Cuidado con las carteras. EFE
En los últimos días ha vuelto a la actualidad el complejo asunto de los impuestos. Rajoy ha necesitado el apoyo de mi partido para aprobar el techo de gasto, y nuestro grupo parlamentario ha conseguido arrancar al gobierno una pequeña reforma fiscal que podría suponer una deducción de 1.200 euros anuales a las familias con ancianos o discapacitados a su cargo, la rebaja del IRPF para los rendimientos del trabajo menores de 17.500 euros y la exención a los que cobren menos de 14.000 euros anuales. Esos a los que han calificado de “mileuristas”.
Sin conocer los detalles del acuerdo, debo advertir a mis compañeros que Montoro es un zorro, y sabe perfectamente que los “mileuristas” de 14.000 euros (los de catorce pagas) se extinguieron como los dinosaurios, y los “mileuristas” de nuestra era, que cobran 12.000 euros (doce pagas), ya están exentos de IRPF. Además, estos “mileuristas” de a doce se están extinguiendo de forma preocupante por la proliferación de otra nueva especie invasiva que se está propagando como una epidemia por todos los rincones del país, los “seiscientoseuristas”.
Lo que también sabe muy bien Montoro es que hay una gran masa de trabajadores que tienen más de un pagador al año, lo que les obliga a hacer la declaración de IRPF si la suma de los ingresos de los segundos pagadores supera los 1500 euros. Ciudadanos podría aprovechar esta coyuntura para obligar al gobierno a subir considerablemente este límite del segundo pagador para elevar el número de personas que estén exentas de realizar la declaración. Así, evitamos dejar flecos sueltos.
¿Saldrá gratis esta rebaja de impuestos? En absoluto, ya que no va acompañada de una reducción de gasto en industria política y va en contra del objetivo de déficit. Por lo tanto, Montoro “nos la clavará” por otro sitio, pronto lo veremos.
De hecho, ya han empezado a enviar a los medios a sus “Laissez faire”, o como a mí me gusta llamarles, las coartadas del sistema, para ir dándonos vaselina.
Uno de los primeros en aparecer en los medios ha sido el Sr. Rallo, diciendo que “En España, la presión fiscal es sólo del 33,5% y se recauda menos que en Europa porque se protege fiscalmente a los sectores con rentas más bajas. Para corregirlo habría que subir, por un lado, el IVA y los impuestos especiales y, por otro, el IRPF y las cotizaciones sociales que recaen sobre pensionistas”. Luego, termina diciendo que “no es partidario de estas medidas” para conservar su papel de coartada del sistema, pero la misión de dar el mensaje a la población ya la ha realizado. En unos días, irán apareciendo otros, y finalmente, lo hará la AIReF, que es cómo la guinda del pastel de las coartadas.
El Sr. Rallo, comete un error fundamental (aunque yo me atrevo a pensar que no son errores porque lo considero una persona inteligente) que es dar por buenas las cifras oficiales de PIB, y, en consecuencia, el dato de presión fiscal en España, cuando las utiliza para llegar a sus conclusiones.
Los “cuatro jinetes” a los que Rajoy nos llama “plastas”, ya hemos demostrado que las cifras de PIB son falsas, y, por lo tanto, la presión fiscal real en España supera el 47%. De hecho, el director de Asuntos Económicos de la Comisión Europea, Manfred Bergmann, no desmiente nuestras conclusiones en su último escrito, y el propio Jeroen Dijsselbloem, en una carta recibida hace unos días, le pide a la Comisión Europea que mantenga una reunión con nosotros para estudiar este importante asunto.
Pero, independientemente de lo que digamos los cuatro jinetes, Rallo sabe perfectamente que la cifra de PIB es falsa. La prueba de ello es que, en el año 2016, según el INE, se ha superado ligeramente la cifra de PIB de 2007. Sin embargo, en el año 2007 la presión fiscal era del 36,9% y en cambio hoy es del 33,5%. Es decir, que, según el gobierno, y el Sr. Rallo parece que lo da por bueno, hoy la presión fiscal es un 3,4% menor que hace diez años. Esto es radicalmente falso porque hasta los alumnos de primaria saben que Rajoy ha subido los impuestos como nunca en la historia de la democracia. Si, según el INE, el PIB de 2016 ya es mayor que en 2007, es imposible que la presión fiscal sea menor si se han subido indiscriminadamente los impuestos desde entonces.
Si comparamos las figuras impositivas más importantes del año 2007 con las de hoy, comprobamos que eran considerablemente menores.
En concreto, el IVA en el año 2007 era del 16% y del 7% el reducido. Rajoy lo ha elevado hasta el 21% y al 8% respectivamente, además de pasar muchos elementos del reducido al estándar.
En cuanto al IRPF, además de subir los tipos salvajemente (más que lo que pedía Izquierda Unida), Rajoy suprimió en 2009 la deducción de 400 euros de Zapatero. En 2016 se recaudó prácticamente lo mismo que en 2007 pero el desempleo pasó del 8,3% al 18,3 % lo que representa un incremento brutal de la presión fiscal sobre el trabajo. Por otro lado, los tipos impositivos que gravan el ahorro también han subido respecto a 2007, pudiendo llegar hasta el 23%.
Rajoy ha subido casi todos los impuestos. IRPF, Sociedades, IVA, Impuestos Especiales, Tasas, Impuestos Energéticos, etc., además de crear nuevos. En total 23.259 millones de euros según la Agencia Tributaria fruto de la subida o creación de más de 80 figuras impositivas.
Junto a esto hay que añadir las subidas de impuestos locales como el IBI que se ha incrementado un 71% como media desde 2007 a pesar de la fuerte caída del precio de la vivienda, y los de transmisiones patrimoniales y actos jurídicos documentados ligados a la vivienda que han pasado del 7% a una horquilla comprendida entre el 8 y el 10%, así como el establecimiento de numerosos impuestos autonómicos.
Rajoy y Montoro serán recordados por ser los personajes que más han subido los impuestos en la historia fiscal de este país. Sólo en el primer año y medio de legislatura el gobierno realizó 30 subidas mediante cinco revisiones del IRPF, cuatro del impuesto de sociedades, dos del IVA, y otras muchas.
Prescindiendo del efecto distorsionador de comparar las recaudaciones de impuestos con un PIB falso, en 2017 los españoles trabajamos una media de 178 días para pagar impuestos. Las cotizaciones sociales suponen 102 días de trabajo, 36 por IRPF, 25 por IVA, 11 por impuestos especiales y 5 más por otros tributos estatales, autonómicos y locales. En resumen, pagamos en impuestos el 48,8 % de nuestros ingresos. Un despropósito fiscal de tales características no ha ocurrido nunca, pero parece que el Sr. Rallo no se ha dado cuenta de ello, al dar por bueno el dato de presión fiscal.
En definitiva, mis apreciados ciudadanos, que no les tomen el pelo. No bajen la guardia y estén preparados para la siguiente subida de impuestos. Y sobre todo, no se dejen engatusar por las coartadas del sistema que tratarán de hacer el papel de defensor del contribuyente cuando en realidad su labor es de agente doble, es decir, hacernos comulgar con ruedas de molino.
En una próxima publicación, les expondré un modelo de reforma fiscal elaborado junto con uno de mis más estrechos colaboradores en Ciudadanos, D. Antonio Espín, para su consideración.
PD: Hoy les dedico el tema “For a Few Dollars More” de Ennio Morricone https://youtu.be/J4x7RchYCMc
JUAN CARLOS BERMEJO Vía VOZ PÓPULI
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