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jueves, 21 de diciembre de 2017

El plan PP-PSOE para Cataluña y contra España toma forma

Este perverso plan, de llevarse a cabo, provocaría a largo plazo la destrucción de España, siendo ésta la antesala de la desmembración de una de las naciones más antiguas de Europa.

El plan PP-PSOE para Cataluña y contra España toma forma. EFE


Hace algo más de dos meses anuncié en este medio que PP y PSOE perpetraban la mayor traición de la historia de España para conceder a Cataluña unos privilegios que provocarían el fin de nuestra nación tal y como la conocemos, así como el empobrecimiento generalizado en el resto de regiones que pasarían a ser, literalmente, colonias de Cataluña y del País Vasco.

Al instante salieron como fieras altos cargos del PP a desmentirme (cosa que el PSOE no ha hecho). Sin embargo, las pruebas demuestran que la hoja de ruta diseñada se está cumpliendo a la perfección, a pesar del contratiempo que les supuso la negativa de Puigdemont a la oferta inicial de Rajoy, quién huyó despavorido al saber con total certeza la respuesta que iban a tener los jueces sobre la gravedad de los delitos cometidos y a sabiendas que ni siquiera el Gobierno del PP podría evitar su encarcelamiento, como sí ocurrió con los que no huyeron.
El Plan pactado por PP y PSOE tiene como objetivo llevar a Iceta a la presidencia de la Generalitat y, posteriormente, realizar las reformas necesarias que otorguen a Cataluña un autogobierno jamás conocido
El Plan pactado por PP y PSOE tiene como objetivo llevar a Iceta a la presidencia de la Generalitat y, posteriormente, realizar las reformas necesarias que otorguen a Cataluña un autogobierno jamás conocido, el estatus de nación como estado asociado al reino de España y el concierto económico.

Con ello esperan relegar a los nacionalistas a un segundo plano para varios lustros, y sobre todo, acabar con el grave peligro que suponen para ellos Podemos, y especialmente Ciudadanos, como alternativa de gobierno en España, ya que acabarían con toda la industria política que PP y PSOE han construido durante cuarenta años, cosa que no están dispuestos a permitir bajo ningún concepto.

Estas son las fases del plan que han trazado PP y PSOE para el futuro de Cataluña y de España:
Primera. PP y PSOE acordaron la aplicación de un artículo 155 “de broma” donde se convocaban elecciones a toda velocidad y se dejaban intactas todas las instituciones catalanas sin tomar el control de ninguna de ellas para no crear un clima que, según ellos, pudiera derivar en enfrentamientos con víctimas civiles de las que luego tuvieran que dar cuentas ante la opinión pública internacional.
Debían crear un escenario mediático en los ciudadanos catalanes que propiciara con toda seguridad que los partidos separatistas no alcanzaran los 68 escaños
Segunda. Debían crear un escenario mediático en los ciudadanos catalanes que propiciara con toda seguridad que los partidos separatistas no alcanzaran los 68 escaños (mayoría absoluta). Para conseguirlo se han basado en dos premisas:

La primera es que ambos partidos tenían la completa seguridad de que los tribunales mantendrían a los cabecillas independentistas en prisión y a Puigdemnot alejado en Bruselas, a pesar de que toda la opinión pública pensaba lo contrario (yo mismo ya anuncié este hecho en redes sociales un día antes de que el juez dictara el auto de permanencia en prisión de Junqueras y “los Jordis”). Este hecho, según ellos, provocaría una caída, o al menos, un no crecimiento del voto independentista al no poder hacer campaña los líderes y dejar en manos de personajes de segunda fila tal responsabilidad, como se ha demostrado en el resultado de los debates electorales.

La segunda consiste en que, dado que ni PP ni PSOE están en condiciones de movilizar el “voto silencioso” en Cataluña, es decir, el voto abstencionista, que es el único que puede revertir la mayoría independentista en escaños, otorgan dicho papel al único partido que hoy puede concentrar ese voto contra el independentismo, es decir, a Ciudadanos.

Para ello, todos sus aliados mediáticos han creado un escenario dónde Ciudadanos lidera todas las encuestas y es considerado el gran favorito, con el fin de provocar que vaya a votar el mayor número personas y de ese modo se reduzca la influencia del voto independentista en la consecución de escaños para que no alcancen los 68. La prueba de que esto es así es que tanto PP como PSOE (PSC), con presupuestos muy superiores, han invertido menos dinero en la campaña electoral que Ciudadanos, ya que confían en que sea mi partido el que concentre el mayor número de votos posibles.
Ambos partidos concluyen que, ante una derrota independentista y una victoria de Ciudadanos, Inés Arrimadas no podría ser investida presidenta
Tercero. Ambos partidos concluyen que, ante una derrota independentista y una victoria de Ciudadanos, Inés Arrimadas no podría ser investida presidenta, ya que es imposible que la suma de los escaños de los partidos llamados constitucionalistas (Cs, PP y PSC) alcance los 68 escaños, y tampoco lo sería en el caso de que Podemos se abstuviera (mensaje estéril de Cs a Podemos), ya que la suma de los votos negativos de los independentistas siempre sería mayor que la de los positivos. En resumen, la única forma de que Arrimadas sea presidenta sería con el apoyo de Podemos, y esa hipótesis para PP y PSOE es imposible.

Cuarto. Conseguido todo lo anterior, es decir, la derrota independentista en escaños y la imposibilidad de que Arrimadas sea presidenta, ambos partidos, con el apoyo de los medios afines, martillean a los ciudadanos con la que, según ellos, es la única solución para investir un presidente no independentista, la fórmula Iceta, que obtendría el apoyo del PP, de Podemos y de un resignado Ciudadanos que se prestaría a ello por deber patriótico a cambio, probablemente, de varias consejerías y la vicepresidencia del Gobierno.
Investido presidente, Iceta pondría en marcha las medidas ya anunciadas por él mismo en la campaña, para otorgar más autogobierno y un nuevo modelo de financiación
Quinto. Investido presidente, Iceta pondría en marcha las medidas ya anunciadas por él mismo en la campaña, para otorgar más autogobierno y un nuevo modelo de financiación, contando con el apoyo en Madrid tanto del PP como de PSOE, y muy probablemente de los colaboradores útiles de Podemos, para concluir con el plan.

Sexto. Realizados estos cambios durante la legislatura, PSOE y PSC esperan recuperar fácilmente grandes masas de votantes, ahora independentistas, Comunes y de Ciudadanos, que le volverían a dar la hegemonía de la que gozó en la época de Maragall y Montilla para revalidar la presidencia. El PP por su parte, dado que no le interesa Cataluña salvo por los escaños de las elecciones generales, vería como el “efecto Ciudadanos” se diluye esperando recuperar sus votantes tradicionales y preservar sus opciones en Madrid. Finalmente, tanto Podemos como Ciudadanos quedarían relegados a un tercer plano sin provocar ningún peligro para conservar su industria política y seguir devastando a España con sus centenares de miles de enchufados, familiares y correligionarios que saquean el erario público.

Este perverso plan, de llevarse a cabo, provocaría a largo plazo la destrucción de España, siendo ésta la antesala de la desmembración de una de las naciones más antiguas de Europa.

La victoria de los separatistas en escaños, que truncaría este plan, pero también supondría la destrucción de España, parece ser lo único que quita el sueño a estos dos entes malvados que han sido los verdaderos artífices de la criatura independentista por sus sonados desgobiernos a lo largo del régimen del 78.


Una victoria de Ciudadanos el 21 de diciembre sería una gran noticia, pero será el tamaño de la distancia con el segundo la variable que determine el éxito, o no, de este plan, y lo que marcará el futuro de Cataluña y de España en los próximos años.

PD: Hoy les dedico el tema “The Loner” de Gary Moore https://youtu.be/6gcPdeL4Dnc 



                                                                                 JUAN CARLOS BERMEJO  Vía VOZ PÓPULI

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