Hace poco más de 25 años ( 1991 ) se derrumbó la Unión Soviética con un resultado más que claro: Los EEUU ganaron y Rusia perdió.
Se dio por concluida la guerra fría que había durado 70 años, y la Universidad de Harvard envió gente a Moscú para ayudarles a escribir su nueva constitución. El colmo.
Parecía claro que el modelo occidental de democracia parlamentaria era el que había que seguir y a eso se aplicaron con mejor o peor fortuna los países que surgieron de la extinta Unión Soviética.
Lo que ha pasado es bien conocido por todos. La mayoría de esos nuevos países tienen unos regímenes cuasi dictatoriales que se amparan en elecciones más o menos fraudulentas para mantenerse en el poder, y solo han ganado las grandes corporaciones ( Coca Cola, etc… ) que se han introducido en los nuevos mercados de esos países.
En general, la gente salió del comunismo ( con una vida discreta y sin libertades ) para pasar a vivir en la incertidumbre y comprobar como su país pasaba de ser respetado ( por ser temido ) a ser ninguneado.
En muchos casos su nivel de vida empeoró, y pudieron comprobar como la corrupción campaba a sus anchas generando nuevos ricos.
Muchos emigraron, en España hay cantidad de rumanos, rusos, etc…, y los que se quedaron fueron perdiendo su ilusión por el modo de vida occidental que no les había reportado apenas nada bueno.
Como siempre pasa en estas condiciones, aparecen los populistas de turno para aprovecharse de la situación prometiendo reconducirla y consiguiendo el poder para no volver a soltarlo.
Simulan elecciones que ganan ellos y cercenan cualquier atisbo de oposición digna de tal nombre. Se la prohíbe y se la encarcela.
Con un buen control de los medios de comunicación y a veces mejorando un poco las condiciones económicas de la gente ( en especial de los partidarios ), se continua hacia adelante y hace frente al enemigo extranjero.
Es “fundamental” que haya un enemigo. Eso es lo que mejor sirve para unir a la gente.
Además de tener un enemigo, hay que reforzar y potenciar a las fuerzas armadas para tener capacidad de disuasión en el exterior y ser de nuevo un poco temido.
Simplificando mucho, esto es lo que ha sucedido en Rusia y en los países limítrofes durante los últimos años.
La conclusión es que Rusia vuelve a generar cierto temor por su poder militar, y de nuevo estamos en una especie de nueva Guerra Fría.
¿ Y qué hace Europa ?
Europa ni está ni se la espera. Es una cacofonía de voces discordantes que no parece tener claro hacia donde quieren ir.
Aquí hay populistas de derechas e izquierdas, que se quieren cargar sus países y por supuesto Europa, a los que sus amigos rusos miran con cariño y ayudan con dinero.
Ojalá esas voces vayan concordando y reconozcan el enorme éxito que ha supuesto para el Continente el concepto de Europa, y dentro de unos años salga reforzada de esta crisis interna.
Como podeis ver, no dejo de ser un optimista empedernido.
AMADOR PALACIOS
Publicado en su blog Desde la terraza de Amador
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