cómo
es posible que una persona que dice tener como objetivo prioritario la
“regeneración democrática” utilice el procedimiento de tramitación de
una Ley para la protección a las víctimas de la violencia de género
para colar “de rondón” una enmienda que no tiene nada que ver con el
objeto de la Ley y es, ni más ni menos, que para modificar una ley
orgánica ya vigente?
Lo de menos es que los órganos
competentes lo consideren una “treta legal” o no, o que lo hayan hecho
en el pasado otros Gobiernos corrompidos. La esencia de fondo es que,
con actitudes de este tipo, Sánchez pierde toda la credibilidad ante los
ciudadanos, especialmente cuando lo hace para aprobar “a salto de mata”
el aumento del déficit y los Presupuestos Generales del Estado
con la excusa de rescatar a la gente de los “recortes y la
precariedad”, cuando lo cierto y verdad es que su único objetivo es
conservar el estatus privilegiado de los centenares de miles de
familiares, amigos y correligionarios que viven de la oligarquía de
partidos.
La afirmación de que la presión fiscal en España está por debajo de la media de la UE es un ejemplo de cómo una mentira, dicha mil veces, se convierte en verdad
Mientras Sánchez se dedica al filibusterismo
parlamentario, y la Oposición hace “cómo que se enfada”, el dúo
tenebroso formado por las ministras Montero y Calviño
prepara una nueva subida de impuestos, con la ayuda de las “coartadas
del Sistema”, esos economistas mediáticos por un lado y servicios de
estudios y autoridades independientes por otro, que parecen que están
del lado de la gente “denunciando” injusticias pero que al final están a
sueldo del
Sistema para acabar taladrando las mentes a los espectadores y
“justificar” que en España se pagan pocos impuestos. Ejemplos de todo
ello son Lacalle, Díez, Bernardos, Conthe, Rallo, AIReF, FUNCAS, BBVA
Research y un largo etcétera.
La
razón con la que pretenden concienciar a los ciudadanos para aceptar un
nuevo expolio fiscal es ese mantra generalizado de que en España se
pagan pocos impuestos “porque la presión fiscal en España está por
debajo de la media de la Unión Europea”. Esta afirmación, es un claro ejemplo de cuando una mentira, dicha mil veces, se convierte en verdad.
En
los últimos datos oficiales de presión fiscal en España publicados, la
diferencia respecto a la UE28 era del 8%. De ahí viene la reciente
afirmación de Sánchez en el Senado sobre que España tiene un margen de
recaudación adicional de 80.000 millones de euros, lo cual es
metafísicamente imposible y demuestra que el “doctor” no tiene ni idea
de lo que habla, ya que eso no es nada más y nada menos que un 40% de lo
que recauda la Agencia Tributaria en un año y resulta de ciencia
ficción pensar que España puede crear la riqueza necesaria para aumentar
en esa cantidad los ingresos tributarios a corto plazo, salvo que
Sánchez contrate al sheriff de Nottingham y entonces los ciudadanos
tengamos que recurrir a Robin Hood.
Un
español medio necesita más de medio año de trabajo para pagar sus
impuestos. En los últimos diez años los diferentes Gobiernos han subido
los impuestos exponencialmente, en concreto varias veces el IVA e IRPF, y
han creado o modificado más de ochenta figuras impositivas. Sin
embargo, los datos oficiales publicados por Eurostat arrojan que desde
2007 la presión fiscal en España ha bajado un 3%.
¿Cómo
es posible? ¿Milagro? No. La realidad es mucho más simple. El
protagonista del denominador del cociente que calcula la presión fiscal,
es decir, el PIB, es falso, está manipulado al alza, tal y como un
grupo de profesores y economistas demostramos en un estudio validado por
el instituto económico más prestigioso de Alemania y del que hemos
informado tanto a la Comisión Europea como al Eurogrupo.
Diga lo que diga Eurostat, lo único cierto que un español medio necesita más de medio año de trabajo para pagar sus impuestos
EL PIB real en España es un 16% menor del oficial. Lo
manipuló el PSOE en el año 2008 y el PP en el año 2012 para evitar que
sus infames Gobiernos fueran intervenidos, lo que hubiera acarreado su
desaparición del espectro político junto con toda su industria política.
Por
este motivo, y no por otro, la presión fiscal en España arroja un dato
más bajo y parece que pagamos menos impuestos que nuestros socios de la
Unión Europea en relación al PIB, pero si ponemos en la fórmula el dato
correcto de PIB en el denominador, el resultado señala que España está a
la par de los países que más tributan en la UE. A continuación, vamos a
calcular el valor real de la presión fiscal en España.
La
decepcionante galáctica ministra de economía ha afirmado esta semana
que la presión fiscal actual en España es del 38% sobre el PIB. Si
hacemos como que nos creemos esa cifra, y tomando como referencia el PIB utilizado como estimación por su ministerio para este año, que se sitúa en 1,21 billones de euros, el dato de ingresos fiscales que figura en manos de la ministra es de unos 461.000 millones de euros.
Pues
bien, si aplicamos una reducción al PIB oficial del 16% para llevarlo a
su valor real, el resultado es que el PIB real son 1,019 billones de
euros. Por lo tanto, si dividimos los ingresos fiscales entre el valor
de PIB real, el resultado es que la presión fiscal real en España es del
45%, es decir, que estamos en la zona “noble” de los europeos más
“expoliados”, si bien se corresponde perfectamente con el nivel de
calidad de infraestructuras y servicios sociales que tiene España, y
sobre todo para pagar el elefantiásico sector público ya que si la
presión fiscal fuera ocho puntos menor como dice el “doctor” Sánchez,
sería imposible pagarlo ni por aproximación.
La única
forma de garantizar las pensiones y el estado del bienestar es tomar el
dinero de dónde hay, es decir, de la industria política que nos supone
un despilfarro de más de 100.000 millones de euros al año, y ponerlo
dónde no hay, en el Fondo de Pensiones y en los Presupuestos Generales
del Estado para satisfacer el gasto social y amortizar poco a poco la
impagable deuda pública.
Mi recomendación a Sánchez es
que ponga a trabajar a los incompetentes miembros de su Gobierno cuanto
antes en la racionalización del gasto en lugar de hacer presupuestos de
ingresos tributarios de ciencia ficción que no se van a cumplir, ya
que, si no lo hace, la recesión que viene, que es inminente, se llevará
por delante a centenares de miles de familias y empresas, y, por ende,
también al PSOE. Aunque mucho me temo que ya no le va a dar tiempo.
PD: Hoy les dedico el tema “All Night Long” de Rainbow
JUAN CARLOS BERMEJO Vía VOZ PÓPULI
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