Sánchez es el primer jefe del Gobierno de nuestra historia que gobierna gracias al apoyo de los que quieren destruir España
Pues va a resultar que Sánchez,
entre los infinitos méritos que acumula desde que asumió la Presidencia
del Gobierno, ahora suma el de no tener razón en su discrepancia con
las cabezas visibles del secesionismo catalán. Pedro Sánchez ha tenido
la ocurrencia -una de las muchas que difunde cada día para mantenerse en
los titulares- de decir que quiere que se celebre una consulta popular
en Cataluña sobre el autogobierno. Y Puigdemont y Torra
le han contestado, con toda la razón, que eso es lo que ya tienen. Que
lo que ellos buscan es la independencia. Torra no pudo ser más explícito
ayer en el Teatro Nacional de Cataluña. Debe de ser que Sánchez es el
único español que no sabía a qué aspiraban los socios que le llevaron al
poder. Porque Sánchez es el primer jefe del Gobierno de nuestra
historia que gobierna gracias al apoyo de los que quieren destruir
España. Pero él debía de pensar que no iban en serio. Lo que demuestra
lo ajeno que es el presidente a la realidad que le rodea.
El Gobierno se enfrenta a una realidad cada día más difícil. Los que le han dado el poder quieren destruir la unidad de España y Sánchez sólo puede mantenerse en La Moncloa haciendo concesiones. Porque desde 1978 sabemos que el diálogo con los gobiernos autónomos catalán y vasco siempre consiste en ver qué es lo que todos los españoles vamos a dar a esas comunidades autónomas. Salvo Rajoy, todos cedieron. Y jamás ha habido una cesión o concesión en dirección contraria. Por eso hablar de diálogo es una falsedad. Lo que se pretende es un asalto a mano armada. Y Sánchez está dispuesto a rendirse sin pestañear.
Tenemos el problema añadido de que ya no queda prácticamente nada más que ceder. El estatuto que fue corregido por el Tribunal Constitucional otorgaba a Cataluña una autonomía judicial que afortunadamente fue vetada por ese tribunal. Imagínense si no se hubiera hecho, quién hubiese podido poner un freno a lo que estamos viviendo en Cataluña: sólo la confrontación física. Que es exactamente lo que buscan los secesionistas de Torra y Puigdemont.
La única escapatoria de este callejón sin salida que creo que puede imaginar Sánchez es la de llevar en las próximas semanas la situación al precipicio y pedir entonces el 155 con el apoyo del PP. Hay quien cree que eso dejaría al partido de Casado desarmado y Sánchez convocaría elecciones de inmediato. La duda es si entonces los españoles no se darían cuenta de quién engordó la vaca.
RAMÓN PÉREZ-MAURA Vía ABC
El Gobierno se enfrenta a una realidad cada día más difícil. Los que le han dado el poder quieren destruir la unidad de España y Sánchez sólo puede mantenerse en La Moncloa haciendo concesiones. Porque desde 1978 sabemos que el diálogo con los gobiernos autónomos catalán y vasco siempre consiste en ver qué es lo que todos los españoles vamos a dar a esas comunidades autónomas. Salvo Rajoy, todos cedieron. Y jamás ha habido una cesión o concesión en dirección contraria. Por eso hablar de diálogo es una falsedad. Lo que se pretende es un asalto a mano armada. Y Sánchez está dispuesto a rendirse sin pestañear.
Tenemos el problema añadido de que ya no queda prácticamente nada más que ceder. El estatuto que fue corregido por el Tribunal Constitucional otorgaba a Cataluña una autonomía judicial que afortunadamente fue vetada por ese tribunal. Imagínense si no se hubiera hecho, quién hubiese podido poner un freno a lo que estamos viviendo en Cataluña: sólo la confrontación física. Que es exactamente lo que buscan los secesionistas de Torra y Puigdemont.
La única escapatoria de este callejón sin salida que creo que puede imaginar Sánchez es la de llevar en las próximas semanas la situación al precipicio y pedir entonces el 155 con el apoyo del PP. Hay quien cree que eso dejaría al partido de Casado desarmado y Sánchez convocaría elecciones de inmediato. La duda es si entonces los españoles no se darían cuenta de quién engordó la vaca.
RAMÓN PÉREZ-MAURA Vía ABC
No hay comentarios:
Publicar un comentario